Zygmunt Bauman: La ética del trabajo y la estética del consumo

En ‘Trabajo, consumismo y nuevos pobres’ (Gedisa), el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, analiza la condición de pobreza y los imaginarios asociados a ella en una sociedad de consumo

Por Mauricio Becerra

02/06/2009

Publicado en

Artes

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En ‘Trabajo, consumismo y nuevos pobres’ (Gedisa), el sociólogo polaco Zygmunt Bauman, analiza la condición de pobreza y los imaginarios asociados a ella en una sociedad de consumo. La obra plantea el dilema de que una cosa es ser pobre en una comunidad de productores con empleos para todos, y otra muy diferente es serlo en una sociedad de consumidores cuyos proyectos de vida se construyen en torno a la elección de lo que se consume y no alrededor del trabajo, la capacidad profesional o la disponibilidad de empleos.

Zygmunt Bauman  nació en Poznan, Polonia, y es un reconocido sociólogo que ha indagado los temas de clases sociales, la conexión del holocausto con la modernidad, la  posmodernidad, el consumismo, la globalización y la pobreza. A lo largo de su carrera  ha desarrollado una sociología crítica y emancipadora

En ‘Trabajo, consumismo y nuevos pobres’, Bauman reconstruye el cambio de la condición de la pobreza desde la revolución industrial y su ‘ética del trabajo’ hasta la sociedad del consumo y su ‘estética’, y las consecuencias de este proceso. El sociólogo sostiene que el ideal de que las fábricas atraerían a los pobres y les darían trabajo sirvió más bien para “entrenar y disciplinar al a gente, inculcándole la obediencia necesaria para que el nuevo régimen fabril funcionara correctamente”.

El paso de la sociedad de trabajadores a la de la estética del consumo significa que los pobres que antes eran el ejército de reserva de mano de obra, pasaron a ser consumidores expulsados del mercado. A juicio de Bauman “esta diferencia cambia la situación radicalmente y afecta tanto la experiencia misma de la pobreza como las oportunidades y perspectivas de resolver sus penurias”.

Bauman sostiene que “para alcanzar los placeres de una vida normal, se necesita dinero y los pobres se encuentran ante un escenario de consumo rapaz y con la incapacidad de solventar los estándares del consumo: nada calmará el dolor de la inferioridad evidente”.

También da luces para analizar la comprensión de las hoy llamadas ‘clases marginadas’, las que terminan siendo producidas por el mismo poder para el cual son un verdadero “problema social”. Además, Bauman considera el futuro de los pobres y plantea la posibilidad de dar un nuevo significado a la ética del trabajo, más conforme a la condición actual de las sociedades desarrolladas.

MODERNIDAD Y HOLOCAUSTO
Bauman por su ascendencia judía, tuvo que abandonar Polonia tras la invasión nazi en 1939 y, posteriormente en 1968, partiendo primero a la Universidad de Tel Aviv, donde imparte docencia, y más tarde en la de Leeds (1971), Inglaterra, donde a sus 84 años aún reside.

Durante el comunismo en Polonia sufrió la persecución durante quince años de parte de los servicios secretos polacos, siendo expulsado de la universidad y su obra prohibida de ser publicada.

Para Bauman la  hegemonía política no se consigue sólo con la legitimación de los valores sociales, sino a través de la combinación de seducción y represión, procesos que estudió en La cultura como praxis (1973), Modernidad y Holocausto (1989) y en Eticas postmodernas (1993)

Entre sus obras más recientes destacan A la busca de políticos (1999) y Modernidad líquida (2000), en las que problematiza la situación de desaparición del espacio público.

Una de sus tesis polémicas, que va muy en la línea de Foucault respecto de la biopolítica que emerge con la modernidad, en la que el poder se preocupa de los fenómenos de la vida y población, acusa que el Holocausto no fue un lapso accidental de una barbarie irracional precivilizada, sino una consecuencia lógica de la civilización moderna y su creencia en la ingeniería social a gran escala.

Pese a que ya dejó la docencia hace 19 años, Bauman preparaba hace poco un libro que refiere de manera crítica a los que la sociedad de consumo hace de los individuos, titulado ‘Consuming Life’.

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Mauricio Becerra R.

El Ciudadano

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