Vampiros del Agua v/s Participación Ciudadana

El gobierno llevaba meses con el discurso de que era la sequía la culpable de que los cauces de los ríos estuvieran secos, pero la gente sabía la verdad, no era culpa de la sequía: era -y sigue siendo- el saqueo del agua por parte de vampiros y sus pozos profundos y sus diques que la retienen para robársela.

Por Leonardo Buitrago

30/08/2020

Publicado en

Columnas / Medio Ambiente / Portada

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El Ministerio de Obras Públicas, en cumplimiento de la Ley 20.500 sobre Asociaciones y Participación Ciudadana, inició a fines de marzo de 2020, una Consulta Digital en el marco de la denominada «Mesa Nacional del Agua», instancia que -a puerta cerrada- terminó por reunir a diversos personajes del mundo político y empresarial, dejando afuera a representantes de la sociedad civil, de la defensa ambiental y de pueblos originarios. Esto, por supuesto, generó una inmediata reacción, ya que todos miraban con atención cada ardid del gobierno por minimizar el debate en torno a las verdaderas demandas en la llamada «crisis hídrica». El gobierno llevaba meses con el discurso de que era la sequía la culpable de que los cauces de los ríos estuvieran secos, pero la gente sabía la verdad, no era culpa de la sequía: era -y sigue siendo- el saqueo del agua por parte de vampiros y sus pozos profundos y sus diques que la retienen para robársela.

En ese sentido, el negocio de la palta aparecía como el principal vampiro del agua, y sus cultivos se esparcían por los cerros a un ritmo vertiginoso, tratando de saciar un mercado gourmet que desde todos los rincones del mundo exigía más y más palta, grito y plata, pero la sequía no paraba y el saqueo se incrementaba. Los oscuros follajes de los millones de paltos eran la sombra de la muerte, y el desierto se impuso. Los animales caían calcinados como famélicos testigos de la indolencia capitalina, mientras los habitantes de los valles se organizaban y visibilizaban el conflicto en todo el mundo: no es sequía… ES SAQUEO!! Decían sus pancartas y sus gritos. Pero el gobierno, uno más de los vampiros del agua, distraía a la opinión pública con discursos y pro-mesas.

Mientras tanto, al sur del río Biobío, el pueblo mapuche sufría una vulneración masiva de sus derechos humanos por parte del mismo gobierno que, unido esta vez a vampiros forestales, lo violentaba de un modo brutal e inhumano a diestra y siniestra para usurparle sus territorios ancestrales, todo escondido detrás de enfermizos montajes mediáticos (que mal nos recuerdan el modo en que Israel encubre su verdadero actuar sobre el pueblo palestino). Así las cosas estaba yo en mi trinchera, mirando la situación y buscando soluciones, cuando me entero que estaba abierta la consulta de participación ciudadana en lo de la «Mesa Nacional del Agua», pero los comentarios no eran buenos, ya que en realidad no permitía hacer observaciones ciudadanas ni defenderlas, sino que se trataba de otro ardid del gobierno, en la forma de una simple encuesta que restringía considerablemente el modo de participar. Aún sabiendo eso, como otros miles ingresé a la plataforma del MOP para participar y copamos el sistema, así que por problemas técnicos la encuesta fue «retirada» y en su lugar apareció un escueto banner en que la Mesa Nacional del Agua se disculpaba y ponía a disposición un email de contacto ([email protected]).

– Pum!! Esta es la mía!! …pensé.

No suspenden la Participación Ciudadana, sino que asumen la «dificultad» técnica, establecen un canal de comunicación oficial y se disculpan por no tener a disposición la encuesta. Les falló la plataforma y sin pensarlo, sin dimensionarlo quizá… pusieron a disposición un email de contacto (el estado lleva años tratando de evitar que alguien ejerza su derecho a petición o información; por eso la institucionalidad ha evitado al máximo el tener o poner a disposición emails como canales de comunicación, ya que le permiten a la ciudadanía expresar, en sus propias palabras, su libre opinión, reclamo o sugerencia, respecto a políticas que le incumben, por lo que, al ejercer de ese modo su soberanía, compromete a la administración y al legislador a considerar su opinión. Por eso nos han restringido el acceso a sus emails, y han reducido los canales de comunicación oficiales a impopulares formularios en línea, restringiendo así ampliamente la participación ciudadana y la profundidad que esta puede llegar a tener).

Parapetado en mi trinchera, y ante el evento de que en cualquier momento restituían la encuesta en la plataforma, asumo como urgente el aprovechar ese «canal oficial» que han abierto en el debate de la Mesa Nacional del Agua y a toda velocidad redacto una observación ciudadana según mi experiencia y voluntad, en que doy relevancia a los temas que, justamente, sentía que estaban dejando fuera desde el gobierno y que considero fundamentales en el debate del agua y en el respeto al pueblo mapuche, y la envío al mencionado email con copia a oficina de partes de la Subsecretaría de Obras Públicas, a la DGA, entre otros (emails que aparecieron al buscar «@mop.gov.cl» en internet), y a las comisiones de medio ambiente del Congreso, esperando se integre mi observación a la hora de legislar en la materia. Dieron acuso de recibo la Mesa Nacional del Agua y la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputadas y Diputados, comprometiéndose ambas a hacérsela llegar a los miembros de la mesa y de la comisión, respectivamente (ver observación en: https://hanslabrab.blogspot.com/2020/08/observacion-ciudadana-ante-la-mesa.html)

Pasado un tiempo aparece el primer informe de la consulta digital, con un detallado análisis gráfico de los resultados estadísticos de la encuesta, pero no menciona mi observación, ni si acaso llegaron más observaciones ciudadanas a dicho email durante los siete días que estuvo suspendida la encuesta en la plataforma. Acto seguido -y sin saber si aplica en el ámbito del derecho-, elaboro e interpongo ante el superior jerárquico, el ministro del MOP Alfredo Moreno, un «Recurso de Reclamación» en contra del primer informe de la Mesa Nacional del Agua, exigiendo lo deje sin efecto y reemplace por uno que considere e integre mi observación, en vista de las políticas y normativas internas que rigen el actuar del MOP en relación a la participación ciudadana. Pero no hubo respuesta del ministro ni de la Mesa Nacional del Agua, aunque, nuevamente, la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputadas y Diputados dio acuso de recibo (ver recurso de reclamación en: https://hanslabrab.blogspot.com/2020/08/recurso-de-reclamacion-contra-el-primer.html).

Esta vez, haciendo uso del derecho a solicitar información acerca del actuar de los funcionarios públicos, solicité a través del Portal de Transparencia del MOP cualquier documento o simple escrito que se hubiera producido a partir de la recepción de mi observación ciudadana y mi recurso de reclamación. En respuesta, recibí tres comunicados, uno de la Subsecretaría de Obras Públicas derivando la solicitud a la DGA, y otros dos surgidos desde la DGA, específicamente de su encargado de comunicaciones y de su director, solicitando a la Subsecretaría de Obras Públicas y sus encargados de Participación Ciudadana que se hagan cargo de mi solicitud (ver en www.portaltransparencia.cl código AM001T0000839)

Ante dicha situación de respuesta parcial e insatisfactoria, presenté dentro de plazo un Recurso de Amparo, esta vez frente al Consejo para la Transparencia, denunciando el inexcusable abandono de funciones del ministro Alfredo Moreno, quien debió dar respuesta -por su forma y su fondo- a mi recurso de reclamación. Dicho proceso se encuentra abierto a la fecha (ver en: www.consejotransparencia.cl código C5139-20). Concluyendo, puedo decir que la Participación Ciudadana es un modo concreto de ejercer soberanía, pero no se trata solo de hacer una observación y listo, hay que defenderla y reclamarla si es preciso, subiendo los escalones jerárquicos necesarios y agotando todas las instancias que permitan visibilizarla, lo mismo con las solicitudes de transparencia, que tienen plazos fijos en los que se puede reclamar. Si uno no es metódico, su soberanía se diluye en la burocracia institucional.

Por Hans Labra Bassa.

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