Estudiantes fueron partícipes en la construcción de memorias locales

Embajadores de la memoria y los derechos humanos: La experiencia de los escolares de Valparaíso

“Yo lo encontré bonito, porque nunca había escuchado sobre esto

Por Absalón Opazo

18/02/2018

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“Yo lo encontré bonito, porque nunca había escuchado sobre esto. Nos demoramos una semana, nos quedábamos hasta las 6 de la tarde muchas veces, pero aprendí muchas cosas, leí algunos fragmentos del libro, y realmente lo que vivieron esas mujeres fue impactante”.

El testimonio corresponde a una de las alumnas del Liceo 1 de Niñas de Valparaíso, acerca de su experiencia en el programa “Embajadores de los Derechos Humanos”, impulsado por el área Educación de la Corporación Municipal junto a la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi.

Se trató de un trabajo en el que participaron cerca de 100 estudiantes de 10 liceos municipales, el cual tuvo 4 meses de duración, con el objetivo de que los jóvenes se constituyeran en embajadores de los derechos humanos en sus comunidades, siendo partícipes en la construcción de memorias locales.

Karen Bascuñán, coordinadora del área Educación de la Villa Grimaldi, explicó que esta instancia “es un espacio inclusivo, donde los jóvenes que participan tienen efectivamente la posibilidad de ser ellos mismos actores constructores de memoria”, realizando para ello la elección de un tema de investigación, vinculado a este ámbito.

En el Liceo 1 de Niñas, el tema elegido fue la experiencia vivida por un grupo de ex alumnas tras el Golpe de Estado, testimonio que aparece en el libro “Éramos liceanas en septiembre del ‘73”. Osvaldo Barrera, profesor y asesor del Centro de Alumnas del colegio, explica que “en una primera instancia se trabajó con el centro de alumnas, pero después el grupo se amplió a otras niñas que estaban interesadas”.

“Nos hicieron varios talleres, que significaron entrar en este tema con niñas de 15, 16 años, que no conocen mucho sobre lo que pasó, y con este trabajo de memoria, rescatamos muchas historias de Valparaíso, y en particular, la historia del liceo, que tiene que ver con lo que le pasó al centro de alumnas de esa época. Ahí está la conexión”, cuenta el profesor.

En este caso, el trabajo tuvo como resultado la producción de una intervención mural-fotográfica en uno de los pasillos. “Fuimos a Villa Grimaldi a conocer el espacio, y después tuvimos que hacer el relato de nuestra memoria histórica, con lo que pasó acá en el liceo. Ahí decidimos tomar la historia del libro para hacer una conexión con las generaciones, optando por una conexión visual, con fotos y textos dispuestos en un mural”, señaló Barrera.

INSTITUTO COMERCIAL

Nicole Miranda, docente de formación ciudadana del Insuco, explica el trabajo realizado en su colegio: “Fue super bonito ver a los chiquillos rescatando ellos mismos historias de hace hartos años atrás, pero de jóvenes que fueron de su misma edad, estudiantes secundarios. A ellos, en particular, les llamó la atención la historia de Iván Sergio Carreño Aguilera”.

Iván Carreño (oriundo de Santiago), estaba de cumpleaños el 15 de agosto, “y en 1974 lo pasó encerrado, en Londres 38. Fue detenido junto a su padre, ambos eran del Partido Comunista (…) Era muy creativo, su hermana relata que él hacía sus propios juguetes, sus propios zapatos, hasta hizo una guitarra eléctrica. Y era muralista de la BRP. Un joven lleno de energía y creatividad, y que fue asesinado por pensar diferente cuando recién había cumplido 16 años”, relata la profesora.

En el Insuco, el trabajo concluyó en un mural. “Se había conversado la posibilidad de enseñar muralismo en el colegio, por lo que esto nos cayó anillo al dedo. Fue muy rápido, tuvimos una reunión con los otros liceos y los equipos muralistas, y nos tocó trabajar con el maestro Carlos Villamar. Ahí los chiquillos empezaron a dar su visión de la historia que habían rescatado, empezamos a buscar más información, encontramos el relato de la hermana de este chico, y en eso nos basamos para hacer la propuesta de diseño”, cuenta la docente.

“A la semana siguiente vino el maestro, llegaron las pinturas y los materiales rápidamente, y nos pusimos a trabajar. Carlos empezó a hacer el trazo más de boceto en la pared, y nosotros empezamos a rellenar los colores. Y como Iván había sido parte de la Brigada Ramona Parra, una parte del mural tiene ese estilo. Nos demoramos dos días en terminarlo”, agrega Miranda, quien también destacó un conversatorio con Patricio Madero, uno de los miembros históricos de la brigada muralista Ramona Parra.

MARÍA LUISA BOMBAL

Vaitiare Arriola estaba en tercero medio cuando participó en el proyecto. Ahora, como estudiante de cuarto medio, en la especialidad de hotelería del liceo María Luisa Bombal, cuenta el proceso vivido junto a sus compañeros: “Nos dimos cuenta que es complicado hablar de estos temas. Hay mucha gente que se cierra, pero a nosotros nos interesó, así que lo hicimos muy propio, muy nuestro, y quisimos darle un sello personal junto a todo el equipo. Nos costó bastante sacarlo adelante, debido a que somos de distintos cursos, pero con motivación todo se logra, nos quedábamos después de clases, y hasta ahora, que estamos de vacaciones, seguimos trabajando hasta terminar todos los detalles”.

La historia rescatada por los estudiantes del liceo María Luisa Bombal de Playa Ancha fue el denominado caso de los “Ocho de Valparaíso”: Horacio Carabantes Olivares, Alfredo García Vega, María Isabel Gutiérrez Martínez, Fabián Ibarra Córdova, Sonia Ríos Pacheco, Carlos Rioseco Espinoza, Abel Vilches Figueroa y Elías Villar Guijón, todos opositores a la dictadura, detenidos en enero de 1975 por la DINA, llevados al regimiento Maipú y luego desaparecidos desde el centro de torturas ubicado en Villa Grimaldi.

Miriam Pérez Atenas, profesora de historia del liceo María Luisa Bombal, explica que “desde el primer momento todo fue un proceso de aprendizaje, porque desde entramos a trabajar con Villa Grimaldi, a los chiquillos les nacieron todas las preguntas habidas y por haber respecto a este periodo, y una de las preguntas que apareció fue qué es lo que sucedía con sus familias en ese momento. Entonces lo primero que pensaron hacer era rescatar la historia de sus vidas, de sus padres, de sus abuelos, en ese tiempo, y eso traerlo”.

Sin embargo, cuenta la docente, “se encontraron con unas respuestas increíbles, negando todo tipo de información, diciéndoles que no preguntaran tonteras, que eran cosas que ya habían pasado. Eso, en vez de bajarles el ánimo, les dio más interés de buscar lo que sucedió y entender esta diferencia tan grande. Hubo niños que sus padres tenían una posición totalmente distinta a reconocer los hechos. Entonces, desde mi perspectiva, fue un proceso de aprendizaje mucho más grande que la elaboración del mural”.

María José Martínez, hija de Abel Vilches, uno de los detenidos desaparecidos de los “Ocho de Valparaíso”, estuvo presente en la ceremonia de entrega del mural que recuerda a las víctimas. En su opinión, “llama mucho la atención cómo en Chile, por ejemplo, mucha gente se interesa por el caso del genocidio de los nazis, pero cuando se trata del genocidio de esta dictadura cívico militar chilena, les parece que es políticamente incorrecto, que genera divisiones, como si tapando esto pudiéramos realmente construir una sociedad distinta, más solidaria”.

“Como familia estamos muy emocionados, y como agrupaciones de derechos humanos nos interesa mucho que este tipo de actividades se realicen, que los jóvenes puedan ser parte de lo que ha sido nuestra historia, no solamente de nuestras familias, sino de lo que fue un periodo tan duro en este país”, añade Martínez, quien advierte sobre la vigencia de este tipo de ideología, “que fue capaz de llegar a este nivel de genocidio, donde muchos casos todavía no están resueltos”.

“Es importante esto porque efectivamente todo lo que ha sido la post dictadura ha sido en función del olvido, y la lucha que llevamos muchas personas, no solamente los familiares, muchos amigos, compañeros y personas que se van sumando a esto por opciones de vida, es que el olvido nos lleva a mantener toda esta injusticia, toda esta inequidad en la que vivimos, y la memoria, como alguien dijo es la salud de los pueblos. Finalmente, desde ahí vamos a poder construir un Chile más justo”, concluyó la hija de Abel Vilches.

INSTITUTO MARÍTIMO

“Ruta de la Memoria en Valparaíso” es el nombre del proyecto desarrollado por los estudiantes del Instituto Marítimo, también de Playa Ancha. El objetivo: “exponer y difundir una cartografía histórica de los sitios de memoria de la ciudad de Valparaíso”.

Para este objetivo, se elaboraron tres productos: una cartografía de los sitios y lugares de memoria vinculados a la dictadura cívico-militar, de la ciudad de Valparaíso; una caja buzón que recoja los testimonios y reflexiones de la comunidad sobre el tema; y un Fanzine que difunda las temáticas de los sitios y lugares de memoria de Valparaíso y los Derechos Humanos.

Arlette Soto, profesora de Historia y Ciencias Sociales del liceo, explica que “en octubre se realizó la primera jornada con los estudiantes embajadores de memoria de todos los liceos que participan del proyecto, donde éstos tuvieron la oportunidad de compartir experiencias y hacer un mapeo colectivo sobre los sitios y lugares de memoria de nuestra ciudad. De esta primera experiencia surgió la idea final de nuestro proyecto”.

“El segundo encuentro se realizó en Santiago, cuando los embajadores de memoria recorrieron el Parque por la Paz Villa Grimaldi, siguiendo la ruta “Memoria y testimonio”, participando en un taller donde conocieron testimonios de familiares de víctimas detenidas desaparecidas y ejecutados políticos (…) Esta experiencia fue muy gratificante y significativa para nuestros estudiantes, ya que pudieron conocer en forma presencial este símbolo del horror que se vivió en nuestro país durante la dictadura cívico-militar”, expresa la maestra.

Desde el municipio, el alcalde, Jorge Sharp, valoró la iniciativa de los “embajadores de derechos humanos”: “Pienso que es un tremendo paso el que da el municipio, porque como institución pública se va poniendo progresivamente a tono con la cuestión de la memoria y la no impunidad, donde el país, y en particular Valparaíso, sigue teniendo una tremenda deuda”.

“Valparaíso albergó diversos centros de tortura y detención, existen muchos detenidos desaparecidos aún, así que lo que no queremos es que termine primando en nuestra ciudad el olvido”, destacando que el objetivo es “que los jóvenes puedan no solamente ser formados en una cultura de respeto y de convivencia en torno a los derechos humanos, sino que también puedan realizar sus propios juicios y conclusiones respecto a lo que pasó en el país”, concluyó el alcalde porteño.

Por Absalón Opazo

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