La jugada de Felipe VI para renegar de su padre e intentar salvar a la Corona española

La medida tomada por el Monarca responde a una jugada de marketing político para tratar de minimizar el impacto del escándalo generado por Juan Carlos, el llamado "rey corrupto"

La corrupción hace tambalear a la Corona española. Aquello que parece ser -desde afuera- el repudio de un hijo a su padre, es una estrategia de marketing político para tratar de evitar el desplome de la Monarquía.

En medio del brote del coronavirus COVID-19, que llena de terror a la nación europea con más de 1.000 muertos y 20.000 contagiados, el rey Felipe  VI de Borbón anunció que renuncia a la herencia de su padre, Juan Carlos I, y dejó al llamado «monarca emérito» sin la asignación percibe de los Presupuestos Generales del Estado por esa condición.

La decisión se tomó luego de que medios británicos, como The Telegraph, sacaran a la luz que el actual Jefe del Estado, Felipe VI, es el segundo beneficiario de la fundación a través de la cual Juan Carlos percibió 100 millones de euros de Arabia Saudí, como parte del pago unas comisiones por convencer a compañías de la nación ibérica de bajar los costos de sus proyectos en la península arábiga.

De acuerdo con los reportes, esa gran suma de dinero se encuentra depositada en cuentas de bancos ubicados en paraísos fiscales.

En un comunicado, la Casa del Rey aseguró que Felipe VI supo hace un año de su «supuesta designación como beneficiario de la Fundación Lucum, desde el momento en que se produjese el fallecimiento de su Majestad, el rey Don Juan Carlos».

La información le llegó al Monarca, según la nota oficial, a través de un despacho de abogados británico que no adjuntaba documentación que lo acreditara. El despacho, Kobre & Kim, representa los intereses de Corinna Larsen, la ex amante del emérito.

En el comunicado en el que Felipe se desliga por completo de su padre, señala que renuncia a la herencia “que personalmente le pudiera corresponder, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada».

Felipe VI no podrá renunciar a la herencia de su padre hasta que éste último fallezca. Foto: Viralizzer.

El engaño de la renuncia a la herencia

Sin embargo, para la prensa española la medida tomada por el monarca responde a una jugada de marketing político para tratar de minimizar el impacto del escándalo generado por Juan Carlos, el llamado «rey corrupto».

La realidad es que Felipe VI no podrá renunciar a la herencia de su padre hasta que este último fallezca, por lo que su comunicado es solo una declaración de intenciones, muy conveniente ante la opinión pública.

Así lo confirmaron a El Diario un grupo de juristas especializados, quienes explicaron que el Código Civil español «recoge de forma tajante que no es posible renunciar a una herencia hasta que no tiene lugar el fallecimiento de la persona que lega«.

«No es posible repudiar la herencia por adelantado; y es que hasta que no se produzca el fallecimiento del causante no hay derecho sucesorio alguno para los llamados a la herencia. Sólo cabe hablar de meras expectativas sucesorias«, indicó Marcos López Suárez, profesor de Derecho Civil de la Universidad de La Coruña.

El anuncio es un brindis al sol. Es muy obvio que es algo que no se puede hacer. De hecho, me extrañaría que ningún notario aceptara esa declaración por propio prestigio profesional», señaló Esther Arroyo Amayuelas, catedrática de Derecho Civil de la Universidad de Barcelona.

La experta duda de que las fundaciones en el extranjero a las que hace alusión el comunicado y en las que Juan Carlos I y su hijo aparecerían como beneficiarios -Lucum y Zagatka- estén realmente dentro del patrimonio del emérito y vayan a figurar en una futura herencia.

«Entiendo que es un patrimonio separado que produce unos beneficios y que tiene unos destinatarios entre los que parece estar el actual Rey. Lo que habrá querido decir Felipe VI con esta comunicación es que renuncia a ser beneficiario«, dio al tiempo que explicó que en España habría sido imposible poner en marcha fundaciones como estas, pues la ley exige que destinen su patrimonio a fines de interés general, no de carácter privado. 

Expertos legales afirman que la renuncia de Felipe VI a la herenci es una «mera declaración de intenciones». Foto: La Réplica.

“Mera declaración de intenciones”

Los medios también señalan que, convenientemente, Felipe VI renunció a la herencia en medio de la pandemia del coronavirus, a pesar de que desde hace un año tuvo conocimiento de ser beneficiario de las fundaciones ‘offshore’ de Juan Carlos I, porque así se lo trasladó hace un año la examante de su padre, Corinna Larsen, quien reveló información sobre las cuentas repletas de millones de dólares que tiene el «emérito» en paraísos fiscales.

Eso ocurrió el 5 de marzo de 2019. Prácticamente un mes después, el 12 de abril, suscribió un acta ante un notario en la que dejaba constancia de que había informado a su padre que no aceptaría participación o beneficio alguno de la Fundación Lucum ni en ninguna otra que no esté en «plena y estricta consonancia con la legalidad o con los criterios de transparencia, integridad y ejemplaridad que informan su actividad institucional y privada», reseñó

A juicio del jurista López Suárez, esta acta es también «una mera declaración de intenciones» pues la repudiación de una herencia, aunque sí debe hacerse ante notario en instrumento público, debe hacerse una vez que tiene lugar la apertura de la sucesión. Esto es, en el caso concreto, una vez que haya fallecido Juan Carlos I. A partir de ese momento, la declaración de voluntad por la que se repudia la herencia es irrevocable; pero antes de ese momento carece de virtualidad.

Mientras que Mónica García Goldar, doctora en Derecho y experta en sucesiones, destacó el hecho de que en el acta no hay mención al conjunto de la herencia y sólo parece renunciar a participaciones que no estén en consonancia con la «legalidad» y la «transparencia», a pesar de que en el comunicado hecho público por la Casa Real sí se alude a la renuncia «a la herencia (…) que personalmente le pudiera corresponder”.

¿Quién paga los gastos de la corona?

El otro punto que llama la atención es que Felipe VI anunció que deja a su padre sin su asignación proveniente de los Presupuestos Generales del Estado.

Del dinero que percibe anualmente, ocho millones de euros, el Monarca asigna un sueldo a cada miembro de la familia.

La remuneración de Juan Carlos ha ido incrementándose desde 2015, cuando recibía 187.356 euros anuales, a los 194.232 con que terminó en 2019, lo que representa una paga mensual de 16.186 euros brutos.

Sin embargo, Felipe VI cuenta con otras partidas que dedican los distintos ministerios que sostienen la maquinaria de la monarquía.

“Por ejemplo, ni el parque móvil, ni las residencias, ni la seguridad de los miembros de la familia real corren a cargo del bolsillo de Felipe, ni mucho menos del ‘salario’ de Juan Carlos, sino de Patrimonio o del Ministerio del Interior”, indicó Vanitatis.

Juan Carlos de Borbón recibió un pago de 100 millones de dólares de Arabia Saudí, que están depositados en paraísos fiscales. Imagen: Web.

100 millones para el coronavirus

El diario The New York Times formó un gran revuelo en 2012 al publicar que la fortuna de Juan Carlos superaba los 1.800 millones de euros (2.300 millones de dólares).  

Luego del nuevo escándalo, el periódico afirmó que sigue siendo «un secreto» cómo había amasado «su considerable riqueza personal».

Otras publicaciones como Forbes o Eurobusiness también han publicado artículos mencionando los miles de millones de sus fortuna.

En España nunca se ha dado una cifra aproximada, pero frente a la pandemia de coronavirus quedó claro que los 100 millones que recibió de las comisiones de Arabia Saudí servirían para adquirir 22 millones de mascarillas para evitar la propagación, sufragar la prueba de descarte para casi un millón y medio de ciudadanos, y comprar 6.500 respiradores para los hospitales, tal como reveló Infolibre.

En cuanto a los profesionales sanitarios, un médico cobra en España una media de 4.416 euros brutos al mes, por lo que los millones ingresados en la cuenta de la fundación vinculada a Juan Carlos de Borbón servirían para contratar a unos 14.393 trabajadores de la salud durante un mes.

Pese a la estrategia de marketing político aplicada por Felipe VI para tratar de salvar a la Monarquía, el rechazo del pueblo español a la corrupción de Juan Carlos y la familia real ya es un grito en las calles.

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