Parte Cumbre en Copenhague con la esperanza de definir acciones contra cambio climático

El objetivo principal que persigue la convocatoria es mantener a dos grados centígrados el alza de la temperatura media de la superficie de la Tierra

Por Mauricio Becerra

07/12/2009

Publicado en

Medio Ambiente / Portada / Pueblos

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El objetivo principal que persigue la convocatoria es mantener a dos grados centígrados el alza de la temperatura media de la superficie de la Tierra. Naciones progresistas mantienen su posición que la responsabilidad de reducir las emisiones de gases está en los Gobiernos de los países industrializados, y no de los no desarrollados.

Este lunes arrancó la 15 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Copenhague (COP15), con la asistencia de representantes de 192 países, que estuvo encabezada por el primer ministro de Dinamarca, Lars Loekke Rasmussen, y con la esperanza de decidir las acciones a emprender ante la amenaza que representa el cambio climático para el planeta, pese a las diferencias.

El objetivo principal que persigue la convocatoria es mantener a dos grados centígrados el alza de la temperatura media de la superficie de la Tierra, por lo que se requiere de una severa disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Durante la primera sesión, se proyectó un video sobre las consecuencias a la que se enfrentan los pueblos del mundo ocasionadas por el calentamiento global.

Entre los primeros pronunciamientos destaca el del primer ministro británico, Gordon Brown, quien propuso a los líderes del mundo aprobar un acuerdo sobre el cambio climático para que «en seis meses como máximo se convierta en un tratado legalmente vinculante».

Según una publicación del diario británico The Guardian, Brown asegura que los países del mundo deben asumir la responsabilidad de reducir sus emisiones contaminantes, así como incrementar los fondos destinados a asistir a las naciones pobres para que puedan sobrevivir ante este flagelo.

«Necesitamos asegurar en Copenhague que todos los países llegan al tope de sus ambiciones (en cuanto al compromiso de reducir las emisiones invernadero) y permitir que otros puedan hacerlo en un proceso de refuerzo mutuo», declaró Brown.

El diplomático recordó que en la última reunión sostenida entre los países del Commonwealth (mancomunidad británica de naciones), propuso la creación de un fondo especial de ayuda económica a las naciones menos beneficiadas y que para 2012 debería mantenerse en 10 mil millones de dólares anuales.

«El mundo necesita asegurarse que el acuerdo (que se adopte en Copenhague) logre el nivel requerido de recortes de las emisiones globales, pero eso significa que los países en desarrollo deben poder planear sus inversiones con confianza», destacó en el rotativo.

Brown estima un plan de pago que financie las estrategias de mitigación mediante la sostenibilidad forestal y las actividades bajas en carbono.

Agregó que es necesario «un mecanismo de transparencia» a través del cual todas las naciones puedan evidenciar lo que sucede dentro y fuera de sus fronteras, pues «en un proyecto global de ambición mutua, cada uno debe poder confiar en los demás».

Precisó además que se debe pasar de una economía basada en el petróleo a los tradicionales sistemas energéticos bajos en carbono, que sean un motor en crecimiento y reducir el desempleo en los próximos diez años.

A la Cumbre, que tendrá una duración de once días, entre el 7 y el 18 de diciembre, también asisten más de 100 jefes de Estado y de Gobierno.

Naciones progresistas mantienen su posición que la responsabilidad de reducir las emisiones de gases está en los Gobiernos de los países industrializados, y no de los no desarrollados.

UN EJÉRCITO CIVIL TOMA COPENHAGUE

Unos 30.000 miembros de ONG y sindicatos ocuparán las calles de la capital danesa e irrumpirán en las negociaciones. Cuatro activistas españoles cuentan qué esperan de la cita., según informa Público.es

Trabajó durante cuatro años en la CCTV, la cadena de televisión estatal china, cubriendo la información sobre los mercados financieros. Pero ha cambiado totalmente de vida. Corbalán (Barcelona, 1980) es ahora la responsable de comunicación de la oficina europea de Oxfam, un grupo de ONG que trabaja para erradicar la pobreza en el planeta. Irá a Copenhague para “dar voz a los países menos desarrollados”.

La periodista española no estará sola. El pacifista surafricano Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, la ex presidenta irlandesa Mary Robinson (Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos entre 1997 y 2002), y el dúo musical malí Amadou y Mariam participarán en las actividades de Oxfam durante la cumbre. Su tarea es colosal. Corbalán, como el resto de su organización, reclama a los países ricos la creación de un Fondo Global para el Clima que cuente con 110.000 millones de euros en 2020. Pero, matiza indignada, “que no lo saquen del 0,7% del PIB que debe destinarse a ayuda al desarrollo”.

El premio Nobel Desmond Tutu apoyará a la ONG en sus demandas

La activista utilizará la página de mensajes instantáneos en Internet Twitter para informar al minuto de los entresijos de la cumbre. Y otro compañero, un joven bloguero, escribirá a diario sobre los movimientos de la delegación española en www.adoptanegotiator.com. Sin embargo, la gran pelea estará en la calle. El sábado 12 de diciembre, las principales organizaciones ecologistas, sindicales y de ayuda al desarrollo han convocado una cadena de manifestaciones sincronizadas por todo el planeta para exigir a los líderes políticos “acción urgente contra el cambio climático”. Esperan movilizar a cientos de miles de personas.

Corbalán estuvo en diciembre del año pasado en la cumbre del clima de Poznan (Polonia), una de las últimas estaciones antes de Copenhague en las negociaciones para frenar el cambio climático. En aquella ocasión, el cónclave fracasó por la financiación. Los países ricos no se pusieron de acuerdo en cómo compensar a los pobres por los efectos del calentamiento. Para la activista, no puede volver a ocurrir. “Si no ponen suficiente dinero sobre la mesa, será un colapso total”, zanja.

WWF:
«Hay que parar la tala tropical»

“Hay otros grupos de presión que están intentando que la cumbre no salga adelante»

Mar Asunción, nacida en Madrid en 1960, lucha desde su propia casa contra el cambio climático. Se ha comprado un lavavajillas clase A que emplea el agua caliente de su panel solar. Pero en Copenhague no verá la luz del Sol. Como responsable del programa de Cambio Climático de WWF, Asunción se dedicará “a hacer lobby político”: buscar apoyos entre los delegados de los diferentes países para que apoyen sus reivindicaciones.

En la capital danesa tendrá competencia. “Hay otros grupos de presión que están intentando que la cumbre no salga adelante, sobre todo las petroleras y las eléctricas”, se lamenta. Una de sus principales demandas será “reducir un 70% la deforestación de los bosques tropicales en 2020”.

CCOO
«Exigimos una transición laboral justa»

“Vamos a Copenhague a demandar que el acuerdo sea global»

El secretario confederal de Medio Ambiente de Comisiones Obreras, Llorenç Serrano, asistirá a decenas de actos sindicales en la llamada contracumbre de Copenhague. Y de uno a otro se desplazará en bicicleta, gracias al servicio gratuito de préstamo de estos vehículos que existe en la capital danesa. Serrano (Barcelona, 1964) acudirá a la cumbre para “exigir una transición justa para los trabajadores” que garantice que no se destruyan empleos sin ofrecer alternativas. “Si sólo la UE reduce sus emisiones, los sectores más contaminantes, como el siderúrgico, las papeleras y las cementeras, estarían en riesgo”, señala. “Vamos a Copenhague a demandar que el acuerdo sea global y vinculante para todos”, proclama.

Greenpeace
«Vamos a movilizar a la sociedad»

La responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace, Aida Vila, llegará a la cumbre escoltada por la armada ecologista: los buques Rainbow Warrior y Arctic Sunrise, que atracarán en el puerto de Copenhague. Vila, barcelonesa de 32 años, dice que su ONG va a Dinamarca a “movilizar” a la sociedad. “Necesitamos que los políticos sientan que la ciudadanía está informada y les exige actuar”, explica.

“No me voy a colgar de ningún edificio, pero habrá actividades sorpresa”

Cada día, la Red de Acción por el Clima, en la que está Greenpeace, concederá un premio al país más negativo en la jornada de negociaciones. A Vila también le tocará hacer lobby político. “No me voy a colgar de ningún edificio, pero habrá actividades sorpresa”, bromea.

Telesur TV – Público.es

El Ciudadano

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