De secretaria de Barrick Gold a alcaldesa de Alto del Carmen

Nora Rojas Ardiles sólo tuvo que caminar una cuadra desde la oficina de la minera en la comuna cordillerana para sentarse en el sillón alcaldicio, pese a que su contendora, Laura Campillay, era la favorita

Por Mauricio Becerra

16/11/2009

Publicado en

Pascua Lama / Política / Portada

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Nora Rojas Ardiles sólo tuvo que caminar una cuadra desde la oficina de la minera en la comuna cordillerana para sentarse en el sillón alcaldicio, pese a que su contendora, Laura Campillay, era la favorita. Declaró haber gastado poco más de 1 millón de pesos en la campaña, lo que le alcanzó para mantener varios vehículos y jóvenes  recorriendo la comuna, regalar mercadería, trajes de huaso, camisetas deportivas y zapatillas; también pagó cuentas, medicinas y cortes de pelo. Fue tanto su éxito que hasta logró elegir a su nana como concejal.

En la elección municipal del 2008 la favorita era Laura Campillay, quien había perdido por un voto la alcaldía de Alto del Carmen el 2004 a manos de Carmen Bau (RN). Para pelearla esa vez necesitaba un buen abogado y como en regiones todo se sabe rápido no tardaron en llamarla de Barrick Gold, empresa empeñada en concretar el proyecto minero en la comuna de la región de Copiapó.

“Me llamaron insistentemente de Barrick para que me juntara a conversar con ellos. Les hice el quite porque sabía que querían y siempre he estado opuesta a Pascua Lama”- cuenta Campillay. Al final accedió a reunirse con ellos en la Hostería de Vallenar, donde fue recibida por una delegación encabezada por el abogado José Antonio Urrutia, quien de redactor de la ley de medio ambiente pasó a lobbysta de la minera. “Me hablaron del fraude y me dijeron que querían ayudarme”- cuenta. “¿A cambio de qué?- les respondió- ¿Sentando a la Barrick  en el salón municipal? No transo eso”.

Los de Barrick insistieron con el aporte económico que podía significar su pacto para la comuna. “Para ganar esta batalla tiene que tener gente de peso”- le advirtieron. A los dos días los jueces de la Corte de Apelaciones de Copiapó dieron el veredicto de su reclamo por el triunfo de Bau, el que le resultó adverso.

SELF MADE WOMAN

Rojas Rojas Ardiles se hizo a sí misma. Con la ayuda de las mineras, eso sí. Se crió en el sector La Pampa y la adolescencia la convirtió en una joven coqueta y seductora, lo  que le abrió las puertas para trabajar en las empresas mineras de Copiapó. Pasó por la mina El Tesoro y un gerente se la llevó por unos años a  Venezuela.

Cuando Barrick abrió su oficina en Alto del Carmen, la contrató de secretaria, transformándose así en la cara visible de la empresa. Visitaba a la gente intentando convencerla de que la minera que destruía glaciares para extraer oro le importaba la comunidad y repartió los laptop regalados en los colegios de la comuna por la empresa el 2005 y 2006.

Hace un par de años empezó a estudiar Derecho en la sede de Vallenar de la Universidad de la República, donde conoció a Wladimir Flores, presidente local de Renovación Nacional. Luego de un romance fue presentada a la directiva provincial del partido y en una reunión hecha en mayo del 2008 con el senador Baldo Prokurica; el agricultor y transportista, Omar Campillay; y el dueño del supermercado Abartal, Abdón Baraky, se decidió postularla como candidata a alcaldesa en Alto del Carmen.

Barrick también  puso sus fichas en la secretaria. “La eligieron con pinzas. Necesitaban una mujer que trabajara en terreno con las comunidades y que conociera a la gente”- cuenta un funcionario de Barrick Gold que fue testigo de este proceso.

En abril del 2008 Rojas renunció a Barrick y fuentes de RN comentan que Prokurica le habría mantenido el sueldo que recibía de la minera mientras estaba en campaña, la que inició de inmediato. “Para todos fue una sorpresa porque no estaba en los planes del ambiente político”- cuenta el concejal PPD Alejandro Valencia.

Fue tanta la sorpresa que cuando la gobernadora de Vallenar, Magaly Varas, se enteró de la carta que llevaba RN se sintió traicionada. “Así le hizo saber a Rodrigo Rivas, gerente de Barrick, diciéndole que la empresa no debía apoyar a una candidata de la oposición, ya que el gobierno les había entregado siempre su apoyo”- cuenta un cercano a la gobernadora.

DE NOCHE Y TACO ALTO

Rojas arrendó como sede de su campaña una propiedad al frente de la oficina de Barrick en la calle 31 de Enero de Alto del Carmen. Su jefe de campaña fue Fernando Flores, hijo de Wladimir, quien dividió la comuna en 3 sectores: Alto del Carmen y los valles de San Félix y El Tránsito; y mandó a empadronar los votantes sondeando la intención de sufragio.

Se eligió  a un grupo de jóvenes de la zona, todas delgadas y bonitas, quienes usaban jeans, un yoquey y una polera naranja. Dicho color es el usado por Barrick en Alto del Carmen. “Para los lugareños ver a la joven encargada de la ayuda social de la empresa ahora visitando casas en campaña resultó ser la continuidad de un mismo proceso”- sostiene uno de los participantes en la campaña.

Además de los típicos calendarios, afiches y yoquey repartidos a destajo, “hubo preocupación en elegir regalos para los electores: a los abuelos se les dio frazadas, a las dueñas de casa cajas de mercadería, a los jóvenes instrumentos musicales y en las zonas alejadas fardos de pasto”- cuenta una prosélito.

Elvidio Santander, párroco de Alto del Carmen, recuerda que para el día del niño  “Barrick Gold regaló 3 millones de pesos y los pasó Rojas. También en Chollay, localidad que antes de la elección manifestaba gran resistencia a Barrick, la gente recibió mercaderías y frazadas”.

De noche se visitaba a personas que tenían problemas y en días precisos, como el día de pago del INP, el 10 de cada mes, se invitaba a los ancianos que cobraban su pensión a tomar té. Si desistían, se apuntaba su nombre y luego se le enviaba una tarjeta de invitación a un plato único, donde se les hacía regalos con el compromiso de que votaran por Rojas.

En el comando llevaban un registro de cada persona e iban cada semana a verificar el voto. “No se olvide don Sergio, son tres votitos los suyos, están listos”- recuerda una vecina de Chollay que le dijeron a su marido.

Junto con el regalo hacían la advertencia de que si no votaban por ella les quitarían los regalos, para lo que les pedían sus datos de inscripción electoral, cosa de verificar las mesas de votación. “En Valeriana a una señora se le regaló un fardo de pasto con la condición de que si perdía debía devolvérselo”- cuenta Campillay. En tanto que el concejal Arturo Aliaga (PRI) calcula que “en la campaña de Rojas se regaló frazadas, alimentos, atenciones médicas y pago de cuentas. Por lo menos se usaron 3 camionetas para repartir esto”.

José  Aguilera, peluquero RN de Vallenar que trabajó para la campaña de Rojas, reconoce que “hacíamos operativos en donde participaba haciendo cortes de pelo junto a médicos y abogados en las distintas localidades. Norita se acordaba de la gente de cada sector: Que un caballero necesita los pañales aquí o que el otro sus medicinas allá. Y llegaba arriba del cerro sin sacarse sus botas de taco alto. Gastó muchos recursos para ayudar a la gente, porque el partido sólo financia carteles, folletos y los spot radiales”.

TODO EL MUNDO TE REGALA ALGO

También  se regalaron instrumentos musicales en Los Canales, población cercana a San Félix; zapatillas y camisetas de fútbol al Club Deportivo La Higuerita. Y otros de Crucecita, La Vega y Malaguin. En Chollay se entregó $1,5 millón a un club de huasos para arreglar la media luna y  para la inauguración a la orquesta invitada se le pagó otro millón de pesos.

Valencia, quien iba en la lista de Campillay, cuenta que “si llegábamos a visitar a alguien y se instalaban con 2 camionetas detrás nuestro. Así marcaban presencia y la gente se sentía presionada”.

Rojas apareció para el 17 de septiembre en el acto cívico de celebración de fiestas patrias, oportunidad en que regaló a nombre del Rotary Club de Vallenar trajes de huaso a todas las organizaciones sociales y grupos juveniles. También fue contratada una caravana de autos antiguos que estaban en exposición en Vallenar.

En su rendición de gastos de campaña dada al Servicio Electoral, Rojas declara haber gastado 1 millón 40 mil pesos, usados en pagar transporte. En el cuadro donde se emite el origen del dinero se borró con corrector y la letra de otra persona dice que se trató de ‘Aportes propios’.

Consultamos a Rojas por los fondos de su campaña y respondió que “yo no lo sé, mi jefe de campaña llevó las cuentas. Uno recibe aportes de familiares, amigos y de distintas personas. Todo el mundo te regala algo”.

EL APOYO DE LA CONCERTACIÓN

Cuando partió  la carrera por la alcaldía de Alto del Carmen, una opción segura era Laura Campillay. El solo voto que le faltó en la elección anterior resultaba fácil de remontar considerando que era una profesora que trabajó por años en la zona y era conocida por todos.

Pero Campillay sólo juntó un millón de pesos para su campaña, “lo que me alcanzó para pagar la bencina de amigos que me ayudaron y repartir tréboles de goma de eva”- cuenta la candidata que fue como independiente en la lista del Partido Radical. “Llegábamos a la casa de alguien y nos encontrábamos con la gente que nos mostraba las cajas de mercadería que Rojas regaló”- recuerda Campillay.

El seguro triunfo ni siquiera fue apoyado por las autoridades de gobierno o los parlamentarios de la zona. “La Concertación hizo peder a Laura Campillay, si ni la gobernación hizo campaña por ella”- reflexiona una participante de su comando.

La gobernadora asistió a un solo acto en su apoyo y el diputado radical Alberto Robles participó en sólo una reunión. Ni la intendenta ni el senador Núñez aparecieron. “Dos semanas antes de la elección me dijeron del PPD que un día iba a ir una delegación del Sernam, del Corema y de diversas reparticiones públicas para apoyar a Laura. Llegó el fin de semana y no llegó nadie”- recuerda dicha fuente.

Tampoco Campillay tuvo la venia de carabineros. Por los 10 carteles que puso en Alto del Carmen, los policías le pasaron 3 partes. A Rojas ninguno, pese a que su imagen cuadruplicaba a su contendora. Una cercana a Campillay recuerda que el día de la votación en “uno de los buses que llevaban a gente a votar arriba, en su parabrisas se exhibía un calendario llamando a votar por Rojas. Le pedimos a carabineros que como corresponde se debía pasar un parte, pero nunca lo hicieron”.

Víctor Cruz, quien el día de la elección hizo dedo y lo recogió uno de esos buses contó que “llevaban gente de Vallenar a votar por Nora. Se les dio colación con jugo y galletas y a cada rato pasaba un señor repasando el voto: no se olvide: Nora Rojas”. Eran 4 los buses que partieron de Vallenar arrendados a César Trigo.

SOBREPOBLACIÓN DE VOTANTES

Erica Santibáñez votó siempre en Vallenar, pero en la elección pasado fue a depositar su voto por Nora a Alto del Carmen. De 2.961 electores que hubo en las parlamentarias del 2005, la cifra aumentó a 3.325 en las municipales pasadas. Si el 2005 se inscribieron en la comuna 41 nuevos electores o el 2007 otros 44, en la elección del 2008 fueron 572 los nuevos inscritos, según las cifras del Servicio Electoral.

Ilya Aracena Gonzáles, funcionaria del Registro Civil de Alto del Carmen, recuerda una vez que llegó un bus con unas 50 personas a inscribirse para votar allí. Marcela Duarte, del Registro Civil de San Félix, reconoce que el 50% de los nuevos inscritos en dicha localidad eran “por cambio de domicilio”. Hasta se tuvo que abrir una mesa de votación en dicho pueblo. Arturo Zárate, vecino de San Félix, cuenta que “vino harta gente a votar ese día que nunca más vimos. Fue raro y la gente comentaba que la había traído la empresa”.

Fernando Flores llevó a su familia completa, su empleada, Valeria Nate y la hermana de ésta, Nancy, desde Vallenar a votar a Alto del Carmen. “También se inscribieron para votar los trabajadores de Barrick, secretaria, ingenieros, de peón a paje”- cuenta un empleado de la empresa. Como el caso Leyda Varela, ingeniero de Barrick, quien inscribió su residencia en el pequeño pueblo de Retamo, pese a que vive en Vallenar. Hoy se calcula que votan más de 300 profesionales en la alejada comuna rural.

El resultado era esperable: Rojas Rojas obtuvo 1.511 votos (46,8%) frente a los 1.367 (42,3%) de Campillay. Incluso Rojas se dio el lujo de llevar en su lista a su empleada, Angiel Tapia, quien pese a ni ser conocida en Alto del Carmen fue electa concejal con 105 votos.

EL PRIMER PASO

Una vez electa Rojas como alcaldesa, quien fuera abogado de Barrick, Eric Castro, pasó a ser asesor legal del municipio. La empresa también se puso con Wi Fi en las plazas de Alto de Carmen, El Tránsito y San Félix. Valencia comenta que en su comuna “cada vez que un grupo de vecinos necesita hacer algo, el tema económico no se resuelve, sino que se propone mandar una carta a Barrick”.

Pero en Conay, una de las localidades que más resiste el proyecto Pascua Lama y que más producía información y contactos desde que está Rojas en la alcaldía no hay teléfono ni Internet.

La oportunidad de devolver la mano a la empresa no tardaría en llegar y pasó  en marzo de este año, cuando a una sesión secreta del Concejo Municipal citada para revisar un asunto educativo, se añadió al fin de la tabla un Plano Regulador Comunal que terminó por ser aprobado por los concejales.

La denuncia del concejal Valencia movilizó a la comunidad, la que juntó 800 firmas y llamó a una reunión al concejo en pleno para rectificar dicho acuerdo el 15 de abril. Rojas comenta que “todos apoyaron el plano regulador. Había que hacerlos porque llamó la intendenta en último minuto y había que votarlo”.

Alto del Carmen es zona rural y el Plano Regulador propuesto modificaba el uso del suelo declarándolo urbano en los pueblos de Alto del Carmen, El Tránsito y San Félix, lo que permitía autorizar posteriormente industrias y campamentos mineros.

Así se intentó hacer en el sector de La Vega, donde por estar junto a una quebrada tanto la alcaldesa como la gobernadora han amenazado con su erradicación, lo que ha generado la resistencia de la comunidad.

Por su parte, Barrick necesita un nuevo orden en Alto del Carmen, porque una reciente directriz de la OMS establece que no puede haber campamentos mineros sobre los 3 mil metros de altura, lo que la obliga a radicarse en los sectores bajos de Alto del Carmen.

El reclamo de las pobladores cansa a Rojas, quien en cada reunión con vecinos les dice que son todos unos ‘pp’: pedigüeños y peladores. Como su carrera le demanda tiempo, ya ni se la ve por el municipio y la mayor parte de las respuestas a los vecinos las firma Alberto Gallardo Flores, administrador municipal.

por Mauricio Becerra R.

El Ciudadano

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