Pentagate:

¿Llegó el ocaso de la UDI?

El partido con mayor número de parlamentarios está en el ojo del huracán por el abultado financiamiento de sus campañas por parte del grupo Penta, una empresa cuyos negocios fueron forjados en dictadura y lucran precisamente en las áreas que se transformaron de derechos sociales en oportunidades de negocios. Un caso de corrupción con boletas truchas, falsificación de firmas y contratación de 'charlas privadas’. ¿Los chilenos seguirán votando por la UDI?

Por Mauricio Becerra

12/01/2015

Publicado en

Política / Portada

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JOVINO NOVOA

Una investigación del fiscal Carlos Gajardo por un delito de fraude al FUT por dos mil millones de pesos es la hebra que conduce al mayor escándalo político de las últimas décadas en Chile, evidenciando la relación ineludible entre el empresariado criollo y los partidos de derecha. Claro que quizás nunca pensamos que se haría con boletas truchas, falsificándolas, evadiendo impuestos y con email pidiendo el “raspado de olla”.

A través del funcionario del Servicio de Impuestos Internos (SII), Iván Álvarez, la Fiscalía llegó a Hugo Bravo, ex gerente general de Penta y brazo derecho de los empresarios Carlos Eugenio Lavín y Carlos Alberto Délano, quien es militante UDI y miembro del consejo histórico de la colectividad de Jaime Guzmán.

El esquema para montar campañas políticas era usando boletas de terceros a los candidatos, las que figuraban bajo la contratación de servicios o charlas.

La información que ha trascendido estas semanas es tras liberarse el secreto de la carpeta que lleva el fiscal Carlos Gajardo, ante quien los dueños de Penta decidieron contarlo todo y así obtener el beneficio de mitigación de la pena. Como observa el periodista Ascanio Cavallo, “la delación compensada y el juicio abreviado tienen hoy más valor que la sobrevivencia de la UDI”.

LOS FAVORECIDOS

El esquema de financiamiento montado por Délano y los email que se han hecho públicos en los últimos días dan cuenta del cuidado de los empresarios en elegir a quienes financiaban. La torta alcanzaba para los más duros de la misma UDI, como la senadora Ena von Baer o el presidente del partido, Ernesto Silva; y apuestas políticas nuevas, como la del economista neoliberal Andrés Velasco. Lavín y Délano reconocieron haber efectuado cohecho y entregado 25 millones de pesos a Jovino Novoa, 100 millones a Laurence Golborne, casi 25 millones de pesos a Andrés Velasco y otros 15 millones a Pablo Zalaquett.

Según El Mostrador, para las primarias a la presidencia de la Nueva Mayoría en la que participó Andrés Velasco, recibió $136.382.293 en aportes reservados, monto que corresponde al 64% del gasto total de su campaña.

También el grupo Penta entregó dineros en forma legal al diputado José Antonio Kast y un monto menor, el “raspado de la olla”, al senador Iván Moreira, cuya ausencia de linaje en el partido popular lo hacían entenderse con Hugo Bravo, a diferencia de von Baer, quien tenía llegada directa con Délano.
También el diputado de Evópoli, Felipe Kast reconoció haber pedido ayuda a Lavín tras conocerse un email enviado por él mismo para pasar el sombrero argumentando “la defensa de nuestras ideas”.

En el caso de Silva, quien constituye la generación de recambio de la UDI dejada por Jovino Novoa, él actual presidente de la UDI es sobrino político de Délano, ya que su madre es hermana de la esposa del empresario. También la familia de Silva es parte del directorio de Banmédica.

PENTA: UN GRUPO FORMADO AL ALERO DE LA DICTADURA

El grupo Penta administra activos por más de 20 mil millones de dólares y tiene inversiones tanto en Chile como el extranjero dispersas en áreas de la economía que justamente tras la dictadura de Pinochet dejaron de ser derechos sociales para transformarse en oportunidades de negocios. Lavín y Délano montaron un holding financiero cuyo negocio era justamente aquellas áreas en que el Estado dejó de asegurar derechos a las personas: Salud (Banmédica, Isapre Vida Tres), previsiones (AFP Cuprum), educación (Universidad del Desarrollo).

Ambos siendo estudiantes de Ingeniería Comercial de la PUC fueron reclutados por el profesor Manuel Cruzat como ejecutivos de Cruzat-Larraín. Tras juntar sus primeros pesos, compran el 5% de la compañía de seguros Consorcio Nacional de Seguros (CNS), la que venden a un banco norteamericano, con lo que amasan sus primeros 1,5 millones de dólares, capital con el cual constituyen Penta S.A.

La gestión como ministro de Hacienda de Pinochet de Hernán Büchi, amigo personal de ellos los convierte en dueños del Instituto de Seguros del Estado (ISE), el cual compran al módico valor de 5 millones de dólares.

Ya en democracia se asocian con Joaquín Lavín y Cristián Larroulet para fundar la Universidad del Desarrollo, participando a través de Penta en la Inmobiliaria Ainavillo. En 1991 compran el 50% de las acciones de la Isapre Vida Tres y un año después asumen el control de la AFP Cuprum.

En 1997, Délano asume como presidente del directorio de la Fundación Teletón y en el negocio bancario desde 1999 son el principal accionista del Banco de Chile (16%). El 2000 compran un 26,7% de la Isapre Bamédica.

En 2012 venden la AFP Cuprum a un consorcio de Estados Unidos por mil millones de dólares.

Para mantener el negocio Délano y Lavín se preocuparon de aceitar con buenos recursos la maquinaria electoral de la UDI. Así tuvieron como broker a Jovino Novoa, quien repartía boletas entre sus bendecidos al interior del partido. Incluso mantuvieron un sueldo a Pablo Wagner, subsecretario de Minería del gobierno de Sebastián Piñera mientras desempeñaba su cargo público. Una verdadera mafia que financiando las millonarias campañas electorales del ‘partido popular’ se aseguraron de que el modelo económico que les cimentó la riqueza se mantuviera incólume.

EL SILENCIO DE ENA VON BAER

A través de un email enviado por la senadora Ena von Baer fechado el 18 de diciembre de 2013 y con el rótulo de “Ayuda”, la parlamentaria solicitaba directamente a Délano, diciendo que “como es difícil poder lograr una reunión contigo opté por escribirte. Como te podrás imaginar de la experiencia que tienes, después de haber pasado por dos campañas en un año: los inicios de la primaria en Santiago y la campaña en Valdivia, he quedado con una importante deuda. Esto se debe a la deuda de campaña en Santiago y, además, a que la UDI recortó en 50 millones el aporte que había comprometido. Bueno, y ahora tengo que tratar de cubrir una deuda de alrededor de 100M. Espero que me puedas ayudar, espero con ansias la respuesta. Muchos saludos, Ena”.

En una entrevista televisiva posterior, von Baer negó tajantemente haber pedido dinero al grupo Penta y hasta este domingo la senadora Ena von Baer había mantenido un silencio total tras publicarse los email comprometedores.

Mas el rol de von Baer va más allá de receptora de fondos para su campaña y, según el propio Hugo Bravo, la senadora sería la encargada de suceder a Jovino Novoa en la recaudación de dineros para las campañas políticas de la UDI. Según las declaraciones de Bravo a la fiscalía en septiembre de 2013, “también se le pagaba a la candidata Ena Von Baer tanto en Santiago como en el sur. Unos $30 millones en Santiago y unos $40 o $50 en el sur. Ena Von Baer fue con Jovino Novoa a hablar con Carlos Délano y Carlos Lavín para solicitar estos fondos. Délano y Lavín, ambos hablaron conmigo y dijeron que había que pagarle $6 millones mensuales. Esto se hacía por boletas de honorarios, no recuerdo de quién. Yo no hablé nunca con Ena Von Baer. Me enviaban un sobre cerrado con 2 o 3 boletas o facturas por los $6 millones. El cheque se hacía abierto a nombre del que daba la boleta y luego se retiraban. Tampoco en este caso los servicios existían, no eran reales, era para cuadrar en la contabilidad los partes que se hacían”.

También su nombre aparece en reuniones en el grupo Penta y en el testimonio de la secretaria de Carlos Eugenio Lavín, Mylene Isabel D’Alencon, quien contó a los fiscales que cuando uno de los cheques estuvo listo se le avisó directamente a la secretaria de la senadora UDI. Según su testimonio luego de las reuniones con políticos “llegaban sobres cerrados y que don Hugo Bravo me las pasaba a mí una vez que las abría y eran boletas de honorarios y facturas. Yo las mandaba a Tesorería con Juan Carlos Armijo con una nota que don Hugo mandaba con un posit encima. La persona que había traído el sobre se iba. La persona no era conocida, era un auxiliar y me decía que había traído un sobre de tal candidato. Recibí esos sobres de Iván Moreira, Alberto Cardemil, Ena Von Baer (…) Jovino Novoa hacía llegar unas facturas para respaldar el cheque que se entregaba. Cuando el cheque estaba listo, yo llamaba a las secretarias de los candidatos y les indicaba que el cheque estaba listo. Llamé recuerdo a las secretarias de Jovino Novoa, Ena Von Baer, Iván Moreira, Laurence Golborne, Alberto Cardemil, para que retiraran los cheques por las boletas”.

Según El Mostrador, del financiamiento total de la última campaña electoral de von Baer, que permitió que fuera electa senadora por la Región de Los Ríos, correspondió en un 97% ($323.825.939) de aportes reservados. En la campaña del senador Iván Moreira la cifra llegó al 65% ($218.040.500).

EL OCASO DEL CORONEL

Tanto Ernesto Silva como Ena von Baer son de la generación de recambio impulsada por el propio Jovino Novoa para sucederles en la UDI.

Novoa es reconocido por ser un duro defensor del modelo neoliberal dejado por Pinochet, de quien fue subsecretario general de Gobierno hasta 1982. En esa fecha comienza otro vínculo fuerte de la trayectoria política de Novoa: los medios de comunicación, asumiendo como editor de servicios informativos del diario El Mercurio, cargo que ejerció hasta 1985. Durante los años ’90, Novoa se relaciona con La Tercera, del grupo económico de Álvaro Saieh, siendo miembro del Consejo Editorial de dicho periódico.

En 1988 fue uno de los miembros fundadores del partido Unión Demócrata Independiente (UDI) junto a Jaime Guzmán y Pablo Longueira. Desde esa fecha se caracteriza por su línea ortodoxa en lo conservador y neoliberal en lo económico, lo que lo transforma en un interlocutor privilegiado del partido ante el empresariado.

Ahora Jovino Novoa vive el crepúsculos de su poder forjado en la dictadura, pero acrecentado en la transición. Durante la semana el estudio de abogados Guerrero y Olivos que integraba anunció el retiro del ex senador de la sociedad. Se comenta que entre sus planes tras jubilarse de la política, estaba ser nombrado en el Tribunal Constitucional, otro de los enclaves autoritarios generados por la dictadura.

La estrategia política seguida por la UDI desde que comenzó a ventilarse el financiamiento directo de Penta apostó por evadir responsabilidades y aprovechar que políticos más allá de su partido, como Andrés Velasco y el ministro del MOP, Alberto Undurraga, quien recibió $ 4 millones de Empresas Penta S.A. a través de sus Fundación Ciudad Justa a cambio de un estudio. Mas el tenor de las denuncias obligó a emitir una declaración este viernes último.

Se suma a la crisis interna el desmarque de la estrategia oficial iniciada por Iván Moreira, que se podría decir es el más fiel representante de esa cosa llamada UDI popular: pinochetista hasta la médula, pero de un gran oportunismo político. También han planteado disidencias a la conducción el diputado Darío Paya y el alcalde de La Florida, Rodolfo Carter.

La UDI en la última elección fue el partido más votado de Chile, alcanzado en la Cámara un 18,96% de los votos (1.179.342). Pese a perder 10 diputados, logró elegir a otros 29, constituyendo la bancada más numerosa. En el Senado obtuvo un 14,69 % de los votos (662.447), consiguiendo elegir a 5 senadores, los que se suman a los 3 que fueron escogidos en las parlamentarias de 2009.

La base electoral UDI se cimenta en su discurso de ‘defensa de la clase media’, con una predilección por el populismo a la hora de candidatearse y el cosismo a la hora de hacer política para que todo sigua igual.
La UDI apuesta por el empate y la mala memoria de los chilenos, pero está consciente que la época de las millonarias campañas electorales terminó. La época en que salir electo senador por Santiago, por ejemplo, llegó a costar 500 millones de pesos a los senadores Guido Girardi y Andrés Allamand (monto obtenido también en aportes reservados).

Durante la semana pasada trascendió un intercambio de correos electrónicos entre el diputado Ernesto Silva y Carlos Eugenio Lavín en enero de 2013, cuando se tramitaba la Ley de Isapres. En cualquier lugar del mundo, todo indica que se trata de una aceitada red de corrupción.

¿Será el escándalo del Pentagate letal para la UDI? ¿Los chilenos seguirán votando por el ‘partido popular’?

Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
El Ciudadano

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