Campos de refugiados: una bomba de tiempo para la expansión del coronavirus

Oxfam Intermón y el Consejo Griego para los Refugiados describen a los campos de refugiados en las islas del país heleno como "el peor desastre humanitario de Europa"

La expansión del brote de coronavirus COVID-19 que comenzó en China ya se ha extendido por cientos de países y se convirtió en una pandemia. Alrededor del mundo se han implementado medidas de prevención y contención para tratar de frenar los casos de contagio.

Sin embargo, existen algunos grupos más vulnerables, aquellos que disponen de menos recursos o se encuentran en situación de desigualdad, como es el caso de los refugiados.

Estos millones de hombres, mujeres y niños que han huido de sus naciones en conflicto y se encuentran recluidos en campos de refugiados.

El hacinamiento y la insalubridad de estos centros son factores de riesgo para el contagio del coronavirus que ya ha infectado a 215.000 personas en más de 150 de países.

El hacinamiento y la insalubridad de los centros de refugiados son factores de riesgo para el contagio del COVID-19. Foto: Télam.

Al respecto, la  Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) señaló que aunque cualquier persona puede contagiarse, la mejor forma de evitar la propagación es “permitir que todos tengan acceso a los servicios sanitarios, incluyendo las personas que se encuentran más marginadas en las comunidades”. 

“Todas las personas en el mundo, también las personas refugiadas, desplazadas y solicitantes de asilo, deben poder acceder a las instalaciones y servicios de salud”, señaló Filippo Grandi, Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Refugiados.

Un vídeo difundido a través de las redes sociales por ACNUR, planteó la necesidad de tomar medidas respecto a los campamentos de refugiados, ya que estos pueden estar en condiciones de sobrepoblación o tener sistemas de salud débiles. 

En datos, la agencia cifra en más de 70 millones las personas que han tenido que abandonar sus países por conflictos, violencia y vulneración de derechos. Así, más de 20 millones son refugiados y el 84 % se encuentran acogidos en países de ingresos bajos o medios, lo que aumenta el riesgo a estar en condiciones de vida inhóspitas.

Por tal motivo, insistió en la necesidad de que los países respeten los derechos de las personas refugiadas, que solo buscan seguridad, en el caso de que se lleven a cabo medidas para evitar las entradas, salidas y libertad de movimientos.

Los refugiados se encuentran hacinados en los campos instalados en Grecia. Foto: AP

Ante la pandemia, los ojos del mundo están puestos sobre Europa y, específicamente, sobre Grecia, a cuyas islas han llegado en las últimas semanas cientos de migrantes y refugiados en barco desde Turquía, aumentando la presión sobre los centros de migrantes, que pueden ser focos de contagio del coronavirus.

Los campamentos en esas islas ya tienen casi 42.000 solicitantes de asilo, aunque fueron diseñados para aproximadamente 6.000. La agencia de ayuda Médicos Sin Fronteras (MSF), que trabaja en las islas, dice que más de 14.000 de esos migrantes son niños.

«Hombres, mujeres y niños viven en condiciones horribles en centros superpoblados, en constante temor y con un acceso muy básico a servicios como baños, duchas y electricidad», declaró a BBC, Stephan Oberreit, jefe de misión de MSF en Grecia

Miles de refugiados de los millones que se encuentran en Turquía han intentado entrar en la Unión Europea (UE) a través de la frontera con Grecia, después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunciara a finales de febrero que dejaría de impedirles que accedieran al viejo continente.

El Mandatario alegó que la UE no ha cumplido su parte del acuerdo migratorio de 2016, ni ha hecho el esfuerzo de liberar los visados Schengen para ciudadanos de su país, ni ha aportado los 6.000 millones de euros prometidos a su gobierno para proyectos de ayuda a  los 3,7 millones de refugiados que se encuentran en su territorio.

Ante esta decisión, el primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis, respondió suspendiendo el derecho de asilo durante un mes y tratando de expulsar de su país a quienes hayan entrado «de forma irregular».

Grecia ha reprimido y agredido a los migrantes que intentan entrar a su territorio. Foto: El Español.

Mitsokakis desplegó policías antidisturbios y guardias de fronteras que con métodos brutales han intentado evitar que los refugiados entren a territorio heleno.

Lo más alarmante de la situación es que los miembros de la UE decidieron respaldar la política migratoria de mano dura de Mitsotakis, sin importar el destino y condiciones de los refugiados, que en su mayoría son sirios, iraquíes y afganos que huyen de la violencia y el conflicto.

Coronavirus en los campos de refugiados

La situación se ha hecho más grave luego de que se confirmara un caso de coronavirus en uno de los campos de refugiados en la isla griega de Lesbos.

Médicos Sin Fronteras alertó que si las «terribles condiciones de vida en los campos hacinados» continúan, esto incrementará el riesgo de propagación del brote.

En los campos de refugiados escasean los servicios de saneamiento adecuados. Foto: Télam.

En estos campos escasean los servicios de saneamiento adecuados y el acceso a servicios médicos elementales, mientras los hospitales de las islas tienen una capacidad de atención muy limitada.

“En centros como el de Moria, donde malviven más de 20.000 personas, entre ellas muchos menores, es casi imposible mantener la distancia de seguridad que se recomienda para evitar la propagación del coronavirus”, reseñó La Vanguardia.

El campo de refugiadosubicado en la isla de Lesbos se encuentra con una absoluta falta de medios para enfrentar la pandemia debido al abandono de las instituciones griegas y a la marcha de diferentes organizaciones de la isla.

La mayoría de los migrantes ya se encuentran en un estado físico debilitado y vulnerable debido a sus terribles condiciones de vida y cuentan con un acceso muy limitado a la atención médica básica.

Las mujeres del campo de refugiados de Moria cosen sus propias mascarillas para protegerse contra el coronavirus. Foto: El Salto Diario.

Ante la pasividad institucional para mejorar las condiciones de higiene o distribuir material sanitario fundamental, un grupo de mujeres refugiadas se encuentran fabricando, con telas y máquinas de coser obtenidas de otras organizaciones y personal voluntario, cientos de mascarillas para distribuirlas entre los residentes, reportó El Salto Diario.

Frente a este escenario, Médicos Sin Fronteras exigió a Atenas la inmediata evacuación del campo de Moria y el traslado de los refugiados al continente.

La respuesta del Gobierno heleno no se hizo esperar y, lejos de tratar de reducir el hacinamiento, mejorar la salubridad, o permitir su salida, anunció la estricta limitación de entrada y salida de los refugiados y personal del campo, incluyendo la construcción de una nueva cerca a su alrededor, reforzando la situación de encierro y aislamiento.

El Ministerio de Migración informó a través de un comunicado la cancelación de las visitas a los campos, un examen médico a cada recién llegado, la desinfección diaria de todos los espacios comunes y la suspensión de actividades en espacios cerrados.

Además, instruyó a los refugiados a no salir de los campamentos si no es imprescindible.

Además, el Gobierno evalúa también la posibilidad de distribuir la comida en los campamentos de registro de las islas del Egeo una sola vez al día para evitar contactos.

Médicos Sin Fronteras exigió a Atenas la inmediata evacuación del campo de Moria por el riesgo que supone para la expansión del brote. Foto: VT Actual.

El peor desastre humanitario de Europa

Ante este panorama, Oxfam Intermón y el Consejo Griego para los Refugiados describen a los campos de refugiados en las islas griegas como «el peor desastre humanitario de Europa» 

Por ello, ambas organizaciones advierten que dejar atrapados a miles de refugiados en  estos centros en condiciones insalubres e inseguras, “no es sólo una violación de los Derechos Humanos, sino que también abre la posibilidad de una devastadora crisis de salud si el Covid-19 llega a esos campamentos«, por lo que piden su evacuación «de inmediato».

«Esta es una crisis humanitaria de personas que huyen de la violencia, la persecución y la guerra (…) La situación actual es una consecuencia directa del acuerdo UE-Turquía, que convirtió a las personas que necesitaban seguridad y dignidad en fichas de negociación política», lamentó Spyros-Vlad Oikonomou, vocero del Consejo Griego.

También denunció que los derechos humanos han quedado «en segundo lugar frente al beneficio político», lo cual, «es una violación inaceptable tanto del Derecho Internacional como del de la UE».

Lo más crítico es que la actuación mezquina de los socios de la Unión Europea no se limita a los refugiados, sino que incluye a países del viejo continente.

Aleksandar Vucic, presidente de Serbia (país que aspira a formar parte del euro grupo), cargó contra las restricciones a la exportación médica impuestas por los Veintisiete por la pandemia del coronavirus.

https://www.youtube.com/watch?v=mPJKLuJA6NQ

«La solidaridad internacional no existe. La solidaridad europea no existe, es puro cuento. Los únicos que nos ayudan son nuestros amigos de la República China«, afirmó Vucic, tras denunciar que solicitó ayuda médica a la UE para enfrentar el brote del COVID- 19, pero no tuvo éxito.

“Envié una carta y tenía grandes expectativas y no se cumplieron. Como ya saben, nos han vetado como receptores de material médico. He pedido ayuda a mi amigo, hermano, Xi Jinping. Para la UE no somos lo suficientemente buenos”, condenó.

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