«Recomiendan enfáticamente que las mujeres limiten el uso de Tylenol (paracetamol) durante el embarazo, a menos que sea médicamente necesario». Estas fueron parte de las declaraciones del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien aseguró que el consumo de este medicamento «puede estar asociado con un riesgo muy elevado de autismo».
Los dichos del mandatario estadounidense causaron revuelo y rápidamente un sinnúmero de expertos en todo el mundo salieron a desmentirlo recordando los resultados de extensas investigaciones que demuestran que no existe vínculo alguno entre las vacunas y el autismo.
En Santiago, el neurólogo de la Clínica Universidad de Chile Quilín y académico del Departamento de Neurología y Neurocirugía Norte de la Facultad de Medicina de dicha Casa de Estudios, Pablo Salinas, aseguró que «la evidencia científica ha desmentido categóricamente la asociación entre uso de paracetamol en el embarazo y la aparición de neurodivergencia en un recién nacido».
«Toda la evidencia científica actual habla de una fuerte raigambre genética en la neurodivergencia con poca influencia de factores ambientales, sobre todo farmacológicos y menos aún de inmunizaciones, que es una mentira histórica que se difundió a comienzo del siglo», planteó el neurólogo.
Por ello, el doctor Salinas afirmó que «hay que ser bastante irresponsable para estar diciendo esas falsedades más aún de manera oficial».
«A mi manera de ver es una falta de respeto para las personas neurodivergentes y sus familias, lo que habla claramente de la altura moral de las personas que dicen esas mentiras, sobre todo quienes son líderes de opinión», cuestionó el especialista de la U. de Chile, reiterando en ese sentido que «es absolutamente falso que haya una asociación entre paracetamol y autismo».
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El Ciudadano