Guerra, drogas y miseria: tasa de suicidios se dispara en Colombia

La depresión es una de las principales causas en las personas que se quitan la vida

Suicidios Colombia

Colombia ha estado signada a la marca de la muerte por más de medio siglo. Desigualdad, violencia, pobreza, miseria, desolación, guerra, drogas, injusticia, terrorismo e inseguridad son algunos de los elementos cotidianos con los que deben cargar sus ciudadanos, y que influyen notablemente en el desarrollo de sentimientos negativos, mientras depresión, soledad e impotencia son el eje central de miles de casos de suicidios.


Desde hace varios años resuena en los titulares de los medios de ese país las altísimas cifras relacionadas a los suicidios. Tan solo en el primer trimestre de 2019 se registraron 590 suicidios, según datos proporcionados por el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia.

Lo que más preocupa del más reciente informe sobre este tema es que uno de los segmentos de la población más afectada son los niños y adolescentes, con un total de 77 incidentes. El grupo entre los 15 y 17 años de edad contabilizó 53 casos.

Los niños entre los 10 y 14 años presentaron 23 episodios. También resalta el caso de una niña de apenas 9 años de edad. Otro dato impactante sobre esta situación en Colombia, es que el mayor número de suicidios se produjo en marzo, con un total de 213 casos, los cuales se ejecutaron principalmente los domingo y lunes.

Sumado a esto, la Fundación Sergio Urrego ha atendido más de 2.000 casos de personas que han expresado querer quitarse la vida, lo que indica que al sumar los casos cometidos con las intenciones de hacerlo suman más de 2.500 episodios de este tipo.

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Al ver el histórico de casos durante los últimos años se notan cifras alarmantes. Según datos del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, la cifra de suicidios viene en ascenso desde 2006 y se ha convertido en la cuarta razón de muerte del país y la segunda en los jóvenes.

Desde 2009, el fenómeno del suicidio en Colombia presenta un comportamiento constante. En 2015 las cifras dejaron un total de 2.068 personas que se quitaron la vida, 1.655 eran hombres y 413 mujeres. Para el año 2016, la cifra que mide estos casos llegó a un promedio 4,74 por cada 100.000 habitantes, y una mujer por cada cinco hombres.

La cifra siguió en ascenso en 2017 y subió 11,30 % con respecto al 2016. Documentos oficiales revelaron que, entre el primero de enero al 31 de diciembre del 2017, se registraron 2.571 casos de suicidios, donde la población de jóvenes entre los 20 y 24 años fue la más afectada. Fueron en total 515 casos más que en 2016.

En 2018 se suicidaron 2.410 personas, según los datos de Medicina Legal. «Se dio un aumento de 10 %, en un país es muchísimo. Yo creo que esto debe generar alarmas y políticas públicas frente a la prevención de la vida», señaló Claudia García, directora de esa institución.

El observatorio de la entidad reveló que la depresión es una de las principales causas que provocan el suicidio de colombianos, sobre todo en edades tempranas. «Desde preadolescentes, inclusive, hay hechos aislados en niños de 7 u 8 años. También se están presentando en adolescentes, adultos jóvenes y adultos en edad productiva», resaltó García.

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El presidente colombiano, Iván Duque, no se ha pronunciado al respecto. Foto: Web

El estudio también arrojó que las regiones en donde más se presentan son: suroccidente, con 17 %; Bogotá́, con 16 %; y noroccidente, con 14 %. En la capital del país, por ejemplo, en 2018 se presentó un incremento de 19 %. Según el informe, los fines de semana son los días donde hay más suicidios.

Según datos de Medicina Legal, difundidos en septiembre de 2018, entre enero y julio de 2018 ya se habían registrado 1.396 suicidios, la mayoría en Bogotá -199 casos. Le siguen Cali y Medellín. De las principales ciudades del país solo en Leticia y Puerto Carreño no se registraron suicidios en los 7 primeros meses de 2018.

Además, de las 13.206 muertes de colombianos que se registraron desde enero hasta julio de 2018, el 10,57 % fueron suicidios. De esos, 1.156 hombres y 240 mujeres, con un promedio de un caso cada tres horas y media.

El grupo de jóvenes entre los 20 y 24 años fue el más afectado con 220 casos; mientras que los adolescentes entre los 15 y los 17 años cometieron 92 suicidios. Las cifras oficiales también certificaron que -entre 2005 y 2014- se presentaron 18.336 registros por suicidio, un promedio anual de 1.833 casos.

Hombres, pobres y campesinos son los que más cometen suicidios

Estos datos, además, evidencian que los hombres son más propensos a cometer suicidio que las mujeres, y la cifra aumenta mientras más edad tienen. Hasta los 35 años la relación es de 1 mujer por cada cinco hombres.

Después de los 35 años la cifra aumenta de 8 hombres por cada mujer. A partir de los 70 a 74 años la relación es de 13 hombres por mujer. Y de 75 a 79 años la proporción es de 33 hombres por cada mujer.

En cifras generales, el 80,03 % de los casos de suicidios son cometidos por hombres y las regiones más afectadas son las que registran mayor pobreza, ruralidad, miseria, exclusión y violencia armada.

Putumayo es el departamento con mayor incidencia con una tasa de 9.73 muertes por cada 100.000 habitantes, seguido de Arauca, Quindío, Guainía, Caldas, Huila y Risaralda.

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Además de los suicidios, Colombia es azotada por el paramilitarismo y la persecución contra los líderes sociales y campesinos

También, resalta el informe de Medicina Legal que una gran mayoría de quienes tomaron la decisión de suicidarse eran personas en condiciones de drogadicción y en otros casos campesinos o personas que estaban laborando en zonas rurales.

Entre las principales razones detectadas que motivaron a las personas a quitarse la vida están: la depresión, limitaciones económicas, conflictos personales problemas y soledad.

La directora de la Fundación Sergio Urrego, Alba Reyes, -citada por RCN- hizo un llamado al Gobierno Nacional para que adopte urgentemente un plan de contingencia cuyo objetivo fundamental sea salvar vidas jóvenes y niños, tras reportar un aumento en los casos de suicidio.

«Lamentablemente la crisis por la que atraviesa Colombia respecto al suicidio de niñas, niños y adolescentes desborda las capacidades de la fundación», dijo la madre del joven Sergio Urrego, quien se suicidó, no sin antes reiterar su compromiso y esfuerzo por salvar el mayor número de vidas posibles en personas que estén vulnerables de suicidio.

«El objetivo del plan es que nos articulemos distintos sectores con el fin de ejecutar acciones inmediatas y urgentes que nos permitan hacer contención de los casi 600 casos que aún tenemos en este momento», manifestó Reyes.

Seguidamente, agregó que el Gobierno colombiano -a través del Ministerio de Salud, la Defensoría del Pueblo, Policía Nacional, Bomberos, la Secretaría de Integración Social de Bogotá, el Colegio Colombiano de Psicología y la Asociación Colombiana de Psiquiatría- deben trabajar unidos y junto con organizaciones civiles y las universidades.

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La depresión afecta a 300 millones de personas en el mundo. Foto; Web

Suicidios: un problema de salud pública

La Organización Mundial para la Salud (OMS) informó que un promedio de 800.000 personas se suicidan cada año: eso representa una muerte cada 40 segundos, y la segunda causa de defunción entre las personas de 15 a 29 años.

Esta cifra también refleja que alrededor de 3.000 personas se suicidan cada día en el mundo, mientras otras 60.000 intentan hacerlo pero no lo logran. Las tasas de suicidio han aumentado 60 % en los últimos 50 años y este incremento ha sido particularmente agudo en países en desarrollo, especialmente entre personas jóvenes: es la tercera causa de muerte entre los 15 y los 34 años a nivel mundial.

La OMS considera que la depresión (una de las principales causas del suicidio) también representará la mayor causa de pérdida de años de vida saludables después del VIH/SIDA para el año 2030.

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Estos indicadores han llevado a la OMS a declarar los suicidios como un problema de salud pública que se repite -sobre todo- en países de ingresos medios y bajos donde es extremadamente difícil prevenirlos.

El suicidio requiere de la intervención integral para su prevención primaria y no solamente se trata desde el abordaje en salud mental, sino en el marco de acciones en educación, protección, justicia social, oportunidad laboral, recreación organizada, y todas las demás actividades en los ámbitos que propendan por el mejoramiento de las condiciones de vida y promuevan estilos saludables entre la población desde las más tempranas etapas de la vida.

El reconocimiento temprano de desajustes emocionales y la prestación de ayuda psicológica a cargo de personal especializado pueden mitigar los efectos de los problemas mentales. Se puede formar a trabajadores de atención primaria en salud para que utilicen entrevistas estructuradas con las que logren detectar los problemas en una primera fase y así poder ofrecer tratamiento y asistencia oportuna.

Los programas psicopedagógicos en las escuelas, el asesoramiento de apoyo, terapias cognoscitivas y del comportamiento con participación de la familia, son sistemas eficaces a la hora de mejorar la salud mental en adolescentes como forma de prevenir desenlaces fatales como el suicidio.

Depresión: factor relevante que impulsa los suicidios

Más de 300 millones de personas alrededor del mundo padecen depresión, según cifras de la OMS. Esta enfermedad se puede presentar de manera leve o grave y, en el peor de los casos, puede llevar a que las personas decidan quitarse la vida.

Hay diferentes maneras en las que se puede evidenciar que una persona está sufriendo depresión. Sandra Peñuela, psicóloga de la Universidad Piloto de Colombia, explicó -al diario El Espectador– que dentro de los síntomas se encuentran la alteración del sueño, la pérdida de apetito, el ánimo constante bajo y el abandono de actividades que la persona normalmente disfrutaba.

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Otra razón que guarda relación con la depresión es el consumo de alcohol y drogas, pues son sustancias que activan las emociones de tristeza, ira y euforia. En ese nicho, un grupo considerablemente afectado son los estudiantes universitarios, quienes suelen experimentar con estas sustancias.

Diana Pulido, psicóloga clínica y docente de la Fundación Universitaria del Areandina, explicó a El Espectador que los denominados Millennials’ (nacidos entre 1981 y el 2000) no fueron preparados para enfrentarse a las dificultades del mundo, eso les genera frustración y no saben lidiar con ella.

“Son chicos que han crecido en familias que no les han permitido vivir fallas y no han generado habilidades sociales frente a la frustración o a la perdida. Por eso, una pérdida amorosa, que hace parte de las dificultades comunes de la vida de todos los seres humanos, puede llegar a generarles una depresión”, explicó Pulido.

La investigación también señaló que aquellas personas que decidieron suicidarse durante 2017 sólo pudieron estudiar hasta secundaria.

“Esto puede relacionarse a la carencia de un plan de vida. El hecho de ser profesional o estar inmerso en un ambiente académico implica proyectarse hacia al futuro, lo que resulta muchas veces ser un incentivo y un motivador”, agregó Pulido.

“Yo entré en depresión después de mi primer semestre de medicina. Empecé la carrera con muchas expectativas, pero me frustró que la carga académica fuera más pesada de lo que esperaba. Me dediqué todo el tiempo al estudio y en algún momento me convertí en alguien solitario”, dijo un estudiante de 23 años identificado por El Espectador como “Carlos”, quien decidió aplazar un semestre para recibir ayuda psicológica.

“Yo no quería decirle a nadie, pero al final eso fue lo que me ayudó. Uno siempre necesita ayuda de los demás, porque cuando uno se cierra explota”, añadió.

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