Carta de Francisco Córdova a senadora Jacqueline van Rysselberghe

Senadora Jacqueline van Rysselberghe: Hoy por la mañana escuché por la radio declaraciones suyas que apelaban a no complicarle la vida a las y los adictos al tabaco (fumadores) y que había que respetar el libre albedrío de las personas, esto frente a una propuesta de un colega suyo de cerrar permanentemente los locales comerciales que venden cigarrillos […]

Por Ramiro Rodriguez

09/07/2014

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Senadora Jacqueline van Rysselberghe:

Hoy por la mañana escuché por la radio declaraciones suyas que apelaban a no complicarle la vida a las y los adictos al tabaco (fumadores) y que había que respetar el libre albedrío de las personas, esto frente a una propuesta de un colega suyo de cerrar permanentemente los locales comerciales que venden cigarrillos a menores de edad, debido al alto consumo de esta droga por parte de escolares que de algún lado se abastecen de la sustancia. Me han preocupado enormemente sus declaraciones puesto que usted estará ocho años haciendo las leyes que regulan las vidas de las personas y es miembro de la comisión de salud y es por ello que le expongo por este medio algunas observaciones.

Comenzar por explicar que la libertad del ser humano se encuentra ligada a la convivencia de otros, es por ellos que al pertenecer a una sociedad asumimos ciertas normas que buscan el mayor bienestar para todos y todas (se supone que ese es su trabajo). Una acción personal que causa daños a terceros, a que afecta fuertemente la salud nacional y que generan elevado gasto fiscal por los costos de los tratamientos de decenas de miles de personas que se enferman y mueren por causa de la adicción al tabaco, debe ser prohibida bajo ese contexto colectivo, pues el gusto personal no puede estar por encima del bien común en un mundo civilizado y desarrollado éticamente.

Recordarle senadora, y siendo usted médico de seguro entenderá lo que le digo, que el tabaco causa 100% de adicción física en los usuarios y es el principal agente causante de enfermedades crónicas como la hipertensión arterial y agudas como los accidentes vasculares, así como también está relacionado prácticamente a todos los tipos de cáncer. Es por esto que desarrollar políticas públicas que disminuyan el consumo de esta droga y que hagan lo posible para que la edad de inicio de su consumo sea la más elevada o lo que es mejor, nunca ocurra.

Sin título

Espero senadora van Rysselberghe que recapacite en su criterio y apoye con fuerza las leyes que buscan mejor salud pública y calidad de vida, como esta que busca atacar una sustancia altamente adictiva y dañina para la salud de las personas y desangra nuestras arcas fiscales.

Esto no significa que las personas que libremente desean consumir la droga no lo puedan hacer, pero deberán hacerlo en su intimidad, donde el único afectado sea él o ella y no inocentes terceros.

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