Alemania ratifica prohibición de maíz transgénico producido por Monsanto

Una nueva derrota tuvo la trasnacional alimenticia estadounidense Monsanto


Autor: Mauricio Becerra



Una nueva derrota tuvo la trasnacional alimenticia estadounidense Monsanto. Este martes un tribunal alemán ratificó el veto sobre MON 810, un maíz modificado genéticamente que, según los análisis efectuados, es perjudicial para el consumo humano, las mariquitas, mariposas y animales marinos, debido a un tóxico que segrega.

La demanda fue interpuesta por el consorcio luego de que a mediados de abril, la ministra alemana de Agricultura, Ilse Aigner, prohibió el cultivo de MON 810, maíz genéticamente modificado que en 2008 llegó a ocupar 3 mil 600 hectáreas de tierras germanas.

La decisión fue tomada por el Tribunal Contencioso-Administrativo de Brunswick.

Aigner explicó que existían “pruebas suficientes de que el maíz del tipo MON 810 implica un deterioro del medio ambiente”, que afecta  al ecosistema de mariposas.

La empresa Monsanto aseguró de inmediato que “un sinnúmero de investigaciones científicas” probaban que el MON 810 es seguro para la salud humana y animal y para el medio ambiente. Claro que la costumbre de dicha empresa ha sido el ocultar información

La periodista francesa Marie-Monique Robin, autora de ‘El Mundo según Monsanto’, contó a El Ciudadano que “cada vez que científicos independientes tratan de hacer su trabajo a fondo con los transgénicos, tienen presiones o pierden sus trabajos. Eso también sucede en los organismos de EE.UU. como son la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) o la EPA (Agencia de Protección Ambiental). Monsanto también es sinónimo de corrupción. Dos ejemplos claros y probados son el intento de soborno en Canadá, que originó una sesión especial del Senado canadiense, cuando se trataba la aprobación de la hormona de crecimiento lechera. Y el otro caso es en Indonesia, donde Monsanto fue condenada porque corrompió a cien altos funcionarios para poner en el mercado su algodón transgénico”.

Desde los ’70 que la trasnacional ha sumado una ruma de procesos penales por la toxicidad de sus productos, como el PCB, señalado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, como uno de los 12 contaminantes más nocivos fabricados por el ser humano, estuvieron durante cincuenta años en diversos de sus productos.

El tribunal de  Brunswick, donde se efectuó el juicio sobre el MON 810, concluyó que las nuevas investigaciones han concluido que el cereal produce una sustancia tóxica que resulta perjudicial “no sólo para la mariquita, sino también para otros insectos”.

“Me alegro de que se haya confirmado mi opinión”- dijo Aigner. Además encuestas hechas por el instituto demoscópico Emnid, arrojaron que el 78% de los alemanes es partidario de la prohibición del maíz transgénico, frente un 16% que la rechaza.

Claro que la misma ministra autorizó la semana pasada el cultivo de una patata transgénica, la «Kartoffel Amflora» destinada a la fabricación de papel y otros productos pero no para consumo humano ni para alimento de ganado.

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