Nuestro cielo como recurso natural, los observatorios extranjeros y la huelga de ALMA

Puro Chile es tu cielo azulado

Puro Chile es tu cielo azulado. Desde los albores de la república nuestros cielos han sido considerados una de nuestras riquezas, así lo expresa la canción nacional. En estos días los trabajadores del Observatorio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array, www.almaobservatory.org) están eh huelga.

ALMA es uno de los varios observatorios astronómicos internacionales que hay en el norte de Chile, inició su construcción el año 2003 y se inauguró en marzo de este año. ALMA es una asociación entre Europa, Norteamérica y Asia del Este en cooperación con Chile. Es financiada desde Europa por la Organización Europea para la Investigación Astronómica en el Hemisferio Austral (ESO), desde Norteamérica por la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU. (NSF) en cooperación con el Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá (NRC) y desde Asia por el Consejo Nacional de Ciencia y la Academia Sinica (AS) en Taiwán, y por los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales (NINS) de Japón. La construcción y operaciones de ALMA son conducidas a nombre de Europa por ESO, a nombre de Norteamérica por el Observatorio Radio Astronómico Nacional (NRAO), que es operado por Associated Universities, Inc. (AUI) y a nombre de Asia del Este por el Observatorio Astronómico Nacional de Japón (NAOJ). El Joint ALMA Observatory (JAO) tiene a su cargo la dirección general y la gestión de la construcción, como también la puesta en marcha y las operaciones de ALMA [1]. Durante su inauguración en marzo de 2013 el Presidente de la República de Chile, Sebastian Piñera, señaló, “Uno de nuestros muchos recursos naturales es el espectacular cielo nocturno de Chile. Creo que la ciencia ha sido una contribución vital para el desarrollo de Chile en los últimos años. Estoy muy orgulloso de nuestras colaboraciones internacionales en astronomía, de las cuales ALMA es el mayor resultado y el más reciente” [2].

Contrasta con lo anterior la situación que viven los trabajadores en ALMA, “los trabajadores exigen un reajuste salarial del 15%, además de mejoras en las condiciones de trabajo. Cuenta con el telescopio más moderno del mundo, pero en sus dependencias denuncian que no hay lugar para almorzar” [3].

El Sindicato de Trabajadores de ALMA está en un en un proceso de negociación con su empleador, el consorcio de universidades estadounidenses Associated Universities Inc (AUI). Como las conversaciones fracasaron se aprobó ir a huelga, la que se hizo efectiva a partir del 22 de agosto recién pasado. “Entre quienes votaron la huelga hay doctores en física y astronomía, ingenieros y técnicos en electrónica, mecánica y computación, y personal logístico y administrativo” [3]. Víctor González, presidente del sindicato que agrupa a 195 de los 270 trabajadores hace notar que existen ambigüedades en la forma en que el consorcio AUI se relaciona con Chile. Por un lado, los contratos con los trabajadores se hacen de acuerdo a la ley laboral chilena, pero la Inspección del Trabajo no puede supervisar debido a que AUI invoca la inmunidad diplomática que Chile le concedió a ALMA. Los detalles este conflicto pueden seguirse en www.sindicatoalma.cl

Esta contingencia nos hace preguntarnos si los beneficios que aportan al país los observatorios internacionales instalados en el norte son suficientes y adecuados. Para responder esto primero debemos tener presente que tal como lo señala nuestra canción nacional, y también lo señalara en marzo pasado el Presidente de la República durante la inauguración del ALMA, el cielo es un recurso natural que le pertenece a Chile. Nuestros cielos del norte son los cielos que los consorcios internacionales, dueños de los observatorios necesitan, sin cielos como los nuestros sus observatorios no sirven. Es decir, nosotros, Chile, somos dueños de algo que ellos quieren y por tanto tenemos la capacidad de negociar aquello por algo que nosotros no tenemos y quisiéramos tener. Cabe señalar que la construcción de ALMA se inició en 2003, por lo tanto las negociaciones con el Gobierno de Chile se iniciaron antes de esa fecha y han involucrado a varios gobiernos.

En particular el convenio de colaboración científica para el fomento de la investigación astronómica firmado el 28 de Octubre de 2003 entre CONICYT (representado por su presidente Eric Goles), AUI (representada por Eduardo Hardy) y ESO (representada por Daniel Hofstadt) en los considerando 1 a 4, señala [4]:

“1.- La importancia que ALMA, a ser construido, reviste para las ciencias a nivel internacional como el principal instrumento astronómico de comienzos del siglo 21;
2.- La importancia que ALMA representa para Chile, como gran oportunidad para el desarrollo de la astronomía nacional, la ingeniería y otras ciencias afines, como también para la Región II;
3.- La naturaleza única, a nivel mundial, de los terrenos en que se emplazará dicho instrumento, ubicados en la reserva científica de Chajnator, administrada por CONICYT desde 1998, comuna de San Pedro de Atacama, II Región, Antofagasta;
4.- La importancia que este Proyecto puede representar para el desarrollo socio-económico de la zona donde se ejecutará.”
Los beneficios que otorgan los observatorios internacionales son principalmente tiempo de tiempo de observación para los astrónomos chilenos o extranjeros vinculados a alguna universidad chilena y algunos proyectos para desarrollar la astronomía en Chile. El convenio con ALMA antes citado establece que: a) ESO y AUI harán un aporte anual al Estado de Chile equivalente a 700.000 (setecientos mil) dólares los que se destinarán al pago de la concesión de los terrenos, al desarrollo de la astronomía nacional y al progreso económico social de la región, según acuerdos específicos para cada caso, b) se apartará un 10% de observación para la astronomía chilena, c) AUI y ESO harán un pago anual de 184.466 (ciento ochenta y cuatro mil cuatrocientos sesenta y seis) dólares americanos y 169.598 (ciento sesenta y nueve mil quinientos noventa y ocho) Euros respectivamente, a CONICYT. El convenio establece además que los recursos aportados por AUI y ESO serán utilizados por CONICYT para el establecimiento de un fondo para el desarrollo de la astronomía chilena. Este fondo será administrado por CONICYT en consulta con un comité mixto. El comité mixto estará integrado en forma paritaria por ejecutivos de ALMA por una parte, y por un representante de CONICYT, un representante de la astronomía chilena (también nombrado por CONICYT) y un representante del Ministerio de Relaciones Exteriores, por la otra.

Conviene poner estas cifras en contexto. El costo del proyecto total de la construcción y operación de ALMA a la fecha es de unos mil cuatrocientos millones de dólares [5]. Chile recibe anualmente del orden de un millón cien mil dólares de parte de ALMA, mas el 10% de tiempo de observación (luego me referiré al tiempo de observación). Un millón cien mil dólares anuales por el arriendo de los terrenos y el uso de nuestros cielos. Sería interesante saber en qué se han usado los 700 mil dólares que desde enero de 2004 recibe el Estado de Chile. Por su parte CONICYT recibe unos 410 mil dólares anualmente. Esta cifra es equivalente a unos 7 proyectos FONDECYT anuales, o a poco menos de un y medio proyecto Anillo de Investigación Asociativa de CONICYT. El año 2012 FONDECYT aprobó 1.017 proyectos por un monto promedio de 60 mil dólares para el primer año. Cabe señalar que actualmente FONDECYT mantiene más de 2.400 proyectos en ejecución y CONICYT unos 50 proyectos Anillos de Investigación Asociativa. El Estado de Chile invierte anualmente del orden de 120 millones de dólares anuales a través de FONDECYT en investigación científica y tecnológica [6]. Es importante señalar que CONICYT mantiene además otros instrumentos e iniciativas para la investigación científica y tecnológica y divulgación de la misma. En este contexto podemos decir que el aporte de unos 410 mil dólares anuales por parte de ALMA es miserable.

Actualmente CONICYT administra estos aproximadamente 410 mil dólares a través del Fondo ALMA-CONICYT para el desarrollo de la astronomía chilena. El objetivo del concurso convocado para el año pasado era: “El concurso está destinado a apoyar el desarrollo de la Astronomía chilena. Por ejemplo, mediante la contratación de nuevos astrónomos, postdoctorantes y técnicos, el fortalecimiento de programas de estudios de postgrado, iniciativas de índole teórica o tecnológica, sin exclusión de otras iniciativas de desarrollo de la astronomía nacional para las cuales sea difícil encontrar fuentes alternativas de financiamiento.” Señala además, “para esta convocatoria, el Comité Mixto está interesado en recibir propuestas que comprendan colaboraciones multi-insitucionales para el desarrollo de la infraestructura requerida, instrumentación milimétrica y sub-milimétrica, recursos humanos y experiencia para apoyar a la comunidad en la preparación de propuestas y en el análisis de datos e interpretación científica de resultados obtenidos con ALMA” [7]. Se adjudicaron 10 proyectos por dos años por un monto promedio anual de 36 mil dólares. Ocho de los proyectos se adjudicaron en universidades de Santiago, uno en Coquimbo y uno en Valparaiso. Tres proyectos eran para apoyar la formación de estudiantes de postgrados, dos para la contratación de investigadores postdoctorales, uno para el apoyo de un núcleo de astrónomos en una universidad privada, uno para una investigación específica de astronomía, dos relacionados con procesamiento de imágenes y dos relacionado con desarrollo de instrumentación [8]. Este año hay un nuevo concurso en proceso, el que debería adjudicarse durante septiembre.

Consideremos ahora el 10% del tiempo de observación que está disponible para los astrónomos chilenos o extranjeros vinculados a universidades nacionales. El costo de una jornada de observación en un observatorio astronómico de primer nivel tiene un costo de unos 50 mil dólares. Esto nos permite hacer una estimación de cuánto dinero podría significar este 10% de observación de ALMA. Para hacer una estimación consideremos el mejor de los casos, siendo ALMA un observatorio radioastronómico en principio se puede observar las 24 horas del día, lo que significa 3 jornadas diarias, supongamos además que se puede observar los 365 días del año (lo que no es real ya que se requiere tiempo de mantención además que no se puede observar cuando las condiciones climáticas no lo permiten). Esto nos da unos 55 millones de dólares al año, el 10% de esto es 5,5 millones de dólares (estos números son sólo una estimación pero dan una idea del orden de magnitud). Para tener una idea de cuánto significa un millón de dólares para la ciencia en Chile recordemos que el Estado chileno a través de FONDECYT invierte del orden de 120 millones de dólares al año en investigación.

Es importante señalar que la comunidad de astrónomos en Chile es pequeña para dar uso al 10% de observación de ALMA y de otros observatorios internacionales ubicados en Chile. Luego parte de ese tiempo termina siendo usado por astrónomos extranjeros.

Muchos sostienen que recibimos ese 10% de tiempo de observación gratis. No, no es gratis, es a cambio de un recurso natural de Chile, el cielo. Cabe señalar que además Chile le ha dado a los consorcios internacionales una serie de garantías, como por ejemplo inmunidad diplomática, y sería bueno entender cuál es el alcance real de estas garantías.

¿Se beneficia la astronomía chilena con este convenio?, por supuesto que sí, pero ¿es suficiente y adecuada la compensación que Chile recibe? ¿Por qué se beneficia principalmente la astronomía chilena y no todas las áreas de la ciencia y el resto del país? Debo aclarar que no estoy en contra de los astrónomos ni de los beneficios que ellos reciben, no pretendo que nos pisemos la capa entre superhéroes. Qué culpa tienen los astrónomos si alguna autoridad de gobierno les pregunta si quieren observatorios astronómicos de primer nivel en Chile y qué quieren de ellos, obviamente los astrónomos responden desde su actividad y experiencia. No son ellos los llamados a hacer políticas públicas adecuadas para Chile. Es responsabilidad de las autoridades del Estado hacerlas y hacía ellas va mi cuestionamiento.

Vuelvo a señalar que el costo del proyecto total de la construcción y operación de ALMA a la fecha ha sido de unos mil cuatrocientos millones de dólares. Es decir se han gastado unos mil cuatrocientos millones de dólares. Cuánto de esa cantidad se ha gastado en Chile, muy poco, la gran mayoría se gastó afuera. Todos los instrumentos se desarrollaron en el extranjero. De hecho hasta hace un par de años lo único que se compraba en Chile era el pan. Por otro lado la instalación de ALMA incluye el compromiso de parte de Chile de no realizar actividades que pudiesen interferir con las actividades del observatorio (esto incluye no generar ondas de radio en la zona, no desarrollar proyectos mineros, etc.). Por su parte los observatorios que funcionan en el rango óptico han manifestado al Ministerio del Medio Ambiente su preocupación por la contaminación con luz artificial que estaría produciendo el crecimiento de las ciudades de Antofagasta y La Serena. Recientemente se ha aprobado una norma lumínica para Antofagasta y La Serena que establece el uso de determinadas luminarias para evitar la contaminación lumínica que afectaría a los observatorios. El costo de estas nuevas luminarias es con cargo al Estado de Chile, no a los observatorios [9].

Para demostrar que la compensación que Chile recibe por parte de estos consorcios astronómicos es insuficiente e inadecuada falta valorizar lo que Chile aporta y qué otro tipo de compensación podríamos recibir. El punto crucial de un convenio como el que aquí se cuestiona es que Chile es el dueño de algo que los consorcios internacionales, dueños de los observatorios, quieren y necesitan. No nos están regalando nada. Nos están dando una compensación por algo que es único en el mundo (tal como lo establece el considerando 3 del convenio) y que ellos no tienen. En estas condiciones Chile está en capacidad de negociar aquello por algo que nosotros no tenemos y quisiéramos tener. Sin nuestros cielos sus observatorios no sirven, o sino que se dediquen a observar sus mil cuatrocientos millones de dólares.

¿Qué otros beneficios podríamos obtener como una justa compensación por nuestro aporte a estos observatorios internacionales? ¿Qué no tenemos y quisiéramos tener? Me atrevo a decir que en relación a una colaboración científica tecnológica de esta magnitud quisiéramos tener capacidad de generar conocimiento, capacidad de desarrollo tecnológico, desarrollo económico y social y respeto a nuestras leyes y soberanía. Entre las cosas que podrían solicitarse a cambio de los terrenos, cielos y garantías que Chile pone al servicio de estas instalaciones señalo:

1.- Participación en el desarrollo e implementación de las tecnologías e instrumentación de los observatorios. Si bien no estamos en condiciones de proveer cámaras CCD y fibras ópticas por ejemplo, si podríamos integrar diferentes tecnologías en Chile y fabricar instrumentos científicos de precisión. Si no tenemos la capacidad para hacerlo podemos pedir hacerlo en colaboración con las instituciones extranjeras, así aprendemos a hacerlo y creamos capacidad de desarrollo tecnológico e instrumentación en el país. A partir de esto se podrían crear empresas de desarrollo tecnológico que prestarían servicios durante la construcción de los observatorios, así una parte importante del costo de la instalación se gastaría en Chile. Posteriormente estas empresas podrían prestar servicios a otras ciencias o industrias en Chile y el extranjero.

2.- Entrenamiento y pasantías para estudiantes y profesionales técnicos en los talleres mecánicos, eléctricos, electrónicos, ópticos, etc. de los observatorios en Chile y en las instituciones asociadas en el extranjero. Con esto no sólo se beneficiaría la educación superior universitaria sino también la educación técnica superior.

3.- Tiempo de talleres y asesorías para uso de otras ciencias experimentales en Chile, de manera que diferentes grupos de investigación en Chile puedan solicitar el apoyo en el diseño y luego la confección de piezas mecánicas, ópticas, elementos electrónicos, etc. para el desarrollo de investigaciones específicas.

4.- Realización de tesis de postgrado para astronomía, física experimental, ingeniería y otras ciencias y técnicas. Posiciones de trabajo postdoctorales.

Cabe señalar que hay esfuerzos individuales y particulares en alguno de estos sentidos como el establecimiento de grupos de astroingeniería en algunas universidades chilenas; o el caso del Observatorio Cerro Tololo que recientemente cumplió 50 años en Chile, que recibía estudiantes de una escuela técnico industrial de los Salesianos en La Serena. Sin embargo, una política pública no puede depender de iniciativas de particulares. Así mismo, poco más de 400 mil dólares (por ejemplo, que es lo que aporta ALMA anualmente a CONICYT) no permite desarrollar de manera sería y sostenible una política pública que considere actividades como las aquí propuestas.

En este artículo se ha presentado datos que ilustran que la compensación que Chile recibe por su aporte al proyecto y observatorio radioastronómico ALMA es insuficiente e inadecuada. Se presentan algunas sugerencias sobre el tipo de compensación que Chile podría recibir de parte de los consorcios internacionales dueños de los observatorios instalados en Chile. Otras personas con otras visiones y con mejores ideas que las mías podrán corregir y mejorar estas propuestas. El punto que recalco es que en una negociación en la que se involucran recursos naturales que le pertenecen al Estado de Chile, quienes hacen las negociaciones deben consultar un amplio espectro de actores de la vida nacional. Quienes velan por las políticas públicas deben tener una visión de Estado y a largo plazo.

Por Leopoldo Soto Norambuena

Doctor en Física, investigador activo en física de plasmas. Presidente de la Sociedad Chilena de Física entre el año 2003 al 2008. Secretario de la Sociedad Chilena de Física para el período 2013-2014.

 

 

 

Referencias.
1.- http://www.almaobservatory.org/es/sobre-alma/colaboracion-global
2.- http://www.almaobservatory.org/es/sala-de-prensa/comunicados-de-prensa/533-alma-inauguration-heralds-new-era-of-discovery
3.- “La huelga que amenaza al ALMA, el observatorio más moderno del mundo”, Paula Molina, BBC Mundo, 15 de agosto de 2013, http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2013/08/130814_chile_alma_observatorio_huelga_ch.shtml?ocid=socialflow_twitter_mundo
4.- Convenio Multilateral de Colaboración científica para el Fomento de las Investigaciones Astronómicas entre la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica CONICYT de la República de Chile y Associated Universities INC.(AUI) y European Southern Observatory (ESO), Organismos Ejecutivos de la Construcción y operación del Proyecto Atacama Large Millimeter Array (ALMA), http://www.conicyt.cl/573/articles-3792_convenio.pdf
5.- “ALMA observatory halts work amid labour dispute. Striking workers have occupied operations building at radio telescope array in Chile”. Alexandra Witze, Nature, 26 August 2013, http://www.nature.com/news/alma-observatory-halts-work-amid-labour-dispute-1.13612
6.- Panorama Científico 2012, Junio 2012, http://www.conicyt.cl/fondecyt/files/2012/09/PANORAMA_2012.pdf
7.-http://www.conicyt.cl/astronomia/2012/03/30/fondo-alma-conicyt-para-el-desarrollo-de-la-astronomia-chilena-convocatoria-2012-2/
8.- http://www.conicyt.cl/astronomia/files/2012/03/PROYECTOS-ADJUDICADOS-ALMA.pdf
9.- Acta No 6 del año 2102 del Consejo Consultivo del Ministerio del Medio Ambiente, 6 de septiembre de 2012. http://www.mma.gob.cl/1304/w3-article-52710.html

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