El Congo: La otra masacre de la que nadie habla

Imagen portada: Una vigilia por las víctimas por una de las tantas masacres (REUTERS/Arlette Bashizi)

La crisis humanitaria en la República Democrática del Congo

Imagen publicada en Piensa Prensa – Masacre en el Congo

La situación de la crisis del Congo, comienza a difundirse en 2016. Entonces, un informe de Amnistía Internacional reveló la pesadilla que se escondía detrás de la extracción del cobalto, uno de los minerales clave para la llamada “revolución digital”.

“Fue el primero que documentó en qué consistía la “minería artesanal”: un proceso en el que los congoleños son enviados a horadar la tierra con sus propios medios para extraer las rocas tóxicas que, una vez refinadas, alimentan las baterías de casi cualquier dispositivo electrónico. A las empresas mineras que les pagan uno o dos dólares por cada saco de mineral no les importa si mueren en un derrumbe ni si enferman por la contaminación. No les importa si quien les trae el saco es un niño, ni si ha sido obligado a bajar allí por las milicias paramilitares”, explica así El Diario.es.

¿Quiénes están detrás de esta masacre?

La crisis en la República Democrática del Congo implica una serie de responsabilidades atribuidas a varios actores internacionales, según recientes reportajes de prensa. Se destaca la presunta implicación de potencias occidentales como Estados Unidos, Reino Unido, Francia e Israel, junto con Ruanda, en el apoyo a grupos beligerantes militares como el M23, acusados de buscar controlar los recursos naturales del Congo, como el cobalto y el coltán, considerados “indispensables para la fabricación de dispositivos electrónicos”.

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Además, se señala la responsabilidad de empresas multinacionales en desalojos forzosos de comunidades locales para expandir la minería industrial, exacerbando la crisis humanitaria desgarradora en la región, que continúa pasando desapercibida a nivel mundial.

 «La implicación de Francia, exmetrópoli colonial, en la región ha sido objeto de controversia. Los intereses económicos franceses, defendidos por diversos gobiernos congoleños, están contribuyendo indirectamente a la inestabilidad del país, planteando preguntas incisivas sobre el papel de las potencias extranjeras en la perpetuación de conflictos y la pobreza en la región», señala IzquierdaDiario.

Desplazamientos y masacres

Según reciente reporte  de Democracy  Now desde el 8 de febrero, el grupo rebelde M23 avanza implacablemente hacia Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, obligando a decenas de miles de personas a huir de sus hogares en busca de seguridad y refugio.

Las palabras de Elisabeth Rebecca, una de las personas desplazadas, reflejan el horror que viven miles en la región: «Hubo muchos disparos en mi localidad… nos obligaron a darles todo el dinero… algunos de nosotros incluso perdimos a nuestros hijos«, señalándose numerosos casos de decapitados. Estas historias desgarradoras son solo la punta del iceberg de la tragedia que enfrenta la población congoleña, como dio cuenta  recientemente un trabajo de recopilación periodística y de derechos humanos, del medio: Piensa Prensa.

En un contexto marcado por la violencia y el desplazamiento, Amnistía Internacional reveló en septiembre del 2023,  en su reporte «Powering Change or Business as Usual?» cómo la expansión de la minería industrial está exacerbando aún más la crisis. Los desalojos forzosos de comunidades enteras para dar paso a proyectos mineros están dejando un profundo impacto en las vidas de las personas afectadas, como destaca Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

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El Congo, rico en bienes de la naturaleza, como el cobalto y el coltán, es escenario de una explotación despiadada por parte de empresas multinacionales, como señala el reporte de Piensa Prensa. La demanda creciente de estos minerales, considerados “esenciales” para la fabricación de dispositivos electrónicos, ha llevado a un aumento de los desalojos forzosos y los abusos contra los derechos humanos en la región.

La magnitud de la crisis es alarmante: más de 6 millones de personas han muerto como resultado de la masacre, según Piensa Prensa. Además, se estima que alrededor de 6,9 millones de congoleños se han visto obligados a abandonar sus hogares debido a la violencia y el desplazamiento, según la Organización Internacional para las Migraciones y las Naciones Unidas, como informa Democracy Now.

La situación en el terreno es desesperada. Miles de personas han buscado refugio en campos de desplazados, iglesias y escuelas, según Médicos Sin Fronteras, enfrentándose a condiciones inhumanas y a un riesgo constante de violencia sexual y abusos.

En medio del caos, los niños son los más vulnerables. Muchos son testigos de horrores inimaginables y son reclutados por grupos armados, como señala Greg Ramm, director de Save the Children en la RDC, según informa Piensa Prensa. La separación de familias y la pérdida de seres queridos se suman al sufrimiento de una población ya traumatizada.

Se vienen alertando, que la comunidad internacional no puede seguir siendo indiferente ante esta tragedia. Desde diversas fuentes de organismos de derechos humanos, se ha señalado que es fundamental que las autoridades congoleñas pongan fin de inmediato a los desalojos forzosos y garanticen una investigación imparcial de los abusos, como demanda Amnistía Internacional. Las empresas multinacionales también deben asumir su responsabilidad y proporcionar reparación efectiva a las comunidades afectadas.

La crisis humanitaria en la RDC no puede seguir siendo ignorada. Diversos llamados han señalado que es hora de actuar con urgencia y solidaridad para poner fin al sufrimiento y restaurar la esperanza en una nación devastada por la violencia y la explotación.

Mira el siguiente mensaje en X difundido por Piensa Prensa y María Elena:

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