La Otra Orilla Boletín Ambiental y de la Pesca Artesanal


Porque es necesario que la comunidad nacional e internacional se entere de las injusticias laborales y los conflictos ambientales que acechan a nuestro mar, entregamos a ustedes el contenido de La Otra Orilla. Se agradece su difusión por las redes.


En empresa salmonera AGUAS CLARAS: LOS ABUSOS CONTINÚAN

En la primera semana de Julio de este año, los trabajadores de la Planta Faenadora de salmones “Calbuco”, de AGUAS CLARAS (filial de AQUA-CHILE) se tomaron las instalaciones, levantando barricadas en su interior y suspendiendo las faenas como respuesta colectiva a un despido arbitrario de 42 de sus compañeros. La empresa recurrió al masivo despido en represalia por la demanda interpuesta por el Sindicato de Trabajadores por las lesiones sufridas por varios trabajadores cuando en Noviembre del 2006 el techo de la planta se derrumbó cuando se encontraban en faenas unos 50 trabajadores.

AGUAS CLARAS se ha caracterizado por ejercer prácticas antisindicales y especialmente por la discriminación hacia las mujeres y está entre las empresas que acumulan más multas por abusos y faltas a las normas laborales. Las condiciones de trabajo han derivado en la cuasi invalidez de decenas de sus trabajadores, como lo relató el Presidente del Sindicato, Benjamín Teneb, a ECOCEANOSNEWS:

“Los trabajadores sufren de enfermedades profesionales que la compañía no se está haciendo cargo. Una gran cantidad de trabajadores están casi inválidos, por movimiento repetitivo. Muchos llevan 18 años en la empresa y no están en condiciones de seguir laborando. En vías de tratar de resolver estos problemas pensamos que una demanda civil era un buen argumento para negociar y para que la empresa y las mutuales se hicieran cargo de esta situación” (5 de julio, 2007).

En Abril de este año, una correa transportadora de carga pesada a elevación, se cortó y estuvo a punto de caer sobre los trabajadores.

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Proyecto de Reasignación de concesiones acuícolas: LA FUGA DE LOS SALMONEROS

En Junio de este año, la Presidenta Michelle Bachelet envió al Congreso Nacional un proyecto de Ley de Reasignación de Concesiones de Acuicultura con las que se busca acelerar la entrega de nuevos sitios de mar, principalmente, en la Región de Aysén, para el desarrollo de la salmonicultura intensiva 1. La ley ha sufrido varios retrasos dada la oposición que ha encontrado en el seno de la propia Comisión de Pesca de la Cámara de Diputados. Sin embargo, la Bancada Salmonera en el Congreso Nacional no renuncia aún a la imposición de una Ley sin sustento racional y esta permanece en estado de “tramitación”.

Específicamente, en el proyecto se argumenta que esta Ley cubre la necesidad urgente de re-ubicación de los centros de producción salmonera que aún operan en el Fiordo Aysén, ante la persistencia de la ola de sismos que en Abril de este año provocaron derrumbes que destruyeron 14 centros e hicieron desaparecer, hasta hoy, a 4 trabajadores. La seguridad laboral es el principal argumento que sostiene al Proyecto de Ley.

El proyecto de ley contempla la re-asignación de concesiones acuícolas caducadas (por no pago de patentes, principalmente) para ser destinadas a la producción salmonera intensiva, sin la exigencia de una presentación de Declaración de Impacto Ambiental (DIA) como requisito previo a la entrada en operaciones como lo estipula la Ley vigente. Sólo deben ingresar a evaluación ambiental aquellas concesiones reasignadas que operaron sin una DIA, justificándose esta exención del único instrumento de regulación ambiental que existe para la salmonicultura intensiva, en la “tardanza” que implica la elaboración de una DIA y luego su revisión por las oficinas estatales y en el costo, tanto para las empresas como para el Estado, que significa la elaboración y posterior revisión de una DIA.

Tanto la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile (CONAPACH) como las organizaciones ambientalistas OCEANA y Fundación Pumalín, han criticado fuertemente este proyecto, señalando que tras la excusa de la “seguridad de los trabajadores” que aún operan en los centros salmoneros ubicados en el Fiordo Aysén, se oculta otro propósito: facilitar la expansión salmonera hacia Aysén, dado el colapso ambiental que la salmonicultura intensiva ha generado en la X Región y que se manifiesta en plagas y epidemias que la industria salmonera ya es incapaz de controlar.

En un documento titulado “La Ley Flash para la Salmonicultura” 2, la CONAPACH discute la validez de todos los argumentos usados para sostener al Proyecto de Ley, en particular su “temporalidad” y los efectos ambientales y sobre la Pesca Artesanal que este puede generar.

La CONAPACH argumenta que si el propósito de la Ley es la re-ubicación de los centros que operan en el Fiordo Aysén, no se justifica que la Ley sea de carácter “permanente” como lo indica el texto. De igual manera, CONAPACH señala que si la industria salmonera ha sido capaz de generar una degradación ambiental que ha llamado la atención de la comunidad internacional, aún estando bajo la “insuficiente” regulación de una DIA, los efectos de entregar concesiones para salmonicultura intensiva SIN esta mínima regulación, podrían ser aún más catastróficos.

Para la CONAPACH, la salmonicultura intensiva mantiene una gestión ambiental precaria, que la convierte en una actividad INCOMPATIBLE con la Pesca Artesanal. Por lo tanto, al facilitársele a esta industria una expansión hacia Aysén, se pone en riesgo a toda la actividad pesquera artesanal.

Como ejemplo de estas prácticas “incompatibles” con la pesca de baja escala, en el documento de la CONAPACH se exhibe un Cuadro donde aparece el consumo de antibióticos en 5 centros de engorda de salmones que operan en Aysén. De acuerdo a este cuadro (construido en base a las Declaraciones de Impacto Ambiental presentadas por las empresas) por cada tonelada de salmón producida en estos centros, se consumen 3 kilos de antibióticos administrados “oralmente” (mezclados en los alimentos) es decir, un consumo TRES MIL VECES SUPERIOR A LO REGISTRADO EN NORUEGA, donde por cada tonelada de salmón que se produce, el consumo de antibióticos apenas alcanza a UN GRAMO.

OCEANA, en su presentación ante la Comisión Pesca de la Cámara de Diputados, enfatiza también en la “débil fiscalización ambiental” y en el “marco normativo inadecuado” que regulan actualmente la gestión ambiental de la industria salmonera 3. OCEANA cuestiona la argumentación que contempla el Proyecto de Ley para eximir a las empresas de presentación de DIA, puesto que el costo de elaboración y de revisión de las mismas sería menos de un 0,008% del costo que implicaría al Estado reparar el daño ambiental que en 16 años de operación ha generado la descarga de nutrientes desde las balsas-jaulas salmoneras. Tal costo de reparación, según OCEANA, oscilaría entre los US$ 1.245 y US$ 2.443 millones de dólares, sin considerar los peces muertos, las fecas y los miles de toneladas de alimentos que se depositan sobre los sedimentos. Para la organización ambientalista, el “ahorro” señalado en el Proyecto de Ley constituye un nuevo subsidio estatal a la industria salmonera.

La Fundación Pumalín, en un estudio jurídico que hace del Proyecto, señala que con esta iniciativa presidencial se pretende introducir una reforma a la normativa vigente, “eternizando” las concesiones acuícolas, independientemente de las faltas que puedan cometer, pues pasarían de un titular a otro sin nuevos estudios de impacto ambiental. Subraya que la DIA es una Declaración Jurada que realiza un titular y que, si se aprueba el Proyecto de Reasignación, el nuevo titular no tendrá obligación alguna de cumplir. Para Fundación Pumalín, el eximir de la DIA a los proyectos que ocupen las concesiones reasignadas también constituye una forma de subsidio estatal injustificado, pues el costo de una DIA apenas representa el 1,7% de la inversión que requiere la instalación de un centro de producción salmonera.

Tanto Para la Fundación Pumalín como para CONAPACH, la “causa real” que justifica a este Proyecto de Ley es impulsar el crecimiento de la industria salmonera, sin importar costos sociales ni ambientales. Pumalín lo declara explícitamente: “…El proyecto de Ley en cuestión demuestran la obsesión de ser el primer país del mundo en producción de salmónidos en cautiverio y la única forma de lograrlo no es por medio de la eficiencia, sino con el otorgamiento rápido de concesiones y autorizaciones de acuicultura y con la reasignación de proyectos completos sin necesidad de ingresar a evaluación de impacto ambiental”. Para la CONAPACH, mientras tanto, la iniciativa presidencial “…representa un paso más en la “estrategia independentista” de la Industria Salmonera, que en los últimos años no ha ocultado sus intenciones de dotarse de normas propias, fiscalizaciones propias e incluso sanciones propias para auto-regular sus operaciones. Es decir, un Estado Salmonero dentro del Estado chileno”.

Las muertes de trabajadores en accidentes laborales de todo tipo, las persecuciones a los sindicatos y a sus dirigentes, las condiciones de trabajo que se registran tanto en centros de producción como en plantas faenadoras, no hablan de una preocupación de los empresarios salmoneros por sus trabajadores, como se argumenta en la Ley “Flash”. Por el contrario, hablan de una industria sin responsabilidades ambientales ni sociales, que ha crecido gracias al encubrimiento estatal a todos sus abusos, que están a la vista de todos… y en todo el mundo.

Las epidemias consecutivas de Síndrome Rickettsial del Salmón (SRS) de Caligus sp. (“piojo de mar”) y últimamente de Anemia Infecciosa del Salmón (ISA, en inglés) que en menos de un año han generado mortalidades nunca antes declaradas por la industria salmonera, son el síntoma de un avanzado colapso ambiental que se registra en la X Región de Los Lagos, colapso que ha causado la industria salmonera precisamente por las enormes facilidades ambientales que el Estado le sigue entregando. Los salmoneros necesitan salir de la X Región, donde ya no pueden convivir con las enfermedades que introdujeron y desarrollaron con su deficiente manejo. Aysén es el lugar apropiado… hasta la próxima plaga. ED.

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Isla de Chiloé: ¿La nueva Sicilia?

El cerco informativo que la industria salmonera ha logrado tender para evitar que se conozcan algunos de sus procedimientos más recurrentes en materias laborales y ambientales, no ha impedido, sin embargo, que las Organizaciones No-Gubernamentales (ONGs) y algunos valientes logren denunciarlas en más de una ocasión. En un reporte de ECOCEANOS de Julio de este año, un estudiante de Medicina Veterinaria, dependiente de una empresa “contratista” de la salmonera INVERTEC (ligada a la familia Montanari Mazzarelli) denunció cómo fue amenazado de muerte por empleados de la firma cuando intentó impedir la matanza de lobos marinos en las cercanía de un centro de producción salmonera ubicado en la Isla de Chiloé.

Este es un extracto del reportaje mencionado a la nueva Sicilia construida por el imperio salmonero: la Isla Grande de Chiloé, donde se trata de imponer una industria Sin Dios Ni Ley….

DENUNCIAN MATANZA DE LOBOS MARINOS EN ZONA DE SALMONERAS DE CHILOÉ

A pesar que es prohibido matar lobos marinos, diversas denuncias se vienen registrando en los lugares donde operan las granjas de cultivo de salmón en Chiloé.

Chiloé de Chile/ 12 Julio de 2007- (Ecoceanos News)—El martes 3 de julio en el Estero Huelpún de la Isla Cailín, en Quellón, yacían varados dos lobos marinos (Otaria Flavescens), y un tercero se encontraba flotando en las aguas. Esta escena fue grabada en video y luego difundida por un canal de televisión local, el que denunció la matanza de esta especie protegida y que se encuentra prohibida su caza.

Los antecedentes sindican como responsable de este delito a una empresa salmonera del sector, pero como es habitual no se aplicaron sanciones. La única vía son los tribunales de justicia, pero pocos se atreven a denunciar por temor a represalias y los trabajadores de los centros de cultivo –muchos de los cuales han sido testigos presenciales de estas matanzas-, guardan silencio para cuidar su empleo.

El Capitán de Puerto de Quellón, Felipe Hernández Gallardo, dijo a Ecoceanos News que “el mismo día que recibimos la denuncia se verificó el sector y encontramos un lobo muerto, pero llevaba bastante tiempo, por lo que no pudimos establecer si había sido muerto producto de armas de fuego o no”.

En todo caso, en la inspección realizada en la patrullera Chiloé “detectamos que el centro de cultivo de salmones cuestionado en este caso, de la empresa Yadrán, en el sector de la Isla Cailín, tiene un sistema de disparo neumático. De estas escopetas que se ocupan en los aeropuertos.

TEMOR A LAS SALMONERAS

El temor a denunciar es el principal impedimento para dar con los responsables de estos ilícitos. Sebastián González estudiante de medicina veterinaria conoce las represalias de cerca. Hace dos semanas fue testigo de una matanza de lobos marinos en un centro de cultivos de la empresa Invertec, ubicado en el sector Punta Yelqui, Isla Lemus, frente a Chonchi.

“Eran como siete lobos marinos, de los cuales cinco eran cachorros. Entonces llega el encargado del área en una panga y empieza a matarlos”, relató a Ecoceanos News.

El joven, que hace cinco meses trabaja en la empresa Sercomar, que presta servicios a salmoneras de Chiloé, se opuso al ilícito y posteriormente denunció el hecho a Carabineros y la Autoridad Marítima.

“Al oponerme (el operario salmonero) dejó de matar a los lobos y me apuntó con su escopeta en la cabeza. En media hora llegaron los marinos y el hombre ya había escondido el arma. Se subió a una panga y se fue. Los trabajadores desmintieron todo. Dijeron que se trataba de un conflicto interno”, relató González.

Pero a modo de represalia, la empresa Sercomar envió al joven estudiante a trabajar en un centro de cultivo ubicado en la Isla Linlin, frente Dalcahue, de propiedad de la transnacional Marine Harvest.

“Cuando llegué al centro de Marine Harvest, lo primero que veo es a un hombre con una escopeta disparándole a unos lobos. Él me dijo que (este tema) debía quedar entre nosotros”.

A juicio de González, “el poder económico maneja la justicia y entonces es muy difícil hacer algo para detener las matanzas”.

El trabajador aseguró que ha recibido llamadas sugiriéndole guardar silencio, “que estoy jugando con fuego”, “que pare las denuncias o si no correría peligro”, precisó.

(Ver reportaje completo en www.parlamentodelmar.cl)

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Salmonicultura y Antibióticos: ¿Una amenaza para la salud humana?

En Agosto de este año, el Programa Salmonicultura de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile (CONAPACH) publicó el reporte de un estudio ejecutado en el Estuario del Reloncaví, acerca de las cargas ambientales de materia orgánica, antibióticos y nutrientes que 18 centros de engorda de salmónidos generan en ese sistema 1.

Por concepto de materia orgánica, estos 18 centros salmoneros producen una carga equivalente a una población humana de 950 mil habitantes, esto es, una población 250 veces mayor a la que habita toda la Comuna de Cochamó, donde el 70% de sus 4 mil habitantes vive bajo la línea de la pobreza (CASEN, 2003) y preguntándose dónde estarán la “riqueza” y el “progreso” que prometió la salmonicultura cuando comenzó a operar en este fiordo hace 20 años.

Sin duda, los resultados más impactantes que contiene el informe de CONAPACH se refieren al uso masivo de antibióticos en la producción salmonera que se obtiene en el Estuario. De acuerdo a las estimaciones hechas en base a las dosis de antibióticos que los centros salmoneros declaran en sus respectivas Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) las empresas estudiadas, en conjunto, pueden llegar a ocupar hasta 85 toneladas anuales de antibióticos suministrados por “vía oral”, es decir, mezclados con los alimentos. La producción conjunta de estos 18 centros es de 30.401 toneladas anuales. Luego, por cada tonelada de salmón que estos centros producen, se ocupan casi 2,8 kilogramos de antibióticos al año, un consumo casi tres mil veces superior al consumo de la salmonicultura Noruega, donde por cada tonelada de salmón producida se ocupa UN GRAMO de antibióticos 2.

La diferencia extraordinaria en el consumo de antibióticos en ambos países representa no sólo la calidad en el manejo de la producción, sino también la diferente responsabilidad social de los Estados cuando son llamados a proteger o la salud de sus habitantes o los intereses empresariales: en Chile no hay limitación alguna para este uso irracional de antibióticos en la salmonicultura intensiva y el Estado se ha desentendido de las graves consecuencias ambientales y sobre la salud humana que generará esta práctica empresarial.

En Chile se han desarrollado estudios científicos que dan cuenta claramente de los efectos ambientales y la amenaza para la salud humana que ya está representando este uso ilimitado de antibióticos en la salmonicultura chilena.

Es especialmente preocupante la generación de cepas de bacterias “resistentes” a los antibióticos en la flora bacteriana de la columna de agua y sedimentos de los sistemas acuáticos intervenidos por esta actividad económica ambientalmente insustentable. El uso de antibióticos sin control alguno produce una “selección” de bacterias que resisten los efectos bactericidas de los medicamentos, transfieren luego estas “resistencias” a su descendencia o bien a otras bacterias hasta que, finalmente, se producen poblaciones inmunes a la acción de los antibióticos.

En muestras tomadas en ambientes acuáticos ocupados por operaciones salmoneras en Chile, ya se han detectado genes de “resistencia” en bacterias recogidas de sedimentos, columna de agua e incluso en los pellets de alimentos que se suministran a los salmones en cautiverio. Bacterias con genes de resistencia a la Oxitetraciclina (el antibiótico más usado en la salmonicultura chilena) se han detectado en centros salmoneros de agua dulce en los lagos Llanquihue y Natri (Chiloé) y en las cercanías de Puerto Montt y Queilen (Chiloé) 3.

Publicaciones científicas señalan que el 70% de la Oxitetraciclina que se suministra oralmente a salmones en cautiverio se pierde en el medio acuático intervenido. El efecto más preocupante para la salud humana guarda relación con la generación de cepas de bacterias “resistentes” y la transferencia de estas resistencias desde el medio acuático al terrestre, donde pueden originar cepas altamente inmunes a los antibióticos entre poblaciones de bacterias causantes de enfermedades humanas. La transferencia de “resistencias” puede adoptar mecanismos tan sencillos como el consumo de productos del mar que las contengan 4 . Por ejemplo…. salmones.

En otras palabra, la investigación científica es concluyente respecto al riesgo sanitario que constituye el uso masivo e ilimitado de antibióticos en toda la producción ganadera y acuícola, como sucede en Chile por simple miopía del Estado y de sus órganos fiscalizadores y la indiferencia de los empresarios del salmón (y de su red de influencias, especialmente la instalada en el Congreso Nacional) respecto a la salud de los chilenos.

El uso liberado de antibióticos con que la industria salmonera combate las enfermedades que una tras otra genera su propia ineficiencia, hacen que esta actividad, además de riesgosa para la salud humana, sea incompatible con la pesca artesanal, especialmente aquella que se sustenta en la explotación de bancos naturales de moluscos o de áreas de manejo: los mariscos cercanos a balsas-jaulas salmoneras no sólo filtran partículas de heces y de alimentos de salmones suspendidas en la columna de agua… también antibióticos.

Cuando se implementen las certificaciones de calidad (“trazabilidad”) de los productos del mar que ya exigen los mercados extranjeros, quizás será demasiado tarde para reaccionar, tanto para la Pesca Artesanal como para la salud de los chilenos, considerando que entre el 70 y el 80% de los productos del mar que abastecen a los mercados internos, provienen de la X Región de Los Lagos.

Héctor Kol
Programa Salmonicultura, CONAPACH

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