Identidad arquitectónica rural deteriorada para el Bicentenario

El mega sismo del 27 de febrero arrasó con parte importante de la identidad del campo chileno, por el deterioro y pérdida de centenarias construcciones coloniales de adobe, patrimonio típico del centro sur del país

Por Wari

09/08/2010

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El mega sismo del 27 de febrero arrasó con parte importante de la identidad del campo chileno, por el deterioro y pérdida de centenarias construcciones coloniales de adobe, patrimonio típico del centro sur del país. Pasados cinco meses del terremoto la emergencia está superada, pero en las celebraciones del Bicentenario una porción de la memoria estará en ruinas.

En el discurso del 21 de Mayo, Sebastián Piñera, se comprometió: “vamos a hacernos cargo de reconstruir el patrimonio cultural que se destruyó para eso está el fondo de reconstrucción y la ley de donaciones”.

Asimismo el Consejo de Monumentos Nacionales y la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas elaboraron “Patrimonio en Tierra” una cartilla instructiva para “ayudar a salvar los sistemas constructivos tradicionales ligados a la historia y patrimonio”. Allí se motiva a “realizar todo lo posible para salvar el patrimonio dañado por el sismo, ya que parte de nuestra identidad y de nuestra memoria se encuentran allí”.

Pero, la reconstrucción es un proceso lento y costoso. Ezio Mosciatti, presidente del Comité de Patrimonio del Colegio de Arquitectos, calcula que esta misión tardará “cinco, diez e incluso quince años”.

CAMBIO DRÁSTICO EN EL PAISAJE RURAL

Los habitantes de las zonas dañadas se deben acostumbrar a vivir en un nuevo entorno estético, porque en donde se alojaban enormes casonas de adobe al estilo colonial, hoy se encuentran terrenos vacios o solo adornados por un par de mediaguas de emergencia.

El Valle de Colchagua en la Sexta Región, a unos 200 kilómetros de Santiago, típico por su arquitectura rural colonial sufrió el deterioro de ese soporte físico identitario. En la comuna de Santa Cruz, zona emblemática del campo huaso se dañó el casco histórico y el Museo de Colchagua perdió valiosas piezas de arte precolombino.

El mismo drama ocurre en las zonas típicas de Lolol y el Huique, donde las casonas coloniales de largos corredores sucumbieron por el adobe desgastado después de varios sismos. El museo San José del Carmen del Huique, una hacienda colonial construida en miles de metros cuadrados y declarada Monumento Histórico Nacional en 1971, mantiene un deterioro nunca antes visto en sus corredores de adobe, techo de tejas y pastelones de greda.

En la comuna de Placilla en pleno Valle de Colchagua el sismo generó enormes cambios en su paisaje. De alrededor de veinticinco casas coloniales que daban identidad rural y campesina al pueblo, más de la mitad fueron demolidas y el resto mantiene evidentes daños estructurales.

“El amanecer posterior al terremoto nos dejó conmovidos, porque lo que era nuestro pueblo había cambiado de un momento a otro. Las casas ya no están, el pueblo está triste, la mía todavía sigue en pie, pero no puedo vivir en ella”, concluye el placillano, Pablo Flores.

EL CAMINO DE LA RECONSTRUCCIÓN

Por el momento, está la intención y preocupación por rescatar el patrimonio, señala el jefe de gabinete de la Municipalidad de Placilla, Juan Ramírez, pero no han llegado recursos por parte del Estado.

En el Seminario “Reconstrucción del patrimonio de valor histórico y viviendas rurales” de la Comisión de Vivienda y Urbanismo del Senado, se empezó a fijar las directrices al respecto. Según Juan Ramírez, se concluyó “hacer algo armonioso entre lo material y la necesidad de la gente de rescatar la identidad cultural e idiosincrasia”.

Jesús Rodríguez, inspector de obras de la Municipalidad de Placilla cree que es “difícil rescatar las construcciones de adobe por su alto costo” y prevé complicado mantener la tradición del adobe por su mal comportamiento ante los sismos.

Por Katherine Lorca Donoso


El Ciudadano

Fuente: www.portalinmobiliario.com

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