Piden protección urgente para el Océano Pacífico Oriental, ruta esencial para las poblaciones de ballenas

El cambio climático, el tráfico marítimo, el ruido submarino y la actividad pesquera afectan a estos mamíferos y su supervivencia en múltiples puntos. En el caso de Chile, el país alberga las áreas de alimentación más importantes del extremo sur para ballenas azules y jorobadas, dentro de la ruta migratoria que dibujan en el Pacífico Sur Oriental.

Por Absalón Opazo

02/03/2023

Publicado en

Animales / Chile / Medio Ambiente

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Un nuevo informe de la organización ambientalista internacional WWF, junto a las universidades de Valparaíso (Chile), Estatal de Oregón y de California (EEUU) y de Southampton (Reino Unido), recomendó la realización de acciones urgentes para que los gobiernos, la industria y las personas protejan las rutas migratorias de las ballenas a lo largo del Océano Pacífico Oriental para 2030.

El reporte, titulado Corredor Azul del Pacífico Oriental, Oportunidades y Acciones para Proteger a las Ballenas Migratorias, fue lanzado esta semana e incluye una visualización que destaca las rutas que se extienden a lo largo del Pacífico Oriental de polo a polo.

«Estas rutas migratorias, o corredores azules, son como superautopistas para ballenas, que cubren distancias significativas desde el Estrecho de Bering, en Alaska, hasta la Península Antártica, en el extremo sur del Continente Americano, a veces abarcando miles de kilómetros», explicaron desde WWF.

Asimismo, detallaron que 12 de las 14 especies de grandes ballenas utilizan el Océano Pacífico Oriental como una zona central para sus migraciones.

«Durante el siglo 20 se capturó comercialmente a casi 3 millones de ballenas, lo que llevó a muchas especies al borde de la extinción. En la actualidad, hay significativamente menos caza comercial, lo que permite que prosperen algunas poblaciones de estos cetáceos. Pero están surgiendo nuevas amenazas que hacen que las rutas migratorias de las ballenas sean cada vez más peligrosas para navegar», plantea el documento.

Foto: Marcelo Flores

«Las ballenas dependen de importantes áreas oceánicas para alimentarse, aparearse, parir, amamantar a sus crías, socializar y migrar, que están siendo impactadas por múltiples actividades humanas y se encuentran bajo un estrés creciente», advirtió Chris Johnson, líder mundial para la Conservación de Ballenas y Delfines en WWF.

«Tenemos el conocimiento y las estrategias para conservar y proteger mejor estas áreas. Hacemos un llamado a la cooperación urgente para proteger a las ballenas en toda su área de distribución oceánica», manifestó Johnson.

Enfoque de conservación debe evolucionar

A medida que evolucionan las amenazas a las ballenas, el enfoque de conservación debe hacer lo mismo. Por ello, el informe identifica acciones puntuales para que los gobiernos, la industria y las personas protejan las extensas rutas de las ballenas en el Océano Pacífico Oriental para 2030.

En este sentido, las redes de Áreas Marinas Protegidas, o AMP, que atraviesan jurisdicciones nacionales, son claves para fortalecer sistemas interconectados orientados a proteger la vida silvestre y los ecosistemas de los que dependen para sobrevivir.

En cuanto a la situación específica de Chile, desde la organización ambientalista destacaron que el país alberga las áreas de alimentación más importantes del extremo sur para ballenas azules y jorobadas, dentro de la ruta migratoria que dibujan en el Pacífico Sur Oriental.

Por todo lo anterior, visualizar estas rutas proporciona una guía concreta para compartir acciones de conservación que protejan a las ballenas migratorias en el Océano Pacífico Oriental.

«Los datos científicos utilizados para construir este mapa son un esfuerzo de colaboración de más de 50 grupos de investigación», apuntaron desde WWF.

El informe también describe otras acciones, incluido el trabajo para eliminar que las ballenas se enreden en artes de pesca, reducir la contaminación por plástico y otros materiales, y desviar las rutas de navegación lejos de sus hábitats críticos, como las áreas de migración estacional.

A esto se suma apoyar acciones como el Tratado Mundial de la ONU para frenar la contaminación por plásticos y la Iniciativa Global contra las Redes de Pesca Fantasma.

«La evidencia creciente muestra que nuestros océanos necesitan poblaciones de ballenas prósperas para mejorar la productividad marina y desempeñar un papel en la captura de carbono. Respaldados por ciencia robusta, también nos están revelando cómo podemos conectar redes de áreas protegidas para lograr el objetivo», cerró Chris Johnson.

El informe completo está disponible para ser descargado AQUÍ

Foto Portada: Alex Mustard, WWF

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