La vuelta de los flamencos al Salar de Maricunga

En plena visita inspectiva del Segundo Tribunal Ambiental aparecieron dos flamencos y varios piuquenes en medio del Salar de Maricunga. Los ministros fueron a ver en terreno por la reclamación que pide la nulidad del permiso ambiental del Proyecto Salar Blanco.

Por Mauricio Becerra

18/12/2023

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No se habían avistado en décadas, pero este martes 12 de diciembre, dos flamencos aparecieron en medio del Salar de Maricunga para acompañar la inspección del Segundo Tribunal Ambiental en la zona en donde se pretende instalar el proyecto minero Salar Blanco. Si bien, su presencia había sido reportada en enero de este año, su aparición confirma que el ave altiplánica están volviendo para nidificar en el acuífero andino tras tres décadas de ausencia.

La llegada de los flamencos al salar fue en medio de una visita inspectiva realizada por los tres ministros integrantes del Segundo Tribunal Ambiental, quienes concurrieron al acuífero localizado al interior de Copiapó a una altitud de 3.750 metros sobre el nivel del mar, con el objetivo de analizar las siete reclamaciones interpuestas por habitantes de la Región de Atacama y comunidades indígenas que buscan anular la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) que validó la ejecución del proyecto.

La iniciativa fue tramitada en forma expedita en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), ingresando en septiembre de 2018 y permitida por el SEIA en febrero de 2020. siendo aprobado por el Comité de Ministros para la Sustentabilidad del gobierno de Sebastián Piñera, a poco más de un mes de entregar el poder, en enero de 2022.

El proyecto contempla ejecución de obras en las regiones de Atacama y Antofagasta, con el objetivo de producir carbonato de litio y cloruro de potasio para su comercialización.

La parte sur del Salar de Maricunga, en donde está la Laguna Santa Rosa, es parte del Parque Nevado Tres Cruces, sitio de protección Ramsar. En tanto que en su parte norte, próximo en donde se pretende extraer litio, está la Huaca Chica, un monte que resulta ser un triángulo equilátero perfecto en medio de las serranías andinas, y que es centro ceremonial de las comunidades collas que habitan las proximidades de la cuenca.

Horas previas a la visita inspectiva, la presidente del Segundo Tribunal Ambiental, Marcela Godoy, contó a El Ciudadano que “durante el mes de octubre del presente año nuestro tribunal realizó la audiencia en que conocimos las siete reclamaciones interpuestas por habitantes de la comuna de Copiapó y comunidades indígenas, quienes básicamente buscan anular la aprobación ambiental que se decretó por parte del Servicio de Evaluación Ambiental del proyecto minero Blanco, que está localizado en el sector norte del Salar de Maricunga”.

Los ministros fueron acompañados por representantes de la Comunidad Indígena Colla de la Comuna de Copiapó y de la Comunidad Indígena Colla de Pai Ote, además de vecinos de Copiapó que participan de la reclamación y medios regionales.

LA LLEGADA DE LOS FLAMENCOS

“Los flamencos aparecieron cuando estábamos todos juntos, la prensa, las comunidades y los magistrados y de un momento a otro dos flamencos se posan en medio del salar a vista de todos. Todos quedamos mirando y hasta los magistrados sacaron fotos”, comentó Ercilia Araya, dirigente de la comunidad colla Pai Ote.

La dirigente también cuenta que se acercaron piuquenes, unos pájaros más pequeños, que es raro que se aproximen a los humanos.

“Nadie sabe como llegaron allí porque salieron de la nada – relata Araya- y los piuquenes se pusieron al lado. Es un mensaje de la naturaleza, llegaron allí para darnos un mensaje a nosotros al final”.

El Salar de Maricunga es un vestigio de épocas glaciares, época en que grandes lagos fueron formando cuencas en la Cordillera de los Andes, con abundante vegetación y fauna silvestre. El paso del tiempo bajo el inclemente sol durante milenios fue evaporando el agua, cuya biomasa se fue lentamente sedimentando en lo que hoy son los salares andinos.

Cristina Dorador, bióloga y Doctora en Ciencias, se ha especializado en la ecología microbiana de los salares altiplanos y contó a El Ciudadano que estos son ecosistemas eminentemente acuáticos. “En el pasado fueron lagos, los que se han ido secando en el tiempo geológico, ya que se ha ido evaporando el agua en mayor cantidad de lo que ingresa al sistema. Esto hace que sean muy frágiles y frente a perturbaciones o cambios ambientales, los salares tengan también respuestas o cambios considerables”.

La altitud en que está el Salar de Maricunga, libre de grandes depredadores y en medio de las rutas migratorias de las aves, entre el altiplano y otros sitios de reposo junto al Océano Pacífico, permite a los flamencos andinos anidar en dicha cuenca. Sin embargo, no se avistaban en la región hace ya casi tres décadas.

El primer avistamiento fue reportado en enero de 2023, cuando fueron reportadas unas 11 colonias de nidificación, con 500 nidos, la gran parte de ellos ya abandonados.

No se tenía registro de su presencia en el salar desde hace casi tres décadas.

La presencia de los flamencos fue detectada por una de las rondas inspectivas de los funcionarios de Conaf a cargo del Parque Nevado Tres Cruces. En la oportunidad también se reconoció unos 144 nidos en proceso de incubación y contabilizados 126 polluelos, distribuidos en 3 agrupaciones.

Los flamencos andinos habían hecho sus nidos en otros salares próximos en las recientes décadas, según los registros. Estuvieron en Pedernales y Piedra Parada (2018) y en Laguna del Negro Francisco (2021 y 2021), esta última también localizada al interior del Parque Nevado Tres Cruces y en la que también se ha registrado su presencia constante entre 2014 y 2022. sin embargo, al Salar de Maricunga no habían vuelto.

Su aparición fue confirmada por una expedición de avistamiento posterior, la que redactó un informe a Conaf en marzo de 2023. Esta determinó que dos especies de flamencos (Chileno y Parina grande), nidificaron en el salar, contabilizándose 859 ejemplares de 3 meses de edad, cuidados por 13 flamencos adultos que hacían el papel de nodrizas. En la oportunidad también se registró a 212 flamencos chilenos adultos incubando huevos.

Uno de los guardaparques que trabajó por una década en dicho nicho geográfico, y quien prefiere reserva de su identidad, contó a El Ciudadano que “el último registro de modificación con éxito reproductivos fue en 1989. El Flamenco chileno en período invernal se va a la costa, en tanto que las otras dos especies no bajan de los dos mil metros sobre el nivel del mar, concentrándose en el Altiplano. Es que necesitan amplio espacio para alimentarse y profundidad en el salar para evitar depredadores y eso sólo lo dan los salares con grandes espejos de agua”.

VISITA INSPECTIVA DEL TRIBUNAL AMBIENTAL

El reclamo principal de las comunidades indígenas collas es que en la aprobación del Proyecto Salar Blanco no se descartaron los impactos que tendría sobre el recurso hídrico, dado que la evaluación ambiental fue deficiente, inconsistente y contradictoria.

En una primera ronda de alegatos, realizados en octubre, se evidenció que dos estudios técnicos respecto del salar presentados en relación a dos proyectos diferentes ante el SEIA, que presentaron modelos hidrogeológicos diferentes de la cuenca fueron considerados como válidos en el proceso de validación ambiental a la rápida ocurrida bajo Piñera.

Se cuestiona así la existencia y extensión de una unidad hidrogeológica de núcleo arcilloso presente en las profundidades del Salar de Maricunga, además de que no se han evaluado los efectos en el balance hídrico de las otras cuencas y ríos próximos.

Pese a las críticas, y al cambio de gobierno, el SEIA aún defiende la evaluación positiva que hizo del proyecto, argumentando que se descartó la existencia de un impacto significativo sobre el recurso hídrico con la ejecución del proyecto minero.

A mediados de octubre del 2023, Codelco anunció la compra del Proyecto Salar Blanco, ofreciendo 244 millones de dólares a Lithium Power, cuya junta de accionistas australianos deben ratificar el acuerdo a comienzos del próximo año. A través de dicha inversión, la cuprífera estatal planea entrar en el negocio de la producción de litio.

También las comunidades indígenas Colla Pai Ote y Colla de Copiapó reclaman que no fueron consideradas, pese a tratarse de territorios que ocupan en sus procesos de trashumancia estacional. En el primer alegato, la representante del SEIA, Camila Contesse Townes, sostuvo que estas comunidades fueron excluidas del proceso de consulta, debido a que el SEA “se restringió a los estándares establecidos, que define que estas comunidades indígenas no son afectadas directamente”.

La visita inspectiva de los ministros contempló el área en donde se emplazaría el proyecto, en particular los sitios usados para tomar las mediciones para hacerlo factible. Del mismo modo, se apersonaron en dos puntos solicitados por las comunidades indígenas de la Comuna de Copiapó y Pai Ote.

Al finalizar la visita, la ministra Godoy dijo que “luego de realizar la audiencia de las reclamaciones, el Tribunal dictó una media para mejor resolver que consiste en una inspección personal a la zona donde se emplazaría el proyecto Blanco y en su área de influencia, que es básicamente el Salar de Maricunga. El objetivo de esta visita es que el Tribunal pueda revisar puntos que han quedado dudosos dentro de las presentaciones y pruebas que fueron rendidas por las partes, con el fin de poder generar una convicción en los magistrados que integraron en esta causa, llegar a un acuerdo y finalmente, dictar la sentencia correspondiente”.

Según indicó la ministra Godoy a El Ciudadano, la sentencia estaría acordada durante el próximo mes.

Mauricio Becerra R.

El Ciudadano

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