La presidenta de la comunidad colla Paiote, Ercilia Araya, advirtió que la explotación del Salar de Maricunga que quieren hacer en conjunto Codelco y Rio Tinto enfrenta que cuando Codelco compró el Proyecto Salar Blanco ya estaba demandado por la comunidad en los tribunales ambientales al no haberse realizado una consulta Indígena. Hoy exigen un procedimiento de consentimiento al no implicar tecnologías de extracción que eviten la evaporación del agua de la cuenca.
El reciente anuncio de Codelco de entregar la mitad de su proyecto de explotación de litio en el Salar de Maricunga a Rio Tinto llamó la atención no sólo por la cesión de la mitad del proyecto a la minera angloaustraliana, sino que también por la omisión en la declaración de qué pasará con los habitantes históricos de dicha cuenca geográfica, las comunidad colla Paiote, quienes tienen un recurso de nulidad aún en trámite por el Segundo Tribunal Ambiental.
Hasta ahora se sabe que Codelco y Rio Tinto acordaron explotar el acuífero localizado al interior de la Región de Atacama, , a través de una sociedad conjunta con una participación de 49,99% para la primera y de 50,01% para la cuprífera chilena. Sin embargo, Codelco se pone con las pertenencias mineras y la angloaustraliana con una inversión “de hasta US$900 millones”. La operación ha sido criticada por expertos en minería y economistas, los que acusan que no han por qué entregar la mitad de la propiedad del segundo salar más importante del país.
El Salar de Maricunga es la segunda mayor concentración de litio después del Salar de Atacama. Localizado al interior de Copiapó y próximo a la frontera con Argentina, entre las cordilleras de Claudio Gay y Domeyko, está localizado a 3.760 m.s.n.m. con una extensión de 14 mil hectáreas, conectándose en la parte sur con la Laguna Santa Rosa, sitio de conservación Ramsar y dentro del Parque Nacional Nevado Tres Cruces.
Dicho espacio geográfico es habitado por la comunidad colla Paiote, quienes se han establecido desde hace siglos en la Quebrada de Paipote, aguas abajo del salar. Integrada por unas 60 familias, durante el invierno habitan el valle en donde crían ovejas, chivas, alpacas y llamas, animales que son llevados cada veranada a las vegas contiguas al Salar de Maricunga, en un proceso de trashumancia que recorre las rutas señaladas por sus antepasados.
Pese a dicha presencia, al momento de presentarse al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental el Proyecto Blanco, en septiembre de 2018, que pretende extraer litio desde el acuífero frecuentado por los collas, estos no fueron consultados. Y es más, se presentó una reunión informativa como un proceso de consulta indígena. Dicho proyecto fue comprado por Codelco a un precio de 236 millones de dólares a Lithium Power International Limited (LPI), empresa obtuvo dichas pertenencias pagando poco más de US$ 11 millones. Es decir, Codelco pagó 20,6 veces el precio original.
La tramitación ambiental del Proyecto Blanco, durante el último gobierno de Sebastián Piñera, corrió a pasos agigantados, siendo aprobado el 4 de febrero de 2020 por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), siendo ratificado por el Comité de Ministros para la Sustentabilidad, en enero de 2023. Ante esto, la comunidad colla Paiote reaccionó ante tribunales, exigiendo derogar el permiso, al no haberse efectuado la consulta indígena, así como tampoco un proceso de consentimiento.
El Ciudadano conversó con la presidenta de la comunidad colla Paiote, Ercilia Araya, recién enterada de la noticia del acuerdo entre Codelco y Rio Tinto.
¿Rio Tinto está invirtiendo en un proyecto cuestionado?
– Absolutamente, Rio Tinto está invirtiendo en un proyecto cuestionado. De hecho Codelco cuando compró Salar Blanco, ya estaba demandado por la comunidad en los tribunales ambientales de Santiago por no haber hecho consulta Indígena del proyecto en sala de Maricunga. Como el proyecto es por evaporación, sin contemplar tecnologías limpias, debió haber pasado por un procedimiento de consentimiento y no una mera consulta. Aquí se amenaza con la existencia misma de la comunidad y su forma de vida, y de acuerdo a los tratados internacionales, se requiere que la comunidad consienta el proyecto, lo que es mucho más intenso que la mera consulta.
Aún se espera el fallo del Segundo Tribunal Ambiental ¿Qué señales entrega el anuncio de sociedad entre Rio Tinto y Codelco para explotar el Salar de Maricunga?
– La señal que entrega este nuevo acuerdo, es que los tribunales de justicia pueden ser evadidos, que la decisión que tiene pendiente el tribunal ambiental por la demanda que presentó nuestra comunidad en contra de Salar Blanco, no vale nada. Para Codelco, la demanda de la Comunidad en contra de Salar Blanco no le mereció la menor importancia. La señal política es que los tribunales están en el bolsillo de Máximo Pacheco y del gobierno. Ahora, Rio Tinto invierte en el mismo proyecto Salar Blanco, en momentos en que la sentencia de los tribunales ambientales se encuentra pendiente más de un año. Lo que nosotros esperamos es que los tribunales de justicia de Chile respeten la soberanía nacional, que no se dejen intimidar ni presionar por el poder absoluto que tiene Máximo Pacheco en Chile. En la Comisión investigadora de la Cámara de Diputados, los parlamentarios le preguntaron a Álvaro Bitran sobre qué ocurriría si la sentencia de los tribunales ambientales fuera contraria a Codelco, y el señor Bitran no supo responder. Es como si los tribunales ambientales fueran sucursal de Codelco. Por el bien de nuestro territorio y de las comunidades esperamos que los tribunales ambientales resistan y fallen de acuerdo a la ley. Si perdemos, demandaremos ante la Corte Suprema, porque defenderemos nuestros derechos hasta el final.
¿Qué esperan del fallo del juicio en el Segundo Tribunal de Santiago?
– Después de haber anulado el proyecto del grupo SIMCO, y después de haber paralizado la licitación del litio, creemos que nuestra comunidad ha planteado de manera muy seria sus argumentos ante los tribunales de justicia. Sigue pareciéndonos inexplicable que Salar Blanco haya pactado con comunidades lejanas por el impacto vial del Transporte de litio, pero no ha consultado a las comunidades del territorio por el impacto en el derecho al agua, alegando una teoría científicamente cuestionable, de qué el salar está compuesto por pozas que no se comunican entre sí, y por lo tanto lo que Salar Blanco extraiga no afectaría el nivel freático del salar. En este momento Codelco está defendiendo un proyecto fundado en teorías muy cercanas al terraplanismo.
¿Qué considera que está por detrás de todo esto?
– Aquí hay un ánimo tanto de Codelco como de SQM de monopolizar la extracción de litio en Chile y en el mundo. Nosotros buscamos una diversidad de actores, incluidos los pueblos originarios, para velar por los equilibrios que garantiza nuestra supervivencia, y un uso sustentable del territorio. Esto no es sólo ganar plata, se debe velar por no destruir el salar, por no destruirnos a nosotros, y por indemnizar también a la región de Atacama que va a ser profundamente impactada en su derecho al Agua. De igual forma, esperamos que Rio Tinto pueda acercarse a nosotros, y poder frenar esta locura empresarial que nos está impulsando a presentar demandas, sea ante la Unión Europea o ante instancias bursátiles. Insistimos, a nosotros no nos gusta demandar, pero lo hemos tenido que hacer por la tozudez de Codelco, por su absoluta incapacidad de dialogar seriamente con los pueblos originarios, al punto de burlarse de nosotros en las reuniones celebradas en sus oficinas.
Por Mauricio Becerra