La crisis económica de La Red: La descarnada lucha de los medios que aspiran a la independencia editorial

La situación financiera de La Red es complicada por lo bajo. Agobia a los directivos de la emisora, pero sobre todo a los trabajadores que hacen funcionar el canal, y quienes esta semana iniciaron un paro por el atraso y no pago de sueldos y cotizaciones.

La intención de los ejecutivos de solucionar el conflicto no fue suficiente para los funcionarios, quienes no aceptaron la propuesta presentada por los altos cargos, dando inicio a la movilización.

Movilización por la que hasta ahora solo un rostro del canal se ha pronunciado. El conductor de Mentiras Verdaderas, Eduardo Fuentes, se posicionó prontamente del lado de los trabajadores, esperando la pronta solución que permita reanudar las trasmisiones de programas como Hola Chile y Mentiras Verdaderas.

«Como es de público conocimiento el canal está en proceso de movilización por el no pago de remuneraciones. Esta situación nos afecta a todos. En lo personal apoyo a mis compañeros y por supuesto, abogo por la pronta solución de este problema. Gracias», escribió el conductor en Twitter.

Crisis económica en La Red

El precario estado económico de la emisora se arrastra hace varios años, mucho antes de que Víctor Gutiérrez asumiera la dirección ejecutiva, a fines de mayo de 2020. Así lo confirman los estados financieros publicados en la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).

La estación acumulaba pérdidas que superaban los $32 mil millones a fines de 2017. Y pese a que los documentos aseguraban que el canal esperaba revertir los resultados, la realidad es que la situación fue empeorando.

Ya para diciembre de 2019, las pérdidas acumuladas superaban los $42 mil millones. Para finales de 2020 la cifra aumentó a más de $46 mil millones. Y ya para fines de 2021, la auditoría realizada por Consat Auditores Consultores arrojó que el canal «presentaba pérdidas recurrentes, flujo operacional negativo y déficit patrimonial».

Tan solo entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021, se presentaron pérdidas por más de $10 mil millones y pérdidas acumuladas que superaban los $56 mil millones. Y hasta ahora, la única esperanza de salir de esta crisis va de la mano del accionista principal (el magnate mexicano Remigio Ángel González), quien «ha comprometido su apoyo financiero para enfrentar esta situación», según concluyó el informe de la consultora.

La renuncia de Víctor Gutiérrez

La llegada de Víctor Gutiérrez a la Dirección Ejecutiva de La Red vino a cimentar una nueva línea editorial para el canal, el ejecutivo apostó por nuevos espacios y reforzó los ya existentes. Inauguró Pauta Libre, espacio de discusión política que ha contado con la participación de connotadas periodistas de investigación como Mónica González, Alejandra Matus, Mirna Schindler y Yasna Lewin. Incorporó también al equipo a reporteros de renombre como como Mauricio Weibel -quien destapó los desfalcos en el Ejército- o Josefina Barraza, periodista que reveló la función de los Carabineros infiltrados en las marchas durante el Estallido Social.

De igual forma, creó secciones con contenido LGBTIQ+ como Las Gansas, dirigido por César Muñoz y Luis Aliste, y el espacio de humor Políticamente Incorrecto, con Belén Mora y Rodrigo ‘Toto’ Acuña. La apuesta de Gutiérrez era ganadora, y buscaba consolidarse como un canal progresista, crítico al poder y espacio de disidencias.

Sin embargo, el contenido envasado y los infomerciales seguían siendo en gran parte el sustento económico para que el resto de programación se desarrollara, abarcando gran parte de su parrilla programática.

Es así, que en medio de la crisis económica, el esfuerzo de Gutiérrez de consolidar a La Red como un espacio en la televisión chilena donde se tocaban temas que en otros canales no se tocaban llegó a su fin este lunes. A principio de semana, el canal privado informó que se hizo efectiva la renuncia de Víctor Gutiérrez como director ejecutivo.

La dimisión de Gutiérrez a Albavisión, holding controlador de La Red, había sido presentada en enero de 2022, pero no se hizo efectiva sino hasta ahora. Marcelo Pandolfo, quien se desempeñaba como gerente técnico de La Red, ocupará el cargo de Gutiérrez de manera interina hasta que se designe un nuevo director ejecutivo.

Por esas mismas fechas, en un esfuerzo por mantenerse con una propuesta en que la calidad fuera más importante que los números, La Red decidió eliminar la medición del rating online. Esto en protesta a un mecanismo que atenta contra «la indepencia de los contenidos, los espacios de corte cultural o educativo y todo atisbo de televisión de calidad», señalaron desde la emisora.

«La calidad de nuestro contenido no será medida por ningún parámetro más que la línea editorial con la cual hemos sido consecuentes en este último año y medio bajo la administración de Víctor Gutiérrez (…) Desconectamos los equipos porque no aceptaremos conductas abusivas de un monopolio. Porque creemos en la televisión de calidad y porque creemos en nuestra idea de hacer televisión de acuerdo al Chile de hoy, el Chile post Estallido, el Chile que despertó», agregó en aquel entonces el canal.

Una dura lucha por la sobrevivencia

Los medios de comunicación en Chile se han visto sometidos a tener que competir por avisaje y patrocinios desde hace décadas. La falta de una ley integral de medios que asegure el pluralismo informativo ha generado, entre otros factores, la concentración del mercado de los medios y una relación de dependencia con los sectores que ostentan el poder económico. El problema radica en que el precio del patrocinio muchas veces, sino siempre, es la independencia editorial.

Cuando no, lo que queda es la precarización de las condiciones de los trabajadores, como lo último ocurrido con los funcionarios de La Red.

La emisora ha pasado años sobreviviendo, a duras penas, a este sistema depredador. Donde la peor parte se la llevan los proyectos con líneas editoriales que se escapan al conservadurismo neoliberal que defienden las potencias económicas en Chile

Sin ir más lejos, lo ocurrido en La Red durante septiembre de 2021 es ejemplo de lo anterior. En el mes que podría ser definido como el mes de la memoria a nivel nacional, La Red, escapando de las líneas editoriales evasivas del resto de canales nacionales, emitió “La Batalla de Chile”, premiado documental sobre el proceso de la Unidad Popular y el Golpe de Estado. Acto seguido a la difusión del documental, la Empresa Carozzi, retiró los auspicios a La Red, señalando que “por definiciones corporativas la compañía no auspicia programas con contenido político, como una señal de respeto a nuestros consumidores y a su forma de pensar”.

El anterior fue solo un ejemplo de hasta dónde pueden llegar las presiones económicas para interferir en el contenido de los canales y medios, pero no son la única presión que debilita el pluralismo de voces. Sobre presiones políticas La Red también puede hablar, solo basta recordar la llamada realizada desde La Moneda durante la administración de Piñera a los dueños del canal. Mentiras Verdaderas había emitido una entrevista realizada al revolucionario y excomandante del FPMR,«Comandante Ramiro». Y pese a que el espacio televisivo solo estaba haciendo uso de su derecho a plantear una pauta temática distinta al resto de canales, la entrevista suscitó el enojo y las quejas del Gobierno, resultando en el famosos telefonazo de Piñera. Los anteriores son solo algunos de los ejemplos sobre las presiones que reciben a diario los medios que buscan mantener la independencia editorial con el aporte de terceros.

Es por esto, que a quienes son críticos con el poder la ciudadanía pareciera recompensarlos. No por nada el último estudio de confianza de la televisión chilena, desarrollado por el Consejo Nacional de Televisión (CNTV), mostró que La Red es el canal que transmite mayor confianza a la ciudadanía, mientras que en contraparte, el Canal 13, del mega empresario Andrónico Luksic, es el que produce mayor recelo en los televidentes.

La importancia de proteger medios de comunicación como La Red, se vuelve una misión por la democracia, siempre que estos proyectos se enfrentan a las homogéneas políticas del silencio, y buscan comunicar con independencia de los grandes poderes económicos y políticos. Es por esto y mucho más que las movilizaciones y la incertidumbre respecto a qué va a ocurrir con La Red han calado profundo en buena parte de la ciudadanía, que en este espacio televisivo había encontrado una voz para los que hasta entonces no la habían tenido. Y quienes hoy ven, como ya ha pasado antes, la posibilidad de que esa voz se extinga.