La actividad humana está acabando con la selva amazónica

Alertó la NASA

Por Pedro Pérez

10/11/2019

Publicado en

Medio Ambiente

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Investigadores observaron una tendencia al alza en una medida conocida como déficit de presión de vapor (VPD) en América del Sur tropical en los meses de la estación seca.

La explotación de la biosfera y las actividades humanas están acabando con la atmósfera sobre la selva amazónica, una zona que se ha vuelto cada vez más seca en las últimas dos décadas, alertó un estudio realizado por científicos de la NASA.

Prueba de ello es el incendio incontrolable que recientemente devastó gran parte de la región, un fenómeno que más allá de tener culpable con cara visible suma al secado de la atmósfera, algo que podría dañar la capacidad de la selva tropical más grande del mundo para sostenerse al aumentar la demanda de agua y hacerla más vulnerable a las sequías.

Los investigadores dicen haber observado una tendencia al alza en una medida conocida como déficit de presión de vapor (VPD) en América del Sur tropical en los meses de la estación seca.

Según ellos, los valores que observaron estaban mucho más allá del alcance de la variabilidad natural, lo que indica una fuerte influencia humana.

VPD es una variable que los científicos usan para evaluar el funcionamiento de los ecosistemas, ya que sus valores pueden revelar la sequedad de la atmósfera y ayudar a predecir cuánta agua está perdiendo las plantas.

De manera simple, VPD es la diferencia entre la presión de vapor de agua en el aire cuando está completamente saturada y la presión de vapor de agua real para una temperatura dada. Así, una VPD más alta indica una disminución de la humedad atmosférica.

Científicos dicen haber observado una tendencia al alza en una medida conocida como déficit de presión de vapor (VPD) en América del Sur tropical. Foto referencial web.

Un cambio progresivo y peligroso

Armineh Barkhordarian, de la Universidad de California, Los Ángeles y el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, han examinado cómo la humedad en la atmósfera cambió con el tiempo y aseguran que observaron que en las últimas dos décadas  ha habido un aumento significativo en la sequedad de la atmósfera, así como en la demanda atmosférica de agua sobre la selva.

«Al comparar esta tendencia con los datos de modelos que estiman la variabilidad climática durante miles de años, determinamos que el cambio en la aridez atmosférica está muy por encima de lo que se esperaría de la variabilidad climática natural«,  dijo Barkhordarian en un comunicado que recoge la revista Scientific Reports.

De hecho, señalan que la tendencia de aumentar la VPD está muy extendida en el sureste de la Amazonía, pero se ha visto impulsada por varias sequías severas que afectaron el noroeste de la selva tropical en 2005, 2010 y 2015.

Y agregan que el análisis de detección univariante muestra que el aumento observado en VPD no puede explicarse solo por el calentamiento radiativo inducido por gases de efecto invernadero (GEI).

A partir de sus resultados, los científicos alertan que estos procesos continuarán e intensificarán en el curso del desarrollo del cambio climático antropogénico.

Desarrollo del cambio climático

A partir de sus resultados, los científicos alertan que estos procesos continuarán e intensificarán en el curso del desarrollo del cambio climático antropogénico.

Asimismo, recuerdan que el sistema climático de la Tierra cambia con el tiempo debido a la influencia de dos mecanismos fundamentalmente diferentes: (1) interacciones caóticas / estocásticas dentro de los componentes del sistema climático y (2) cambios en el presupuesto de energía del planeta debido a factores externos al sistema.

Para ellos, la Sudamérica tropical (CST), con una gran región de selva tropical intacta, es un excelente laboratorio para examinar los cambios del sistema climático debido a su importante papel en los ciclos globales del carbono y del agua, y en los mecanismos de retroalimentación que pueden exacerbar los cambios climáticos.

La región ya ha experimentado sequías episódicas frecuentes y a gran escala en asociación con eventos de sequía extrema como los de 2005 y 2010 en la Amazonía, que llevaron al balance anual de carbono más negativo jamás registrado en la región.

Después de la mega sequía de 2005, se detectó una pérdida significativa de carbono en toda la cuenca del Amazonas y continuó de manera persistente hasta 2008.

Por tanto, las sequías recurrentes en la Amazonía durante el período 2005 a 2016 han frenado la recuperación del sistema hidrológico de la región y han aumentado el riesgo de incendios forestales y la mortalidad de los árboles, advierten los científicos.

«El Amazonas es un gran sumidero de carbono, pero su capacidad para eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera está disminuyendo. Esto contribuirá al caos climático, transformando los bosques tropicales de un sumidero global de carbono en una fuente global de carbono»,  dijo Sandra Steingraber, profesora de Ithaca College.

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