Debate presidencial

Gloria de la Fuente (Chile 21) asegura que es posible una articulación de las fuerzas progresistas si miran «más allá» de la 2da Vuelta

La Directora Ejecutiva de Chile 21 sostiene que para derrotar al candidato favorito en las encuestas, Sebastián Piñera, todavía queda margen a los sectores progresistas -repartidos en todos los partidos políticos- para abrir un diálogo. Piñera representa retrocesos en materia de derechos sexuales, tributarios y educacionales que obligaría a definir una agenda de prioridades para las fuerzas progresistas. Su propuesta: derechos laborales, y una Nueva Constitución para inaugurar una nueva transición.

Por Javier Paredes

23/10/2017

Publicado en

Chile / Política / Portada

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No resulta muy sorpresivo que el debate en torno a cómo enfrentar una eventual Segunda Vuelta Presidencial, en un país acostumbrado a definir en contexto de balotajes su Presidente o Presidenta, comience a presionar a los actores participantes de la Primera Vuelta, e incluso a condicionar su desempeño. Y aunque el manual de las buenas candidaturas indica que abrirse a tales definiciones implicaría renunciar a ganar, lo cierto es que los actores políticos están muy atentos a intervenir sobre cómo se dibuje el escenario posterior a la primera votación.

Sebastián Piñera es quien mantiene la mayor adhesión según todas las encuestas y las fracciones de las fuerzas progresistas se rascan la cabeza intentando resolver cómo traducir una mayoría aritmética en una que se traduzca electoralmente. La idea detrás es constituir un “Tocopi”, anagrama de “todos contra Piñera”, única opción de doblegar la cómoda preferencia que mantiene el ex Mandatario.

Por otro lado, es sabido que la inorganicidad es un rasgo en el progresismo chileno, que se puede ubicar del mismo modo dentro del PPD, del PS, en el Frente Amplio o en centros de pensamiento como Chile 21, en donde se agrupan actores de tales partidos junto a independientes.

El Frente Amplio abrió el debate la pasada semana. Fue Izquierda Autónoma la que propuso puntos mínimos al conjunto de las organizaciones participantes del mismo y que generó diferencias tanto con las organizaciones de los diputados Gabriel Boric como de Giorgio Jackson. La diferencia no era sobre los puntos propuestos, sino por la oportunidad de la discusión, que de todos modos los parlamentarios invitaban a resolver a través de un plebiscito luego de la Primera Vuelta.

Planteados en esta situación, se articulan en los discursos, tanto los análisis como las apuestas por producir escenarios convenientes, sean de convergencia o divergencia.

LAS MURALLAS DE LA CONCERTACIÓN

Las señales enviadas recientemente desde la Concertación dificultan un eventual diálogo entre las fuerzas del Frente Amplio y la Concertación. El presidente del Partido Radical, Ernesto Velasco, ha señalado que si bien “espera un proceso de convergencia mayor donde primen mínimos comunes”, reconoce que “con máximos es imposible llegar a acuerdo”, refiriéndose al programa de la colectividad.

El ex presidente del Partido Por la Democracia, actual asesor estratégico del comando de Alejandro Guillier y renombrado laguista, Sergio Bitar, apunta que si bien hay coincidencias programáticas con el Frente Amplio, agrega que “hay  discrepancias que resultan “más complejas”. En específico se refería a la propuesta de expropiar determinadas empresas de corte estratégico para Chile, motivo por el cual solicitó “analizar la idea de crear empresas estatales antes que realizar las expropiaciones. Hay que buscar posibles acuerdos, no utopías”, señaló.

Por parte de la Democracia Cristiana, el presidente (s) Matías Walker ha sostenido que “hay un abismo de diferencia de ideas entre la candidatura de Sánchez y Goic”, cuestión que pone en duda las posibilidades de convergencia para una Segunda Vuelta. Esta idea es reforzada, a su vez, desde el comando de la candidata DC, Carolina Goic. En palabras del actual asesor político y ex ministro del Interior la presidenta Bachelet, Jorge Burgos, el Frente Amplio promete “paraísos inexistentes, con instrumentos viejos y desastrosos en sus efectos”. En síntesis, afirma que “las propuestas del Frente Amplio son incompatibles con las de Goic, con el desarrollo y el crecimiento”.

El analista que ha recogido estas afirmaciones es Max Colodro, el académico de la Universidad Adolfo Ibañez y columnista de La Tercera, ha afirmado en diversos pronunciamientos que “las diferencias entre Goic, Guillier, Sánchez y ME-O son abismantes e insalvables para poder converger a un escenario de segunda vuelta”. De este modo, descarta la factibilidad de que la mayoría aritmética se transforme en mayoría electoral.

Incluso, agrega que sería fútil un acuerdo de las respectivas directivas en esta materia, dad su incapacidad de convocar electoralmente: “a pesar de que se pueda lograr dicho acuerdo en las directivas de los partidos, los electorados difícilmente se van a plegar”, afirma.

Concluye que “lo único que puede unir a Goic y Sánchez es la intención de impedir que Piñera y la derecha vuelvan al gobierno”, pero tal objetivo sería insuficiente en su opinión. “Las diferencias entre Goic, Guillier, Sánchez y ME-O son abismantes e insalvables para poder converger a un escenario de segunda vuelta”, sostiene.

¿ARTICULACION PROGRESISTA?

El Ciudadano conversó con la Directora Ejecutiva de la Fundación Chile 21 y panelista del programa En Buen Chileno de Canal 13, Gloria de la Fuente. Para ella, todavía queda margen para que las fuerzas progresistas desplieguen un diálogo que les permita converger.

En primer lugar, señala que un elemento aglutinador para las fuerzas progresistas podría ser los retrocesos que implicaría un eventual  gobierno de Piñera. Sobre todo aquellos vinculados a las materias tributarias, a la gratuidad en la educación y a los derechos sexuales y reproductivos, especialmente la despenalización del aborto en tres causales aprobada bajo el actual Gobierno.

Dicho eso, Gloria de la Fuente reconoce las dificultades planteadas para una articulación electoral. En ese sentido, considera que hay un gran riesgo tal de dispersión de votos y propuestas “que sea muy difícil hacerlas converger”. Pero su preocupación -y la de la Fundación Chile 21- es viabilizar tal convergencia. Y considera que aún no es tarde.

De la Fuente señala que “si bien queda poco tiempo para la segunda vuelta y las conversaciones deberían comenzar a la brevedad, no queda tan poco tiempo para que un próximo gobierno asuma en marzo del próximo año. En ese margen sí podría haber posibilidad de hacer converger una visión común desde el progresismo, que va más allá de un partido”, sostiene.

La analista de Chile 21 afirma que es posible una convergencia entre las fuerzas progresistas, pero “cabe distinguir en torno a qué, y una vez que se defina el qué, también hay que definir el cómo”. Para ello levanta el concepto de “agenda de prioridades”. Esto significa que hay que mirar más allá de “solo un conjunto de políticas públicas”. Un desafío será converger en torno a principios, “pero también hay que definir cómo llevarlos a cabo”, declara.

Concluye De la Fuente que “hay que definir cómo se camina, con quiénes y hacia dónde. En ese sentido, elementos fundamentales deben ser una agenda de derechos laborales, una nueva constitución que nos permita pensar en una nueva transición y en una asamblea constituyente para llevarla a cabo”.

Puntualmente, hay que partir en las cabezas de las organizaciones políticas, pero abarcar a todo el cuerpo de activistas: “La convergencia que debiera producirse es, primero, de las conducciones de las diversas fuerzas fuerzas progresistas, que no están en un solo partido. EL PS, el PPD, la Nueva Mayoría, pero también el Frente Amplio y otros. Pero más allá de ellos también son actores fundamentales todos los activistas que quieren definir una agenda sobre el futuro. No es solo la segunda vuelta, sino de tener una mayoría parlamentaria con una mirada común sobre qué hacer y cómo”, sostiene.

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