Chile cuenta con un notable potencial para el desarrollo de proyectos eólicos, lo cual es crucial para avanzar en la descarbonización. Sin embargo, este avance en la generación de las llamadas «energías verdes» conlleva costos ecológicos que deben ser considerados. Tal es el caso de las amenazas que se registran en el Parque Nacional Fray Jorge y las comunidades costeras de Ovalle, Región de Coquimbo.
En septiembre de 2023, la empresa Sonnedix Parque Eólico Carica SPA, del holding dueño del Parque Eólico El Arrayán, ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) su proyecto llamado «Parque Eólico Carica», un complejo industrial que incluye la instalación de 14aerogeneradores de más de 200 metros de altura, caminos, botaderos y una subestación eléctrica, entre otras obras, que suman más de 50.000.000m2 de intervención en plena zona de amortiguación del sector que fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco en 1977.
Sonnedix prevé instalar el proyecto justo al costado norte del Parque Nacional Fray Jorge, en la cima del cordón montañoso “Altos de Talinay”, cerca de la Caleta el Sauce y de la Comunidad Peral Ojo de Agua, en el sector costero de Ovalle, lo cual tendría un fuerte impacto en las condiciones naturales del medio ambiente y la forma de vida de las comunidades locales, tal y como revelan las observaciones al proyecto.
En la actualidad, la iniciativa se encuentra en evaluación, con más 400 observaciones que la empresa ha presentado para su revisión, de acuerdo a lo indicado en la plataforma web del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), el cual recopila los pronunciamientos de los distintos organismos públicos competentes y de la ciudadanía.
Dentro de las observaciones, se repite la solicitud de que Sonnedix Parque Eólico Carica SPA reconozca un área de influencia mayor y mejor definida, ya que actualmente se limita solo a un espacio reducido
alrededor del proyecto, sin incluir al Parque Nacional Bosque Fray Jorge ni al Santuario de la Naturaleza Humedal Desembocadura del Río Limarí.
Adicionalmente, se advierte que el proyecto eólico podría tener un impacto importante sobre el turismo dada la gran intervención del paisaje, el ruido y la contaminación lumínica que traerá esta industria a esta zona declarada como “Reserva de los cielos limpios” (Starlight).
Otra de las observaciones apunta a que el proyecto se construirá interviniendo humedales locales, tales como quebradas y lagunas estacionales.
En el caso de la flora, la situación es más grave, ya que se prevé que el proyecto afecte a especies en riesgo y con prohibición de talaje como lo son los cactus, el guayacán, la uvilla y el papayo silvestre, entre otros.
También se contempla su impacto en animales tales como zorros, yacas, roedores, aves y murciélagos sin
comprometer acciones concretas y suficientes para la mitigación del daño.
Por otro lado, la instalación del proyecto generaría una fuerte erosión de suelos y afectación en la calidad de vida de las personas debido al tránsito de vehículos. Así como ruidos molestos, residuos y movimiento de gran número de personas ajenas al territorio.
De hecho se solicita aSonnedix Parque Eólico Carica SPA que entregue los antecedentes necesarios que justifiquen la razón de porqué no se implementarán medidas de mitigación y que no se generarán efectos adversos ante esta situación.
El estudio entregado por la empresa presenta varias deficiencias e inconsistencias que evaluadas y analizadas con nuevos muestreos, aclaraciones y rectificaciones.
El «Parque Eólico Carica» no es el único proyecto de desarrollo de energía eólica en la comuna de Ovalle, aunque ha sido catalogada como «energía verde», no ha estado exenta de conflictos e incumplimientos, lo que ha encendido las alarmas sobre la posibilidad de que se instale una nueva zona de sacrificio para Chile en la Regíon de Coquimbo.
A la par, según ha trascendido, algunas comunicades aledañas a industria energética no cuentan con acceso a la electricidad, un hecho que despierta la siguiente interrogante: ¿Cuánta de esta energía llega a los hogares chilenos?.

Parque Nacional Bosque Fray Jorge: Reserva de Biósfera y tesoro del Norte de Chile
El Parque Nacional Bosque Fray Jorge pertenece al Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Estado (Snaspe),es administrado por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y consta de 9.000 hectáreas
En 1977 fue declarado por la Unesco como Reserva de Biósfera, la única que existe en la costa semiárida del país y, además, es Reserva Starlight desde 2013.
Este sitio es de especial interés científico, pues en las cimas costeras posee un bosque húmedo relicto en plena zona semiárida, es decir un remanente histórico de una antigua biota que pobló el territorio hace millones de años, hoy situado a 500 metros sobre el nivel del mar en la zona cubierta por la neblina. Es el bosque húmedo más nortino de Chile, separado por más de mil kilómetros del resto de los bosques del sur del país y su historia se remonta a unos 20 millones de años atrás, antes del levantamiento de la Cordillera de Los Andes, el cual causó la desecación del clima del norte chileno. Su permanencia se atribuye al microclima húmedo y frío de las cimas de Talinay, existente gracias a la espesa neblina costera.
Por estas características, Fray Jorge como los cerros de El Tofo, en el norte de la región de Coquimbo, constituyen sitios en que se ha desarrollado investigación de punta en captación de neblina.

Gracias al microclima generado por la neblina costera, el Parque Nacional Fray Jorge alberga especies vegetales típicas del sur de Chile, como el canelo (Drymis winteri), el olivillo (Aextoxicon punctatum), el arrayán (Luma apiculata) y el petrillo (Myrceugenia correifolia), la liana yelmo (Griselinia scandens), además de helechos como la costilla de vaca (Blechnum hastatum) y enredaderas típicas de los bosques húmedos valdivianos, como la medallita (Sarmienta scandens) y la botellita (Mitraria coccinea). Incluso, en algunos sectores del parque crecen copihues (Lapageria rosea), la flor nacional de Chile.
Sin embargo, en las casi 9000 hectáreas que conforman el área protegida es posible admirar a otras típicas de las zonas semiáridas: diversos cactus como el copao (Eulychnia acida); arbustos: guayacán (Porlieria chilensis), alcaparra (Senna cumingii), chilco del norte (Fuchsia lycioides), huingán (Schinus polygamus) y varilla brava (Adesmia bedwellii); además de las flores que emergen después de un invierno lluvioso, como añañucas (Phycella scarlatina, Phycella scarlatina), azulillos (Pasithea caerulea), lirios de campo (Alstroemeria magnifica) y huillis (Leucocoryne purpurea).

El total de especies de animales documentadas para el Parque Nacional Bosque Fray Jorge es de 227, de las cuales 123 (54 %) son aves, setenta y cuatro son artrópodos (33 %), veintitrés son mamíferos (10 %), cinco son reptiles (2 %) y dos son anfibios (1 %).
Entre la fauna existente en este lugar destacan: zorro culpeo (Lycalopex culpaeus), tucúquere (Bubo magellanicus), lagartijas (Callopistes palluma, Liolaemus nitidus), patos (Lophonetta specularioides, Anas sibilatrix), lechuza (Tyto alba), carpinterito (Picoides lignarius), yaca (Thylamys elegans) y roedores como el degú (Octodon degus) y el ratón chinchilla (Abrocoma bennetti), entre otros.

En la parte baja del parque, sobre todo en los sectores de Aguadas, Quebrada Las Vacas, Agua Las Cabras y la Administración, se pueden observar perdices, codornices, loicas, tordos, diucas, pequenes, picaflores y tencas.
Un aspecto notable de la renovación faunística es la reaparición de torcazas, especie que estuvo desaparecida por más de dos décadas del lugar.