A propósito de los “Mapuche chic”:

Los diarios de Agustín Edwards usan un vocabulario racista y discriminador contra los indígenas

En una nota publicada por uno de los diarios de Agustín Edwards, La Segunda, “se reflejó de forma explícita que cuando lo indígena entra a espacios simbólicos y artísticos potentes de la nación, aparece el vocabulario racista y peyorativo en uno de los diarios populares (...)”, indica la reflexión de Alejandra Alvear y Paula Huenchumil, de U.Chile Indígena.

Por mauriciomorales

15/06/2015

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mercuriotramposo

Por Alejandra Alvear Montecino y Paula Huenchumil Jerez

El pasado lunes 8 de junio se realizó por segundo año consecutivo la denominada “Gala Mapuche” organizada por Enama (Corporación de Profesionales Mapuche), la cual contó con el apoyo de la Municipalidad de Santiago y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. La ceremonia se llevó a cabo en el Teatro Municipal, donde estuvieron en el escenario, Beatriz Pichimalen, cantante argentina, y el tenor local formado en Alemania, José Quilapi.

El 10 de junio, aparece en el diario “La Segunda” la nota titulada: “La noche de los mapuches chic”. En dicho “artículo”, se enfatiza que hubo una “histeria aborigen” esto debido a que “el público habitual del Teatro Municipal parecía ayer estar de visita en su propio palco. Los dueños del recinto, por dos horas completas, fueron mapuches, cientos de ellos, unos vestidos con pantalón y otros luciendo el uniforme nativo. Hubo mujeres que se colgaron joyas de plata en la frente, otras se abrigaron con chamales de alpaca, y también aparecieron algunas vestidas con minifaldas inventadas en otro continente”.

La noticia, firmada por Roka Valbuena, es una demostración más de cómo los medios de comunicación muestran al mapuche como un ser ajeno a la sociedad chilena. Un Chile que en pleno siglo XXI, continúa representando a lo indígena sólo como una parte que fue de la historia. Un Chile que en pleno siglo XXI, mediante sus “mass media”, categoriza a lo indígena en lo folclórico, o en lo delictual. No señores, somos culturas vivas.

En “La noche de los mapuches chic”, se reflejó de forma explícita que cuando lo indígena entra a espacios simbólicos y artísticos potentes de la nación, aparece el vocabulario racista y peyorativo en uno de los diarios populares de nuestro país, donde se expone un discurso dual, donde por una parte se busca recalcar la particularidad de esta actividad pero por otra el vocabulario utilizado da cuenta de un nivel de violencia y desconocimiento, cuando se utiliza sin problemas las palabras “aborigen” y “nativo”, por ejemplo.

Ahora bien, habría que preguntarse, por qué suceden estos hechos y qué es lo que se encuentra detrás de estas acciones. Al parecer, al exotizar a estos sujetos, es decir, cuando traslado al “otro” que me incomoda, a un espacio temporal lejano, puedo desconocerlo como sujeto/a de derecho así como la historia compartida, dejando de manifiesto la huella colonial que se rehúsa a desaparecer o desvanecerse y que surge con nuevas fuerzas en estos casos. Por tanto, el “otro” es posible de evocar, siempre y cuando se mantenga esa distancia temporal que permite protegernos y diferenciarnos de aquello de lo que queremos distinguirnos, desconociendo entonces nuestra propia historia mestiza.

Lo indígena se representa  con una imagen sesgada: se glamoriza en figuras del mundo artístico-cultural. Presenta ciertos “hitos” en términos de integración y valoración, que estarían representando estos profesionales, intelectuales y artistas del mundo indígena, se los presenta como la “excepcionalidad”,  pero manteniendo una distancia, invalidando además el conocimiento ancestral ¿”Indios permitidos” versus “indios violentistas”?

La nota se escribe desde un “nosotros”, hacia un “ellos”, pero no un “ellos cualquiera” un “ellos integrándolos al mundo chileno, en espacios de cultura legítima (UC, Teatro Municipal, y otros).  En estos espacios, estas figuras hacen “ruido” ¿Qué significa eso? Con esta distinciones dicotómicas, el escrito desconoce la historia, el proceso de la mezcla,  mestizaje, impone una distancia.  Estas figuras destacadas aparecen ‘de la nada’, sin un pasado, es decir, ¿ahora empezó la historia?

“Y así concluyo esta convivencia elegante, demostrando un nuevo matiz en la integración. SIN CARABINEROS Y SIN QUE ALGUIEN HAYA LANZADO UNA PIEDRA”. Broche de oro para culminar una nota cargada de lenguaje racista y discriminador, la Empresa El Mercurio S.A.P., nos vuelve a restregar en la cara que la lucha para que la sociedad chilena nos conozca y reconozca es larga, pero continuará firme.

Fuente: U.Chile Indígena

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