Crece rechazo a ubicación de parque eólico en el noroeste de Chiloé

“Apoyamos los proyectos eólicos, pero nos oponemos rotundamente a que se quiera instalar uno en Mar Brava-Quilo y en la península Lacuy”

“Apoyamos los proyectos eólicos, pero nos oponemos rotundamente a que se quiera instalar uno en Mar Brava-Quilo y en la península Lacuy”. Esta es la afirmación que se escucha entre los miembros de la treintena de organizaciones que están contra la construcción de un parque eólico -por la empresa Ecopower-, en una conocida área turística del noroeste de la isla grande de Chiloé. Los opositores proponen que el proyecto se traslade a otro sector de la misma provincia.

Una polémica que plantea que por muy loable que sea favorecer las energías renovables no convencionales (ERNC), ello no debiera significar pasar por alto la calidad de vida de las comunidades directamente afectadas.

El Parque Eólico Chiloé, un megaproyecto de la empresa de capitales sueco-chilenos Ecopower avaluado en 235 millones de dólares, está siendo fuertemente resistido por agrupaciones ciudadanas locales.

La iniciativa, ingresada el 4 de octubre de 2010 al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (Seia), contempla la instalación de 56 torres en el sector Mar Brava, comuna de Ancud, con el objeto de generar 112 MW para el Sistema Interconectado Central (SIC).

En la Corporación El Canelo de Nos, sede Ancud, se realizó el pasado 23 de febrero una reunión entre representantes de las orgánicas que se oponen a la localización del proyecto de Ecopower y el secretario regional ministerial (Seremi) de Medio Ambiente, Edgar Wilhelm. El Ciudadano asistió a ese encuentro.

Rodolfo Norambuena, vocero del Colectivo Intervención Ciudadana de Ancud (Compas), explicó que la empresa sólo ha presentado una Declaración de Impacto Ambiental y no un Estudio, por lo que no se advierten los eventuales daños de su creación y funcionamiento.

La desinformación, explicó Norambuena –director del periódico El Chucao-, sería respecto a sus características generales e implicancias sociales: “… al carecer la declaración de impacto ambiental de un componente de estudios sociales, no existen datos precisos sobre este aspecto fundamental en el desarrollo del megaproyecto. Aun así, se espera un impacto en la calidad de vida de las comunidades rurales. Por dar un ejemplo, en la posible reubicación de casas, declarada por la empresa en su declaración de impacto ambiental”, indicó Norambuena.

LUGAREÑOS RECLAMAN

Gisella Saldivia, en representación de las familias dedicadas al agro y eco turismo, expuso que, «hasta el minuto, de acuerdo a lo que nosotros habíamos observado como habitantes, este proyecto se socializó solamente con la gente que tiene un convenio de arriendo por sus terrenos para instalar torres generadoras de energía».

Saldivia explicó que este megaproyecto pretende ser ubicado en el sector turístico productivo más importante de la comuna de Ancud, lo que impactaría negativamente en la economía local de al menos 2.000 familias que habitan y desarrollan sus actividades productivas en el sector, siendo su principal fuente de sustento el rico ecosistema del área que se pretende intervenir. La vocera afirmó que muchas familias verían perjudicada su calidad de vida, pues hay casas que quedarían a 200 metros de las torres.

Mauricio Soto, presidente del sindicato de macheros de Mar Brava, que tienen su área de manejo a menos de 500 metros de donde serían instaladas las torres, expresó: “Queremos que el proyecto sea analizado, ya que hasta el momento ha sido poco serio y sin transparencia”. Además, denuncia que nadie de la empresa se acercó a conversar con ellos.

El dirigente explicó que son mil personas que se benefician directamente de esa actividad, la que se vería afectada, pues «los movimientos de tierra que se produzcan para construir el parque, generarán desplazamientos de material hacia las playas, lo que perjudicaría nuestra actividad extractiva». “Queremos que se busque un lugar más adecuado para instalar el parque y llegaremos a todas las instancias que sean necesarias lograrlo”, sentenció el dirigente gremial.

Por su parte, Santos González Nahuelpán, vocero de las comunidades williche de la zona, exigió “que no se afecte el patrimonio de nuestros antepasados”. Advirtió que la invisibilidad de los aspectos socioculturales vinculados al proyecto también implican el no reconocimiento de la influencia indígena en el área, donde existen tres comunidades williche: Antu Lafken de Wentetique y Lauquen Mapu de Katrumán y Buta Lauquen Mapu del sector Calle, por tanto debe considerarse la aplicación del Convenio 169 de OIT, ratificado por el Estado de Chile. Existen elementos culturales, ambientales y patrimoniales relevantes para estas comunidades que podrían verse afectados con la instalación del Parque Eólico Chiloé.

Luz María Oyarzo, presidenta de Ecoturismo Puñihuil, alertó sobre las consecuencias que este megaproyecto tendrá “en el posicionamiento que ha logrado Puñihuil como destino de servicios de calidad del ecoturismo marino a nivel nacional e internacional”. Al respecto Oyarzo enfatizó “que el desarrollo turístico del área no sólo beneficia directamente a los operadores locales, sus familias y la red de familias rurales que proveen de productos, sino que también beneficia a la ciudad de Ancud, por el importante número de turistas que visitan la comuna motivados por el deseo de conocer servicios turísticos vinculados con la naturaleza, y el gran valor escénico de nuestro paisaje, valorado por su pristinidad”.

OPOSICIÓN DE AMBIENTALISTAS

En tanto, Juan Carlos Cárdenas, director del Centro Ecoceanos aseveró que “el proyecto eólico de Ecopower imposibilitará irreversiblemente el desarrollo turístico entre Ancud y el área de Puñihuil, así como la de Quetalmahue hasta la península de Lacuy (arriba a la izquierda en la foto). Considerando que los vientos en la comuna de Ancud son similares en todo el territorio del noroeste, el Proyecto debe ser relocalizado hacia el interior de la isla, ya que la actual elección del emplazamiento en Mar Brava se debe exclusivamente a razones económicas de corto plazo que minimizan los costos para Ecopower”.

De acuerdo a Bárbara Galletti, presidenta del Centro de Conservación Cetacea de Chile, “cada verano el área marítima costera del noroeste de la comuna de Ancud alberga la mayor concentración de ballena azul en todo el hemisferio sur que visita nuestras costas para alimentarse. A ello se suma la presencia permanente de delfines austral y en primavera de pares madre-cría de ballenas franca austral, clasificada en Peligro Crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Todos ellos protegidos legalmente en Chile y declarados Monumento Natural”.

Galletti explicó que debido a su complejo sistema auditivo, los cetáceos son mamíferos marinos vulnerables a los proyectos de energía eólica. “En el agua los sonidos se propagan con mayor rapidez y con menor pérdida de energía que en el aire. La contaminación acústica generada por las torres eólicas puede producir desde lesiones físicas hasta el desplazamiento de los mamíferos marinos a cientos de kilómetros de distancia” agregó.

En este sentido, Galletti enfatizó que “cuarenta por ciento del proyecto se ubicaría a lo largo de la línea del borde costero, lo que podría ocasionar impactos sustantivos a los individuos que se aproximan a la costa y afectar la población de ballenas azul y otras especies marinas que utilizan la zona a largo plazo.”

Jorge Valenzuela, director del Centro de Estudios y Conservación del Patrimonio Natural (Cecpan), expresó que es un tema holístico, ya que afecta la calidad de vida, los ecosistemas, y las actividades económicas (mariscadores, granjeros, turismo): «Son más de dos mil personas que habitan el sector y verán afectados sus estilos de vida por el proyecto, aves en tránsito diario por los humedales y litoral que será intervenido, 18 sitios arqueológicos (foto abajo), así como también el riesgo para las actividades económicas pesquera, agrícola y turística (última con registro de 14 mil visitantes entre septiembre y marzo)».

El profesional argumentó que sólo considerando el aspecto ambiental, existe alarma pues se va a intervenir una de las zonas más importantes y ricas en biodiversidad de Chiloé y del sur del país. El proyecto se emplazará en un corredor biológico de aves playeras y marinas entre el humedal de Quilo y la playa de Mar Brava. Los censos estiman la presencia de más de 3.000 aves migratorias norteamericanas, sin incluir los cientos de aves terrestres que usan el mismo territorio.

ALARMA INTERNACIONAL

En este sentido, en las cartas enviadas por el Comité Nacional Pro Defensa de la Fauna y Flora (Codeff) y BirdLife al intendente de la Región de Los Lagos, Juan Montes Porcile –adjunta en Anexos-, se puede leer que:

“La zona del posible emplazamiento del proyecto Parque Eólico Chiloé fue hace poco confirmada por el secretariado de BirdLife en América como un Área Importante para la Conservación de las aves a nivel mundial o más conocidas como IBA (por sus siglas en inglés). Esta IBA recibe el nombre de ‘Sistema Quetalmahue, Quilo y Mar Brava’, en la cual se encuentran grandes concentraciones de aves migratorias que año a año nos visitan desde el Hemisferio Norte y especies amenazadas de extinción a nivel global por las cuales nuestro país ha firmado y ratificado varios internacionales que consideran su conservación”.

“Los parques eólicos han demostrado en todo el mundo ser una muy buena herramienta para hacer frente al cambio climático que nos afecta en la actualidad, pero según nuestra visión y la de muchas otras instituciones deben ser planificadas tomando en cuenta la fauna, flora y comunidades locales y deben ser instaladas en zonas adecuadas de tal modo que no afecten o sean un riesgo para la biodiversidad”.

“Además de su importancia para la conservación de la biodiversidad chilena, el área del proyecto también corresponde a una importante zona poblada rural y una con una creciente vocación al desarrollo de turismo de naturaleza por organizaciones y agrupaciones locales”.

“De lo anterior se puede entender que, considerando las características naturales del sitio en donde se pretende construir el Parque Eólico Chiloé, una IBA (designada en el 2009), Área Libre de Caza (DS Nº167 del 25 de junio del 2001) y área importante para la conservación de la biodiversidad (Conama 2002), la decisión territorial debe analizarse con mayor detención y prever los potenciales riesgos que traerá la instalación del parque eólico en un área de concentración de fauna silvestre. El borde costero y los humedales estuariales están entre los sitios más importantes de concentración de avifauna en el mundo, y el área Mar Brava–Quilo es uno de ellos. Estos sitios son claves como áreas de nidificación, alimentación, rutas de migración y descanso”.

“NO CREO QUE SEA EL MEJOR LUGAR”


Edgar Wilhelm (foto de la reunión en El Canelo), seremi de Medioambiente de la Región de Los Lagos, opinó que las aspas de los aerogeneradores no matan las aves, pero sí dañan su nidificación y hábitos alimenticios, por lo que el proyecto Parque Eólico Chiloé afectaría más los aspectos turísticos y socioculturales que los de conservación.

El Seremi comparó el proyecto de Ecopower con otro que pertenece a una empresa española –Bosques de Chiloé S.A.- que se ubicará en la comuna de Dalcahue: Parque Eólico San Pedro. Opinó que éste está bastante más “trabajado” que el proyecto de capitales chileno-suecos. El personero confesó tener muy poca información sobre Ecopower

A título personal, Edgar Wilhelm piensa que este proyecto “trató de entrar piola”… y no descartó la posibilidad de que haya habido mala fe. Y en lo relativo a la zona escogida para su instalación, sentenció: “En términos estrictamente personales, no creo que sea el mejor lugar, porque son más importante otros intereses”.

Wilhelm acotó que la decisión la tomará un consejo compuesto por ocho o nueve seremis más el Intendente. Como esas sesiones son abiertas, invitó a enviar representantes con fundamentaciones técnicas, ya que a su juicio es muy importante la participación de la comunidad.

También destacó que la meta del Gobierno para el 2020 es lograr que el 20% de la energía eléctrica total requerida por el país, corresponda a energías renovables no convencionales (ERNC).

En lo que todos los presentes se mostraron de acuerdo –incluyendo al Seremi- fue que si bien es urgente que aumente el porcentaje de ERNC dentro de la matriz energética de Chile, ese incremento debe hacerse de buena manera, consultando a las comunidades afectadas y evaluando rigurosamente el impacto que puedan ocasionar en los ecosistemas en donde se ubicarán.

NO TODOS SE OPONEN

Si bien un mayor número de organizaciones rechazan la localización del proyecto eólico, existen dos agrupaciones que lo apoyan: el Movimiento Ecologista de Ancud (Ecoancud) y la Asociación de Consumidores y Usuarios de Ancud, Chiloé Activo.

Por su parte -según información del Diario Financiero-, el gerente general de Ecopower, Julio Albarrán, aclaró que se cambió la ubicación de algunos aerogeneradores, los que estaban a sólo 1,5 kilómetros de una pingüinera, quedando a 4 kilómetros. 
En la zona se proyecta instalar al menos dos proyectos eólicos más. Uno de Mainstream y otro que depende de la aprobación del de Ecopower para aprovechar la línea de transmisión.

Por Cristian Sotomayor Demuth

Enviado especial a Chiloé

El Ciudadano

Anexos

Observaciones de la Sociedad Civil a la DIA

Cartas al intendente de la Región de Los Lagos:

De BirdLife sobre Proyecto Eólico Chiloé

De las organizaciones locales

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