Ecosistemas únicos en peligro: Las graves amenazas que enfrentan los humedales y su biodiversidad en Chile

El Día Mundial de los Humedales, celebrado cada 2 de febrero desde 1997, conmemora la adopción de la Convención Ramsar (1971), un acuerdo internacional que promueve su conservación. Estos ecosistemas, vitales para la biodiversidad, el clima y el sustento humano, enfrentan una alarmante degradación debido al desconocimiento y la falta de protección.

Ecosistemas únicos en peligro: Las graves amenazas que enfrentan los humedales y su biodiversidad en Chile

Autor: Seguel Alfredo

Humedales: Ecosistemas esenciales para la biodiversidad

Los humedales, esos ecosistemas donde el agua es la protagonista, son mucho más que simples extensiones de tierra húmeda. Según las Naciones Unidas, estos espacios —que incluyen lagos, ríos, manglares, turberas, arrecifes de coral y hasta arrozales— son esenciales para la vida en la Tierra. Aunque cubren solo el 6% de la superficie terrestre, albergan el 40% de todas las especies de plantas y animales. Sin embargo, a pesar de su importancia, son uno de los entornos más amenazados y menos comprendidos por la humanidad.

¿Por qué son tan cruciales los humedales? Estos ecosistemas no solo son refugios de biodiversidad, sino que también proveen servicios esenciales para la supervivencia humana y de toda vida en el planeta. Regulan el agua, previenen inundaciones, purifican el aire y el agua, y son fundamentales para actividades económicas como la pesca y el turismo. Más de mil millones de personas en el mundo dependen directamente de ellos para su subsistencia. Aun así, su relevancia sigue siendo subestimada, y su destrucción avanza a un ritmo alarmante.

En los últimos 50 años, el planeta ha perdido el 35% de sus humedales. Esta degradación se debe, en gran parte, a actividades humanas como la agricultura intensiva, la urbanización descontrolada, la contaminación y la sobreexplotación de recursos. A esto se suma el cambio climático, que altera los ciclos naturales del agua y acelera la pérdida de estos ecosistemas.

Uno de los mayores desafíos es la falta de educación y conciencia sobre el valor de los humedales. Históricamente, han sido vistos como terrenos baldíos, improductivos y prescindibles. Esta percepción errónea ha llevado a su drenaje y conversión en tierras agrícolas o zonas de construcción. Sin embargo, los humedales no son solo agua y barro: son fuentes de vida, empleo y servicios ecosistémicos que sostienen a comunidades enteras.

Cabe destacar, que cada 2 de febrero es el Día Mundial de los Humedales. La efeméride se conmemora desde 1997 en referencia a la adopción de la Convención sobre los Humedales. También conocido como Convención Ramsar, este es un acuerdo internacional firmado en la localidad iraní de Ramsar en 1971 que promueve la conservación y el uso racional de los humedales.

Humedales en Chile

En Chile, la situación no es muy diferente. El país cuenta con 16 humedales designados como Sitios Ramsar de Importancia Internacional, que abarcan más de 361,000 hectáreas. Entre ellos destacan el humedal de Monkul en la Araucanía y el humedal del río Limarí, incorporados en 2020. Además, Chile alberga humedales altoandinos, como bofedales y vegas, y costeros, como estuarios y marismas. Sin embargo, estos ecosistemas enfrentan graves amenazas debido a actividades extractivistas, proyectos inmobiliarios y decisiones judiciales que los desafectan de áreas protegidas.

Aunque Chile ha dado pasos importantes, como la Ley de Protección de Humedales Urbanos, aún queda mucho por hacer. Los humedales rurales siguen siendo víctimas de intervenciones industriales extractivistas e inmobiliarias, mientras que los urbanos enfrentan presiones constantes por el crecimiento de las ciudades. La falta de datos precisos sobre su extensión y estado de conservación dificulta aún más su protección.

El desconocimiento sobre los humedales no es casual. Su complejidad ecológica y su diversidad de formas —como las turberas en Chiloé y Patagonia— hacen que sean difíciles de estudiar y categorizar. Además, su importancia no siempre es evidente a simple vista. Por ejemplo, un humedal puede parecer un simple pantano, pero en realidad es un filtro natural que purifica el agua y almacena carbono, ayudando a mitigar el cambio climático.

Aquí viene el desafío para que los humedales no sean vistos como obstáculos para el desarrollo, sino como aliados indispensables para un futuro sostenible. Esto requiere educación, políticas públicas robustas y la participación activa de las comunidades locales.


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