Guía de piletas santiaguinas: Para los explotados de verano

Salimos a recorrer Santiago pensando en entregarles un servicio de utilidad pública a nuestros lectores capitalinos, sobre todo a los explotados que no tendrán vacaciones

Por Mauricio Becerra

07/02/2009

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Salimos a recorrer Santiago pensando en entregarles un servicio de utilidad pública a nuestros lectores capitalinos, sobre todo a los explotados que no tendrán vacaciones. ¿Qué encontramos? Una refrescante forma de sacar la vuelta y sortear el calor ocupando los espacios públicos de la ciudad: veranear en piletas. A continuación, una selección con las más recomendadas por nuestro equipo de expertos.

Fuente Bicentenario de la Nación, Providencia frente a Infante

TAMAÑO Y PRESTIGIO

Es la única pileta cuica de esta selección. Queda en un sector progre y bien de Providencia, a pocos metros de ese proveedor de prestigio social conocido como Café Literario. A sus vecinos les gusta decir que viven cerca del Parque Forestal y The Clinic, aunque en realidad vivan en otra comuna. Aquí puedes tomar sol con toalla y la guata al aire sin parecer excesivamente flaite, “como en el Central Park, pero más chiquitito”, asegura una joven y rica vecina.

Tiene 56 chorros de agua laterales y dos chorros-cascada en sus extremos. Todas las noches se ilumina con colores que van cambiando gradualmente, efecto que te hace sentir en Europa. Pero no importa la noche si quieres usarla para bañarte. Lo que importa es saber que es una fuente limpia, tanto que no es recomendable pasar mucho rato en ella, por la alta cantidad de químicos anti-hongos, anti-algas y anti todas esas cosas que se ven feas al oriente de Santiago.

A Juan Carlos Sáez, guardia de seguridad del parque, no le tinca colaborar con una nota que promueve el uso recreativo de las piletas. “Es que los que se bañan son los escolares, a ellos me toca corretear todos los días”, cuenta Juan Carlos, con una cara de compungido que hace creer que el suyo es el peor trabajo del mundo. Pero su preocupación es justificada. En el centro de la pileta se ubica el sistema de luces, que puede provocar la electrocución de un pingüino hiperventilado si lo manipula.

Higiene: Aunque tenga harto cloro y químicos, la limpieza profunda la hacen sólo cada seis meses. Juan Carlos, además, confiesa que no conoce el estado de los filtros, aunque tiende a creer que son una mierda.

Riesgo: Los pacos no llegan ni cagando. La pega de echar a los bañistas se la cargan a Juan Carlos. Y Juan Carlos, por muy mañoso que se ponga, no usa luma ni puede detenerte. Lo que sí: las luces. No te acerques demasiado a ellas. Recuerda que el alcalde Labbé es milico y pinochetista, así que cualquier cosa que se parezca a un ser humano en una parrilla eléctrica le provocará placer.

Brillo: La pileta tiene varios brillos. Uno, la estatua que adorna su extremo poniente, de sentido indescifrable, pero popularmente conocida como “el avión”. Dos, el barrio, porque al estar tan cerca del Forestal cualquier cosa que se te ocurra, como sacar un melón con vino o prender una radio, será interpretada como un acto cool y de auténtico “empoderamiento” ciudadano. Y tres, la gran cantidad de pasto, porque te permite ir en patota y jugar una pichanga para entrar en calor.

Pileta de la Plaza de la Ciudadanía, Alameda, entre Morandé y Teatinos

EN JUEGO TU CALIDAD DE REVOLUCIONARIO

Lagos llenó de símbolos La Moneda. Esta pileta es uno de esos. Pero no la hizo famosa él, sino los deudores habitacionales, que hicieron de sus aguas la nueva arena de la confrontación entre los poderosos y el pueblo. Alcanzó su peak mediático en 2008, cuando Jacinto Montecinos, deudor habitacional, intentó inmolarse pero la paradisiaca quietud de la pileta lo hizo claudicar a los cinco segundos.

Esta pileta está ubicada en la Plaza de la Ciudadanía, en la cara sur del palacio. Su largo ocupa toda la cuadra que va de Teatinos a Morandé. Tiene una profundidad de 60 centímetros y dos cascadas laterales que dan a las paredes de la entrada al Centro Cultural La Moneda. Muchos creen que por ser su diseño simple todo lo que se puede hacer es mojar las patitas. Se equivocan. La pileta cuenta con dos pasarelas de chorros de agua que pueden convertir el baño en una experiencia única. Sobre todo para las lolas que ven demasiado Yingo.

¿Te sacan la cresta los pacos si mojas las patitas? Christian Bravo, encargado de limpieza de la pileta, lo aclara: “a menos que llegues prendido en fuego, los pacos no se meten, esperan a que salgas por voluntad propia. Pero se quedan mirándome a mí, como esperando que atine y me meta al agua. Yo los miro, no les digo nada y sigo con mi pega. Claro poh, si es problema de ellos”. Pero Eduardo, uno de los carabineros que hace guardia en la pileta, agrega que si te pones porfiado te vas a la comisaría con ellos.

Higiene: Muy limpia. El responsable es Christian Bravo, que se dedica ocho horas diarias a tenerla impecable. El sistema es el siguiente: un día le pasa la escobilla de acero a una mitad de la pileta y limpia con los químicos y la escobilla normal la otra. Al día siguiente, viceversa. “Tiene que ser así, porque el centro ensucia mucho, el material particulado del smog cae y en el agua se oxida, eso más los hongos se ve re feo”, explica Christian.

Riesgo: En la historia reciente de Chile el pueblo ha dado dos grandes muestras de valentía y conciencia de clase. Cuando llevó al poder a Allende y cuando protestó masivamente a comienzos de los ’80 contra Pinochet. Ir con tus amigos a tirarse bombitas frente a La Moneda puede completar la trilogía. Le asestarías un duro golpe a la Concertación y alimentarías la conciencia del pueblo como no ha podido hacer la izquierda. Si conoces las consecuencias de las dos primeras experiencias no te será difícil comprender el riesgo que implica ésta.

Brillo: En el sector abundan los carritos de Mote con Huesillos, fuente de salvación del oficinista santiaguino y de cualquier perdedor que vacacione en la capital.

Circuito de piletas del Paseo Bulnes

LA RUTA CANUTA

El circuito consiste en cuatro pequeñas piletas dispuestas a lo largo del Paseo Bulnes, entre Alonso de Ovalle y Cóndor, barrio habitado por instituciones del Estado no tan venidas a menos y tiendas de armas y municiones. A pesar de estar en el centro de Santiago, el paseo es un remanso en comparación al otro lado de la Alameda.

De las cuatro piletas, las más indicadas para el baño son las últimas, de norte a sur. En el sector de las primeras anda mucho paco, por la cercanía de La Moneda, y el pasto que hay lo dominan oficinistas y profesionales de la sacada de vuelta. El sector de las últimas, en cambio, es más propicio para el relajo, hay más pasto disponible y árboles que dan mejor sombra.

Pero es nuestro deber advertirles de un solo problema: los profetas evangélicos. Abundan. Cruzan el paseo evangelizando en grupo o de a uno, megáfono y biblia en mano, anunciando las apocalípticas consecuencias de todos tus actos. Esto puede llegar a ser muy incómodo. Según estudios, los evangélicos son la principal fuente de contaminación acústica en Santiago después de las micros.

Higiene:
Las piletas reciben atención semanal de la Municipalidad de Santiago. En profundidad y con cambio de agua si es necesario. La nota baja la ponen las palomas, aunque siempre pueden ser espantadas (no así los evangélicos).

Riesgo: El segundo más bajo de este ranking. Pocos pacos y ningún guardia municipal. No consideramos la eventual presencia de algún fanático que en nombre del Evangelio te prometa las penas del infierno por gozar del agua a guata pelada. Puede pasar.

Brillo: Abunda la oferta gastronómica.

Fuente Plaza Almagro, San Diego con Santa Isabel

CON RESPALDO POPULAR Y DE ENTENDIDOS

Ubicada en el extremo del Parque Almagro que da a San Diego, a pasos de los juegos Diana, esta pileta es una de las más clásicas de Santiago. No tiene el glamour de la Fuente Alemana ni el peso simbólico de la pileta de la Plaza de la Ciudadanía, pero goza del respaldo popular y el respeto de los entendidos.

Uno de ellos es Alejandro Altamirano, funcionario municipal encargado de su limpieza. Conoce las 62 fuentes de la comuna de Santiago y ésta es su favorita junto a la Fuente España, del Parque de Los Reyes, hoy seca por mantención. “Lo especial de esta fuente es su belleza simple, sus mosaicos azules, el emplazamiento y lo portentosa que se ve teniendo de fondo la iglesia de los Sacramentinos”, cuenta Alejandro, que lleva cerca de 30 años dedicado a mantener fuentes de Santiago.

Esta fuente tiene como su principal valor agregado la ubicación. El parque ofrece grandes porciones de pasto y sombra, a menos de 40 metros están los juegos Diana de San Diego y los evangélicos llegan sólo en la noche. Respecto a su limpieza no hay mucho de qué quejarse. Alejandro fue uno de los impulsores de la nueva política sobre piletas del municipio: la gente se baña en ellas por más contracampaña que se haga, por eso es necesario elevar los estándares de salubridad y confort al máximo.

Higiene:
En verano la pileta se limpia todos los días, porque “la temperatura y el sol aceleran el efecto fotosíntesis, lo que sumado a la caca de las palomas producen hongos”, reconoce Alejandro, quien recomienda “si quiere bañarse, no abra la boca”.

Riesgo: Casi no hay. Como está permitido el baño los pacos no dicen nada y la profundidad es baja, por lo que no hay riesgo de accidentes o ahogos.

Brillo: La ubicación: espacio, pasto, diversión y botillerías. Todo a la mano.

El Ciudadano

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