El lobby extranjero al acecho del litio chileno

Analistas señalan que ha habido un incremento del lobby debido al posicionamiento de Chile como un actor que quiere crecer en el mercado del litio. Sin embargo advierten que nuestro país debe ser cuidadoso respecto de los efectos que puede tener la presión por la demanda del "oro blanco" que están ejerciendo los países industrializados.

El lobby extranjero al acecho del litio chileno

Autor: El Ciudadano

Por Yasna Mussa

El pasado lunes 20 de marzo, el Consejo Europeo adoptó el reglamento para establecer un marco que garantice un suministro seguro y sostenible de materias primas críticas, conocido como Ley de Materias Primas Críticas (CRMA). Se trata del último paso en el procedimiento de toma de decisiones. Antes, en diciembre de 2023, se había aprobado la primera parte del documento en que se identifican dos listas de materiales (34 críticos y 17 estratégicos) que son cruciales para las transiciones verde y digital, así como para las industrias espacial y de defensa. El litio y el cobre fueron identificados como estratégicos.

La CRMA establece tres puntos de referencia para el consumo anual de materias primas en la UE: 10 por ciento de extracción local; el 40 por ciento se procesará en la UE y el 25 por ciento procederá de materiales reciclados. Fuera del 10 por ciento que se conseguiría dentro de los países de la Unión Europea, el resto se extraerá en territorio de sus países socios, teniendo impactos ambientales, sociales y culturales dependiendo de la realidad local de cada contraparte.

Los acercamientos con Chile comenzaron mucho antes. Sonrientes posando frente a la cámara, los representantes de la Unión Europea y el gobierno de Chile, firmaron en julio de 2023 un acuerdo por la obtención del litio y el cobre a cambio de inversiones en la economía.

La delegación chilena encabezada por el presidente Gabriel Boric, aprovechaba la gira por Europa para reunirse junto al comisario europeo de Mercado interior y Servicios, Thierry Breton, y el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren, para firmar en Bruselas, Bélgica, un memorándum de “Asociación Estratégica sobre Cadenas de Valor Sostenibles de Materias Primas”.

Esto daba el punto inicial para adquirir materiales críticos como el litio y el cobre provenientes de Chile para abastecer, principalmente, el mercado de la electromovilidad. A cambio el bloque establecería su industria, cadenas de valor y la creación de empleos en el país sudamericano.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, no tardó en usar su cuenta de X para comentar el encuentro en el que también estuvo presente la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

“Junto a la Unión Europea compartimos el propósito de avanzar hacia un desarrollo más productivo, sustentable e inclusivo. Hoy firmamos un acuerdo para impulsar el desarrollo sostenible de las materias primas y avanzar en más capital, valor agregado y desarrollo de tecnología”, escribió el mandatario.

Von der Leyen reforzó la idea asegurando que entre los países “tenemos ideas afines, compartimos los mismos valores y somos socios elegidos para convertirnos en actores globales claves en la energía limpia y la transición digital”.

La operación se definió como clave para “el progreso de la energía limpia y la transición digital, además de extender la competitividad de la industria, crear empleos de calidad y un crecimiento económico sostenible en beneficio de ambos socios”.

Se trata de un memorándum que es parte de la estrategia de inversiones Global Gateway de la UE y la Ley de Materias Primas Críticas, que apunta a desarrollar el trabajo de cooperación en el ámbito de las cadenas de valor de estas materias primas sostenibles, litio y cobre en el sector minero, indicadas como cruciales para el progreso de la energía limpia y la transición.

Este acuerdo con la Unión Europea promete que traerá beneficios al obtener materias primas críticas estratégicas para la transición ecológica, que de manera clave lo ayudarán a no depender únicamente de países como China, a la vez que asegura que  Chile se beneficiará de las nuevas inversiones desde Europa que impulsarán su economía. Sin embargo, es el país sudamericano el que podría poner en riesgo sus ecosistemas y donde esta actividad extractiva tendría un impacto directo en sus comunidades y hábitat para desarrollar soluciones promovidas como ecológicas que no han sido aún consultadas detalladamente con los habitantes locales.

El lobby europeo

“Ha habido un incremento del lobby que es esperable porque ha habido un posicionamiento de Chile como un actor que quiere crecer en el mercado del litio y eso se ha manifestado de distintas formas. Por otro lado, está la presión por la demanda de parte de los países industrializados, que por supuesto ven con buenos ojos extraer el litio en Chile”, dice de entrada Ezio Costa, director ejecutivo de la ONG Fima. El abogado señala que  no hay que perder de vista que se trata también de una cuestión geopolítica en la que existe una disputa en todo nivel, entre los gobiernos y las industrias de Estados Unidos, de Europa y de China, como también las rusas, en menor medida. “En el caso chileno, se quiere tener acceso a estos materiales que son, como ellos mismos han declarado, críticos para la nueva forma de producción que quieren empujar de cara a la carbono neutralidad”.

Además, Costa señala que Chile tiene como desafío generar sus propias políticas industriales en un mundo “en el cual ya no corre esa neutralidad que  antes existió en los mercados internacionales. Y en segundo lugar, ser cuidadoso respecto de los efectos que puede tener esta presión que están ejerciendo los países industrializados”.

Pero este no es el único acercamiento o interés desde Europa. Las empresas francesas ya habían comenzado a mover sus piezas aunque con  bastante cautela.  Fue en junio pasado cuando la francesa Eramet anunció que acababa de abrir una oficina en el país  para impulsar el desarrollo de la producción de litio en Sudamérica y así abastecer a los fabricantes de baterías.

La oficina se centrará principalmente en el desarrollo empresarial y la exploración, teniendo como principal función «apoyar futuras operaciones técnicas y comerciales» y posee un presupuesto de US $800 millones para invertir en litio en Chile. De esta manera Eramet ya instalada en la región comenzaría su producción de litio en 2024, en asociación con el grupo siderúrgico chino Tsingshan, asegurando que estaría interesada en estudiar otros sitios potenciales en una zona rica en litio en el continente, incluyendo a Chile.

El comportamiento chino ha sido todo lo contrario. Del gigante asiático se sabe que se instaló sin tapujos en Bolivia y en Argentina. Los depósitos de litio, principalmente en el Triángulo del litio donde se concentra una de las mayores reservas de litio, han generado un gran interés a medida que los fabricantes de baterías de vehículos eléctricos buscan asegurar las cadenas de suministro. Por esto mismo, la Unión Europea considera como pieza clave el asunto de las materias primas en las conversaciones sobre un acuerdo comercial con el bloque Mercosur de países sudamericanos.

El Estado francés tiene un 27% de participación en el principal productor mundial de manganeso y un importante proveedor de níquel. En Francia está entre las empresas que exploran la extracción geotérmica de litio en la cuenca del Rin, alrededor de la frontera franco-alemana, y también está estudiando un proyecto de reciclaje de baterías con el grupo de servicios ambientales Suez.

Durante su participación en la Convención de Materias Primas entre la Unión Europea y América Latina 2023 en Argentina, la ministra de Minería de Chile, Marcela Hernando, destacó la posición ventajosa del país para el desarrollo de la electromovilidad debido a sus grandes reservas de cobre y litio.

“La minería chilena de cobre y litio es fundamental para el avance hacia la electromovilidad y el futuro de nuestro país… para impulsar una industria que ofrezca al mundo materias primas con baja huella de carbono y contribuir a la lucha contra la crisis climática”, dijo Hernando.

Pero no es el único anuncio estratégico que han logrado las empresas extranjeras: SQM anunció un acuerdo estratégico de largo plazo con la Ford Motor Company para asegurar el suministro de materia prima para la producción de vehículos eléctricos. La empresa chilena informó que “el acuerdo entre Ford y SQM garantizará el suministro de carbonato de litio e hidróxido de litio grado batería, componentes esenciales para la fabricación de baterías de alto rendimiento para vehículos eléctricos”.

SQM agregó que el litio proporcionado a la empresa estadounidense “ayudará a respaldar sus planes de producir vehículos eléctricos y ampliar su presencia en los mercados globales de electromovilidad”. Dado que la materia prima extraída en Chile “debería ayudar a los vehículos Ford a calificar para el crédito fiscal al consumo de la Ley de Reducción de Inflación (IRA) de Estados Unidos”.

«Valoramos la confianza de Ford en la capacidad de SQM para entregar productos de litio grado batería producidos de manera sustentable en Chile», dijo el vicepresidente ejecutivo de litio de SQM, Carlos Díaz, resaltando su rol como uno de los mayores productores de litio del mundo durante más de dos décadas, un periodo en el que ha invertido en tecnologías y el desarrollo de procesos propios “con una de las huellas ambientales más bajas de la industria”.

“Esta alianza permitirá a ambas empresas contribuir aún más a la descarbonización del planeta a escala global”, dijo Diaz, continuando con la línea de SQM y su discurso a favor de políticas contra el cambio climático y la transición energética, sin considerar que su modelo de producción y consumo seguiría intacto. 

La dificultad de incluir la palabra justicia en este intercambio se instala justamente en el hecho de que se trata de dos partes con realidades desiguales. Así lo ve Bárbara Jerez, docente e investigadora del Departamento de Sociología de la Universidad de Concepción. “Estamos en países que son sociedades con muchas desigualdades, con clases políticas que consideran que esta es la forma de generar desarrollo, de generar bienestar, explotando los territorios más allá de sus capacidades. Eso reproduce muchas desigualdades porque genera impactos ambientales, tensiones con los pueblos originarios y también vuelve al país dependiente de los vaivenes de las materias primas. Son soluciones de mercados verdes, en los que se busca reemplazar autos tradicionales por autos eléctricos pero a gran escala, sin cuestionar el uso del automóvil y sin cuestionar el consumo de autos eléctricos”, dice Jerez.

Colonialidad en el discurso y en las prácticas

Bárbara Jerez prefiere hablar no sólo de colonialismo, sino también de colonialidad, pues se trata de un concepto mucho más amplio. “Abarca dimensiones no solamente históricas ni económicas, sino que también culturales, ontológicas, epistémicas”. La investigadora cree que hace falta poner estas desigualdades también en el debate en espacios públicos y que se debe revisitar el concepto de colonialismo para que tampoco sea interpretado sólo como un tema acerca de dónde se quedará el beneficio económico. “Necesitamos también mirar las propias formas de responder a la crisis climática, que vayan más allá de la minería y que pensemos en diversas posibilidades de enfrentar el cambio climático, donde yo creo que es necesario superar esa imposición”, reflexiona Jerez.

La investigadora dice que es necesario “ir desplazando otras miradas de la realidad, donde muchas vienen no solo del pensamiento crítico latinoamericano, sino que también desde las propias visiones de los pueblos indígenas, de movimientos sociales y que están ahí porque han existido siempre, pero que hoy día también me parece que hay una buena tribuna para mostrar en el debate los distintos sistemas de conocimiento y ontologías, los que antes quizás no eran tan visibles”.

Con el lanzamiento de la Estrategia Nacional del Litio, el Estado chileno pretende posicionarse como un actor clave en todo el ciclo de producción a través del emprendimiento público-privado de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), además de la creación de una Empresa Nacional del Litio.

Chile cuenta actualmente con una de las mayores reservas de litio del mundo en sus salares del norte, Pero a medida que la UE busca una colaboración más profunda con América Latina para satisfacer su creciente hambre de litio, Chile quiere poner las cartas sobre la mesa.  «No queremos vender litio a Europa… Queremos vender vehículos de litio que funcionen con baterías de litio», dijo el subsecretario argentino para Asuntos de América Latina y el Caribe, Gustavo Martínez Pandiani, al margen de una cumbre entre líderes de la UE y sus sus homólogos latinoamericanos.

“Esta fue la primera vez que tuvimos la oportunidad de discutir en términos tan claros un mecanismo que nos alejaría del extractivismo en América Latina”, dijo en ese entonces el presidente de Argentina, Alberto Fernández. Sin embargo, los expertos tienen algo claro: es poco probable que la presión de la región por un mayor control de esos recursos afecte negativamente el suministro del bloque.

Para Bárbara Jerez existe una mirada de que la forma de salvar el mundo es a través de las baterías, de que los países periféricos tienen que poner las materias primas y que eso se hará con el mayor cuidado ambiental. “Pero las políticas que hay entre la Unión Europea y América Latina, también ambientales, son demasiado desiguales. Se da por sentado de que acá en Chile hay buenas medidas ambientales, o bien se omite muchas veces los vacíos que hay”, dice Jerez, quien reconoce que el Estado ha hecho algunos intentos de ir mejorando la política ambiental. “Sin embargo, es insuficiente versus las necesidades que hay en cuanto a conocimiento de las cuencas, mejorar las condiciones de las fiscalizaciones, que son lentas, la  falta de funcionarios y de procesos de participación más legítimos. Aún falta mucho”, dice. 

«No hay necesariamente un conflicto entre que Europa quiera desarrollar su propia capacidad de refinación y al mismo tiempo apoyar a regiones asociadas como América Latina para que hagan lo mismo», dijo Chris Heron, portavoz del lobby industrial Eurometaux, argumentando que la demanda de minerales es «tan grande». tan alto que ambos necesitarán trabajar juntos”.

Pero la enorme cantidad de autos eléctricos están pensados para las carreteras europeas, no latinoamericanas. La prohibición de vehículos con motor de combustión en 2035 aumentaría la demanda y presionará aún más a sus socios del Sur Global para llegar a acuerdos convenientes para las empresas europeas. Un estudio de la universidad belga KU Leuven muestra que la demanda de litio se multiplicará por 35 para 2050. Según la Agencia Internacional de Energía, la producción mundial de litio se ha triplicado desde 2015 hasta alcanzar las 100.000 toneladas por año en 2021, según la Agencia Internacional de Energía.  Los expertos también dudan de que los países latinoamericanos aumenten rápidamente su propia producción de baterías.

El director ejecutivo de la ONG Fima reconoce que el tema de la transición justa es complejo en el sentido de que generalmente se ha aplicado este concepto para políticas que son internas en los países y todavía no se ha hecho la reflexión suficiente sobre la aplicación de este principio en la cadena completa de producción de los bienes que se comercian en el mundo. Ya existen algunas leyes en Alemania, en Francia y en Estados Unidos que están observando las cadenas de producción y el cumplimiento de estándares ambientales y de derechos humanos. “Eso es una buena noticia. Sin embargo, todavía no integran esta idea de transición justa y me parece que uno de los desafíos que tenemos como sociedad civil es presionar porque se integre esa lógica” dice Costa.

Y asegura que “la transición justa en un país en el Norte global no puede significar generar más injusticias en un país del Sur global. Eso tiene poco sentido de solidaridad y por lo tanto, de alguna forma incumple directamente con la idea de la transición justa. Una idea que ha sido empujada por los movimientos de trabajadores y trabajadoras y por los movimientos ambientales. Y por supuesto, tiene esta visión más amplia sobre la protección de la vida de las personas y de la habitabilidad de los territorios, no solo dentro de un país, sino que en general en el mundo”.

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