El golfo de México convertido en una trampa de petróleo

La industria petrolera con sus actividades irresponsables, diariamente en distintos puntos del planeta, está produciendo una destrucción de la riqueza y de la variedad vital del planeta como nunca antes se había visto

Por Wari

18/07/2010

Publicado en

Medio Ambiente / Mundo

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La industria petrolera con sus actividades irresponsables, diariamente en distintos puntos del planeta, está produciendo una destrucción de la riqueza y de la variedad vital del planeta como nunca antes se había visto.

VERTIDO E HIDROCARBUROS

Los vertidos de hidrocarburos al medio marino son una de las principales amenazas para los ecosistemas y la biodiversidad oceánica ya que tienen un impacto muy negativo que puede perdurar hasta 100 años.

Los efectos de un vertido a gran profundidad, como el que se produjo en el Golfo de México, son especialmente dañinos ya que a bajas temperaturas incrementan su densidad y permanecen en el fondo marino durante decenas de años, ya que no hay tecnología disponible para poder retirarlos.

Humedales, fauna, flora, y el modo de vida millones de personas podrían sufren un duro impacto ante estos derrames.

El pozo de petróleo dañado en el Golfo de México descargó entre 5,5 y 9,5 millones de litros de crudo al día, según los cálculos que dio a conocer el Gobierno de Estados Unidos. Desde el 20 de abril, que comenzó la fuga hasta el provisorio control del día 16 de julio, se han vertido unos 550 millones de litros de petróleo a las aguas del Golfo de México, un récord siniestro.

Medir el derrame ayuda a los científicos a determinar dónde está el petróleo, oculto bajo la superficie del mar e incluso pegado al lecho marino. El petróleo que no sale a la superficie daña diferentes partes del ecosistema.

QUÉ OPINAN LOS EXPERTOS

El profesor de oceanografía John Kessler, de la Universidad Texas A&M, dijo que “El petróleo que escapa del pozo situado en el lecho del Golfo de México contiene un 40% de gas metano y este gas es una grave amenaza para el delicado ecosistema de la zona”.

También afirmó que «Se trata de la fuga de metano más grave en la historia moderna de la humanidad y está sofocando potencialmente la flora y fauna marina y creando ‘zonas muertas’ en las que la carencia de oxígeno impide la presencia de vida”.

Philippe Cousteau Jr. realizó inmersiones en el Golfo de México para evaluar el impacto del derrame, aseguró que “La combinación del petróleo con los dispersantes químicos altamente tóxicos, utilizados para removerlo está contaminando severamente el agua y esto representa un peligro incalculable para el ecosistema del Golfo de México. Esto es un desastre total y acá no hay un resquicio de esperanza”.

El académico Arne Jernelov, experto de la ONU sobre catástrofes ambientales, escribió en la revista científica Nature (tomo 466, nº 7303, pp.182-183) que “El riesgo de accidentes será cada mayor, principalmente, en los países cuyas relaciones con el lobby petrolero son muy estrechas, debido a perforaciones cada vez más profundas y en zonas más complicadas. Como por ejemplo las futuras perforaciones en alta mar que hará Brasil”.

«Este desastre provocados por el hombre, prueba que la industria petrolera en el mar es contaminante, peligrosa y mortífera», aseguró Aaron Viles, de la Asociación Ecologista Gulf Restoration Network.

IMPACTO EN PUEBLOS NATIVOS

Brenda Dardar Robichaux, Jefe Principal de las Naciones Unidas Houma, una tribu que habita a lo largo de la costa, al sudeste de Luisiana opina que “los efectos del vertido de petróleo serán más devastadores que los huracanes».

Este pueblo nómada, compuesto por unos 17.000 miembros, vive entre los pantanos y canales y se dedica principalmente a la recolección de mariscos. Ellos saben que este ecosistema está en riesgo y que por lo tanto su forma de vida, está en peligro.

Igualmente la nación Atakapa-Ishak, una comunidad indígena que se ha sostenido por siglos en el Gran Pantano de Luisiana, ha visto degradado su medio ambiente por el derrame. Actualmente está luchando para sostenerse, ya que el Gobierno ha declarado una moratoria contra la pesquería, su principal fuente de subsistencia.

Una líder de la comunidad aborigen Atakapa-Ishak, Rosina Philippi, observando las aguas contaminadas en los pantanos y ciénagas del sudeste de Luisiana donde vive, dice: “Nosotros somos parte de este ecosistema y el petróleo ha venido a matar nuestra cultura, no podremos pescar”.

“Este es nuestro lugar en el universo. Aquí es donde pertenecemos. Aquí es donde nos conectamos con la naturaleza. Somos parte de este ciclo natural. Y si no estuviéramos aquí, no seríamos lo que somos. Vamos a luchar para quedarnos aquí”.

Fotografía: Rescate de tortuga marina empetrolada /GADNR

LA FAUNA

Jay Holcomb director del Centro Internacional de Investigación y Rescate de Aves con sede en California, teme que la fuga sea una verdadera catástrofe: “Porque hay una cantidad masiva de petróleo en el agua y existen muchas aves que están anidando y usando la costa y las más afectadas hasta el momento por el crudo en el Golfo son las que se alimentan sumergiéndose en el mar para pescar”.

Prosanta Chakrabarty, bióloga marina de la Universidad del Estado de Luisiana dijo: “No tengo dudas que cada pez e invertebrado que haya entrado en contacto con el petróleo probablemente esté muriendo”.

Muchas especies de peces se encuentran ahora en su temporada anual de desove. Los huevos expuestos al petróleo morirían rápidamente, y las crías que lograran sobrevivir podrían morir de hambre si el plancton en la base de la cadena alimenticia hubiera perecido por el crudo.

Si bien es cierto que los cangrejos fantasma, Ocypode quadrata, no son aves, son de vital importancia para los ecosistemas en que viven las aves playeras, y son una fuente importante de alimento para muchas especies. Ellos son un componente importante de la dieta de las aves playeras, por eso la American Birding Association, ha desarrollado un plan para estudiar y salvar a esta especie que será altamente impactada por el petróleo que llegue a la costa.

Una población cercana a los 1.500 ejemplares de cachalotes en peligro de extinción viven en el Golfo de México todo el año. Estas abarcan desde la península de La Florida a Texas, y nadan a lo largo del borde de la plataforma continental. El petróleo vertido pone en serio peligro la supervivencia de este grupo.

La Dra. Godard Celine-Codding del Instituto de Medio Ambiente y Salud Humana, Departamento de Toxicología Ambiental de Texas Tech University dijo: «Sabemos que va a haber alguna exposición al petróleo, y sabemos que esta especie, refiriéndose a los cachalotes, está en peligro de extinción. Si valoramos las dos cosas juntas, hay motivos de preocupación».

PLAN DE MITIGACIÓN

David White, director del Servicio para la Conservación de Recursos Naturales de Estados Unidos, dijo: “Como las tierras circundantes al Golfo de México, son una zona por la que pasa uno de los corredores migratorios más transitados del mundo ya que 300 especies de aves vienen a anidar, reproducirse o descansar en su travesía hacia América del Sur, implementaremos una estrategia para ‘engañar’ a las aves”.

“Les pagaremos a campesinos de cinco estados de EE.UU. en la región para que inunden sus campos, sobre todos aquellos que eran terrenos pantanosos para crear de esta manera lagos o pantanos artificiales para atraer a las aves”.

El proyecto es mantener los pantanos artificiales durante tres años, de esta manera tratarán de salvar la mayor cantidad posible de aves que migren desde el norte, pero también será para las aves que más adelante vuelen desde el sur.

CONCLUSIÓN

Sólo evitaremos este tipo de catástrofe cambiando el  modelo energético y reduciendo nuestra dependencia de los combustibles contaminantes. Es urgente que se sustituya la actual economía basada en los combustibles fósiles por otra basada en las energías renovables.

Por Prof. Norberto Ovando

Vicepresidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales – AAPN –
Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas – WCPA – de la UICN.
Red Latinoamericana de Áreas Protegidas – RELAP –

Fotografía cabecera: Pelícano pardo empetrolados en Queen Bess Island, Luisiana, USA /De Sean Gardner, Reuters

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