Tomás Hirsch: “Hay que modificar viejas prácticas de la izquierda sobre participación”

Quien fuera candidato presidencial del Juntos Podemos en la presidencial anterior sostiene que los humanistas lograron que la izquierda aceptara prácticas más trasparentes de elección de su candidato, cosa que no ocurrió ni con Piñera ni con Frei

Por Mauricio Becerra

11/05/2009

Publicado en

Entrevistas / Política / Portada

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Quien fuera candidato presidencial del Juntos Podemos en la presidencial anterior sostiene que los humanistas lograron que la izquierda aceptara prácticas más trasparentes de elección de su candidato, cosa que no ocurrió ni con Piñera ni con Frei. Se declara, además, entusiasta con la elección de Jorge Arrate y anuncia que podría ser candidato a diputado.

Cansado pero feliz, y “con la sensación de haber hecho lo que uno considera que es coherente hacer”, dice estar Tomás Hirsch tras el agotador fin de semana que lo dejó fuera de la contienda presidencial y que, votación mediante, llevara a Jorge Arrate a convertirse en el abanderado único del sector. Es por ello que accede a detallar a fondo y francamente sus sentimientos frente a meses de campaña, días de sueños y esperanzas que desde ayer, al menos en la vocería oficial, quedaron en manos de un socialista, a quien se comprometió públicamente a apoyar en favor de la unidad de la izquierda.

¿Qué fue lo mejor y lo peor de la asamblea de izquierda?

-Lo mejor fue la realización de un proceso democrático, con voto secreto, con participación y protagonismo de todos quienes asistieron a la Asamblea Nacional para elegir su candidato presidencial. Lo mejor también fue ver a 2500 delegados de todo el país trabajando en forma responsable, seria y profunda en la elaboración de un programa de gobierno de la izquierda chilena que recogiera las necesidades, demandas, sueños, que se fueron expresando desde las asambleas comunales, del mundo sindical, de la mujer, de la cultura, de los mapuches y trabajadores. Construir un programa de esa forma, con un proceso tan amplio de participación y llegar a una Asamblea con tanta concurrencia y de todo el país es una señal muy contundente que muestra una izquierda en un proceso de crecimiento, desarrollo e incorporación de la diversidad.

¿Y lo malo?

-Lo más malo, lo menos adecuado que viví en dicha Asamblea fue la resistencia de algunos a promover y validar la forma de participación democrática del voto secreto porque eso viene acompañado de las viejas tendencias de la izquierda que necesitamos modificar. Necesitamos de un bloque que sea capaz de mirar al futuro, de incentivar sin temor la participación de los jóvenes; entonces cuando uno experimenta que hay sectores que quieren impedir eso, que no les gusta o les molesta que haya expresión popular, de las bases, es un punto que todavía tenemos que corregir, avanzar y mejorar.

¿Sentimientos encontrados?

-Viví una jornada muy linda. Me sentí muy acompañado por los cientos de humanistas que participaron. En un momento experimenté que es posible hacer una construcción nueva, distinta. Sentí al humanismo muy fuerte, muy presente. Claro que hubo sentimientos encontrados: por un lado, la sensación maravillosa de estar visibilizando al humanismo no sólo en lo evidente sino que en muchísimas de las propuestas que se plasmarán en el programa de gobierno de la izquierda, así que fue una jornada que partió para mí con mucha energía, entusiasmo, y tuvo otros momentos de muchas decepción, como cuando vi que todavía siguen vigentes las manipulaciones en los momentos claves para que los resultados vayan en una dirección u otra…

Pero no dejas de apoyar al candidato de la izquierda…

– Siempre vuelvo a experimentar la certeza de que esas actitudes va a ser posible cambiarlas. Que la gente va a ser capaz en algún momento de reaccionar, de responder, de tomar el futuro en sus propias manos, de ser protagonista. Así que habían muchos sentimientos dando vuelta durante el día, y también temas más prácticos: el agotamiento –porque el sábado fue una jornada larguísima-, el domingo estábamos muy cansados, como si hubiéramos estado subiendo una montaña, pero con la sensación de haber hecho lo correcto. Esa era la sensación que más me ha acompañado: hacer lo que uno considera que es coherente hacer, y eso creo que en la vida en lo más importante, definitivamente.

EL PC Y ARRATE

¿Fue o no un error pensar que el Juntos Podemos podría inclinarse por tu figura como candidato único del sector, sobre todo luego del quiebre que se produjo con el PC para la segunda vuelta en las anteriores elecciones presidenciales?

-No. Nosotros hicimos lo que había que hacer. Los humanistas no nos movemos por una evaluación corta de éxito o fracaso, sino por hacer lo que consideramos correcto. Así fue como hace ya muchos meses levantamos la candidatura presidencial como un aporte a la izquierda de alguien que ha venido trabajando desde hace más de 25 de años por la democracia en nuestro país, por la justicia social, por un Chile más participativo. De alguien que había sido candidato presidencial en la elección anterior y que había tenido un gran respaldo de las organizaciones políticas y sociales del Juntos Podemos. De alguien que en el 2005 había mantenido la postura acordada previamente del voto nulo y que se encontró con cambios de posición que significaron ciertas tensiones o cambios a último minuto, pero que siempre ha puesto el acento en la unidad, en seguir trabajando juntos, impulsando una izquierda que sea capaz de darle al país una alternativa de gobierno.


¿Por qué el Partido Comunista decide apoyar a Jorge Arrate?

-Por diversos motivos, el PC tomó una decisión distinta, más que basada en las dificultades que se originaron en 2005 por el llamado a votar nulo, están basadas en su historia, en un pasado y una relación que construyó con el Partido Socialista durante todo el Siglo Veinte y que lo lleva a pensar que la propuesta de Jorge Arrate como candidato presidencial puede significar en el corto o mediano plazo una reconstrucción, una reedición de lo que tal vez fue la Unidad Popular o algo parecido. Yo creo que es importante avanzar en esa construcción, ampliarla, incorporar al Socialismo, de hecho creo que es un orgullo para el Humanismo haber contribuido a aunar a comunistas y socialistas en una demanda prácticamente histórica, pero eso no pasa necesariamente por tener como candidato presidencial a alguien que proviene de ese sector.

Los humanistas presionaron por que se hiciera votación en urnas. ¿Por qué?

– Cuando los humanistas insistimos en que el candidato se eligiera por votación, sabíamos perfectamente que no íbamos a ganar la elección. Pero de todas maneras nos parecía correcto y coherente mantener la elección hasta el final por la importancia de que la gente pudiera expresarse y tomar su decisión en secreto e informadamente. Esto es un salto cualitativo en la construcción de un proyecto de izquierda y es lo mejor que pudiera pasarle al candidato del sector.

¿Alguna diferencia entonces con las nominaciones de Piñera o Frei?

– Sí. De hecho los titulares de prensa fueron ‘Jorge Arrate ELEGIDO como el candidato del Juntos Podemos’, lo cual tiene un peso sustantivamente mayor que otra fórmula. Este proceso democrático no lo puede exhibir la derecha y, por su parte, la Concertación sólo puede exhibir una seudo primaria que terminó literalmente a garabatos entre ellos.

¿Nunca pensaste en bajar tu candidatura? Siempre se habló que Arrate sería finalmente el candidato único de la izquierda, Navarro lo hizo ver así y se fue…

-No. Porque en primer lugar, si uno se guiara por lo que se dice previamente para qué serían necesarias las elecciones. Me parece que en los tiempos que corren, en donde lo político es cuestionado por la gente, la izquierda debe hacer un aporte en este campo transparentando sus decisiones y dejando en manos de la gente la opción de decidir. Siempre al final quien debe decidir es la gente, el conjunto, no las cúpulas políticas o las dirigencias. Así actúan por lo menos los humanistas.

– Si otro partido actúa de otro modo, si dan órdenes, si instruyen a su gente a votar de un modo u otro está bien, son decisiones de cada uno y cada uno las asume, pero no pensé en bajar la candidatura porque me parecía correcto presentar esta opción. Así como también frente al país levantamos una candidatura sabiendo que no vamos a ganar, y lo hacemos para mostrar que existe una alternativa, para que no se diga que estábamos obligados como país a elegir entre Frei y Piñera, del mismo modo, al interior del Juntos Podemos, queríamos mostrar que existía una alternativa, la humanista, y que esa alternativa era generosa y buena para la izquierda y para el país.


UNIDAD DE L IZQUIERDA

¿Qué opinas del rol que le tocó jugar a la Directiva del PH y al equipo negociador? Más precisamente, ¿se cometieron errores en la estrategia que llevaron adelante?

-Creo con franqueza que tenemos una excelente herramienta para actuar en el campo político como es el Partido Humanista. En esa línea, contamos con un excelente equipo humano que llevó adelante el proceso de negociaciones, que trabajó de un modo que la gran mayoría ni siquiera se imagina: días, semanas y meses completos, siguiendo total y absolutamente los acuerdos tomados en ámbitos más amplios, y –por ende- llevando adelante exactamente las decisiones, los acuerdos y las estrategias que se fueron definiendo.

¿Qué faltó entonces?

– Lo que nos falta y lo que se devela aquí es que necesitamos tener una estructura más grande. Necesitamos crecer, y eso es bueno saberlo porque es muy neutro, es algo que depende de nosotros y no de otros. Entonces es bueno también no echarle la culpa al empedrado, no confundir los análisis. A mí me gusta el espíritu autocrítico positivo, con la mirada hacia delante, por lo tanto, si el humanismo quiere orientar, conducir, darle una dirección al proceso de la izquierda, está muy bien por los planteos que tenemos pero además necesitamos crecer. Esa es la gran tarea que tenemos por delante.

¿Por qué alguien que votó por ti en la asamblea de este fin de semana, que te apoya desde cualquier rincón de Chile, debe hoy apoyar a Jorge Arrate?

-Para favorecer la unidad. Nosotros los humanistas estamos favoreciendo sobre todo un proyecto de unidad. Estamos construyendo un programa de gobierno único y si era yo el candidato o Teillier, el programa es el mismo y lo estamos impulsando porque creemos que es bueno para Chile. Lo que ha cambiado es quien será el vocero de ese programa de gobierno, pero las propuestas son las mismas: la necesidad de una nueva constitución, de nacionalizar el cobre, las aguas, cambiar la legislación laboral, descentralizar el país, darle espacio a los jóvenes, devolverle sus derechos a los pueblos originarios, son todas propuestas que siguen totalmente vigentes sea quien sea el candidato. Por lo tanto, si alguien me apoyaba a mí lo hacía por una propuesta, por una visión de país que compartimos quienes estamos trabajando en este proyecto de izquierda.

¿Cuál es tu visión de lo que viene para la izquierda de ahora en adelante?

-Hay grandes desafíos. Uno es la tarea electoral, pero también tiene que hacer una reflexión sobre sí misma para buscar mecanismos que le permitan verdaderamente integrar a las nuevas generaciones. Hemos tenido una Asamblea bonita, mucha participación, pero tenemos una tremenda carencia, y es que los jóvenes vean en esta construcción, en esta propuesta de la izquierda, una verdadera posibilidad para expresarse y ser protagonista. Esta izquierda todavía tiene tendencia a anclarse en el pasado y nosotros necesitamos hacer una construcción que mire hacia el futuro, recogiendo lo mejor de la experiencia histórica, pero mirando hacia el futuro. O buscamos formas para que de verdad el protagonismo pase a estar en manos de las nuevas generaciones o vamos a quedar con una tarea pendiente.

PACTO CONTRA LA EXCLUSIÓN

El Mercurio consignó que has pedido la intervención de Frei en lo que respecta a destrabar la negociación parlamentaria que mantienen con la Concertación. ¿Cómo te gustaría se resolviera ese proceso?

-Me gustaría que se resolviera entendiendo que con mezquindades no se puede construir una democracia. He visto demasiados años de mezquindades en los partidos políticos, demasiados años de no querer soltar ni un gramo de participación  y espacio para otras corrientes políticas y sociales. Eso es malo para los países, malo para la democracia. Yo esperaría, aunque de verdad lo dudo mucho, ver de parte de la Concertación una altura de miras que no he visto. Una capacidad de ubicarse en lo que es bueno para el país, para el futuro, y no en lo mejor para la ‘caja chica’ de cada uno. El hecho de no haber sido capaces de construir un pacto parlamentario que verdaderamente termine con la exclusión, me está indicando que están primando intereses muy mezquinos, personales, muy de cómo queda en el negocio cada partido de la Concertación. Por eso he planteado que si Frei considera que hay que terminar la exclusión en Chile, tiene que ser capaz de dar una señal muy clara a sus partidos para que eso se efectivice.

¿Serás candidato a diputado aunque no se logre un acuerdo con el oficialismo?

-Ese es un tema que todavía está por verse. Queremos ver cómo se concreta el proceso que se está viviendo con la Concertación. Yo quiero hoy día poner las energías en que se logre ese pacto instrumental, que por esa vía se puede terminar con la exclusión y por supuesto que si ese pacto es adecuado y podemos contribuir a una mejor democracia estando en el parlamento, lo haremos. Pero primero debemos avanzar en ese camino. Y no en el lugar que sea, sino en un distrito donde se pueda romper la exclusión.

Juan Pablo Burgos

El Ciudadano

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