Un gobernador no para la cultura de un pueblo

Una ciudad como Valparaíso, que se ha proyectado como un destino turístico a nivel mundial, no puede perder el carnaval ciudadano más importante del país, evento que ha recobrando la vieja tradición de los carnavales de la primavera que se hacían en todos nuestros cerros

Una ciudad como Valparaíso, que se ha proyectado como un destino turístico a nivel mundial, no puede perder el carnaval ciudadano más importante del país, evento que ha recobrando la vieja tradición de los carnavales de la primavera que se hacían en todos nuestros cerros. Los Mil Tambores, desde su origen, se levantó como una expresión popular de los ciudadanos porteños, que veían la necesidad de liberar los espacios públicos para el arte y la cultura. A 14 años del primer carnaval, este objetivo parece logrado, pero lamentablemente hoy ve amenazada su realización por otros factores.

La Gobernación de Valparaíso, en su sesgada mirada neoliberal, no ha dado el permiso para que este carnaval se realice. Cayendo en un análisis reduccionista de que la ciudad se ve más afectada que favorecida producto de la basura y suciedad que queda post el evento, el gobernador ha puesto fin a largos años de tradición carnavalera de nuestra ciudad. La reacción de la comunidad vinculada a Mil Tambores no se ha hecho esperar y han declarado que “Con o sin permiso se baila en Valparaíso”.

Definitivamente el problema no es el carnaval, por lo tanto la solución no puede ser su prohibición. Además, en la práctica, este carnaval se autoconvoca y autogestiona sin un financiamiento del Estado. Quizás esta independencia es la que molesta al gobernador, que no puede controlar sus mensajes como cuando se convocaba a una asamblea popular constituyente en el año 2009; o cuando se masificaba el mensaje por una educación pública el 2010. Cómo no recordar cuando organizamos los la marcha de “Mil Tambores por nuestro derecho a la educación” en el 2011, donde miles de jóvenes y sus familias con alegría, colores, ritmos y baile llenaron las calles del puerto en pleno auge del movimiento estudiantil.

Es quizás esto lo que más molesta al gobernador y su prohibición, por tanto, se convierte en una decisión política que busca reprimir la libre expresión de l@s porteñ@s en la calle. Sabemos que a la derecha no le agradan estas cosas, los carnavales culturales que se realizaban en Valparaíso fueron transformados en un festival de las artes de elite, donde toda la expresión callejera se trasladó a salones de exposición y recintos cerrados.

En definitiva, prohibir la realización del carnaval de los Mil Tambores, es un contrasentido, pues como ya sabemos el carnaval se realizará con o sin permiso. Lo que debiese estar preocupada la gobernación de Valparaíso es de cómo facilitar la mayor cantidad de recursos e infraestructura para que este carnaval sea parte de los ejes estratégicos para mostrar a Valparaíso dentro del concierto de países carnavaleros de nuestra América, que dicho sea de paso muchas de estas ciudades carnavaleras viven realmente del turismo.

Exigimos a la gobernación involucrarse en resolver el problema de la higiene en conjunto con los organizadores del evento. Aunque esta negativa situación se nos convierte en una gran oportunidad, pues debemos ser los porteñ@s los que nos hagamos cargo de la actividad fomentando la autoconciencia del cuidado a Valparaíso de parte de los que participan; organizándonos para apoyar con las labores de limpiezas y reciclado; articulándonos con colectivos que promuevan el buen vivir; obligando a la autoridad pertinente a que se pongan con más baños y contenedores de basura en los puntos críticos; y por último mejorando los planes de seguridad para que no incentiven el enfrentamiento con carabineros.

Esta candidatura apoya explícitamente la realización de este carnaval, que sin lugar a dudas ha sido un aporte significativo en la estética e irreverencia que ha utilizado el movimiento social en sus marchas. No dejaremos que se prohíba el derecho a ser Feliz y estaremos en las calles expresando nuestra alegría en octubre, recobrando nuestra fiesta de la bienvenida a la primavera que tanta alegría entregó a nuestros antepasados porteños y que actualmente moviliza a cientos de jóvenes a realizar actividades artísticas culturales a lo largo del país.

Los Mil Tambores sonarán nuevamente por nuestro puerto.

Sebastián Farfán

* Candidato a diputado por Valparaíso

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