Gabriel Boric: “Queremos constituir nuevos actores sociales que le disputen el monopolio político a la Concertación y la Alianza”

Las elecciones de la próxima directiva de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) tiene atenta a la sociedad debido a la importancia que tiene este cargo dentro de la dirigencia del movimiento estudiantil

Por Wari

01/12/2011

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Las elecciones de la próxima directiva de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech) tiene atenta a la sociedad debido a la importancia que tiene este cargo dentro de la dirigencia del movimiento estudiantil.

El candidato a uno de los puestos más criticados y significativos dentro de la efervescencia social del último tiempo, Gabriel Boric, de la lista F Creando Izquierda conversó con El Ciudadano y mostró que una de sus principales aspiraciones como parte de la orgánica política Izquierda Autónoma en conjunto con el colectivo Arrebol , es levantar un nuevo sector político –ni de Concertación ni de Alianza– que represente a la gente movilizada y no identificada con los partidos que gobiernan.

-En medio de la gran efervescencia social que vive el país ¿Qué significa ser presidente de la Fech hoy?

-Implica una responsabilidad gigante no sólo con los estudiantes de la Chile, sino que con el país entero. Hoy estas elecciones no están siendo miradas sólo por la comunidad universitaria, sin embargo, no hay que creerse el cuento de que somos la única universidad o la mejor. El movimiento estudiantil se ha construido por la lucha de muchos compañeros a lo largo de todo Chile y nosotros somos una parte más de eso. La Federación ha tenido mayor figuración por un tema de historia quizás, pero me parece que no hay que embriagarse con esto y conceder que el movimiento es de todos. El personalismo finalmente le hace daño.

-¿Qué haya tantas listas este año podría ser indicio de división en el movimiento?

-El tema de las listas se puede abordar desde dos puntos de vista. Por un lado, más interés en participar, más grupos políticos organizados en la universidad y más gente con ganas de discutir, lo cual me parece una excelente noticia.

Por otro lado, es la división de las listas de izquierda. No hemos sido capaces de avanzar en acuerdos programáticos dentro de los distintos tipos de izquierda por un nivel de fragmentación donde se han roto alianzas que antes existían, por ejemplo la Nueva Izquierda con las Juventudes Comunistas.

Nos parece que hay espacios para que las listas de izquierda puedan generar actores propios que no le deban nada a la Concertación, que quieran entrar a irrumpir de lleno en la política.

-¿Esa sería una de las metas para el próximo año?

-Una de nuestras principales metas para la Federación es empezar a constituir nuevos actores sociales que tengan vocación de poder y que le disputen el monopolio y la política que han tenido en estos 20 años la Concertación y la Alianza. Ya basta de delegar nuestras inquietudes y problemas a los mismos políticos de siempre; es hora de que nosotros nos hagamos cargo.

Más que levantar figuras políticas nos gustaría levantar referentes políticos para dar representación a todas las personas que no se siente vinculadas ni al proyecto de la Alianza ni al de la Concertación y sus fuerzas auxiliares. Es urgente la emergencia de estos actores; en las encuestas aparece que los políticos y las instituciones son los peores evaluados en el país, mientras la gente sale a la calle a manifestarse. Eso debe expresarse políticamente, no puede ser sólo un descontento inorgánico.

-¿Tantas listas de izquierdas podrían significar disminución de votos para favorecer a la derecha?

-Ese escenario se dio en 2003, cuando ganó el último presidente de derecha en la Chile, Luis Felipe San Martín, pero hoy no está ese escenario. La universidad está muy politizada; lo vimos en el referéndum donde la mayoría votó por no empezar el 2º semestre. Creemos que la disputa va a ser entre las listas de izquierda. Pero no debemos confundirnos y marearnos porque el verdadero enemigo está afuera, el cual quiere destruir las universidades públicas y mercantilizar la vida.

-Dentro de todos los grupos políticos que existen en la universidad ¿Con quiénes estarían dispuestos a formar alianzas y con cuáles no?

-Tenemos un programa y quienes estén de acuerdo con él vamos a avanzar junto con ellos sin importar el grupo. Ahora, acuerdos políticos nos parece que con la derecha no hay margen para hacerlo porque tenemos una ideología diferente y está bien que así sea. Con la Concertación que se expresa en la lista Nace tampoco porque son parte de una institucionalidad y de la construcción de un país –durante 20 años- que a nosotros no nos gusta.

Con el resto de las listas nos parece que es importante avanzar en acuerdos programáticos que den cuenta de una decisión de las mayorías de la izquierda. En particular con los compañeros de Luchar me parece que tenemos ciertos aspectos en común que son complementarios. Ellos plantean el trabajo con organizaciones sociales de base para fortalecer el trabajo territorial y nos parece algo muy valioso que hay que fortalecer durante el próximo año.

Nosotros también lo hemos hecho este año, por ejemplo las asambleas que apuntan al plebiscito con plataforma La Mayoría Decide. Los compañeros de Arrebol que tienen trabajo territorial en el programa Nuevo Chile, donde se forman líderes comunales a partir de luchas territoriales.

Es importante el trabajo con otros sectores porque no se trata de estar todo el rato mirándonos el ombligo. Así no vamos a avanzar y repetiremos el problema histórico de la izquierda, “mucho de popular y poco de unidad”.

-¿En que se diferenciaría tu lista al resto de las listas de izquierda?

-A nosotros no nos gusta atribuirnos la exclusividad del trabajo. La lista está compuesta por cinco candidatos que se han formado al devenir de luchas locales. Tenemos al presidente de Ingeniería Andrés Fielbaum, quien en conjunto con el resto de los compañeros lograron movilizar una facultad que hace tiempo no se movilizaba. Está Pablo Soto, delegado de Bienestar quien dio la pelea para que los estudiantes movilizados no perdieran los beneficios estudiantiles cuando estuvieron chantajeados por el Gobierno. Está Constanza Martínez, presidenta de la Facultad de Derecho y parte del colectivo Arrebol. Está Danae Sinclaire quien es consejera de Salud de la Fech y fue senadora universitaria entre 2008 y 2010. Y yo, senador universitario que trabajé en el claustro triestamental, en el marco de una propuesta de educación desde el Senado fomentando la participación de estudiantes y funcionarios en conjunto. No cerramos nuestra propuesta en una sola figura.

En segundo lugar, tenemos tesis diferentes en particular con el PC (Partido Comunista). Ellos pasaron de tener un pacto instrumental con la Concertación, para romper la inclusión, a un pacto político. Este constituye la conformación de un nuevo pacto de gobernabilidad. Queremos nuevos actores políticos con vocación de poder que representen a la mayoría, pero no ser el hermano chico de la Concertación. Esta es la principal diferencia con el PC, que es con quien disputamos la elección. Solo la vía institucional no sirve, hay que aliarse con otros sectores sociales.

CONFLICTOS EN LA CONFECH Y EVALUACIÓN DE LA ANTERIOR PRESIDENTA

-Respecto a lo sucedido ayer, 30 de noviembre, con la facción disidente de la Confech que planteó ser una tendencia diferente en el organismo ¿Con cuál de las tendencias internas de la Confech te sientes más identificado?

-Yo creo que no se puede hablar dicotómicamente de esto. El movimiento estudiantil no avanza cuando se divide, por lo tanto nos parece un error tratar de fomentar las divisiones dentro de la ConfechConfederación de Estudiantes de Chile-. No podemos hacernos los sorprendidos, como si fuéramos ingenuos, de la actitud de los partidos políticos tradicionales, quienes siempre van a tratar de conducir las fuerzas sociales hacia sus intereses –debido a que la Confech disidente critica negociaciones a espaldas de los parlamentarios de partidos que tienen dirigentes en el movimiento (PC y Partido Socialista, PS)-.

No podemos hacer pataletas y ponernos a llorar, sino que combatir eso políticamente y construir nuevos actores. No podemos quedarnos en la política testimonial, en la pataleta, el lloriqueo y la conferencia de prensa. Mejor emerjamos en la lucha política nacional y para eso basta de sectarismo. Los que hicieron el quiebre se hacen llamar “sin Fech”, lo que nos parece una ridiculez. Avancemos todos los que queremos transformar este país de forma unida porque así no vamos a llegar ni a la esquina.

-Una de las críticas de esta facción de la Confech era el por qué se llevó tanto la discusión y resolución del conflicto al Parlamento. ¿Qué opinas al respecto?

-Nos parece mal que se haya parlamentarizado la conversación, pero esa fue una decisión de las instancias colegiadas de las universidades. El pleno decidió presionar al Parlamento, pero yo creo que jamás debimos generar expectativas en él. No podemos cerrar los ojos y pretender que el Parlamento y el Gobierno no existen. Por eso mismo ahora nosotros somos los que vamos a gobernar. Debemos tener cuidado de no delegar nuestra capacidad transformadora en voceros que no son los nuestros, no podemos esperar nada de la Concertación ni de la Alianza.

-¿Cómo evaluarías el trabajo en la Fech de tu directa competencia, Camila Vallejo?

-Esta movilización se construyó entre todos los que le pusieron el hombro a los paros, tomas y marchas, y no dependió en ningún caso de una o dos personas. Por lo tanto no se le puede ensalzar todos los méritos de movilización a alguna figura en particular como tampoco se le pueden achacar todos los errores. Los errores de este movimiento son responsabilidad de todos los que hemos sido parte de él.

Camila cumplió un rol como dirigenta importante que logró imponer un liderazgo y capital político que no se puede desconocer. Sin embargo, nos parece que la política del PC fue de encabezar este movimiento, pero no de conducirlo y en momentos claves de la movilización no sabíamos qué pensaban. Ellos se dedicaron a administrar los conflictos más que a proponer alternativas de resolución de los mismos y eso nos parece que fue un error. Nosotros tratamos de proponer, pero deficientemente; también tenemos que ser autocríticos.

Hoy estamos entrampados por la centralidad de todos en una inercia y hay cosas que tenemos que volver a retomar: el fortalecimiento de la educación pública, la desmunicipalización, la alianza con los compañeros secundarios, los CFT e IP –Centros de formación técnica e institutos profesionales-, en el centro del debate y no seguir administrando conflictos internos o seguir hablando de personas en particular que por mucho liderazgo que tengan no son el sustento de este movimiento.

-¿Cómo se puede revertir esto de la personificación del movimiento en dirigentes?

-Esto es una fuerte fijación de los medios con Camila y creo que ella misma está en desacuerdo con eso. Siempre van a haber dirigentes por lo que se debería hacer rotaciones de vocerías. No caer en las notas que hablen de temas personales; nosotros venimos a hablar de política.

EL MOVIMIENTO ESTE Y EL PRÓXIMO AÑO

-¿Cómo evaluarías el movimiento durante este año y cómo piensan proyectarlo para el próximo, sobre todo en meses críticos como lo son enero y febrero?

-Se instaló un diagnóstico en la sociedad chilena que logró generar simpatía en la mayoría de la opinión pública. Creemos que este año ha sido de tareas cumplidas.

En ese sentido como Creando Izquierda nos dedicamos a buscar culpables y en esa lógica nos tomamos la DC (Democracia Cristiana); también con otros compañeros, la UDI (Unión Demócrata Independiente), y fuimos a interpelar a los empresarios en Casa Piedra para decirles que ellos son parte de la crisis institucional que vive el país. También fuimos a interpelar a la ex presidenta Michelle Bachelet para decirle que no pondremos una alfombra roja a su regreso. Ella no puede ser tan irresponsable como próxima candidata y no decir una palabra sobre el movimiento social más importante que ha vivido Chile.

El próximo año debe ser de propuestas y para eso las universidades van a cumplir un rol fundamental. Hoy en las universidades existe una riqueza en conocimiento y en su gente un potencial creador que no ha sido aprovechado, no ha sido puesto en función de la transformación que necesitamos. El próximo año hay que avanzar en eso. En la construcción triestamental de propuestas integrales, más allá de consignas de reforma tributaria, de reforma educacional, de reforma al sistema político y así no estar al alero de lo que propongan otros. Si nosotros no tenemos iniciativa la van a tener otros y nosotros vamos a terminar siendo reaccionarios; sin embargo, debemos estar siempre con un paso adelante.

Por Estefani Carrasco Rivera

El Ciudadano

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