Missisipi sufre división social por platas de Celco Arauco

En vista que desde la revista Qué Pasa, brazo mediático de Copesa y propiedad del empresario Álvaro Saieh Bendeck, ejecutivos de Celco han cuestionado la veracidad de las informaciones que hemos emitido respecto a la empresa dirigida por Roberto Angelini, desafiamos a quienes trataron de desacreditar nuestra labor periodística a que desmientan los hechos que […]


En vista que desde la revista Qué Pasa, brazo mediático de Copesa y propiedad del empresario Álvaro Saieh Bendeck, ejecutivos de Celco han cuestionado la veracidad de las informaciones que hemos emitido respecto a la empresa dirigida por Roberto Angelini, desafiamos a quienes trataron de desacreditar nuestra labor periodística a que desmientan los hechos que El Ciudadano expone en el siguiente reportaje publicado en nuestra edición impresa número 56 de mayo de este año.

Celco ha gatillado la división social en el sur, pero nunca podrá comprar nuestra libertad de expresión como si lo ha hecho con la conciencia de algunos pescadores, quienes han llegado a agredir a sus pares por dinero de Angelini.

Mientras, la prensa que protege los intereses del gran empresariado (entre ellas Qué Pasa) no informa sobre concesiones mineras, ataques físicos a mujeres y niños, “secuestros” y los maltratos psicológicos que son víctimas los habitantes de esta pequeña caleta del sur de Chile. Situación inédita en nuestro país.

MISSISIPI EN LLAMAS

Alan Parker, director del exitoso filme “Missisipi en llamas”, nunca pensó que el título de su película ilustraría la cruda realidad que vive la pequeña caleta de pescadores del mismo nombre que el río norteamericano, ubicada en las costas de Mariquina en la Región de Los Ríos.
Para acceder a Missisipi hay que pasar por la caleta de Mehuín y cruzar su límite natural, el tranquilo río Lingue. Pero allí, sólo el curso de agua es apacible, ya que dichas localidades —de población mayoritariamente mapuche-lafquenche—, viven una indiscutible división social que se ha desatado a partir del plan de Celulosa Arauco (Celco) que pretende instalar un ducto de desechos industriales, provenientes de su principal fábrica en la zona.
A principios de abril, Missisipi fue escenario de una violencia sin límites. Una horda hostil de 100 pescadores, directamente vinculados a quienes recibieron, en octubre del 2007, fondos por $ 3 millones de Celco para apoyar la instalación del ducto, atacó la sede del Comité de Defensa del Mar, donde se reúnen quienes están en contra de la construcción de la tubería de la empresa de Roberto Angelini.
“Llevamos 12 años luchando, pero cuando llegó Celco con plata empezó a dividir la gente”, asegura Germán Segundo Nahuelpan Martin de Missisipi.
La desigualdad de los actores en este escenario es evidente. Las comunidades son pequeñas y pobres, mientras que Celco, en su rubro, es un gigante a escala mundial. Pero Goliat fue derrotado una vez. La filial de Copec perdió la batalla en 1998, cuando pretendía instalar el emisario en Mehuín. La lucha fue dura, pero Mehuín dijo no y fue una de las pocas veces, sino la única, en que un pueblo se rehusó a ser afectado por un mega proyecto insensible a los daños que provocan al entorno natural, social y humano.
Luego del fracaso la firma comenzó a verter sus desechos al río Cruces. Acto seguido, miles de cisnes de cuello negro comenzaron a morir producto de los elementos tóxicos. La hecatombe ambiental se hizo presente y Celco tuvo que barajar otra opción para evacuar: otra vez Mehuín.
La oposición de los mapuche-lafquenche es argumentada sobre la base de que los desechos del ducto aniquilarán la vida de los seres que viven en el mar, su sustento y el pilar de una cultura con raíces ancestrales. Por ello, resulta difícil de entender que los vecinos de Missisipi, unidos por vínculos familiares, laborales y culturales, estén divididos por una compañía que sólo piensa en el lucro.

CRUDOS TESTIMONIOS

El 2 de abril fue el día que la turba atacó la sede en Missisipi. Los “vendidos” se movilizaron en embarcaciones, atacaron con piedras y elementos contundentes a los pescadores de Missisipi. Fruto de la violencia, algunas mujeres acabaron con severas lesiones por impactos de puño y piedras, por lo que debieron ser trasladadas a la posta más cercana. Además, fueron recluidas a la fuerza un grupo de mujeres de un puesto de comida de la agrupación agro turística lafkenche en la caleta de Mehuín. Las trabajadoras permanecieron por más de seis horas encerradas a la fuerza, tiempo durante el cual recibieron amenazas de muerte en su contra y sus grupos familiares.
“Estuvimos secuestradas desde las cinco de la tarde hasta las once de la noche. Después de muchos llamados que hicimos llegó el mayor de Carabineros a decirnos que salgamos. Y nosotras, no íbamos a salir hasta que los vendidos sacaran los botes” que bloqueaban la salida del local, explica una de las retenidas, Fabiola Florentina Marilaf Nahuelpan.
Los pobladores de Missisipi están con la moral por el suelo, hay desazón y desilusión. “Bajaron de los botes muchas personas, calculo alrededor de 100. Llegaron atacando la sede y a la gente. Vi a uno con un hacha. Siento angustia, frustración. Nadie me escucha. Hacen como que no existimos para las autoridades. No vienen a decir nada”, sostiene María Viviana Nahuelpan Guilitraro.
Y no sólo tiraban piedras “los vendidos”, además hubo intimidaciones. “Dentro de todas las personas que nos amenazaban de muerte se encontraba Marcos Aguirre Contreras, conocido como “fatiga”. También estaban Mario Chaura, Héctor Contreras, Benito Quezada, Abelardo Peña. Incluso hay un video en donde aparecen muchos otros”, expresa Víctor Gonzalo Llanquimán Quilapán.
Cristian Mauricio Burgos Araya, también de Missisipi, corrobora la versión anterior: “Dentro de las personas que me amenazaron de muerte están Gilberto Alexis Hualme y Mario Chaura. Ellos eran los que dirigían. Me decían que cuando pasara por Mehuín me iban a matar. Me da rabia todo esto, me da impotencia y tristeza. Acá hay resguardo policial, pero ellos cuidaban a los bandidos, no a nosotros”.
La presencia policial es muy cuestionada por la comunidad. Se supone que el gobierno regional envío un contingente de fuerzas especiales de carabineros para proteger a los pobladores de las hostilidades, no obstante, se instalaron dentro de la escuela, afectando el desarrollo normal de las clases y, al parecer, equivocaron el bando a defender.
“Respecto a los carabineros de las fuerzas especiales, no se sabe qué pensar. Supuestamente están para protegernos a nosotros, pero no es así. Ellos están protegiendo a los ‘vendidos’. Ellos (los vendidos) quieren sacar el ducto al mar a la fuerza. Bueno, Celco es el gobierno. No sé hasta dónde llegaremos, pero seguiremos resistiendo, estamos defendiendo al mar”, declara Víctor Jovino Lienlaf Antilaf.
Los alumnos de la escuela de Mehuín también son víctimas de agresiones. Según Rosa Quezada Echeverría, sus hijas están mal psíquicamente por culpa de un docente: “A ellas las está agrediendo psicológicamente el profesor John Melgarejo. Él siempre las anda provocando, les anda diciendo que son tontas porque sus papás no han negociado” con Celco.
Los maltratos psicológicos a consecuencia del asalto en Missisipi se multiplican en los pobladores: “Tengo mucha pena. Mucho dolor en mi corazón y otra hermana más que está en la misma circunstancia, está prácticamente en shock. Yo igual estoy así, con daño psicológico, con miedo, temor. No podemos salir, ni siquiera a comprar ni trabajar. Yo voy a hacer clases a la universidad y también trabajo en una farmacia mapuche en Valdivia. Ahora no lo puedo hacer”, sentencia Claudia Inglés Hueche.


ENCAÑONAN A JOVEN

Pero, qué es lo que falta: las armas de fuego. “Jairo Muñoz le puso una pistola en la cabeza a mi hijo. Me siento muy angustiada porque no tienen respeto ni con los niños. Pensé en retirarlo del colegio, para la integridad de él. Mi hijo está en 4º medio y ya no quiere seguir estudiando”, afirma Manuela Quilapán Imigio.
Otro caso. Según Estanniz Saúl Paillán Pacheco, hubo disparos en contra de los que estaban con él.
“Fuimos atacados a balazos, por lo que me sentí impotente. Tuve que arrancar, porque éramos 3 compañeros defendiendo la mar. A mí me tienen de blanco. Don Eliab (Viguera) también lo quieren linchar, liquidarlo, para que así esta cosa tenga menos fuerza. Si a mí me llegaran a matar, sería un triunfo de ellos, porque soy el que mueve las embarcaciones”.
Paillán Pacheco menciona a Eliab Viguera, el tenaz ex vocero del Comité de Defensa del Mar. El dirigente, con otras cuatro personas, fue increpado por un grupo de 70 personas el 5 de abril. Esto ocurrió en las cercanías del lugar donde se cruza el río Lingue para acceder a Missisipi. El propósito de los “vendidos” era agredir a Viguera. Pero, había una pareja de carabineros, quienes impidieron que sucediera el ataque. No obstante, gritaron improperios y amenazas de muerte. Un dato: No hubo mayores sanciones para los agresores.
A raíz de esa emboscada, los dirigentes decidieron alejar de la vocería a Viguera, por temor a que se viole su integridad física y la de su familia. “Sin duda, siento dolor por lo ocurrido, porque si hay un culpable con esta situación, ese no soy yo. Ese es Celco, que dividió a la comunidad, por haber puesto dinero y aun más, se presume que Celco haya contratado a más de 40 sicarios en la localidad de Mehuín, con el único objetivo de amedrentar y terminar con la defensa del mar, producto que ellos están desesperados”, sostiene el dirigente.


“TERRENOS ABIERTOS E INCULTOS

El boletín Oficial de Minería de Santiago del jueves 10 de abril, publicó las nuevas concesiones mineras de explotación (también pueden ser de exploración) solicitadas por Celco, y que dan cuenta del trazado que pretende tener el ducto al mar que la empresa necesita construir para seguir operando en la Región de Los Ríos. Según se aprecia en el trazado, la concesión minera es de 5.790 hectáreas que van paralelas al camino que une a San José de la Mariquina con la playa de Mehuín. En total cubre una distancia de 70 kilómetros.
Del todas las hectáreas solicitadas, 600 corresponden a todo el subsuelo de Mehuín, ¡Todo el pueblo! Y curiosamente, el texto dice que son terrenos “abiertos e incultos”.
“A Usía respetuosamente digo: Que, deseando constituir concesiones mineras de explotación o pertenencias mineras, a favor de mi representada, vengo en manifestar un yacimiento de sustancias concesibles, ubicado en terrenos abiertos e incultos”, dice el documento. Acaso no existen cultivos y no vive nadie en esas 5.790 hectáreas…

Con esto se abren las puertas para que Celco pueda finalmente desarrollar su controvertido proyecto de ducto submarino y descargar sus riles en Mehuín. La solicitud salió a la luz porque casualmente a alguien se le ocurrió revisar el boletín oficial de minería. En vista de esto, lugareños y organismos de derechos humanos están barajando la posibilidad de presentar un recurso de protección para oponerse a la solicitud.

Por Mauricio San Cristóbal

Video del ataque masivo: http://www.youtube.com/watch?v=mXinTXzGP50


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