Breve historia del Partido Socialista de Chile (4)

En el seno del Partido Socialista han existido históricamente corrientes o tendencias que marcan los espacios de poder interno. En estas páginas, con el aporte de varios profesionales multidisciplinarios hemos buscado dar respuesta a las preguntas: ¿De dónde vienen? y ¿quiénes son los socialistas?

Breve historia del Partido Socialista de Chile (4)

Autor: Wari

Editor Sergio Salinas Cañas

Pablo Franco

Manuel Martínez

Sebastián Schneider

Con el aporte de Iván Borcoski

«Si nuestra tierra nos pide, tenemos que ser nosotros los que levantemos Chile, así es que a poner el hombro». Canción del poder popular. Inti Illimani

Como vimos anteriormente, en el XXIII Congreso General Ordinario, realizado los últimos cuatro días de enero de 1971 en La Serena, se amplió la discusión acerca de las tareas del Partido dentro del Gobierno Popular. En el transcurso del Congreso, Carlos Altamirano leyó un documento político:

Sólo un Partido estructurado férreamente, con una dirección colegiada y disciplinada, vitalizado por su juventud y en contacto directo con sus bases obreras y campesinas, podrá constituir, junto a los partidos hermanos, la vanguardia chilena en la marcha hacia el socialismo… Movidos por la misión de todo revolucionario, constituyamos la vanguardia de la revolución chilena, en la autocrítica permanente y fieles a los dictados del trabajador del campo y la ciudad.

Frank Duarte” con respecto a los medios con que contaba su estructura, afirma que solo se contaba, en la época de clandestinidad, antes del triunfo de Allende, con algo de dinero y el apoyo de ayudistas que los recogían en sus casas. Cuenta que se realizaba mucha actividad de estudio de objetivos (bancos). Era un grupo pequeño y pobre.

Renato Moreau cuenta que, en este congreso, precedido de una polarizada lucha política por ganar el control de ese evento, apareció el nombre de “Los Elenos” para denominar a todos los dirigentes y cuadros que seguían a regionales y frentes emblemáticos del PS que tenían una posición común, con respecto a derrotar a los socialdemócratas o “guatones” que seguían a Aniceto Rodríguez y luchar por una revolución en Chile.

Yo fui el responsable de la defensa armada de dicho Congreso. El Partido puso un carro comedor y dormitorio de Ferrocarriles en la Estación, para que descansaran y durmieran los miembros de dicho dispositivo, todos de una unidad paramilitar del ELN. La dirección de la Juventud era tildada de “Elenos”, yo sabía que eran “Organa” y pensaba que en ese instante respondían a los “Elenos”. En el Congreso los vi a todos acumulando fuerzas para elegir una dirección. Los “Elenos” eran una posición de poder considerable y en alianza con los trotskistas (Adonis), los Regionales y frentes de masas y la gente de Altamirano, se ganó ese Congreso. En el CC y en la COPOL quedaron mayoritariamente compañeros de los llamados “Elenos”. Todos eran dirigentes de la Juventud, Regionales y frentes de Masa. El “Aparato Militar” se creó allí, con los operativos de la “Organa”-ELN, es decir, con los que tenían instrucción militar.

Los “Elenos” logró una clara mayoría, enarbolando la defensa del “proyecto allendista”, en pugna con los sectores más radicales y con los moderados, alineados con Aniceto Rodríguez. Sus dirigentes son electos a las principales instancias de la organización y optan por un nombre de consenso para la secretaría general: el abogado Carlos Altamirano Orrego.

“Los miembros de la sección chilena del ELN, interpretando la coyuntura político-estratégica de septiembre de 1970, consuman una mutación radical de sus concepciones teóricas y de sus actividades revolucionarias. En efecto, para adecuarse a la realidad chilena, desechan las teorías del foco guerrillero para adherir a la estrategia allendista de conquista pacifica del poder, de la que se convierten en firmes defensores; se disuelven; y pasan a colaborar en las tareas del gobierno”.

Juan Azócar narra que, en el congreso, los “Elenos” aprobaron además un voto político de homenaje al ELN de Bolivia, en cuya redacción le correspondió un importante rol a Camú. En algunas de sus partes señalaba:

El triunfo alcanzado por las fuerzas revolucionarias en Chile, con la victoria electoral primero y el establecimiento del Gobierno Popular luego, constituye un poderoso paso adelante en la lucha continental y mundial contra el imperialismo y las oligarquías de los países dependientes.

Esta victoria no pertenece sólo a los que batallaron en los límites de nuestras fronteras con valor y esfuerzo, sino que también a todos aquellos que en cualquier rincón del continente se alzaron rebeldes en contra del imperialismo norteamericano y los ejércitos títeres. Cientos de hombres y mujeres regaron con su sangre las calles y los montes de este continente, jalonando con sus vidas el largo y sacrificado camino de los pueblos en pos de su definitiva independencia. Ernesto Che Guevara constituye, indudablemente, el ejemplo más enaltecedor del revolucionario que comprende que su patria está donde sea que exista explotación, y que por esa patria vale la pena luchar y morir.

En estos momentos en que el socialismo chileno se encuentra alegre y vigilante ante las victorias alcanzadas, no podemos dejar de hacer un alto para rendir un cálido y público homenaje a los revolucionarios que, convencidos que la “Patria es América”, siguieron el camino abierto por el Comandante Inmortal.

Por los compañeros chilenos:

Elmo Catalán Avilés (Ricardo)

Tirso Montiel Martínez (Pablo)

Juan de la Cruz Olivares Romero (Cristian)

Calixto Pacheco González (Rogelio)

Guillermo Véliz González (Gastón)

Julio Zamorano Acuña (Manuel)

Hernán Ampuero Ferrada (Poporopo)

José Miguel Celis González (Alberto),

Combatientes del ELN de Bolivia.

Juan Azócar sostiene que otra importante decisión adoptada en el Congreso de La Serena, que no fue informada a la opinión pública, fue la constitución de la estructura militar del PS, “en base a tres componentes:

  • P4: El Dispositivo de Seguridad Presidencial.
  • P5: El Sistema de Contrainteligencia.
  • P6: El Aparato Armado del PS.

Renato Moreau afirma que dos meses después del congreso, el ELN se disolvió en el partido, y cada cual regresó a sus regionales, juventud y a sus frentes de masa. Los únicos que de un formato común siguieron orgánicamente unidos fueron el GAP, la CI y el Aparato.

En la febril y dinámica lucha en el proceso de la UP, los antiguos “Elenos” tuvieron posiciones distintas frente al proceso, y me atrevería a decir, que el poder distorsionó a muchos, teniendo Arnoldo Camú contradicciones fuertes con algunos de ellos.

Juan Azócar, coincide con Renato Moreau, en que es en ese momento en que los “’Elenos’ decidieron entonces su disolución total en la estructura partidaria”.

Pese a esta disolución, al aparato militar del PS se les continuó llamando “Elenos”. Según Moreau, “era una unidad secreta y compartimentada; solo actuó para la defensa del local del CC en la primera jornada de las ollas vacías y en el Paro de Octubre. Nunca realizó proselitismo político al interior ni al exterior del partido ni actuó sin órdenes directas de éste. Estaba creado para la defensa de Allende, el partido y ser un actor más en la defensa del Proceso.

Mural realizado en homenaje a Elmo Catalán

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Agrega que el trabajo de Agitación y Propaganda (AGP), estuvo inspirado en los vietnamitas:

Confeccionamos manuales para los Regionales, sus bases y la clase obrera. Pero, muchas de las instancias partidarias tenían sus propios aparatos. (Juventud, Organización y Regional Centro, entre otros). Allí no podíamos entrar para ayudar a crear el AGP. A principios del año 73 y en la imposibilidad que la organización permitiera que hombres del Aparato fueran a trabajar la instrucción a los Regionales y Frentes de Masas, decidimos que los hombres de dirección se repartieran en Regionales o frentes “amigos”: Manuel, fue al Cordón San Joaquín a trabajar en Sumar, Indumet, Comandari, Madeco y Mademsa. Y Yo fui al Regional Norte. Y otros a Provincias. En esas bases obreras combatimos el 11.

Anna M. Blasco RoviraVladimir Sierpe sostienen que:

El deber de comprometerse estaba asociado a un imaginario movimiento telúrico de la historia, así la Brigada Elmo Catalán (BEC) escribía en los muros: “el presente es de lucha, el futuro es nuestro”. El golpe de Estado de septiembre de 1973 fue la prueba elocuente del lirismo de la consigna; el futuro inmediato no pertenecería a los jóvenes socialistas, después de septiembre el futuro estará plagado de persecución, tortura y muerte.

Patricio Andía”, secretario de Educación Política de la BEC, señaló en 1971 que la organización nació “por la necesidad de llegar a las masas a través de la propaganda revolucionaria“, a comienzos de 1970, al calor de la campaña presidencial, “con otros nombres, entre ellos el de Pedro Lenin Valenzuela, asesinado por la policía freísta durante un rapto de un avión”. A mediados de julio tomó el nombre de Elmo Catalán (“su acción es más representativa para nuestro partido”). Depende directamente del Departamento Nacional de Propagandas de la JS”. Agrega que:

La BEC es una organización selectiva, de cuadros políticos formados, de probada madurez sicológica, que asegure criterio y equilibrio en la acción. Cumple una doble función, de propaganda callejera, agitación y seguridad, necesaria en los actos de masas y torneos internos del Partido Socialista.

Archivo revista Punto Final.

La Juventud Socialista

A pocos días de la fundación del Partido Socialista de Chile, el 19 de abril de 1933, muchos jóvenes estudiantes y trabajadores comenzaron a militar por las ideas socialistas y “el prestigio político de sus dirigentes: el destacado intelectual Eugenio Matte, el militar Marmaduque Grove y el infatigable Óscar Schnake, el ex anarquista que presidiera la combativa FECH de los años 20”.

Es por la masiva llegada de jóvenes que el PS resuelve constituir la primera Brigada Juvenil Socialista, a la que se le asigna la tarea de organizar la Federación Juvenil Socialista en todo el país.

Así, desde diciembre de 1934 hasta noviembre del año siguiente, esta Brigada desarrolla un arduo trabajo de propaganda y organización, redactando un primer documento en el que señala que “la Federación Juvenil Socialista que ahora nace y que dará a Chile las más bellas de sus crónicas, será una inconmovible realidad, y su bandera, guiada por los principios de la revolución, permitirá conducir la construcción de un nuevo régimen socialista, que liberará de la esclavitud a los pueblos de América Latina”.

Los primeros días de noviembre de 1935, bajo la consigna “Por una Juventud Libre en una Tierra Libre”, se realizó el Primer Congreso de la FJS, en el Teatro Recoleta de Santiago.

Óscar Schnake, secretario general del PS, saludó a la organización juvenil que nacía, conminándola a ser “el instrumento de la revolución que Chile necesita para hacer historia en Latinoamérica y en toda la humanidad, en estos días preñados de un futuro grandioso”.

Los temas abordados en el Primer Congreso de la Juventud Socialista fueron: la Juventud y la lucha contra el imperialismo; la Juventud, la guerra y el fascismo; la acción de la FJS en los frentes sociales: campesino, obrero y estudiantil; los problemas de la Juventud Trabajadora; la autodefensa y organización de las Milicias Socialistas y la Educación Política de los militantes y adherentes.

En este Congreso resultó electo como Primer secretario general de la Juventud, “Carlos Colella Toro, obrero y ex marino de guerra, dado de baja en la Marina por su responsabilidad en la insurrección de la Escuadra de 1931”.

El crecimiento orgánico de la FJS es muy significativo durante sus primeros diez años de vida.

En 1935, fecha de su fundación, la Juventud Socialista contaba con cerca de mil militantes. A la realización de su segundo congreso, en febrero de 1938, los militantes ya eran cerca de nueve mil, y, para el tercer congreso, la militancia se empinaba sobre los 12 mil, organizados en más de 100 seccionales a lo largo de todo el país.

Fuente: JS.

Luego de varios años en que la JS estuvo dividida, la proclamación de Salvador Allende como candidato a la presidencia por el FRAP, los hizo unitariamente trabajar por el triunfo de la izquierda en la elección de 1958.

Las tareas de la campaña son uno de los principales temas abordados por la primera Conferencia Nacional de la FJS tras su reunificación. Esta reunión contó con la participación de 80 delegados de todo el país, y de algunos invitados de organizaciones hermanas de Uruguay, Argentina, Perú y Cuba.

Después del triunfo de la revolución cubana, se desarrolla una ola de admiración al proceso, en toda América Latina. “La FJS se ve especialmente entusiasmada por la victoria de los revolucionarios cubanos, ya que desde el año 57 mantenía relaciones con las dos más importantes organizaciones que luchaban contra el dictador Fulgencio Batista”.

Entre los años 60 y 64, se producen dos procesos de integración al socialismo, protagonizados por ex dirigentes y jóvenes militantes del Partido Radical. “El primer grupo lo conforma la llamada Intransigencia Radical Antiimperialista, IRA, cuyo líder es el ex presidente de la FECH, Víctor Barberis”.

La otra escisión del radicalismo que se integrará al socialismo chileno se autodenomina Movimiento Social Progresista, MSP, con cierta presencia en las universidades de Chile y de Concepción. Sus principales dirigentes son Jorge Arrate, Julio Stuardo y Ricardo Lagos Escobar, todos estudiantes de Derecho en la Universidad de Chile.

Después del XX Congreso General del PS, efectuado en febrero de 1964 en Concepción, surgen ciertas críticas hacia la conducción del Partido, especialmente entre militantes de la FJS. “Un importante grupo de dirigentes juveniles del Regional Concepción, al ver derrotadas sus posiciones, decide retirarse del PS, para formar la llamada Vanguardia Revolucionaria Marxista”.

Entre los 22 jóvenes socialistas que firman el manifiesto del nuevo grupo, se cuentan Andrés Pascal Allende, Bautista von Schouwen, Miguel Enríquez y Edgardo Condeza. Todos ellos, un año más tarde, concurrirán a la fundación, en agosto de 1965, del Movimiento de Izquierda Revolucionario, MIR.

El triunfo de Eduardo Frei en las elecciones de septiembre de 1964, provocó fuerte críticas de algunos grupos al interior de la JS.

Los resultados de la elección del 4 de septiembre pesan como una loza en la conciencia de los trabajadores del país. El estupor y la cólera se adueñan del espíritu de los militantes de nuestra juventud y de amplios sectores del Partido. Esta cólera es ampliamente justificada. Hemos sido llevados a un callejón sin salida; este callejón sin salida es la política puramente electoral y reformista que la dirección le imprime a las campañas, divorciándose así del profundo anhelo revolucionario de las masas, el cual fue demostrado en diversas ocasiones. Los mártires de la población José María Caro son una trágica demostración de esa voluntad combatiente de los trabajadores.

A fines de agosto de 1971, a casi un año del triunfo de Allende, se realiza en Concepción la XX Conferencia Nacional de la FJS.

En un ambiente expectante, con la presencia de delegaciones de Cuba, Argentina, Uruguay, Venezuela, Unión Soviética, República Democrática Alemana, Yugoslavia, Argelia, Corea del Norte y Vietnam, la Juventud Socialista efectúa la elección de sus nuevos dirigentes.

En el evento es electo Carlos Lorca Tobar como nuevo secretario general de la Juventud. “Lorca era médico de la Universidad de Chile, y había sido vocal de la FECH y presidente del Centro de Alumnos de Medicina”.

El Presidente Allende, que se encuentra fuera del país en el marco de su primera gira oficial, envía un emotivo mensaje a la XX Conferencia, saludando el encuentro con estas palabras: “creo que el futuro de Chile descansa en la Juventud Socialista, y creo que esa es la gran responsabilidad que significa ser joven y ser socialista, en este minuto de Chile y en esta hora del mundo”.

Fuente: JS

A fines de 1984, en el marco de una fuerte represión, la JS avanza en su reagrupación: la XXI Conferencia Nacional concluye con la definición de una orgánica propia, reeligiendo un Comité Central, una Comisión Política y reeligiendo a Carlos Lorca como secretario general en forma simbólica.

EL GAP

En un artículo de 1987, la periodista María Eugenia Camus entregó la historia del Dispositivo de Seguridad Presidencial, más conocido como Grupo de Amigos del Presidente (GAP). En este grupo participaron más de 120 hombres, todos jóvenes militantes del Partido Socialista y del MIR.

El GAP fue tema recurrente de la prensa opositora a Allende y sirvió para llenar páginas, grandes titulares o acusadoras fotos de la vida “delictual” a diarios y revistas. Después del golpe militar, la revista Vea publicó un reportaje sobre la historia de delitos del GAP, el que acompañó con numerosas fotografías que intentaban demostrar la veracidad de las acusaciones. La prensa internacional en esos días recibía y recogía radiofotos enviadas por sus corresponsales en Chile de lo que había sido el combate en La Moneda. En la mayoría de ellas, junto a Allende aparecían estos hombres civiles y jóvenes que cumplieron con su misión hasta el último minuto: defender la vida del “compañero Allende”.

María Eugenia Camus sostiene que en su libro Un cuarto de siglo con Allende, Osvaldo Puccio, su ex secretario privado, reseña lo que fue el nacimiento del GAP, cuando aún estaba en pleno apogeo la campaña electoral y la Izquierda veía con preocupación la actitud asumida especialmente por la Derecha, que temía un triunfo del candidato de la UP.

En una de las concentraciones, la masa quiso acercarse al candidato, el que se vio en serios apuros para continuar hacia el escenario ubicado en la Avenida Bulnes. Puccio, Eduardo “Coco” Paredes y Rodolfo Ortega, amigos de Allende, asustados porque la multitud en su fervor podía aplastar al futuro Presidente, discutieron y decidieron en ese momento que era necesario pensar en un equipo de protección, con gente de absoluta confianza, pero que tuviera preparación. “Encontramos al compañero Fernando Gómez, militante del Partido Socialista, quien empezó a acompañar al doctor a pesar de que a este no le gustó”, cuenta Puccio.

En el reportaje se afirma que Puccio, Paredes y Ortega tomaron conciencia de que, “para cuidar al ‘Chicho’ se requería de más hombres, ya que a esas alturas Gómez trabajaba en permanente tensión unas 18 horas. “Me informé -cuenta Puccio- que había un hombre que era miembro de las fuerzas especiales del Ejército que había sido dado de baja. Conversando con ese joven me di cuenta de que tenía una sólida preparación política y una extraordinaria preparación militar; se trataba del ex oficial Mario Melo, militante del MIR, quien comenzó a trabajar desde ese momento como escolta de Allende”.

María Eugenia Camus señala que a este primer grupo se sumaron Enrique Huerta, también socialista, y cinco hombres más que puso el MIR a disposición de Allende el mismo día 4 de septiembre, después de una conversación telefónica entre Miguel Enríquez, secretario general de esa organización, y el propio Puccio.

Enríquez estimaba que la vida de Allende corría peligro, pues suponía que la Derecha evitaría su triunfo y se hacía prioritario defender su vida. Max Joel Marambio (“Ariel Fontanarosa”), Mario Superby, Humberto Sotomayor, Sergio Pérez Molina, Arnoldo Ríos, todos miembros del MIR, llegaron a la casa de Allende ubicada en Guardia Vieja a las 10 de la mañana.

Pero el GAP como tal nació como consecuencia del atentado a Schneider.

Este hecho mostró cuáles eran las intenciones de la Derecha y la necesidad real de que la tarea de proteger al “Chicho” pasaba a ser prioritaria para quienes queríamos que continuara el proceso. El primer acto público donde el “Chicho” apareció como Presidente electo, el funeral de Schneider, fue la primera tarea importante del GAP en tanto tal. En ese momento el jefe del dispositivo ya era Max Marambio y se comenzaba a trabajar en lo que debía ser su organización.

Los requisitos para la selección de ellos eran la confianza política y la preparación que estos tuvieran en autodefensa y su disposición a dar la vida por Allende. “Allí se incorporaron al GAP Domingo Bartolomé Blanco, “Bruno” (quien a partir del año 72 asumió la Jefatura, cuando el MIR retiró a su gente) y Jaime Sotelo Barrera, “Carlos Álamos”, junto a otros militantes provenientes de la seccional Pudahuel del PS”.

Por Sergio Salinas Cañas

Foto de portada: GAP Chile

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