¡Alerta! Cinco hábitos mortales para su salud

La salud es algo que todos los seres humanos debemos cuidar, mantener una buena alimentación y hacer ejercicio es vital en nuestras vidas para mantener un cuerpo y mente sana

Muchas de estas condiciones, hábitos y costumbres las tenemos sin darnos cuenta. Evitemos caer en ellas, con el fin de llevar una vida más saludable y plena


La salud es algo que todos los seres humanos debemos cuidar. Mantener una buena alimentación y hacer ejercicio es clave en nuestras vidas para mantener cuerpo y mente sanos.

Aunque algunos creen que los factores están ligados a enfermedades genéticas o hechos inevitables, las causas de muerte están mucho más asociadas a malos hábitos que a factores externos.

Hoy te traemos cinco hábitos que no solo reducen nuestra esperanza de vida, sino que pueden ser factores de riesgo a la hora de desarrollar diferentes enfermedades.

1. Soledad

Fuente: Dependencia Total Media

Según Julianne Holt-Lunstad, un profesor de psicología en la Universidad de Brigham Young, la soledad equivale a fumar 15 cigarrillos al día en lo que a reducir la esperanza de vida se refiere.

Muchas veces asociamos la soledad a los sentimientos negativos que produce el aislamiento. Sin embargo, hoy sabemos que también puede tener repercusiones materiales muy negativas. De hecho, el sentimiento de soledad prolongada puede incrementar el riesgo de muerte en un 26 %, cifra que se ve incrementado hasta un 32 % en los casos en los que el aislamiento social es real.

2. Sedentarismo

Fuente: Free Digital

Un estudio de 2014, publicado en la revista del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, revela que estar sentado todo el día aumenta el riesgo de desarrollar diferentes tipos de cáncer.

En todo el mundo, la gente pasa más y más tiempo en forma sedentaria. Durante nuestros ratos libres estamos a menudo sentados, ya sea frente a la computadora u otro dispositivo, viendo la televisión o jugando videojuegos. Muchos de nuestros trabajos se han vuelto más inactivos, con largos días sentados en un escritorio. La manera de transportarnos tampoco nos ayuda: coches, autobuses y trenes.

Sin embargo, el hecho de que el sedentarismo sea una cuestión común a gran parte de la población, no significa que sea positivo. Nuestro organismo necesita movimiento y el hecho de no proporcionárselo puede acarrear importantes riesgos para la salud. Señalamos algunos de estos peligros, destacados por la Organización Mundial de la Salud:

  • La falta de actividad física fomenta un incremento del riesgo de padecer sobrepeso u obesidad. Este estado físico conlleva, a su vez, numerosos peligros para el organismo y problemas de salud. La actividad física, en cambio, nos ayuda a mantener un estado físico saludable.
  • Propensión a enfermedades cardiovasculares. El sedentarismo duplica el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo II. También de padecer hipertensión arterial.
  • Las personas sedentarias tienen entre un 20 y un 30 % más de posibilidades de morir de forma prematura.
  • Las mujeres sedentarias se ven más afectadas por los efectos de la menopausia.
  • La vida sedentaria aumenta el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.
  • La actividad física ayuda también psicológicamente. Tanto es así, que las personas que practican ejercicio físico de manera regular tienen menos posibilidades de padecer depresión.

3. Falta de sueño

En 2015, el profesor Valery Gafarov, de la Organización Mundial de la Salud, afirmó que la falta de sueño puede aumentar el riesgo de sufrir un derrame cerebral o un infarto.

Dormir poco tiene graves consecuencias sobre la salud, altera las funciones del organismo, y reduce la esperanza de vida, la consolidación de memoria o el estado físico de las personas.

«Dormir mal influye en la concentración, en la atención, así como en el estado de ánimo de una persona. Con el tiempo pueden desarrollar ansiedad y depresión. Del mismo modo, repercute también en el rendimiento escolar, laboral y social. Y, dependiendo del trastorno que se tenga, puede acarrear consecuencias importantes», señala Juan Pareja Grande, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Quirónsalud de Madrid.

4. Broncearse

Un estudio publicado en 2014 en JAMA reveló que utilizar cabinas de bronceado aumenta más el riesgo de padecer cáncer de piel, que el tabaco de padecer cáncer de pulmón.

Los rayos ultravioleta B tienen un efecto perjudicial sobre el sistema inmunológico. Es posible que presentes algunas complicaciones como virus más resistentes en tu organismo, o recaídas inesperadas en infecciones superadas cuando te expones frecuentemente a este tipo de radiación.

Los ojos son tal vez los órganos más sensibles ante los rayos ultravioleta, por lo que debes cuidarlos siempre de la exposición excesiva. La exposición constante al sol puede llevar a desarrollar cataratas o conjuntivitis, por lo que es recomendable usar gafas tanto como puedas.

Fuente: Hotels Salud

5. Mala alimentación

Fuente: Dra. Cocó March

El Comité de Agricultura y Sistemas de Nutrición de Estados Unidos publicó un estudio en 2016 que concluía que las muertes causadas por una mala alimentación ya superan a aquellas causadas por alcohol, drogas, enfermedades de transmisión sexual y el tabaco.

Las consecuencias de una mala alimentación pueden ser más o menos graves y se pueden revertir modificando la dieta hacia una alimentación saludable y completa. Pero hay que tener presente que en algunos casos pueden ser motivos de problemas no sólo físicos, sino también mentales.

Una carencia de sustancias nutritivas puede generar enfermedades como la anemia, el bocio, escorbuto o raquitismo, entre otras. En caso de que se trate de una deficiencia leve y reciente, seguramente se sufrirá de una baja en la resistencia física, en la capacidad mental, trastornos de carácter, calambres, adormecimiento y dolores de cabeza, entre otras dolencias.

El hierro es uno de los minerales más importantes para nuestro organismo. Una dieta con aporte de hierro deficiente puede causar problemas graves durante el embarazo, retraso del crecimiento y trastornos del desarrollo mental a largo plazo. Además, el organismo se torna más vulnerable a contraer infecciones.|

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