La caída del cruzado anticannabis y contrario a impuestos a la gran minería:

Jaime Orpis: Hediondo a pescado

El parlamentario UDI que forjó su carrera política como un cruzado antidrogas recibió durante tres años y aún siendo senador, 2 millones de pesos de Corpesca cada mes. Jaime Orpis junto con convertir la guerra a las drogas en un negocio a través de su Fundación La Esperanza, ocupó dicha fachada como principal caja negra para recibir dinero de las empresas. Senador por regiones mineras, votó a favor de la Ley de Pesca y ha sido un férreo opositor a aplicar impuestos a la minería transnacional.

Por Mauricio Becerra

02/06/2015

Publicado en

Chile / Especial Drogas / Política / Portada

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jaime orpis
El senador UDI Jaime Orpis reconoció este domingo que recibió financiamiento del grupo Angelini durante la campaña parlamentaria y siendo senador entre los años 2010 y 2013. Sus palabras salen al paso de la investigación que lleva la Fiscalía sobre tres de sus asesores y a las declaraciones del ex gerente de Corpesca, Francisco Mujica, quien reconoció que el parlamentario le pidió ayuda económica.

La investigación desarrollada por los fiscales Carlos Gajardo y José Antonio Villalobos condujo hasta tres asesores del senador UDI, quienes emitieron boletas a Corpesca, pesquera del grupo Angelini. El caso es una arista más de la investigación por el financiamiento irregular de políticos y, según lo develado por The Clinic, entre 2010 y mayo de 2013, el senador UDI recibió dos millones de pesos mensuales de dicha empresa. El medio calcula que en total Orpis recibió unos 50 millones de pesos.

El parlamentario reconocido por ser un cruzado antidrogas usó un mecanismo de triangulación de dinero propio de traficantes para lavar activos. A través de sus asesores y la Fundación La Esperanza, según lo confesado por Mujica a los fiscales, Orpis le propuso traspasar el dinero. El ex gerente de Corpesca sostuvo que “él me dijo que podríamos hacerlo mediante boletas mensuales que respaldarían eventuales informes y dadas sus conexiones con el tema de la droga, ellos versarían en torno a este tema. Yo estuve de acuerdo. Le dije que lo ayudaríamos para salir de este problema”.

Los asesores de Orpis son Carolina Isabel Gazitúa Larenas, Andrea Lara Saldías y Daniel Ortega Martínez. La primera es ingeniera y desde enero de 2012 hasta hoy ejerce como asesora del senador gremialista. Entre los años 2009 y 2013, Gazitúa emitió boletas cada mes por cifras de $2 y $5 millones.

También la asesora de Orpis figura entre las mencionadas por el SII por boletas emitidas a Soquimich por montos de $3 millones cada una. Lara Saldías, por su parte, que figura como asesora del senador en 2011 emitió boletas a Corpesca por montos similares a los de Gazitúa y el Ortega Martínez aparece con una boleta a Corpesca por $10 millones.

Los montos llegaban mientras en el Parlamento se discutía la Ley de Pesca que generaba el rechazo de pescadores y ambientalistas, debido a que amplió las cuotas de pesca al grupo Angelini, rebajando también la edad de captura de algunas especies, medidas que beneficiaron a la pesca de arrastre.

En la declaración de este domingo, publicada íntegramente por El Mercurio, Orpis reconoce que “solicité apoyo para el financiamiento de campañas políticas y desmiento categóricamente que ello haya influido en la manera en que he votado o actuado en mi vida parlamentaria”.

La revisión del trámite parlamentario y las denuncias de organizaciones ambientales y pescadores dan cuenta de lo contrario. El senador Orpis fue un firme promotor de dicha ley, difundiendo copias de las modificaciones sugeridas por Corpesca entre sus colegas parlamentarios y presentando indicaciones. En su carta dominical acusa ser el blanco de “muchas falsedades” y sostiene que “la mayor y más alejada de la realidad es que defendí intereses indebidos, de la industria pesquera. Mi participación en la Ley de Pesca fue la misma que tuvo la inmensa mayoría del Parlamento de todos los sectores políticos, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado”.

Según lo confesado por Mujica a los fiscales, durante la tramitación del proyecto sostuvo reuniones con varias autoridades, entre ellas con los integrantes de la Comisión de Pesca del Senado, integrada por Jaime Orpis. “El senador… por el interés de lo que ocurría en el sector pesquero norte me solicitaba le enviara copia de las presentaciones que yo realizaba”- sostuvo el ex gerente de Corpesca en el interrogatorio, agregando que Orpis repartía copia a todos los congresistas que se interesaran.

Corpesca también pagaba a la ex diputada UDI Marta Isasi. En mayo de 2013 el asesor comunicacional de la parlamentaria, Georgio Carrillo, denunció que recibió 25 millones de pesos de la pesquera del grupo Angelini, previa votación de la Ley de Pesca. El hecho obligó a la empresa a sacar a su gerente, Francisco Mujica y tiene hoy procesado a Carrillo por el delito de cohecho.

Una investigación demostró que el ex jefe de gabinete de Isasi, Ulises Zavala, entregó boletas sin respaldo a la pesquera entre los años 2010 y 2013, años que coinciden con la tramitación de la Ley de Pesca, por unos $4 millones.

Isasi apoyó todos los artículos de la ley que favorecen a las grandes pesqueras y hasta se manifestó en contra del inciso que establecía que “el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de los recursos existentes”. A su vez, votó en contra de limitar las cuotas de extracción y las que establecían cuotas exclusivas para la pesca artesanal.

En la votación del polémico proyecto de ley, realizada en diciembre de 2012, entre los 23 votos que aprobaron el proyecto de ley se cuentan los de los senadores de Arica y Parinacota, Jaime Orpis y Fulvio Rossi (PS).

No sólo diputado fueron financiados por Corpesca. La investigación de la Fiscalía demuestra hasta el momento pagos de Corpesca a Felipe Rojas Andrade, ex candidato a diputado UDI por Tarapacá y actual consejero regional de la zona.

Francisco Mujica también confesó que pasaron por su oficina pidiendo dinero la ex alcaldesa por alianza Myrta Dubost; la ex diputada RN Ximena Valcarce; y el actual alcalde de Alto Hospicio, Ramón Galleguillos. Hasta el ex senador Julio Lagos (RN), ferviente pinochetista, prestó servicios a Corpesca tras perder las elecciones en 2009.

DIRIGENTE ESTUDIANTIL DESIGNADO POR PINOCHET

Los inicios en política de Jaime Orpis se remontan a cuando estudiaba Derecho en la PUC. Designado en 1981 presidente del Centro de Alumnos por la dictadura, su lealtad pinochetista lo lleva a dirigir la FEUC en 1982. Luego sería nombrado alcalde de San Joaquín, comuna nacida durante la reforma urbana que sacó las villas pobres de comunas como Providencia, Las Condes y Vitacura. Carlos Bombal en la Intendencia de Santiago y personajes como Jaime Orpis a cargo de las comunas recién creadas, fueron los funcionarios operativos a cargo de las erradicaciones que ‘limpiaron’ de pobres la zona oriente de Santiago.

Orpis integra el Congreso desde la llegada de la democracia en 1990. Ganó un cupo de diputado, ejerciendo el cargo hasta 2002. Al año siguiente es electo senador y en su trayectoria parlamentaria ha sido un importante articulador de la política de los acuerdos, oponiéndose férreamente a todo intento de modificación de la institucionalidad pinochetista.

CRUZADO ANTICANNABIS

El dinero que durante tres años Corpesca entregó a Orpis mientras se desempeñaba como senador fue utilizado para pagar deudas de su campaña, según el mismo confesó. El traspaso fue a través de informes sobre la situación del narcotráfico en el norte del país y boletas de los asesores del senador UDI.

El nexo da cuenta del uso como caja receptora de dineros de la Fundación La Esperanza, nave insignia de la cruzada contra las drogas que ha cimentando la carrera política de Orpis. Desde la década de los noventa que objetos inanimados como las ‘drogas’, junto a los narcotraficantes integran el imaginario del principal enemigo público de la postdictadura.

Cuando en el imaginario público de la postdictadura el espacio asignado al ‘terrorista’ como principal enemigo público se transfería a los traficantes de sustancias declaradas ilegales, un rol destacado asumió el senador Orpis advirtiendo sobre el flagelo de la droga y la amenaza a la familia y a la juventud. Sus convocatorias a cerrar filas y emprender una cruzada aparecían en un momento de búsqueda de causas a la pobreza y la delincuencia producidas por el pacto neoliberal.

Durante ese periodo se profundizaron las leyes punitivas, se declaró una guerra ‘contra las drogas’ y se estigmatizó a los usuarios. Maria Teresa Chadwick en el Conace y Jaime Orpis en el Parlamento resultan ser los artífice más reconocidos de la cruzada.

En la declaración enviada a El Mercurio el senador dice que el destape de su vínculo con el grupo Angelini puede “vulnerar lo que ha sido la lucha de toda mi vida: la rehabilitación de personas de escasos recursos afectadas por la droga”.

Orpis se caracterizó por frases fuertes invocando cruzadas con frases del tipo: “en la lucha contra la droga para mí hay una trilogía inseparable y que hay que abordarla con igual intensidad y que es: represión, prevención y rehabilitación”, o establecer relaciones básicas y unicausales que desligan una comprensión integral y compleja de los fenómenos. “Un porcentaje bastante alto de quienes son adictos, paralelamente cometen delitos, tanto para conseguir la droga como bajo los efectos de ella. Además tiene un gran efecto sobre la deserción escolar. Un 25% de la deserción escolar hoy día en Chile se produce por el tema de la droga”- fue una de sus frases recientes.

Respecto del consumo privado de cannabis, único permitido en la legislación, Orpis comenta que “si el consumo te provoca este tipo de efectos sobre la salud de las personas, sobre la seguridad ciudadana y la deserción escolar, evidentemente que en el consumo privado está la alternativa de poder entregar ciertas señales de sanción”.

Cuando en Chile comenzó a brotar un tímido mercado de semillas de cannabis, Orpis fue uno de los primeros en salir a poner cortapisas a la posibilidad de autocultivo. Era a mediados de la década de 2000 y el senador acusaba la venta de “marihuana transgénica” y de “alto potencial adictivo”. En sus guarismos científicos el porcentaje de THC del cannabis tiene una relación directa con el nivel de adicción que podría generar. La exactitud y rigurosidad en las pruebas científicas tampoco es una cualidad del senador UDI: “Aquí en Chile se está consumiendo la marihuana paraguaya, que tiene un nivel de THC cien veces más potente que el que tenía la marihuana del pasado”- decía recientemente.

Tampoco en su universo cognitivo existe la posibilidad de un consumo de cannabis no problemático. A su juicio “en la mayoría de los casos comienza el consumo progresivo. También te viene lo que se llama el ‘síndrome amotivacional’, en el que las personas empiezan a tener pequeñas depresiones y empieza un consumo progresivo. Y al final terminan con el síndrome de abstinencia. Ahora, te vuelvo a repetir que no conozco gente que consuma de manera permanente y que siga funcionando bien”.

Su visión reduccionista respecto de los vehículos de ebriedad lo hacen concebir a sus usuarios desde un reducido enfoque patológico, al que se tiene que obligar a intervención terapéutica. Respecto de los traficantes, su cruzada es total y los concibe en términos de polución, un eje discursivo afinado en la época nazista y sus discursos sobre los ‘enemigos de la raza’. Así en una entrevista Orpis declaraba que «en el caso del consumo se trata de un enfermo que tiene el derecho a rehabilitarse, pero el tráfico dentro de una empresa es muy delicado, porque está contaminando al resto”.

Contrario a los vientos despenalizadores tras evidenciarse el fracaso de la guerra contra las drogas, Orpis no deja de defender un sistema prohibicionista que multiplica las ganancias de los narcotraficantes. Ante el proyecto de ley que regula y permite el cultivo personal y los usos médicos de la marihuana, comenta que “si se aprueba modificaciones a la ley de droga aumentará el narcotráfico“.

Su discurso se asemeja al de los pastores protestantes que a fines del siglo XIX impusieron la temperancia antialcohólica en la sociedad norteamericana que cuajó en la Volstead Act de 1920. Incluso Orpis habla como si fuera un adicto: “Desde hace más de 20 años, mi mayor vocación no ha estado en la política, sino que en rescatar a personas de la droga, de las cuales nadie quiere hacerse cargo, tal vez no tuve la fortaleza de enfrentar las presiones y dejarla, como era mi anhelo más profundo”.

Pero parece que las adicciones de Orpis van por otros lados. Junto a su reconocido vicio por el tabaco, durante su periodo no dejó de recibir mes a mes el dinero de Corpesca. Su habituación al dinero del grupo Angelini superó la etapa electoral y se convirtió en una adicción. En su defensa dominical, el senador contemporiza generalizando la práctica del financiamiento empresarial de la política. «Se generalizó una manera irregular de financiamiento, del que lamentablemente no pudimos abstraernos»- sostuvo.

Al revisar la participación de Orpis en otras iniciativas legales, aparece su destacada oposición a cualquier tipo de royalty a la industria minera. Por diferentes periodos entre los años 2006 y 2011 integró la Comisión de Minería y Energía del Senado. Una de sus últimas participaciones fue referida al cierre de proyectos mineros en enero de 2015. Mientras se suman más voces para derogar la Ley de Pesca, los fiscales configuran el delito de cohecho, el senador a cargo de la Comisión de Ética, el UDI Hernán Larraín, dice no iniciar una investigación hasta no verse al parlamentario procesado. Por su parte, Jaime Orpis reafirma que «jamás en mis votaciones he sido influido por el dinero».

Mauricio Becerra R.

@kalidoscop

El Ciudadano

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