1° de Noviembre: Día Internacional del Veganismo

Este lunes no sólo se celebra el llamado Día de todos los Santos, también se festeja el Día Mundial del Veganismo -alimentación libre de cualquier tipo de carne o productos derivados de animales- en recuerdo a la fundación por Donald Watson de la primera Sociedad Vegana del mundo en 1944 y que busca integrar en […]

Por Wari

01/11/2010

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Este lunes no sólo se celebra el llamado Día de todos los Santos, también se festeja el Día Mundial del Veganismo -alimentación libre de cualquier tipo de carne o productos derivados de animales- en recuerdo a la fundación por Donald Watson de la primera Sociedad Vegana del mundo en 1944 y que busca integrar en esta práctica a quienes aún no lo son.

La convocatoria invita a “contagiar a un “todavía-no-vegano” mediante la experiencia de un almuerzo o cena 100% vegetales y ausente de explotación a los demás animales”, una forma de activismo “descentralizado, entretenido y educativo en tu propio hogar o restaurante preferido”.

Alejandro Ayala Polanco es fundador de Homo Vegetus, un movimiento nacido el 2002, que busca la transformación de conciencia desde la violencia al respeto y desde la competencia a la cooperación, siendo el veganismo una práctica fundamental en este tránsito.

El veganismo nos permite alinearnos “con nuestros valores más elevados, como el respeto por todos los seres sintientes. Muchas personas dicen amar a los animales. Sin embargo, protegen a unos (perros y gatos) y pagan por el sufrimiento/muerte de otros (vacas, cerdos, peces, etc.). El veganismo es una práctica que permite superar esa desconexión (o esquizofrenia moral)”, afirma el representante en Chile de la Unión Vegetariana Internacional y de la Unión Vegetariana Latinoamericana.

Llevar una alimentación sin carne, leche, huevos y otros derivados animales ofrece ventajas medioambientales. De acuerdo a informes de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), la ganadería es la mayor generadora de externalidades que dañan el medio ambiente.

“Estamos hablando de una emisión de gases de efecto invernadero 40% superior a la emitida por el transporte, de contaminación de las aguas, uso ineficiente de la tierra cultivable y del agua, deforestación, etcétera”, indica Ayala.

Además tiene efectos sobre la salud: Baja de colesterol y presión sanguínea, menos hipertensión, menos incidencia de diabetes tipo 2, cáncer de próstata, cáncer de colon, etc., “tal como los estudios de la Asociación Dietética Americana, así como del Comité de Médicos por el Ejercicio Responsable de la Medicina, lo demuestran”.

Sobre la viabilidad de practicar el veganismo y/o el vegetarianismo en Chile, Ayala considera que las empresas no han sabido ir a la par con la creciente demanda de productos y servicios veganos.

“Aún es difícil encontrar alternativas veganas en supermercados, farmacias y tiendas de vestir. Además, algo muy preocupante es que aún hay profesionales de la salud que intentan imponer sus propios prejuicios y preferencias a sus pacientes, en lugar de capacitarse en dietas vegetales para convertirse en el apoyo que veganas y veganos requieren”.

“Todos los animales somos seres sintientes (…) Cada vez que los humanos consumimos productos y servicios que implican la explotación de otros animales (ya sea para comida, entretención, deporte, investigación) estamos imponiéndoles nuestros intereses. Esto implica una relación de poder por la cual el grupo de los humanos impone sus intereses (la mayoría de ellos meros caprichos como comer algo que consideramos rico, vestir algo que consideramos elegante, etc.) al grupo sometido de los animales no humanos. En ese sentido es un asunto político, tal como la imposición militar de los intereses de una nación sobre otra, de las personas de una raza sobre otra, del hombre sobre la mujer…”, concluye el fundador de Homo Vegetus.

Por eso, la organización invita a celebrar este 1° de noviembre con comidas exentas de sufrimiento animal, que puedan demostrar a todas las personas que es posible alimentarse de manera sana y responsable.

Más informaciones en: www.homovegetus.cl

Por Cristóbal Cornejo

El Ciudadano

ANEXO

Algunos datos

1) Producir un sólo kilo de carne (que además en nuestros tiempos tiene un costo muy alto) implica la utilización de una extensión de terreno que, si fuese empleada en la obtención de vegetales, produciría muchísimo más alimento y de una calidad superior.

Actualmente hay una depredación contra las selvas y bosques; ¿Sabías que grandes extensiones del Amazonas son expoliadas diariamente en favor de la ganadería para el consumo humano por empresas transnacionales? ¿Que la selva del Amazonas es la mayor fuente natural del mundo para productos farmacéuticos y bioquímicos y que posee una enorme riqueza mineral que concentra cerca del 13 por ciento de las reservas de agua dulce del planeta? Y, paradójicamente, con tanta riqueza natural, el 70 por ciento de los habitantes de la zona sufren de desempleo y otros graves problemas sociales.

2) Producir ese mismo kilo de carne implica el gasto de cientos de litros de agua, en un momento en el cual el agua supone uno de los bienes más preciados, dada la escasez cada vez más frecuente del líquido elemento.

3) Aproximadamente, el 90% de la avena, el 85% del maíz y el 80% de la soja producida en los Estados Unidos se da al ganado. La comida que se ahorraría si todos los humanos consumieran sólo vegetales, bastaría para acabar varias veces con el hambre actual en el mundo. Para producir un kilo de proteína animal se deben invertir entre 5 y 20 kilos de proteína vegetal perfectamente consumible por seres humanos, especialmente cereales y soya. Con los mismos recursos con los que se alimenta a una persona con una dieta carnívora, se podría alimentar a 20 personas que sufren hambre en el mundo.

4) Una res consume unos dieciséis kilos de granos y forraje para producir un kilo de carne. Un cerdo, seis. Una gallina, tres. Eso significa que, consumiendo los vegetales necesarios para alimentar a esos animales, podrían mantenerse muchas personas, en un mundo en el que 500 millones de personas padecen de hambre crónica.

5) Las grasas de la carne animal aumentan en un 40 por ciento más las posibilidades de sufrir cáncer y corren un mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas y muchos otros males, como infarto, obesidad, apendicitis, osteoporosis, artritis, diabetes e intoxicación alimentaria.

“Una dieta ausente de productos de origen animal ha probado ser un arma extraordinaria contra enfermedades como el cáncer, diabetes, Alzheimer, la obesidad, los problemas cardíacos y una larga lista de dolencias. La gente come carne por gusto, al igual que bebe alcohol o fuma tabaco, pero ningún médico responsable recomendaría el consumo de ninguno de esos tres productos para conservar una salud óptima”, explica el presidente de Physicians Committee for Responsible Medicine, Neal Barnard.

6) En España se sacrifican más de 750 millones de animales al año para el consumo humano, y sólo en Estados Unidos, unos 25 mil millones anualmente. Los animales de las granjas industriales son tratados como máquinas. A los pocos días de haber nacido, por ejemplo, a los pollitos se les quema el pico con un cuchillo candente. Los bueyes y los cerdos son castrados sin anestesia.

Todos estos animales pasan sus cortas vidas en lugares abarrotados y llenos de amoníaco, y muchos de ellos están tan hacinados que ni siquiera pueden girar ni extender un ala. Muchos no pueden ni respirar aire fresco hasta que se los empuja y se los golpea para meterlos en camiones y darles un horripilante paseo hasta el matadero, con frecuencia a temperaturas extremas y siempre sin comida ni agua. Se cuelga a los animales boca abajo y se les corta la garganta, normalmente mientras todavía están conscientes. Y al comer carne, estás siendo cómplice de esa crueldad.

7) Para consumir fibra, debes consumir alimentos de origen vegetal. Las fibras previenen determinados tumores y son importantísimas para favorecer el proceso de digestión, especialmente al final del mismo. Por el contrario, las grasas y proteína animales son uno de los grandes problemas de nuestro siglo. Un exceso de proteína impide asimilación del calcio, por ejemplo, mientras que el consumo de grasa animal favorece la aparición de colesterol y enfermedades coronarias (entre muchas otras no menos importantes).

Datos tomados de: http://www.ecoportal.net/content/view/full/42188

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