La incompetencia hunde a Macron mientras el COVID-19 arrasa con Francia

El Ejecutivo decidió desautorizar algunos productos farmacéuticos para el tratamiento del coronavirus, para autorizarlos días más tarde, algo que para la opinión pública es improvisación

El cuestionado manejo de la pandemia del coronavirus COVID-19 en Francia está hundiendo a Emmanuel Macron en el más profundo rechazo. Los últimos sondeos revelan que apenas 36 % de la población aprueba su gestión, frente al 59 % que tiene una opinión negativa.

El rechazo al Mandatario coincide con un crecimiento exponencial del pesimismo y el temor. Según varios estudios, entre 65 % y 68 % de los ciudadanos afirman tener miedo de ser víctimas del coronavirus, que en Francia suma más de 134 mil casos y de 17.000 muertos, hasta este miércoles 15 de abril.

El temor no es gratuito, ya que nación europea ocupa en quinto lugar en número de contagios, y la situación de momento no parece mejorar.

Macron aceptó que su Gobierno no estaba preparado para afrontar la pandemia del coronavirus COVID-19. Foto: France 24.

No estaba preparado para la pandemia

En una de sus más recientes alocuciones, el populista de derecha se vio forzado a aceptar que su Gobierno no estaba preparado para afrontar la pandemia.

«¿Estábamos preparados para esta crisis? A primera vista, no lo suficiente. Pero nos las arreglamos«, aseguró.

La falta de preparación ha sido más que evidente. A Macron y su equipo le han llovido críticas desde diversos sectores, y las más duras provienen del sector salud.

Más de 600 médicos franceses acusaron a Macron, a su primer ministro, Edouard Philippe, y a la extitular de Salud, Agnès Buzyn, de mentir y no adoptar las medidas para frenar el arribo de la pandemia del coronavirus .

Reunidos en el colectivo llamado C19, los galenos basaron su denuncia en el argumento de que las autoridades conocían la magnitud del peligro, pero no reaccionaron adecuadamente.

Incluso, presentaron una demanda ante la Corte de Justicia de la República, a partir del artículo 223-7 del Código Penal, el cual prevé acciones contra la no adopción voluntaria de medidas para combatir un desastre natural, con el riesgo para la seguridad de las personas como consecuencia.

El detonante para la postura de los profesionales surgió de las declaraciones de la exministra de Salud al diario Le Monde, en las que aseguró que expuso desde enero al premier Philippe y al presidente Macron la necesidad de posponer las elecciones municipales del  pasado 8 de marzo ante la amenaza del brote.

«Cuando dejé el Ministerio, lloré porque sabía que la ola del tsunami estaba delante de nosotros. Me fui asumiendo que las elecciones no tendrían lugar», señaló Buzyn, quien dejó el cargo el 17 de febrero para sustituir como aspirante oficialista a la Alcaldía de París a Benjamin Griveaux, obligado a dimitir por la divulgación de un video sexual.

Al final, la segunda vuelta de los comicios, prevista para el 22 de marzo, tuvo que ser suspendida. Philippe reconoció que existieron las advertencias de la entonces titular, pero negó que fueran tomadas a la ligera, reseñó Prensa Latina.

Por su parte, Macron aseguró que su Gobierno abordó desde un principio la crisis. “En absoluto, no ignoramos las señales (sobre la gravedad de la situación) desde que se desató la crisis en China. He abordado esta crisis con seriedad y gravedad”, declaró a Rf1.

Sin mascarillas y con equipos caducados, así luchan contra el coronavirus médicos y enfermeras franceses, reveló la agencia AFP.

Médicos sin mascarillas, ni batas, ni respiradores

Otra de las mayores críticas durante la emergencia sanitaria ha sido la falta de insumos médicos. «Sin mascarillas ni gel hidroalcohólico y con equipos caducados, así es como luchan contra el coronavirus médicos y enfermeras franceses, quienes se sienten desamparados, estresados y enfadados», denunció la agencia AFP en un reportaje.

Ante a la crisis sanitaria, los respiradores artificiales son la principal arma para tratar los casos graves, pero estos equipos son escasos en Francia. Por ello, el Ministerio de Salud se vio forzado a pedir a los veterinarios que prestaran los suyos.

También son escasas las mascarillas, tan necesarias para proteger al equipo médico que atiende a los infectados.

«Tenemos cero equipamiento. Tuve que pedir mascarillas en la farmacia con mi tarjeta profesional. Me dieron 10 unidades, que hemos compartido. Y son mascarillas quirúrgicas, no son FFP2. Nunca, nunca he vivido una situación como esta», aseguró  a AFP la enfermera, Kaouther ben Amo.

“No tengo mascarilla, ni gel, nada; y, sobre todo, no tengo información. ¡Me he enterado por los medios de comunicación que no se debe recetar ibuprofeno, con eso le digo todo!”, condenó el médico de familia, Jean-Paul Termine.

Ante la escasez, Macron debió reconocer la incompetencia de su administración.

«Nos quedamos sin batas, guantes, gel. No pudimos distribuir tantas mascarillas como nos hubiera gustado (…) He visto fallos, demasiada lentitud, procedimientos innecesarios, debilidades en nuestra logística», admitió.

Al derechista no le quedó más remedio que recurrir a China para adquirir las mascarillas y prometer que se aumentaría la producción local.

«Antes de la crisis, producíamos 3,3 millones de mascarillas a la semana en Francia. A finales de abril, produciremos más de 10 millones, habremos más que triplicado la producción en unas pocas semanas. Continuaremos con este esfuerzo para multiplicar nuestras capacidades de producción y quiero que a finales de año no tengamos que depender de otros países», indicó.

El 55 % de los franceses considera que el Gobierno no ha tomado conciencia de la gravedad de la situación. Foto: France 24.

Contradicciones y falta de coordinación

Un punto muy criticado de la gestión de Macron y su equipo es quem a pesar de existir una comunicación gubernamental permanente, las acciones no coinciden con los anuncios.

“Cuando el Presidente francés anuncia en su cuenta Twitter una «inmediata» acción «coordinada» con Donald Trump, los franceses descubren, más tarde, que el presidente de Estados Unidos anuncia, en solitario, grandes medidas puramente nacionales”, reseñó ABC.

Este medio recordó que el Ejecutivo decidió desautorizar algunos productos farmacéuticos para el tratamiento del coronavirus, para contradictoriamente autorizarlos días más tarde, algo que a los ojos de la opinión pública es un símbolo de improvisación.

Un estudio realizado por las firmas Odoxa y Dentsu Consultion, para France Info y Le Figaro, reveló que 55 % de los encuestados consideran que el Gobierno no ha tomado conciencia de la gravedad de la situación. Mientras, 69 % piensa que no es claro y 79 % percibe que no sabe para dónde va.

Macron anunció que la cuarentena en Francia se levantará el próximo 11 de mayo. Foto: TN.com

Apuro en levantar la cuarentena

Como todo Mandatario neoliberal, a Macron le urge reactivar la economía y no ve la hora de levantar la cuarentena que, a pesar del fuerte brote que experimentaban las vecinas Italia y España, decidió implementar tardíamente el pasado 16 de marzo.

El pasado lunes, el Presidente anunció que su país permanecerá en cuarentena hasta el  próximo 11 de mayo, a pesar de que 7 de cada 10 ciudadanos confían en el confinamiento como la principal medida preventiva.

A partir de esa fecha, las restricciones comenzarán a relajarse progresivamente, e incluirán la reapertura «gradual» de guarderías y escuelas primarias y secundarias.

Preocupado por la reactivación productiva, afirmó que las medidas de flexibilización también buscarán que «tantas personas como sea posible puedan volver a trabajar«.

France 24 reseñó que Macron indicó que la relajación de las restricciones irá acompañada de una mayor capacidad de aplicar pruebas de descarte de coronavirus en el país.

Según el Jefe de Estado, desde esa fecha «podremos evaluar a cualquier persona con síntomas» para poner en cuarentena a quienes estén enfermos.

También sostuvo que ese día el Estado estará en condiciones de distribuir mascarillas al público en general y reconoció que su uso podría volverse «sistemático» para «las profesiones más expuestas y para ciertas situaciones, como en el transporte público», refirió La Vanguardia.

En una muestra más de falta de coordinación e improvisación, el equipo de Macron tuvo que salir a “aclarar” las declaraciones del Mandatario.

Para no despertar falsas expectativas, el primer ministro, Édouard Philippe, indicó que las medidas de restricción de movimientos se levantarán gradualmente y siempre según la evolución de la pandemia.

A su vez, el ministro del Interior, Chistophe Castaner, advirtió que la fecha del 11 de mayo “es un objetivo, no una certeza”.

El titular de Educación, Jean-Michel Blanquer, declaró que la reapertura de las escuelas es uno de los pasos más delicados, motivado por la alerta de las asociaciones de padres sobre la falta de mascarillas, de gel hidroalcohólico, y la imposibilidad de mantener la distancia en aulas con treinta niños u adolescentes.

El líder del movimiento La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, advirtió que apresurar el levantamiento de la cuarentena puede desatar una segunda ola de contagios. Foto: Web.


En respuesta a las declaraciones de Macron, el líder del movimiento La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, advirtió que el final del confinamiento es «una política peligrosa».

«Macron anuncia un desconfinamiento casi general en trabajo y escuela para el 11 de mayo. ¿Por qué esta fecha? ¿Por qué todavía no hay planificación de los medios de protección? ¿Qué se va a hacer frente a la segunda ola de la epidemia? Una política peligrosa. Seamos cuidadosos», afirmó Mélenchon en su cuenta Twitter.

Por su parte, el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, destacó que Macron tuvo que aprender una lección de «humildad».

«El Presidente parece haber recibido una lección de humildad. Ha escuchado algunas de nuestras advertencias sobre la emergencia social. El 11 de mayo es ambicioso para compensar los retrasos incomprensibles y la escasez actual. La salud no debe venderse en favor de los problemas económicos», dijo.

Quizá el Mandatario deba escuchar a sus ciudadanos, ya que 6 de cada 10 franceses apoyan que la prórroga del confinamiento se decida «únicamente en función de criterios sanitarios», según el más reciente estudio de la encuestadora Odoxa.

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