Plebiscito en Vitacura

Este domingo 15 de marzo, los 56 mil vecinos inscritos en los registros electorales de Vitacura decidirán si se mantienen los actuales barrios o aceptan la demolición de casas y jardines para construir grandes edificios en tres sectores de la comuna

Este domingo 15 de marzo, los 56 mil vecinos inscritos en los registros electorales de Vitacura decidirán si se mantienen los actuales barrios o aceptan la demolición de casas y jardines para construir grandes edificios en tres sectores de la comuna. La votación es inédita en Chile, luego de que un 10% de los vecinos firmaron para que se hiciera un plebiscito, instancia que el alcalde Raúl Torrealba ha intentado impedir con todo su peso.

El próximo domingo 15 de marzo, los 56 mil residentes inscritos en los registros electorales de la comuna de Vitacura deberán votar, con todas las formalidades que prescribe la legalidad Electoral, si apoyan las propuestas municipales orientadas a aumentar aún más el crecimiento inmobiliario, vía densificación, o bien si optan por mantener en 3 sectores determinados las actuales reglas del juego establecidas en la Ordenanza del Plan Regulador Comunal (PRC).

Por primera vez, los ciudadanos podrán ejercer el derecho de decidir sobre aspectos relevantes del desarrollo urbano de su comuna.

Ello ha sido posible, gracias a la voluntad de un responsable e informado grupo de vecinos que se opusieron enérgicamente a la idea municipal de cambiar las condiciones de edificación en determinadas zonas para que ciertos grupos inmobiliarios pudieran hacer negocios a su amaño. Naturalmente, la propuesta municipal era secundada por todos aquellos particulares que teniendo viviendas unifamiliares en el sector a modificarse, querían hacer una ganancia rápida con la venta sus inmuebles a demolerse, pero sin detenerse a pensar en los perjuicios que sufrirían los vecinos del entorno.

Lograr esta oportunidad de expresión vinculante de la voluntad popular mediante un plebiscito, no ha sido fácil para los vecinos preocupados de la calidad y estilo de vida e identidad barrial de su comunidad. La imposición arbitraria y discrecional de modificaciones de los planes reguladores, ha sido una práctica habitual de la gran mayoría de los Alcaldes de nuestro país.

CONTRALORÍA OBLIGÓ A TORREALBA

En nuestro ordenamiento jurídico institucional, la iniciativa de modificación de los Planes Reguladores Comunales es una prerrogativa exclusiva de los Alcaldes. Con relación a ella, el Concejo Comunal, solo tiene la facultad de aprobarla o rechazarla; el Gobierno central, de velar por su compatibilidad con los instrumentos de regulación urbana regional y nacional; y la Contraloría General de la República, de velar, por que las decisiones de los anteriores se sujeten a derecho.

El derecho de los vecinos se reduce exclusivamente a conocer la iniciativa alcaldicia y a formular por escrito sus observaciones; pero es prerrogativa del Alcalde, su consideración.

Ante la negativa del Alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, a considerar el interés de los vecinos preocupados del asunto, éstos lo instaron a que se implementasen los mecanismos establecidos en la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, para que ésta materia fuera resuelta democráticamente en un plebiscito. Ante la negativa del Alcalde a hacerlo por decisión del Gobierno Municipal, los vecinos optaron por el engorroso camino de recolectar las firmas ante notario, del 10% de los ciudadanos inscritos en el registro electoral de la comuna.

Con gran esfuerzo lo lograron; sin embargo el Alcalde se negó a proceder a la implementación del plebiscito, de acuerdo a los establecido en la Ley. Fue la Contraloría General de la República la que obligó al alcalde a permitir que los vecinos se expresaran mediante un plebiscito.

La opción en juego son más torres comerciales y habitacionales, con el obvio incremento del parque automotor en calles ya colapsadas, o mantener las condiciones actuales.

A pesar de que hay otros cambios urbanísticos en carpeta, la autoridad municipal decidió que la ciudadanía podía pronunciarse en el plebiscito, solo respecto a tres limitados sectores en Escrivá de Balaguer, Av. Kennedy y Alonso de Córdova.


ANTECEDENTES DEL CONFLICTO URBANO EN VITACURA

Si bien existían pequeños poblados como “Lo Gallo” y “Lo Beltrán”, la ocupación urbana del territorio de Vitacura, que hasta inicios de los 90 formaba parte de la Comuna de Las Condes, se intensifica en la década de los 50 y 60; configurándose un habitat urbano con una alta integración social y una armónica relación con el medio ambiente, que le fue dando un sello de identidad propia de “barrio bello y tranquilo”.

La ausencia de ocupación urbana en los terrenos aledaños a la Av. Kennedy, y la escasa conectividad con el resto de La Comuna de Las Condes, infundieron una clara y diferenciada identidad a sus habitantes.
Dicha armonía comienza a ser alterada a fines de los 70, por la presión que ejercieron poderosas Empresas Inmobiliarias ante el Gobierno de la época, para el traslado forzoso a otras comunas, de los pobladores aledaños al Río, que laboraban en las actividades de servicio doméstico y de mantención de los hogares de Vitacura.

A su vez, desde el sector sur-poniente de la actual comuna, se inició todo un proceso de re-urbanización en que las inmobiliarias, demolían casas con frondosa vegetación, construyendo altas torres, sin contar con una adecuada regulación urbana y ambiental, por parte de las sucesivas autoridades municipales de la Comuna de Las Condes. La Av. Vitacura, eje vial de la Comuna, se fue transformando, en un adefesio combinado de torres, restaurantes, ventas de autos y casa comerciales. Cada vez más, se incrementó el flujo vehicular, con grandes atochamientos en horas picos, en los principales accesos a la comuna.

La calidad de vida de Vitacura, se había venido deteriorando aceleradamente. La esperanza de revertir dicho proceso, no fue satisfecha con la autonomía comunal, que se inicia plenamente con la elección del 1º Concejo Comunal de Vitacura, el año 1992. Por muchos años el Municipio hace noticia por los conflictos al interior de su Concejo Municipal, sobre todo, en torno a materias de regulación urbana. El orden llega, con la elección de un Concejal de Las Condes (Torrealba) en la función Alcaldicia; el cual logra canalizar el conflicto urbano.

Si bien, con Torrealba se modifica el estilo de gestión urbana, la fuerte presión inmobiliaria, lo lleva a permitir el incremento de densidades en diversas partes de la comuna, suscitando la reacción de diversos grupos vecinales, que se sentían afectados. Una parte significativa de los coordinadores o dirigentes de estos grupos, van tomando conciencia de que hay un problema de Bien Común; que hay una diversidad de visiones que se requiere concordar en función de un desarrollo urbano social y ambientalmente sustentable de la Comuna. Se configura un movimiento ciudadano organizado, que pasa a denominarse “Salvemos Vitacura”.

OPINIÓN DE “DEFENDAMOS LA CIUDAD”

Los vecinos representados por “Salvemos Vitacura”, gracias a su organización, esfuerzo, tenacidad y el asertivo liderazgo de Rodolfo Terrazas, ya han obtenido logros importantes:

– Han logrado interpretar y canalizar la preocupación de los vecinos, representándola públicamente. No a todos. Los que desean hacer negocio, con la valorización de sus terrenos por incremento de densidad, no están con el movimiento.

– Han lograron romper el cerco comunicacional de una prensa que normalmente no le da cabida a las reivindicaciones de los movimientos vecinales.

– Han logrado elaborar y consensuar propuestas alternativas a las de las grandes inmobiliarias y de la autoridad municipal.

– Han desarrollado exitosas campañas de recolección de firmas, en respaldo de los intereses de los vecinos, en los barrios amenazados por la acción de las grandes inmobiliarias.

– Ante las negativas de enmendar por parte de la autoridad municipal, resolvieron solicitar, la plebiscitación de las modificaciones al Plano Regulador, que ésta pretende imponer.

– Rechazada ésta petición, procedieron a realizar una campaña de recolección de firmas ante notario; ya que la Ley establece la obligatoriedad de realización de plebiscito para definir éstas materias, cuando ello es demandado por el 10% de los ciudadanos inscritos en los registros electorales de una comuna. Exigencia difícil de cumplir, por el hecho de que deben ser firmas ante notario. Ellos lo lograron.

– Ante la negativa del Alcalde a cumplir con la Ley, recurrieron a la Contraloría, la cual dictaminó la obligatoriedad de la realización del Plebiscito; el cual se llevará a cabo éste domingo.

No nos cabe la menor duda, de que por la esforzada tenacidad de “Salvemos Vitacura”, ya se ha logrado al menos, que la propuesta de la Autoridad Municipal, se haya ido adecuando, considerando parcialmente algunos intereses vecinales y unos pocos criterios de sustentabilidad ambiental, lo que no sucedió con las modificaciones de los Planes Reguladores de Ñuñoa y gran parte de las Comunas de la R.M.

Pero lo más relevante y emblemático, es que gracias a la movilización de los vecinos y la acción de Contraloría; por primera vez, se realizará un plebiscito vinculante en nuestro país. Gane el SI o gane el NO, podremos decir que hemos logrado más participación ciudadana y más Democracia en nuestro País”. Ello es un ejemplo que fortalece las esperanzas de los diversos movimientos ciudadanos que han ido surgiendo en Santiago.

Ellos han reivindicado el principio de que “los ciudadanos tienen el derecho y la responsabilidad de decidir con relación a los términos en que se orientará el desarrollo urbano del territorio del cual son dueños y usuarios”. Eso es lo destacable, serán los ciudadanos los que decidirán cómo desean vivir en el futuro, lo que es un hecho inédito en Chile y que debería ser replicado en todas la comunas. Pero, aunque tenemos la plena convicción que ganará el NO en el plebiscito, no podemos perder de vista que si los votantes no llegan al 50% de los inscritos en los registros electorales, este ejercicio democrático no producirá efecto.

Advertimos que, ante una eventual abulia ciudadana, el municipio estará en óptimas condiciones para seguir modificando las normas urbanísticas de acuerdo a sus propias motivaciones, con lo cual los especuladores inmobiliarios quedarán muy satisfechos.

Jorge Cisternas
Defendamos la Ciudad

El Ciudadano

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