El día que el petróleo valió menos que nada por culpa de un virus

La nación norteamericana está pagando las consecuencias de haber corrido el riesgo de aumentar indiscriminadamente su producción, en especial a través de los proyectos de fracturación hidráulica o fracking

El petróleo intermedio de Texas (WTI) protagonizó un desplome histórico del 305 % este lunes, y por primera vez desde que se registran estadísticas cayó a terreno negativo.

El valor del barril estadounidense cerró en -37,63 dólares, un hecho que significa que los vendedores no cobran por la venta de un barril, sino que -al contrario- pagan por deshacerse de él.

Los contratos futuros del WTI para entrega en mayo, que expiran el martes, cotizaron por debajo de cero (0) dólares una hora antes de que se produjera el cierre de las operaciones en la bolsa de Nueva York, en una jornada sin precedentes para el crudo de referencia en Estados Unidos.

La desesperación embarga a los tenedores de contratos para mayo, quienes deben encontrar compradores para el petróleo lo antes posible. 

Infografía: BBC/ Bloomberg.

«Los futuros del WTI de mayo experimentan ventas masivas, ya que expiran mañana. Todos los inversores que no quieran entrega física necesitan vender el contrato de mayo antes de su vencimiento. Pero, no hay compradores físicos para este contrato ya que las capacidades de almacenamiento en EE. UU. han alcanzado su máximo», explicó Michel Salden, analista de la firma Vontobel AM.

Los tenedores buscan evitar que el precio del WTI vuelva a ser negativo, tal y como ocurrió este lunes.

Este escenario se produce cuando los depósitos de petróleo están llenos, y los productores de crudo se ven obligados a pagar a los compradores para que lo recolecten, porque tienen que evitar el cierre de los yacimientos.

“El barril de West Texas llegó a caer al 305 % de su valor. Es decir, al empezar la sesión los inversores pagaban alrededor de 17 dólares por barril y a última hora de la noche recibían 37 dólares. Algo impensable hace meses”, reportó El País.

El barril de petróleo Brent del mar del Norte, de referencia en Europa, también sufrió tras caer 8% (2,5 dólares) hasta intercambiarse por 25,8 dólares: mientras que la cesta de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se mantuvo en torno a los 13 dólares.

Sin embargo, la caída es más estrepitosa en Estados Unidos porque allí manda la industria del fracking y sus proyectos de extracción de crudo de esquisto, que han contribuido a convertir a la nación norteamericana en el primer productor de crudo del mundo, y por eso ahora su mercado es el más afectado.

La AIE advirtió que 2020 sería el peor año de la historia para el petróleo. Imagen: Web.

El peor año del petróleo

La semana pasada, la Agencia Internacional de Energía (AIE) calificó el 2020 como «el peor año de la historia para el petróleo», y advirtió que el mercado se acercaba a un “abril negro».

Además, alertó que el exceso de oferta pondría a prueba la capacidad mundial de almacenar crudo, con el riesgo de que la saturación en algunos yacimientos obligara a parar la producción.

A su vez, la OPEP pronosticó que la demanda de crudo descendería en torno a 20 millones de barriles por día en abril. Mientras que en el resto del año se reduciría en 6,91 millones de barriles diarios.

La demanda de crudo ha bajado de forma drástica debido a la pandemia del coronavirus COVID-19. Imagen: Reuters.

¿Culpa del coronavirus?

Tanto la AIE como distintos analistas pronosticaron la caída del petróleo, a raíz de la baja de la demanda energética originada por las medidas de cuarentena tomadas por gran parte de los países para detener la propagación del coronavirus COVID-19, las cuales han paralizado buena parte de las actividades económicas en el planeta.

“Las medidas de confinamiento por el coronavirus están provocando un desplome histórico de la demanda de petróleo en el mundo” indicó la AIE en su más reciente informe.

Lo cierto es que al estar casi la mitad de la población mundial en cuarentena -con distintos matices según los países- no hay compradores, y los precios del crudo no han parado de caer desde enero.

Con la actividad económica paralizada y los precios por el piso, el mundo tiene más petróleo del que puede usar y los depósitos y las refinerías se están llenando rápidamente, por lo que no hay donde almacenar la producción.

«Los tanques de reserva se han quedado sin espacio para almacenar más crudo tras la caída de la demanda por la pandemia, e incluso se han llegado a utilizar barcos”, destacó El País.

En su informe mensual, la AIE advirtió que “nunca antes la industria petrolera ha estado tan cerca de ver retada su capacidad logística».

Mientras que la consultora de economía y geopolítica Eurasia Group indicó que “los puertos y refinerías están rechazando el acceso a buques y tanques petroleros, lo que pondrá más presión”.

Según analistas, se necesitará una recuperación de la demanda para dar la vuelta al mercado, y eso dependerá de cómo se desarrolle la crisis de salud ocasionada por la pandemia.

Arabia Saudí y Rusia libraron una guerra de precio que llevó a mínimos la cotización del crudo. Imagen: FX. Empire.

Guerra de precios

Otro factor que ha incidido es la falta de acuerdo entre los principales productores de crudo. A principios de marzo, los países miembros de la OPEP y otros productores externos como Rusia, conocidos como OPEP+, fracasaron en el intento de fijar un recorte conjunto para estabilizar el mercado.

Este resultado ocasionó que el precio del barril de petróleo cayera por debajo de los 50 dólares por primera vez desde 2017.

Asimismo, Arabia Saudí y Rusia emprendieron una guerra de precios que condujo a que el crudo siguiera cayendo y llegara a su mínimo desde 2002. En el caso específico del WTI, este marcador se hundió por debajo de los 20 dólares por barril.

Ante este escenario, finalmente la OPEP y sus aliados, incluyendo a Rusia, acordaron el pasado 9 de abril una reducción de la producción de 10 millones de barriles diarios, para impulsar los mercados afectados por el coronavirus.

El acuerdo constituyó el mayor recorte de producción jamás pactado por las potencias petroleras, pero para algunos analistas e inversores no es suficiente para paliar el derrumbe de la demanda en plena pandemia.

«Le tomó tiempo al mercado darse cuenta de que el acuerdo de la OPEP+, al menos tal como está ahora, no será suficiente para equilibrar el mercado petrolero«, advirtió Stephen Innes, analista de la firma Axicorp, citado por Clarín.

Estados Unidos aumentó de forma indiscriminada su producción de crudo. Imagen: Web.

EE. UU. paga por su ambición

Según varios analistas, EE. UU. está pagando las consecuencias de haber corrido el riesgo de aumentar indiscriminadamente su producción, en especial a través de los proyectos de fracking que permiten extraer grandes cantidades de crudo de los yacimientos de esquisto.

A pesar de que la nación norteamericana es el mayor consumidor de energía del planeta, sus reservas de crudo han aumentado enormemente durante las últimas semanas,.

La semana pasada, la Administración de Información Energética de Estados Unidos informó que los inventarios de petróleo subieron 19,25 millones de barriles.

Sukrit Vijayakar, analista de Trifecta Consultants, explicó que las refinerías estadounidenses no logran transformar el petróleo lo suficientemente rápido, lo que explica que haya menos compradores y que las reservas sigan aumentando.

Para la industria del fracking este escenario de precios bajos es mortal, debido al costo de sus operaciones.

Diego Morín, analista de la firma financiera española IG, advirtió que la situación del mercado puede llevar a la bancarrota a algunas petroleras norteamericanas dedicadas al fracking.

 “Tener un barril por debajo de la barrera de los 50 dólares es perjudicial para la industria de esquisto”, indicó a El País, y planteó que a la vista de la tendencia, el mercado va a tardar mucho tiempo en volver a pagar esa cantidad.

Por su parte, el economista venezolano Luis Salas Rodríguez adelantó -en su canal de Telegram- que la banca se prepara para apoderarse de los activos de las compañías de esquisto a las que han prestado y que ahora están al borde de la insolvencia como consecuencia de la crisis.

El petróleo intermedio de Texas (WTI) protagonizó este lunes un desplome histórico y cayó a -37,63 dólares por barril. Imagen: Bloomberg.

¿Qué pasará con el petróleo?

El futuro del mercado petrolero, y en especial el estadounidense, es incierto. Más de la mitad del mundo permanece en cuarentena debido al COVID-19, y la demanda generada por el sector comercial e industrial no se reactivará a corto plazo.

¿Seguirá desplomándose el precio de marcadores como el WTI?, es la pregunta que varios analistas tratan de contestar, aunque sin ofrecer una respuesta definitiva.

Luis Salas Rodríguez aseguró que es necesario observar el desarrollo de las bolsas de valores para identificar el comportamiento del mercado.

Sin embargo, planteó que se puede generar un repunte en el precio de los contratos del WTI para entregas en junio, que pudieran llegar a los 20 dólares por barril.

“Hay que ver como acusarán el golpe mañana las bolsas, aunque no es descartable un rebote de los precios por los contratos de junio”, indicó.

Otros analistas afirman que en el mercado se observará el desespero por encontrar compradores para los contratos del WTI con entrega en mayo y que finalizan este martes.

El mayor problema es que las reservas han aumentado enormemente en Estados Unidos en las últimas semanas, lo que incide en una baja de los precios.

«Creo que muy pronto vamos a probar los niveles más bajos desde 1998 en torno a los 11 dólares«, advirtió Jeffrey Halley, analista de mercados para la firma  bursátil estadounidense Oanda. ¡Amanecerá y veremos!.

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