Sebastián Milos, candidato a diputado por el Distrito 10: “Promoveré que el Transporte Público sea gratuito en Chile»

Ya son muchas las ciudades en el mundo que han implementado diversas formas de transporte público gratuito, incluyendo algunas en Brasil, Estados Unidos e incluso en ciertas comunas de Chile, como La Reina y Las Condes, que cuentan con algunos buses de recorridos internos gratuitos. Y a pesar de la complejidad de la implementación, ninguna de ellas ha dado un paso atrás, gracias a los diversos beneficios que se han generado. Actualmente, también se evalúa en capitales como Sao Paulo, París y Madrid.

VIABILIDAD DE ESTA INICIATIVA

Cuando se plantea esta iniciativa, la principal inquietud que despierta es su viabilidad financiera. Actualmente, menos del 50% del costo operativo del Transantiago se financia a través de la venta de pasajes. El resto es subsidiado por el Estado, pero el monto destinado corresponde solo a un 0,06% del presupuesto público anual. 

El año 2016 se abrió un intenso debate al respecto a partir de una columna de opinión del economista Lorenzo Cerda de la Universidad Católica y del director del Centro de Desarrollo Sustentable (Cedeus), Juan Carlos Muñoz, quienes defendían esta iniciativa. Fue tal la expectativa que se generó, que incluso el diputado Giorgio Jackson presentó la iniciativa “Tarifa Cero” a la Cámara de Diputados, la que fue aprobada con 69 votos a favor, 24 abstenciones y solo 1 voto en contra. Sin embargo, no se avanzó por falta de voluntad de parte del Poder Ejecutivo.

BENEFICIOS DEL PROYECTO

A varios años desde aquella iniciativa, Sebastián Milos propone reactivarla, entendiendo que el contexto actual es totalmente diferente y que existe una necesidad vital por generar acciones concretas que apunten a acortar las actuales brechas sociales, favorecer la inclusión social, aumentar el poder adquisitivo de las personas de menores recursos, descontaminar y descongestionar las ciudades favoreciendo el uso del Transporte Público y facilitar el acceso a los espacios públicos y culturales.

Son tantos los beneficios directos e indirectos para las ciudades y para sus habitantes, que vale la pena intentarlo -enfatiza Milos-. Creo que es posible lograrlo si analizamos profundamente las positivas experiencias internacionales. Debe ser un esfuerzo compartido entre el Estado, las diversas instituciones públicas, la empresa privada, los empleadores, los trabajadores y los propios operadores de transporte. No es posible que millones de familias en Chile destinen más de un tercio de sus ingresos solo en trasladarse. Esos recursos podrían utilizarse en productos o servicios mucho más diversificados, generando además un positivo impacto en la economía. No sería un gasto, sería una inversión.

ALTERNATIVAS DE FINANCIAMIENTO

Revisando las experiencias de otros países, el financiamiento de lo que dejaría de percibirse por la venta de pasajes, puede suplirse con la suma de diversas acciones, entre ellas, la utilización del bono de transporte que pagarían los empleadores, un impuesto específico a la bencina y a empresas contaminantes y la implementación de renovados soportes publicitarios en el propio transporte público y su infraestructura relacionada. 

Además -asegura el candidato a diputado por el Distrito 10-, se generarían ahorros significativos en los costos derivados de la contaminación y sus efectos en la salud, mayor productividad derivada de la descongestión, disminución de accidentes de tránsito, menor carga operativa en fiscalizadores, boleterías y  torniquetes, mayor consumo de bienes y servicios recreativos y culturales, y creación de nuevas fuentes laborales que dependen de la movilidad.

Un dato muy relevante a considerar es que anualmente se realizan más de 2.000 millones de traslados en el Transantiago y el ingreso total por pasajes pagados es de un poco más de 600.000 millones, por lo que el pago promedio del uso de cada traslado en Bus, Metro o Metrotren es de menos de $300 pesos. Es muy realista pensar que muchas empresas privadas estarían dispuestas a cubrir ese costo o parte de él como una acción comunicacional que llegaría a millones de pasajeros y peatones diariamente -asegura Sebastián Milos.

Muchos de los argumentos y movimientos que defienden esta iniciativa, se pueden encontrar en el sitio web internacional www.freepublictransport.info y en las páginas de dos instituciones chilenas: www.codeus.cl y www.movyt.cl