Pensando el poder popular

Más que una memoria en blanco y negro, el poder popular constituye la experiencia de ser constructores de nuestro propio destino a través del ejercicio de la democracia directa y la autonomía. Centrado en el territorio inmediato, el poder popular constituye espacios de anticipación social y política e implica asumir el potencial liberador de la propia fuerza. Un ejercicio para ensanchar el sentido común y el horizonte de lo posible.

Poder popular

Para muchos hoy el concepto de poder popular se presenta como una consigna trasnochada en una época de gerenciamientos, verticalización del mando en las organizaciones y la cultura de los CEO, tan promovidas por los medios del modelo neoliberal.

Pero la experiencia en Chile, sobre todo durante la Unidad Popular, y en Argentina a partir de 2001, dan cuenta que es posible pensar en formas de organización horizontales y en las que las decisiones sean tomadas por los dueños de su trabajo. Esta es una de las perspectivas que abre el libro Reflexiones sobre el poder popular de Tiempo robado editoras, que reúne once artículos de diferentes autores en torno al poder popular.

La publicación que fue editada en 2007 por la editora argentina El Colectivo, fue ampliada a 11 artículos sobre el poder popular en Chile y Argentina. Si en Chile la memoria del poder popular está anclada a la experiencia de la Unidad Popular, en el país trasandino su máxima expresión se dio a fines de los años 1990 con las resistencias al neoliberalismo, cuyas políticas fueron iniciadas por el presidente Carlos Menem, que tienen su metáfora en el “que se vayan todos” y la salida de miles de argentinos a las calles para ensayar variadas formas de reorganización popular.

También en el libro se comenta que en Chile, con mayor fuerza desde el 2011, también se han venido levantando diversas formas de articulación y movilización. Por ello Tiempo robado editoras aspira a que las organizaciones y colectivos movilizados en el presente encuentren en estos textos, herramientas para su propia reflexión, debate y proyección. “El poder popular constituye espacios de anticipación social y política e implica asumir el potencial liberador de la propia fuerza”- comentan Miguel Mazzeo y Fernando Stratta, investigadores de los procesos de poder popular en Argentina.

UNA MEMORIA DEL PODER POPULAR PARA TRANSFORMAR EL ORDEN SOCIAL

En el prólogo de la publicación el investigador chileno Cristóbal Bize Vivanco se refiere a la vigencia y necesidad de las memorias del poder popular. El psicólogo e historiador comenta que el ejercicio de la memoria “no se trata de un ejercicio de denuncia de los horrores del terrorismo de Estado, o de los intersticios perversos a través de los que llegó a implantarse el modelo; sino de una búsqueda encaminada a rebasar los márgenes así impuestos y a volver fecundas sus fisuras, en vistas de las alternativas para imaginar otro Chile posible”.

reflexiones poder popularPara el autor está en juego “permitir a las nuevas generaciones de chilenos reaperturar nuestra propia historicidad”.

Bize, quien desarrolló su análisis a partir de la experiencia de los trabajadores de la madera en Neltume, plantea comenzar a comprender la construcción del poder popular desde la noción de territorialidad. O sea, considerar los centros de la Reforma Agraria (CERA), las poblaciones y las fábricas, espacios inmediatos de control popular. “Todo indica que, en primer término, fue la vivencia concreta de control territorial; la vivencia subjetiva que miles de trabajadores (…) desarrollaron en esos espacios del habitar, lo que inscribió la sustantiva diferencia respecto de cualquier otro período histórico”. Se trató de la experiencia de ser “constructores de nuestro propio destino” a través del ejercicio de la democracia directa y la autonomía (11).

El autor destaca que la estabilidad del modelo surgido tras la dictadura hizo la ecuación de establecer una verdad para la ‘democracia protegida’ de los años 1990, la que se cimentó en la desvinculación simbólica de las luchas emancipatorias desarrolladas antes del golpe de Pinochet, lo que definió los “límites aceptables de la memoria” en las violaciones a los derechos humanos, dejando de lado sus procesos de poder obrero y campesino anteriores.

Por eso para Bize es clave el significante ‘poder popular’, ya que “opera como soporte o vehículo de un vector que tiende a reconstituir los nexos entre el presente y las experiencias previas al episodio traumático que representa el golpe de estado” (13). El rescate de dicha memoria de autoorganización popular, inédita en su época, permitiría según Bize, “instalar en el presente perfilamientos contra hegemónicos capaces de infundir, creciente y masivamente, un sentimiento de historicidad; de generar las condiciones para una disputa al nivel del sentido común que tienda a dar cabida, nuevamente, a las posibilidades de transformación del Orden social” (14). O sea, se trata de aprender de las experiencias de poder popular para “ensanchar el sentido común”.

SOCIALISMO ≠ POPULISMO

En la Introducción, los investigadores argentinos Miguel Mazzeo y Fernando Stratta proporcionan un marco conceptual para diferenciar el populismo del poder popular. Para ellos populismo y socialismo son modos antagónicos de construcción de las demandas globales. Son antagónicos en el modo de inscribir las demandas, siendo el populismo compatible con el clientelismo y el paternalismo.

En un primer momento consideran indispensable articular lo político con lo social, develando la politicidad de los conflictos, incluyendo los cotidianos (19). Esto sería una marca que diferenciaría los procesos de poder popular del populismo, que definen como una aventura vertical de poder que no crea capital social. Así, la participación popular es clave.

En el socialismo “el poder popular tiene que asumir la necesidad de ampliar la conciencia gubernamental del pueblo” (23). Si bien implica establecer una relación con el Estado y resolver el problema del poder estatal, dicha experiencia requiere “el desarrollo de formas de mando. Pero un mando horizontal, democratizado, heterárquico” (24).

Mazzeo y Stratta comentan que para el socialismo ‘pueblo’ “es la fórmula que articula pluralidades subalternas; el hilván de luchas, construcciones y resistencias de los de abajo; el nombre de un sujeto revolucionario autoconstituido en la lucha de clases” (20). Así, para ellos el socialismo es algo horizontal y cuando se le invoca desde una tarima se lo pervierte.

El poder popular constituye espacios de anticipación social y política e implica asumir el potencial liberador de la propia fuerza (23). Así desde los cordones industriales que dieron sostén a la unidad popular en el territorio mismo durante el paro de octubre de 1972 en Chile hasta las fábricas recuperadas por sus trabajadores en Argentina, como Ex Zanon en Neuquén o la fábrica Brukman o el Hotel Bauen en Buenos Aires, dan cuenta de un proceso en que los actores políticos, los trabajadores, parten en un punto que los lleva a un proceso de transformación dados por su propia fuerza.

En Argentina, tras la crisis económica de 2001, más de 350 empresas fueron tomadas para ser gestionadas por sus trabajadores, ya sea bajo la forma de control obrero o cooperativas. Llamadas fábricas sin patrones, toman decisiones en asambleas, tienen iguales salarios y sobrevivieron gracias a la solidaridad de vecinos, organizaciones sociales y legislaciones de bien común.

Otros artículos incluidos en el libro son: Poder popular y socialismo desde abajo de Omar Acha; Poder popular, Estado y revolución de Guillermo M. Caviasca; El poder popular por Rubén Dri; Gramsci en la América Latina actual: hegemonía, contrahegemonía y poder popular, escrito por Daniel Campione; Más acá del Estado, en el Estado y contra el Estado. Apuntes para la definición del poder popular, de Esteban Rodríguez; Actualidad de la revolución y poder popular por Aldo Casas; La izquierda autónoma en el laberinto: apuntes sobre el poder popular en Argentina, hecho por Mariano Pacheco y Esteban Rodríguez; Hacia una política prefigurativa. Algunos recorridos e hipótesis en torno a la construcción del poder popular, de Hernán Ouviña; Elogio de la imprudencia. Sujeto, identidad y poder popular, de Federico Polleri; y ¿Universidad +iva o universidad masiva? Construcción de poder popular en la universidad, escrito por los estudiantes organizados en el FPDS.

Mauricio Becerra R.

@kalidoscop

El Ciudadano

LEA ADEMÁS: La historia de los cordones industriales de la Unidad Popular según un historiador norteamericano.

La experiencia de las fábricas sin patrón en Argentina

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