Fin de La Nación en papel

Fue uno de los primeros anuncios de Sebastián Piñera una vez que asumió la presidencia, y cumplió

Por Wari

17/10/2010

Publicado en

Medios / Política / Portada / Trabajo

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Fue uno de los primeros anuncios de Sebastián Piñera una vez que asumió la presidencia, y cumplió. Anteayer, el presidente del directorio del diario, Daniel Platovsky, confirmó el rumor que venía dándose en los medios desde el jueves: La Nación dejará de imprimir su versión en papel, pero se mantendrá en la Web. Este hito, que marca el fin del matutino tal como se conoce, responde, entre otras cosas, al interés que ha manifestado siempre el mandatario en cuanto a quitarle peso a este tabloide por considerarlo “una fábrica de propaganda de los gobiernos de turno”.

En mayo del año pasado, Sebastián Piñera aseguró tener la “convicción de que lo mejor para Chile es cerrar el diario La Nación”. Estos dichos dejaron entrever la molestia que sentía el presidenciable a causa de la notoria inclinación concertacionista -en apoyo a Eduardo Frei– del periódico en pleno año de campaña electoral. Además, en esa fecha, el comando del actual Presidente de la República, prohibió la participación de una periodista de La Nación en el acto de proclamación en el Movistar Arena, como medida de castigo hacia el tabloide.

Lo anterior provocó diversas reacciones en los medios de comunicación y, para apaciguar la situación, Sebastian Piñera lamentó públicamente la censura hacia la periodista y dijo estar dispuesto a abrir las puertas a todos los medios, “incluso a aquellos como La Nación, que no respetan la verdad ni el pluralismo”. Además, añadió que, en su Gobierno, “La Nación va a ser un diario pluralista, respetuoso, y va a tener un estatuto parecido y semejante al de TVN”.

Estos dichos, dejaron en claro que Piñera cambiaría el destino del único diario chileno que no es parte del conglomerado de Copesa ni de El Mercurio. Una vez que la Alianza por Chile se instala en La Moneda, el debate en torno al cierre de La Nación crecía. Por ejemplo, Carlos Larraín (RN) aseguró en enero de este año que el matutino “debe justificarse, ya que actualmente se financia con los avisos del Diario Oficial, no con su calidad periodística ni con el avisaje que genera”. Así, se instala un argumento respecto a la poca sustentabilidad del periódico, el mismo que utilizó Platovsky anteayer para explicar por qué se cierra definitivamente la versión impresa.

Si bien La Nación no será cerrada totalmente ni vendida, como se especuló en algún momento, el fin de la impresión en papel logra sacar de circulación al periódico, quitándole presencia y restándole importancia.

EL «NUEVO PROYECTO» DE LA NACIÓN INCLUYE CENSURA

Anteayer (jueves) a medianoche, Daniel Pretovsky contó que el Presidente está al tanto del “nuevo proyecto”, pero que no se han reunido a conversar. Además, aseguró que el cambio de formato en La Nación se encuentra en un contexto de “modernización” y “nueva forma de editar el diario”.

Sin embargo, en conversación con Nancy Arancibia, presidenta del Sindicato de Área Periodística de La Nación, nos enteramos que el cambio en la editorial “venía de hace tiempo. No podemos publicar sobre corrupciones, abusos ni sobre ningún tema que involucre conflictos con el Gobierno. Además, las noticias son más cortas, no se preocupan de golpear, ni investigar, son menos periodísticas”, asegura.

Al ser consultada si este nuevo enfoque es una forma de bajar la cantidad de lectores de La Nación, afirma que no puede descartarlo “porque existe muy poca transparencia, pero puede ser, ya que el diario recibía dinero en el papel y no me parece que subsista un diario en Internet que no tenga vocación de hacer periodismo, a menos de que se convierta en un diario de farándula”, opina.

En cuanto al trato que se dio de la noticia, Arancibia tildó la actitud del directorio como “decepcionante y una falta de respeto hacia nosotros, ya que merecíamos que se nos informara internamente. Preguntamos jueves y viernes si los rumores que aparecían en la prensa eran ciertos, pero se nos mintió diciéndonos que todavía no se sabía”, asegura.

Sin embargo, la noche de ayer, Daniel Platovsky, confirmó el cierre de La Nación a los medios, sin mandar ningún tipo de comunicado previo a sus empleados. Para Arancibia, esto demuestra “falta de coraje”, aún más si se toma en cuenta la cantidad de despidos que conlleva una decisión como esta, los cuales bordearán los 70, según cálculos que se han publicado en medios de prensa (Radio Bío Bío).

El sindicato -que está compuesto por 86 de los trabajadores y trabajadoras del diario, a excepción de cinco editores y el director- aún no ha tomado acciones claras a realizar a causa de la situación de desinformación en que se encuentran. Por lo mismo, ahora “estamos demandando la información para saber qué significa el proyecto y cuáles son las reducciones en término de contenido y de personal”, señala Arancibia.

De todas maneras, la presidenta del sindicato afirma que se preocuparán por “defender el tabloide, ya que este es un diario que tiene el 70% de propiedad pública, es decir, es de todos los chilenos y debemos garantizarle su existencia a la ciudadanía”, asegura, agregando que también abogarán en contra de los posibles despidos a funcionarios.

Por Mijaila Brkovic y César Baeza.

El Ciudadano

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