Columna de la Alianza por los Humedales Andinos Chile
La 28a Conferencia de las Partes (COP28), ha reunido a los Estados partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), así como a una gran cantidad de expertos, periodistas, empresas y organizaciones no gubernamentales.
Pero también a activistas, comunidades y agrupaciones socioambientales que llevan voces disidentes al espacio.
La reunión liderada por los Emiratos Árabes Unidos (EAU) hasta el 12 de diciembre de 2023, ha recibido fuertes críticas respecto a la continuidad y expansión en el uso de los combustibles fósiles y acusaciones de lobby corporativo del mismo sector.
Con todo, la COP28 es un escenario crucial para abordar la crisis ambiental y las complejas intersecciones entre el cambio climático, la transición energética y el modelo extractivo, tanto minero como energético.
En efecto, el primero de los cuatro ejes principales que presentó la presidencia de la COP28 en su Carta a las Partes Interesadas, plantea “triplicar la capacidad de renovables en 2030 como gran objetivo de esta cumbre. También, reducir las emisiones de metano y combustibles fósiles en 2030, duplicar la ratio de eficiencia energética y aumentar la electrificación”.
Por ello, creemos relevante dar lugar en éste y otros espacios a discusiones críticas que aporten -desde el trabajo con los territorios- a la búsqueda de caminos que nos lleven a enfrentar el escenario actual de crisis climática y ecológica, por medio de estrategias que no sacrifiquen al sur global, con visiones propias del trabajo con los territorios.
En el contexto del aumento de la demanda mundial de minerales como el litio, y frente al avance del extractivismo verde en los territorios andinos, nace la Alianza por los Humedales Andinos. Esta red está conformada por organizaciones de la sociedad civil de Chile, Argentina y Bolivia, ante la urgencia de divulgar que los salares son humedales y verdaderas armas vivas contra el cambio climático.
La Alianza busca visibilizar los impactos que la denominada transición energética está generando en las comunidades y en la biodiversidad que habitan estos territorios, promoviendo la protección de los modos de vida que dependen de estos ecosistemas.
Los humedales andinos, al ser sumideros de carbono2 y hotspots de biodiversidad3 representan ecosistemas claves para la adaptación frente al cambio climático. Esto en torno a su función como reguladores del clima y centro de reproducción de especies endémicas, que van desde bacterias y organismos microscópicos, a los emblemáticos flamencos o parinas.
En este contexto, entendemos el concepto de Transición Justa como un concepto en disputa, que debe considerar los derechos humanos de los pueblos y comunidades que se ven afectados por la expansión de los nuevos proyectos mineros y energéticos, como el derecho a la consulta indígena previa, libre e informada, y que garantice la protección de los ecosistemas situados en la frontera del extractivismo verde, con miras a las alternativas a los modelos de desarrollo, para alcanzar una transición socioecológica más allá de la economía verde.
Sin duda, los avances de la COP28 en materia de transición energética, así como la incerteza acerca del futuro régimen de protección de estos ecosistemas en el marco de la Estrategia Nacional del Litio, son una señal inequívoca de la urgente necesidad de vincular la discusión global sobre la crisis climática con con la realidad de los territorios y sus habitantes, así como con miradas que planteen futuros más allá de la extracción.
Ramón Balcázar Morales
Antonio Pulgar Martínez
Carlos Ulloa Fuentes
-Alianza por los Humedales Andinos
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