Autora del libro que inspiró el corto Bestia recuerda a Ingrid Olderöck como una mujer violenta con una mentalidad «muy fascista y nazi», que murió en la impunidad

"Tenía toda esa cultura muy fascista del orden, de la rigidez, del castigo, de la sanción, de atemorizar, de la inferioridad de los otros que eran diferentes a ella. Eso lo tenía muy, muy claro”, recordó Nancy Guzmán, autora del libro Ingrid Olderöck. La mujer de los perros.

Por Leonardo Buitrago

10/02/2022

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El pasado martes se dieron a conocer los nominados a los Premios Oscar 2022, que se llevará a cabo el próximo 27 de marzo en el Dolby Theatre de Los Ángeles, Estados Unidos (EE.UU.).

En la categoría de «Mejor Corto Animado», se encuentra «Bestia», el cortometraje chileno realizado por Hugo Covarrubias e inspirado en la historia de la agente de la DINA Ingrid Olderöck, conocida por ser una de las responsables de las torturas y vejámenes cometidos en el centro de detención Venda Sexy durante la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet.

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Covarrubias relató que en la búsqueda de inspiración para la historia, encontró el trabajo de la periodista Nancy Guzmán, autora del libro Ingrid Olderöck. La mujer de los perros, el cual fue vital para nutrir la realización del corto.

El texto detalla la personalidad de Olderöck, quien se integró a la Dina en 1973 y junto a otras 70 mujeres fue instruida para cometer torturas y realizar tácticas represivas contra opositores a la dictadura militar

«En ese momento, cuando empiezo a leer las entrevistas que le hizo Nancy a Ingrid, me empecé a dar cuenta de todos los problemas mentales también que tenía Ingrid. Dejaba entrever algunos traumas. Entonces, visto desde el punto de vista psicológico también y mezclándolo con lo filosófico, que finalmente es lo que se pretende en el corto: reflexionar acerca de la maldad; uno va mezclando referentes y cosas», dijo Cobarrubias en dclaraciones a CNN Chile.

«En ese sentido, el libro de Nancy Guzmán fue fundamental para poder empezar a darle un vuelco a esto, porque obviamente si alguien no hubiera tenido la oportunidad de entrevistar a Ingrid Olderöck, uno difícilmente habría sabido cuáles eran estas desviaciones, estos traumas, esta paranoia que ella tenía”, destacó.

En el contexto de la nominación a los Oscar, la periodista relató a Radio U de Chile lo complejo que fue abordar las entrevistas para el libro, debido a la actitud desafiante y violenta de la exmayor de Carabineros.

“Era una mujer violenta, en esencia muy violenta. Ante cualquier cosa, ella se violentaba y expresaba la violencia”, expresó.

La investigadora y periodista recuerda que conoció a Íngrid Olderöck, cuando la visitó en la puerta de su casa luego que la BBC de Londres la comisionara para realizar entrevistas sobre torturas a los propios torturadores en Chile como material para un trabajo a nivel global sobre la tortura en el mundo, luego de la detención de Augusto Pinochet ocurrida el 16 de octubre de 1998 debido a la orden del juez español Bastasar Garzón, quien buscaba enjuiciarlo por los asesinatos de ciudadanos españoles durante la dictadura militar.

“En ese momento me piden que busque a gente y que hagamos las entrevistas, y le pido a Nelson Caucoto que me dé datos de dónde encontrar a los agentes, porque en esa época todavía era muy difícil conseguir o tener acceso a los procesos judiciales. Lo que hizo Nelson Caucoto fue darme una lista donde estaban los agentes y sus direcciones, y entre ellos estaba Íngrid Olderöck. Así que un día, simplemente fui y me presenté en la puerta de su casa, y apareció Íngrid Olderöck preguntándome quién era yo y qué quería. Le dije que era periodista y que, lo que yo quería, era hacerle una entrevista. Ella me respondió que eso no lo iba a hacer porque odiaba a los periodistas, porque los periodistas éramos todos mentirosos y a ella le habían hecho mucho daño”, relató Guzmán, al tiempo que señaló que “es la típica respuesta que hacen los culpables respecto a los periodistas. Pero de alguna manera, ella aceptó hablar y me invitó a su casa, me sirvió té y comenzamos la primera entrevista”.

Posterior a este encuentro siguieron una serie conversaciones que terminaron abruptamente cuando Olderöck habría recibido mensajes por parte de la organización de ex agentes de la DINA, quienes le dijeron que no siguiera dando entrevistas.

“Ese día habíamos quedado en tener una entrevista y me recibió muy mal. Empezó a agredirme verbalmente, de manera muy violenta y terminamos. Ahí puse fin porque había sido un proceso muy desgastante de todas esas sesiones con una mujer que era muy violenta. Además, la entrevista era como un juego permanente del gato y el ratón donde, de repente, yo no sabía si era el ratón o si era el gato. Pero tenía que estar permanentemente atenta a las provocaciones que esta mujer hacía”, recordó Guzmán.

“En el libro yo cuento sobre la vez que me puso una pistola en la mesa y yo no hallaba qué hacer. No sabía si tomar la pistola y, si tomaba la pistola, ella me agarraba con sus manos enormes, gigantes, y me mataba. Y podía acusarme de estar en su casa, de haber entrado. Podía matarme tranquilamente. Eran situaciones permanentes que ella ponía para jugar y, en el fondo, para provocar y atemorizar”, destacó.

Al ser cuestionada sobre cómo describiría a la ex agente de la DINA en que se basa el cortometraje ‘Bestia’, y su libro «Ingrid Olderöck. La mujer de los perros», la catalogó como una mujer muy violenta y con una mentalidad muy fascista y nazi.

“Era muy seria de ánimo, muy rígida de pensamiento. Su lógica era el orden. A ella le parecía que la sociedad era un caos, que faltaba orden y que este país estaba lleno de indios. Tenía una mentalidad muy, muy fascista, muy nazi. Ella era nazi en el fondo. Había sido educada por sus padres, su mejor época en Alemania había sido para la Segunda Guerra Mundial cuando estuvo Adolf Hitler. Entonces, ella defendía el nazismo”, recalcó Guzmán, y planteó que “tenía toda esa cultura muy fascista del orden, de la rigidez, del castigo, de la sanción, de atemorizar, de la inferioridad de los otros que eran diferentes a ella. Eso lo tenía muy, muy claro”.

A mediados de 1981 Olderöck fue el blanco de un ataque del MIR, cuando recibió un balazo en la cabeza y falleció en 2001, producto de una hemorragia digestiva aguda.

A juicio de Guzmán, la exagente de la Dina que cometió vejámenes en centros de tortura como Venda Sexy, murió en la impunidad, ya que nunca fue juzgada por los Tribunales de Justicia porque “cada vez que le hacían preguntas y le costaba responder, decía ‘lo que pasa es que yo no me acuerdo porque tengo una bala en la cabeza’”, relató la periodista a Radio U de Chile

“Ella usaba la bala en la cabeza para esconder ciertas cosas y cuando iba a Tribunales se hacía la loca, porque aseguraba tener esta bala en la cabeza –que sí la tenía– y que le había provocado amnesia, y decía que ella no se acordaba. Ella jugaba mucho con eso y los jueces tampoco tenían interés. Decían ‘esta mujer no tiene información, está loca’. Pero no estaba loca. Estaba completamente cuerda”, afirmó la periodista.

Señaló que aunque abre los Tribunales aseguraba no recordar su cooperación con el régimen de Augusto Pinochet, en las conversaciones que sostuvieron sí relataba hechos que generaban dudas sobre su real condición mental.

“Ella decía ‘yo no me acuerdo, yo nunca torturé’, y de repente te contaba una historia donde decía que había entrado a la sala de tortura a dejar unos papeles y había visto que estaban torturando a unos bebés, a unos niños pequeñitos, pero decía que ella sólo había entrado a dejar unos papeles. Y estaban torturando a unos bebés que estaban detenidos ahí. Entonces, ella tenía recuerdos porque yo hablé con un psiquiatra que era neurólogo para preguntarle justamente que si lo que ella me estaba diciendo respecto a su condición era cierto o no era cierto. Le relaté todo lo que ella me había relatado y él dijo ‘no, no tiene problemas de memoria. No tiene amnesia, tiene recuerdos claros y nítidos. Por lo tanto, si recuerda eso, tiene que recordar lo otro’”, explicó Guzmán, por lo que lamentó que “los jueces nunca hicieron esa consulta ni les interesó. Y la dejaron en la absoluta impunidad”.

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