Piezas de segunda mano desfilaron en pasarela de Madrid

Propuesta amigable con el ambiente

Por Félix Eduardo Gutiérrez

11/07/2019

Publicado en

Artes / Sociedad / Turismo

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Consumo responsable y la importancia de reutilizar las prendas, fue el mensaje del trabajo


La moda de segunda mano, estigmatizada por la sociedad, se presenta ahora como una oportunidad para mitigar el desastre medio ambiental o, al menos, concienciar a la población sobre la importancia de conservar la ropa y no caer en el frenesí del “usar y tirar”.

Cada año se producen 100.000 millones de prendas en el mundo, que generan en su producción un 3% de dióxido de carbono del planeta, es decir, unas 850 toneladas de residuos. Son datos extraídos del último estudio realizado por Greenpeace, en el que se evidencia la problemática ambiental que genera la industria de la moda.

Con este propósito, la modista María Escoté se sumó a la moda circular al diseñar la primera colección de segunda mano, en colaboración con Wallapop, en subirse a la pasarela de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, informó el diario La Vanguardia.

“El trabajo que hemos hecho con las prendas de Wallapop es cogerlas, desmontarlas y crear unas nuevas prendas con una nueva historia”, explicó la misma diseñadora en un vídeo promocional de la colección. Foto: Bekia Moda.

Una línea que cuenta con diseños únicos- dado la singularidad de las piezas- que otorgan una segunda vida en el circuito de la moda a prendas demodé, desmontadas para después unirlas entre ellas y reconvertirlas en algo único.

Bajo el título Walla Bibidi babidi bu!, la colección de la catalana colocó el broche de oro a la última jornada de la Semana de la Moda de Madrid y reforzó así la idea de un consumo responsable y la importancia de la reutilización de prendas.

“El trabajo que hemos hecho con las prendas de Wallapop es cogerlas, desmontarlas y crear unas nuevas prendas con una nueva historia”, explicó la misma diseñadora en un vídeo promocional de la colección.

“Ha sido como un cuarto o un quinto de lo que yo me suelo gastar en una colección”, dijo divertida. Con 20 camisetas de fútbol elaboró un vestido lencero; con un vestido de comunión y varias piezas de nido de abeja hizo un vestido en patchwork; con un traje de flamenca y unas cazadoras, otro vestido; y así, mezclando conceptos, looks y tendencias fue capaz de poner sobre la pasarela una singular colección que dio de qué hablar.

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