Un hombre remó 76 días entre California y Hawai para crear conciencia sobre la contaminación de los océanos

El hombre promedio ocho a diez horas al día. En los días buenos, dijo, cubría entre 40 y 50 millas, a veces apenas llegaba a las diez.

En un mundo al borde del colapso por una progresiva crisis ambiental, un hombre se dio la tarea de remar durante 76 días continuos más de 2.900 millas ( 4.750 kilómetros) desde California hasta Hawai, para crear conciencia sobre la contaminación plástica en el océano.

Su nombre de pila es Antonio de la Rosa, quien sin mucha parafernalia y mediática zarpó desde San Francisco a Honolulu con su remo y equipado con alimentos, desalinizador de agua y paneles solares para alimentar su GPS y equipo de comunicaciones, para llevara a cabo esta pequeña aventura proecologista.

El hombre dirige una empresa de turismo de aventura en España y aprovechó la experiencia para transmitirla en las redes sociales, donde tuvo gran aceptación.

De la Rosa remó en promedio ocho a diez horas al día. En los días buenos, dijo, cubría entre 40 y 50 millas, a veces apenas llegaba a las diez.

«Mis brazos y mis piernas son mi motor», bromeó, considerando que la plataforma en que viajó estaba completamente cargada y pesaba más de 1.500 libras.

El pequeño bote de De la Rosa tenía un área para dormir, pero este atleta asegura que no descansaba mucho porque tenía que levantarse cada hora más o menos para verificar sus coordenadas GPS y asegurarse de que estaba en curso.

Su horario de sueño aún no ha vuelto a la normalidad, pero dijo que puede dormir un par de horas seguidas.

Anéctodas de la travesía

En su viaje, este aventurero del mar perdió 25 libras; es decir, más de 12 kilogramos de peso corporal, todo en menos de tres meses. La media aceptada es al menos de 4 a 5 kilos por mes.

Entre sus anécdotas, cuenta que su cumpleaños número 50 coincidió durante el viaje. Para celebrarlo, disfrutó de una galleta.

Aunque ocasionalmente pescaba, sobrevivió principalmente con una dieta de alimentos deshidratados.

De la Rosa es un atleta de resistencia. Su desafío fue completar un viaje de 2.951 millas desde San Francisco, California, a Oahu, Hawai, usando solo una tabla de paddle surf especialmente diseñada.

«Me siento tan bien después de 76 días en medio del océano», dijo de la Rosa a CNN, señalando que su intención real, más allá de lo meramente deportivo, fue llamar la atención sobre el problema de la contaminación plástica en el océano.

Dijo que durante su travesía por el Oceano Pacífico vio redes de plástico y otros escombros flotando junto a él todos los días.

Todos los días de su viaje, dice De la Rosa, vio flotar restos de plástico, incluidas redes y sedal, componentes principales del parche de basura del Gran Pacífico, dos colecciones masivas de escombros flotantes que se extienden a través de más de medio millón de millas cuadradas de La Cuenca del Pacífico, recogió Newsweek.

Reconocimiento

Al finalizar su viaje, De la Rosa se congratuló por haber recibido el reconocimiento de múltiples medios de Norteamérica, quienes le dieron gran cobertura.

Llegué a ser tendencia en los medios, “salí en CNN, ABC, la BBC y en todas las televisoras. Entré en Internet y me quedé absolutamente asombrado; efectivamente se había tomado imágenes (durante el viaje) prácticamente sin y enterarme” y empezaron a compartirlas en la red “y por un día llegue a ser la persona más famosas en Estados Unidos”, manifestó.

De la rosa ha recibido propuestas desde medios de España, Argentina, Chile, México, para ser entrevistado.

Esta no es la primera hazaña de De la Rosa, en 2014, cruzó el Atlántico solo en un bote de remos y, en 2016, remó a través del Círculo Polar Ártico.

Afirma que es la primera persona en completar este viaje en particular, pero insiste en que su objetivo era más crear conciencia sobre la contaminación plástica marina que establecer un récord.

«Me encanta este tipo de vida», dijo.

De cara al futuro, De la Rosa dijo que ya está pensando en su próxima expedición. No ha resuelto los detalles, pero afirma que será en tierra y probablemente en algún lugar frío.

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