Culturas y religión

Kumbh Mela: el peregrinaje más grande del mundo

La peregrinación ha acompañado por lo largo de la historia a las diferentes religiones  del mundo, entre éstas, la religión hindú celebra distintas prácticas sagradas y completamente espirituales

La peregrinación ha acompañado por lo largo de la historia a las diferentes religiones  del mundo, entre éstas, la religión hindú celebra distintas prácticas sagradas y completamente espirituales. La Kumbh Mela es uno de los festejos con mayor importancia para los hindús, debido a que concede la purificación del espíritu, la limpieza de los pecados y la liberación del ciclo de reencarnación gracias a los baños sagrados que se realizan en el Triveni Sangam, lugar donde confluyen los ríos físicos Ganges, Yamuna y el mítico invisible: Saraswati, caudal simbólico del que permanece oculto pero del que los fieles creen sentir su presencia bajo el agua.

Son doce años los que tienen que esperar los peregrinos para poder acudir a la celebración espiritual más grande del mundo; la Kumbh Mela tiene una duración aproximada de 50 días, iniciando a mediados de enero. La celebración tiene sus cimiento en un mito: Dioses y demonios se aliaron con la intención de originar el néctar de la inmortalidad, el que después de haber sido creado fue robado por los demonios, desatando una batalla divina durante doce días y doce noches, el equivalente a doce años humanos; durante la batalla, algunas gotas de néctar cayeron sobre el Triveni Sangam.

La purificación espiritual que logran alcanzar los peregrinos, la obtienen gracias a los baños de agua sagrada que confluye de los tres ríos, las oraciones que se ofrecen y las diferentes procesiones espirituales. El acto religioso ha sido admirado y ha atraído a una gran cantidad de extranjeros provenientes de todas partes del mundo, así como a fieles de la religión, logrando una asistencia de hasta 100 millones de personas. Durante esta gran peregrinación se realiza la instalación de un campamento de 19 kilómetros cuadrados, 14 hospitales temporales, así como la construcción de 500 kilómetros de carretera y 600 kilómetros de líneas eléctricas, todo para garantizar el éxito total de la celebración sagrada.

La logística que se prevé es sorprendente,  en un lapso de diez horas se pueden bañar has treinta millones de fieles, es por eso que las personas deben hacer filas enormes que están vigiladas por un total de 25 mil policías. Durante el festejo son sólo nueve días los que se consideran “los más sagrados” para bañarse en el agua, estos días se determinan por la entrada del Sol y las fases lunares.

En la religión hindú, un sadhu se rige por el ascetismo: sigue el camino de la penitencia y la austeridad para convertirse en un ser iluminado. Los monjes sadhus son parte de la sociedad pero su filosofía se extiende más allá de los places y dolores humanos, de los que se apartan, pues renuncian a las satisfacciones mundanas para enfocar su vida en la contemplación y la cultivación del espíritu.

Son ellos, hombres santos de la india, quienes inauguran la celebración corriendo hacia el agua helada a altas horas de la madrugada. El ritual lo inician cubiertos de ceniza y completamente desnudos, mientras todos los fieles esperan su turno para entrar en el agua. Entre las principales acciones que se realizan como rito en el festejo, los Sadhus desfilan junto a camellos, elefantes, caballos, carrozas y también son acompañados de bandas musicales.

Un hindú en el Kumbh Mela de 2010, foto de Steve McCurry

Los fines religiosos por los que las personas de diferentes lugares visitan la india no son una molestia para los habitantes hindús, pues abren las puertas de sus casas para recibir a toda la gente visitante con los gestos más amables y cordiales.

“Cada doce años, India entera se estremece; los pueblos se agitan, los monasterios se vacían, de las cuevas del Himalaya descienden ermitaños desnudos sucios de cenizas, de la costa de Malabar, del cabo Comorín, del golfo de Bengala, de los montes Vindhya; del desierto del Thar convergen carros de toda clase, comitivas de monjes, grupos de indigentes, tropas de leprosos, séquitos de rajás, palanquines abarrotados de mujeres ocultas por cortinas blancas, trenes llenos de pasajeros, una muchedumbre extraordinaria ávida de santidad: los peregrinos de la Kumbh-Mela”.

 Mircea Eliade, filósofo, novelista e historiador rumano.

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