Wasi: Mujeres constructoras de un mundo perdurable

En quechua, casa se dice ‘wasi’

En quechua, casa se dice ‘wasi’. Coincidentemente, hace un año, mujeres de distintos países americanos decidieron dar vida a la Iniciativa de Mujeres de las Américas por la Sustentabilidad, Wasi por sus siglas en inglés (Women of the Americas Sustainability Initiative).

Este proyecto comienza con un programa de un año y con un cuerpo de 60 mujeres, que incluye: 10 instructoras de diseño y construcción; 20 ‘compañeras mundiales’ que brindan apoyo para el desarrollo de la red, y 30 delegadas en equipos de dos que representan a 15 países de América. El objetivo es que, en ese plazo, en cada uno de ellos se capacite a 100 mujeres mediante la construcción de una obra comunitaria. De este modo, 1.500 personas recibirán capacitación para elaborar proyectos replicables con técnicas de diseño-construcción ecológicas. Estos participantes tendrán las habilidades para construir con rapidez y por sus propios medios -utilizando materiales locales, económicos, naturales y duraderos-, edificaciones que se pueden hacer sin maquinaria o electricidad, y soluciones para las áreas que sufren desastres naturales.

Para conocer más sobre la génesis y filosofía de esta iniciativa, El Ciudadano conversó –durante el equinoccio de otoño recién pasado- con tres de las mujeres que inspiraron la creación de Wasi. El diálogo tuvo lugar en la Ecoescuela El Manzano, ubicada en la comuna de Cabrero, Región del Biobío.

Janell Kapoor, de Asheville, Carolina del Norte, inició su relación con la permacultura y la bioconstrucción en 1997, al participar en un taller realizado en Tennessee. Al año siguiente sería una de las fundadoras de Kleiwerks International, una ONG y red mundial de especialistas en diseño-construcción ecológica, quienes han capacitado a personas de más de 45 países. Entre 2001 y 2003 estuvo trabajando con comunidades en Tailandia, donde experimentó con metodologías participativas. Luego, en 2005 fue invitada a ser parte de un grupo de constructores naturales que se juntó en El Bolsón, para levantar la sede de una escuela Waldorf. Allí conoció a Paulina Ávila, chilena, fundadora y directora del Área de Tecnologías Apropiadas del Cidep (Centro de Investigación, Desarrollo y Enseñanza de Permacultura), en esa localidad de la Patagonia argentina. También es la coordinadora de Proyectos y Eventos de Bioconstruyendo, un encuentro internacional anual que se desarrolla desde 2010. Ella integró a esta iniciativa a Nena Alava, de Brasil, maestra en domos geodésicos por más de 12 años. Desde 2000, ha sido la productora del Festival Boom en Portugal, que ha ganado en tres ocasiones el premio de la organización Greener Festivals.

Janell Kapoor, directora ejecutiva de Wasi, explica: “Nuestra visión es llegar a grandes grupos liderados por mujeres, que tengan una red de trabajo extendida y que trabajen con comunidades indígenas, o con los derechos de las mujeres, con arquitectura, artes y culturas ancestrales, con la naturaleza, o con grupos de mujeres violentadas o de madres solteras. Vemos a las mujeres como líderes en la construcción de comunidades sustentables, que incluyen vivienda saludable, alimentación, agua y ambientes armónicos con el mundo natural y las culturas locales.”

La coordinadora para Sudamérica, Paulina Ávila, agrega: “Al aterrizar como primera experiencia en El Manzano ha generado un cimiento fuerte, y el propósito es seguir desde esta base colaborando en otros proyectos a lo largo de Chile. Este modelo de taller que se ha generado gracias al impulso de Wasi es aplicable a muchas comunidades, municipios y ONGs de todo el país; hemos podido organizar y armar un modelo educativo que tiene soluciones sustentables a tres de las problemáticas mundiales más importantes de este momento: el agua, la comida y la casa. Todo aplicado en un diseño de permacultura regenerativo, con un proceso educativo de transformación, donde no sólo las técnicas que se aprenden son importantes sino que además el ser humano en su proceso de evolución y reconexión con la madre tierra.”

Nena Alava, instructora en diseño-construcción, señala: “Nos dimos cuenta de que en muchas culturas ancestrales, las mujeres son las responsables por la construcción del abrigo de la familia; eso se perdió, y hoy día la forma de construcción tradicional que se hace normalmente tiene un aspecto muy masculino, competitivo, destructivo y muy agotador de los recursos. Queremos recuperar la memoria de la construcción ancestral, que era hecha por las mujeres, pero aliada a las nuevas tecnologías, que es la bioconstrucción hoy día, y compartirla de una manera más eficaz y eficiente».

En el norte de Brasil, en el río Xingú, viven los indios xavantes, que se mantienen bastante alejados de la ‘civilización’; las que hacen las construcciones son las mujeres, y los hombres ayudan a poner los palos arriba y todo, pero hay una parte de la construcción, una forma de encadenado, que ellas no dejan que los hombres la vean. En Tombuctú (Malí, África), donde tienen construcciones de ocho pisos, de cinco mil años de antigüedad, y que las hicieron las mujeres, tienen una técnica de impermeabilización del barro que no enseñan a ningún hombre.

La mayoría de los hombres –aunque ahora está cambiando- piensan: ‘Ah, yo aprendo esto de la impermeabilización y voy a comercializarlo’. Pero las mujeres –no todas, pero sí el 80%- no van a pensar primero en hacer plata, sino en enseñarlo, replicarlo; tienen una visión más grupal, y el hombre es más individualista. Por eso, la idea es focalizar más en grupos que sean liderados por mujeres, porque están más involucradas en lo que son los derechos de los niños. No es que los hombres estén excluidos, pero tienen que probar que son colectivos.”

Contacto: [email protected]

Más información: www.kleiwerks.org/wasi-es

Por Cristian Sotomayor Demuth

[email protected]

Fotografías: Kleiwerks International

El Ciudadano Nº123, segunda quincena abril 2012

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