Guillermo Teillier: «No hemos traicionado nada ni a nadie»

El presidente del PC desmenuza los planes de su colectividad El diputado comunista indica que el pacto por omisión con la Concertación lo firmaron con total independencia y manteniendo su programa, las ideas de izquierda y las demandas sociales

Por Wari

11/05/2012

Publicado en

Entrevistas / Política / Portada

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El presidente del PC desmenuza los planes de su colectividad

El diputado comunista indica que el pacto por omisión con la Concertación lo firmaron con total independencia y manteniendo su programa, las ideas de izquierda y las demandas sociales. Más aun, asegura que los concertacionistas se suman a esos planteamientos contraviniendo lo que hicieron antes. Insiste en que hay que crear una convergencia nacional, política y social. Dice que Michelle Bachelet “no es nuestra candidata” y avisa que van a disputar la dirigencia de la CUT. Reflexiona que el tema presidencial se podría resolver en primarias de toda la oposición.

-Es el peor momento de la Concertación y el Partido Comunista hace un acuerdo electoral con ellos. ¿Me lo puede explicar?

-Es el peor momento del conjunto de partidos políticos de Chile, no sólo de la Concertación. Si miras a la Alianza están igual de mal. Nosotros mantenemos nuestro caudal de apoyo. Mira, lo de fondo es que nosotros pensamos que en Chile hay que conformar una convergencia política y social que sea capaz de derrotar a la derecha en sus pretensiones de repetirse el plato en las presidenciales, y tratar de conquistar un nuevo tipo de gobierno que no sea como los de la Concertación. Para eso necesitamos una gran convergencia de fuerzas políticas y sociales. De eso se trata.

-¿No se agotó la tesis de hacer todo con tal de derrotar a la derecha?

-Siempre hemos dicho que el adversario principal del pueblo, del movimiento social y de los trabajadores, es la derecha. Y una derecha recalcitrante, empresarial, que es capaz de dar un golpe de Estado, que es capaz de reprimir al movimiento social, que no tiene escrúpulos en atacar al pueblo. No ver eso, creo que es equivocado.

-¿Se puede confiar en la Concertación y su compromiso con esa convergencia y un nuevo tipo de gobierno?

-Yo confío en el pueblo, y si el pueblo confía en cambiar las cosas, los partidos están obligados a cambiarlas. Claro, con todo lo que ocurrió en el país es difícil confiar. A pesar de ello, creemos que es necesario avanzar en un sentido positivo. ¿Qué hemos logrado y podemos dar como referencia de que es posible? La Concertación, por ejemplo, al participar en el estudio de programas para la educación, la reforma tributaria y la política municipal -donde trabajaron los institutos de pensamiento de nosotros y de ellos, donde se consultó a organizaciones sociales-, firmó todos los documentos, contraviniendo todo lo de su política anterior. Uno pensará si eso es sincero, pero sólo lo podemos medir en la práctica. Que se vaya a cumplir o no, dependerá de la correlación de fuerzas que se cree en esta convergencia política y social.

-¿Apuestan a un quiebre en la Concertación?

-No hemos apostado a eso. Observamos que en la Concertación hay una crisis que no ha terminado, se sigue desarrollando y esa crisis nos dice que hay sectores muy importantes de la Concertación que todo este tiempo pensaban de una manera diferente a la fuerza hegemónica dentro del conglomerado. Eso tiene una resonancia dentro de todos los partidos concertacionistas que tuvieron que hacer su balance crítico y autocrítico, aunque creo que les falta una mirada más profundamente autocrítica y demostrar ante la ciudadanía una voluntad política para realizar transformaciones que necesita el país. Eso aún es poco claro para la mayoría de la gente, incluidos los que son críticos de que tengamos acuerdos con la Concertación.

-¿Por qué no construir un referente de Izquierda, sin tener que recurrir a la Concertación, y desde ahí trabajar un camino electoral, político y social?

-Venimos haciendo ese empeño hace más de 20 años. Buscamos diversas fórmulas y se diluyeron. Nos damos cuenta que los referentes de izquierda aparecen y desaparecen. Hoy hay fuerzas como la Izquierda Cristiana, ahora está el Maiz, el MAS y nosotros, y estamos trabajando conjuntamente.

-¿No es viable un frente de Izquierda?

-Lo estamos planteando, por eso actuamos con el Maiz, con el MAS, con la IC. Y no hay más partidos de izquierda. Hay otros grupos más pequeños, movimientos que respeto mucho. Ahora, nosotros confiamos mucho en el componente social, en la demanda social, para poder caracterizar lo que sea un referente político y social en el país. Porque esta convergencia no está limitada a los partidos. Es indudable que el movimiento social surgió con mucha fuerza y con demandas muy claras incluso hacia los partidos. Cualquier construcción política tiene que responder a esas demandas y garantizar un programa de gobierno en el que se cumplan esas demandas. Un proyecto tiene que hacer partícipe al movimiento social. Hay mesas de convergencia hoy en torno al mundo sindical, estudiantil, de los profesionales.

-Hay una afirmación de que el PC traiciona o le da la espalda a un proyecto de izquierda al aliarse con la Concertación.

-Es que no sé de cuál proyecto de izquierda se habla. No hemos traicionado nada ni a nadie. Estamos trabajando con sectores de izquierda. Si nosotros mantenemos nuestro programa de izquierda, si luchamos por ese programa, si planteamos las ideas/fuerza de las demandas sociales, y si no traicionamos esas ideas, no tenemos por qué temer el buscar alianzas. El que no tiene seguridad en sus ideas y en lo que propone, siempre va a tener temor de conversar con otros sectores que piensan distinto.

-Si no se gana en Estación Central, en Recoleta o donde van candidatos comunistas en pacto por omisión con la Concertación, ¿sería una derrota de la estrategia seguida?

-No significa ese tipo de derrota, significaría que perdimos elecciones. Claro que nos complicaría, porque alguno podría pensar que esto, que es un tema táctico, podría estropear toda la estrategia.

-¿Van a repetir el acuerdo electoral con la Concertación en las parlamentarias?

-No sabemos. No puedo adelantar nada.

-¿Pero están disponibles?

-Tenemos por delante la siguiente situación. Si se mantiene el binominal y sólo vamos a la elección todas estas organizaciones de izquierda, es muy difícil elegir diputados. Tendríamos que conformarnos con decir que no hacemos pacto con nadie y no tenemos diputados. Si no se reforma el binominal, que no creo que se reforme, tendremos que buscar la mejor manera de mantener nuestra representación parlamentaria, quizá con otros nombres. Yo estoy esperanzado con los liderazgos jóvenes que tenemos y que podrían renovar el Parlamento. Así que hay que considerar todas las posibilidades.

-En todo esto hay riesgos.

-Nosotros siempre cuidamos nuestra independencia. Por más pactos o alianzas que hagamos, cuidamos eso y lo hacemos respetando nuestro programa y nuestras ideas.

-Para las presidenciables, ¿sí o sí la izquierda y el PC llevan candidato propio?

-Tampoco lo hemos pensado. Hay que pensar en que habrá varios millones más de electores, que el voto será voluntario, serán diferentes las campañas para captar adherentes, y se están trabajando reformas como las de primarias, y las que se hagan serán vinculantes para los partidos. Es posible que la contienda presidencial se resuelva en gran medida en primarias. Tenemos que pensar si participamos en primarias o vamos directamente a primera vuelta con candidato propio.

-¿No descarta ir a primarias con la Concertación para elegir al candidato presidencial?

-No sólo con la Concertación, sino con toda la oposición. En la próxima elección, si alguien quiere tener posibilidades, tiene que ir por uno de los dos lados, la derecha o la oposición. Tiene que convocar a una convergencia de fuerzas; solo no es posible. Ahora, pueden ir todos divididos, pero igual en segunda vuelta serán sólo dos opciones. Queremos ver qué pasa con el pacto por omisión, cómo resultan las elecciones, queremos ver qué dice el electorado. También queremos que prevalezca la demanda social y que eso se vuelque en un programa y que los partidos adhieran a ese programa. Si eso no resulta, entonces tendríamos que tratar de acordar algunos puntos específicos para la segunda vuelta.

-Marco Enríquez-Ominami dijo, “nos vamos a ver las caras en la primera vuelta”.

-Me da la impresión que es de los que dicen no distinguir entre izquierda y derecha. Él quiere ser candidato presidencial, quiere ser Presidente de Chile, y seguramente nos vamos a ver en la primera vuelta, porque no va a llegar a la segunda.

-Dirigentes del PC han sido muy elogiosos últimamente con Michelle Bachelet.

-Yo no he sido elogioso con Michelle Bachelet.

-Es un elogio decir que ustedes podrían respaldarla como candidata presidencial.

-No fue dicho así. Se me preguntó si Michelle Bachelet era nuestra candidata y dije que no. Me preguntaron en qué condiciones podría ser la candidata. Yo dije que como cualquier otro que postule, primero tiene que estar de acuerdo con un programa. Michelle Bachelet no es nuestra candidata. Incluso hicieron escándalo porque Camila Vallejo dijo que no votaba por ella sino por programas. Yo no la desconsidero, tuve buenas relaciones con ella, trató de cumplir su palabra de cambiar el binominal pero la derecha lo bloqueó. En otras cosas fuimos opositores y pensamos muy distinto.

-¿Cómo y dónde estuvo el PC en las movilizaciones regionales?

-En Magallanes tuvimos bastante participación sobre todo a través de dirigentes sociales y de la CUT; fuimos un factor dentro de la movilización, junto a la diversidad que había, porque lo ocurrido en regiones son movimientos muy transversales, lo que nos indica que la gente hoy busca unir fuerzas.

-¿Al Partido Comunista le gusta esa transversalidad?

-Para el desarrollo de las luchas, indudablemente. Queremos terminar con la desigualdad, el centralismo, la discriminación, el olvido de las regiones extremas. En el caso de Calama también estamos inmersos en el movimiento social y sindical, tenemos muy buenas relaciones con el alcalde, lo vamos a apoyar para la reelección. En Aysén tenemos menos presencia, pero hay algunos dirigentes sociales. Estamos en varios movimientos sociales y sindicales en muchas regiones.

-Ustedes están presentando nuevos rostros dirigentes, son jóvenes la mayoría: Camila Vallejo, Daniel Jadue, Cristián Cuevas, Camilo Ballesteros. Se dice que a la burocracia o la cúpula del PC no le gusta mucho.

-Eso es un invento. Estamos muy contentos con la emergencia de esos dirigentes, es lo mejor que le puede ocurrir a un partido y creo que los otros partidos están bastante envidiosos por el crecimiento que hemos tenido entre los jóvenes; los dirigentes que tenemos, el crecimiento de las Juventudes Comunistas, que se mantiene como organización autónoma del partido. No tenemos ningún problema con esos dirigentes, todo lo contrario, nos parece excelente que eso ocurra. Por lo demás, ellos no son los únicos dirigentes que están destacando, tenemos muchos más en el campo estudiantil, el sindical, donde sale una nueva camada de cuadros y eso nos revitaliza. Que eso ocurra cuando cumplimos cien años, es extraordinario. Podemos mirar tranquilos cien años más. La composición del Comité Central tiene un promedio de edad entre 45 y 50 años y en la Comisión Política el promedio está por debajo de los 50 años, es un partido rejuvenecido. Y muchos salen del movimiento social.

-El PC le da mucha importancia al movimiento sindical. ¿Ustedes están de acuerdo con el anuncio de Arturo Martínez de que va a la reelección como presidente de la CUT?

-Puede gustarnos o no gustarnos. No es que estemos de acuerdo o no porque todos los partidos o independientes tienen derecho de postularse como dirigentes de la CUT. Él va a la reelección de la dirigencia, no sabe si lo van a nombrar presidente. Nosotros vamos a entrar a esa disputa, lo haremos con total independencia. Yo creo que hay cosas en las que la CUT avanzó. En todos los temas de programa social y político se consolidó como una central que tiene una propuesta para el país, para los trabajadores de Chile y eso debiera unir a los trabajadores. Vamos a propender a cuidar siempre la unidad de los trabajadores, que está disminuida porque la sindicalización es poca por las leyes laborales. Ahora, debemos tener una visión crítica sobre la conducción de la CUT, hemos sido parte, y tenemos que ser autocríticos. Vamos a luchar contra posiciones conservadoras que se expresan dentro del mundo sindical, que buscan consensos con los empresarios o los gobiernos de turno, más que organizar, movilizar y poner en el centro los temas que les interesan a los trabajadores.

-¿Dónde están las prioridades del PC este 2012?

-Son políticas y sociales. En lo político estamos trabajando en esta convergencia, la elección municipal nos debe ayudar en eso. Nos preocupa la unidad del movimiento social, contribuir a esas luchas; no pretendemos hegemonizar ese movimiento, es vital que exista este movimiento social con sus demandas. Hay que convencer a la gente de que hay que organizarse y hay que luchar.

-¿Cuál es el señalamiento que más le duele que le hagan a los comunistas?

-Ya me acostumbré, es difícil que puedan agregar más. Hay algunos que son furibundos. En algunos casos me pongo a pensar si habrá alguna crítica que se pueda considerar, que tengan razón. Tú me decías que algunos nos podrían considerar traidores, ¿traidores de qué?, si discutimos democráticamente nuestras posturas y hacemos lo que acordamos. Hay caricaturas que hacen de nosotros. Lo que a uno le da rabia e indigna es que se aprovechan de la capacidad mediática que tienen. Entonces ahí lo que me preocupa es la falta de respuesta nuestra, que no podemos difundirla bien, llegamos a pocas personas. Eso me desespera de repente.

-Se cayó el Muro de Berlín…

-Pero siguen en pie otros muros, que son peores.

-Además se terminó el Campo Socialista, se habló del fin del socialismo, de que desaparecerían los partidos de izquierda. ¿Qué hace que el PC ya no sólo sobrevive sino que es un actor de la política nacional?

-Cuando las ideas son justas, terminan por imponerse. También se cometen errores. Pero hemos mantenido una voluntad de luchar por esas ideas. Se va produciendo un reconocimiento, pero además se empiezan a conocer nuestras ideas y vamos ganando adeptos y nos desarrollamos. Creo que hacemos una buena lectura y un buen análisis de la situación del país, eso ayuda mucho.

Por Hugo Guzmán R.

El Ciudadano Nº123, segunda quincena abril 2012

Fuente fotografía

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